A cinco años de la quiebra de Lehman proliferan las semillas de la próxima crisis
Marco Antonio Moreno
El Blog Salmón
15 de septiembre de 2013
Hace cinco años, el 15 de septiembre de 2008, la quiebra de Lehman Brothers desató la que se conoce como la madre de todas las crisis financieras. Sin embargo, pese a demostrarse que esta quiebra fue producto de todo un sistema financiero corrupto y fraudulento (no fue la primera quiebra, ni la última), ningún ejecutivo bancario se encuentra en la cárcel. La banca sigue operando con una acumulación de riesgos incontrolables, y sigue extorsionando a los gobiernos. La semilla de la próxima crisis financiera está en ciernes y su estallido es sólo una cuestión de tiempo.
El colapso de Lehman Brothers marcó un punto de inflexión y por eso se habla de antes y después de la quiebra de Lehman. El mundo de antes de ese 15 de septiembre, era un mundo marcado por el despilfarro y las burbujas, la delirante euforia especulativa y el predominio absoluto de los reyes del mercado y las desregulaciones. Hasta ese momento, los mercados eran perfectos, y de no haber sido por este accidente, el premio nobel de economía no habría sido para Paul Krugman, sino para Eugene Fama, el autor de la Hipótesis de los mercados eficientes, una corriente de pensamiento del llamado fundamentalismo económicoy más radical que la Hipótesis de las expectativas racionales de Robert Lucas, que le significó su Premio Nobel en 1995.
Estas tesis indican que los mercados tienen más información que las personas, y por eso las personas se equivocan… Los mercados son perfectos, las personas no. Es el sofisma de los mercados eficientes y la soberanía del consumidor. Por eso hay que dejar gobernar a los mercados. Este es el extremismo absoluto de la llamada competencia perfecta, que significa, en teoría, que todos los agentes tienen la misma importancia y ponderación, y que ninguno tiene más poder y control que otro. Sin duda cuando vemos el poder de control y decisión del 0,1 por ciento mas rico sobre el resto, o la influencia de las 147 corporaciones que gobiernan la economía mundial, toda la concepción económica de Robert Lucas y Eugene Fama se derrumba como un castillo de naipes. Esto fue lo que ocurrió con el derrumbe de la economía mundial desde aquel 15 de septiembre de 2008.
Estas tesis indican que los mercados tienen más información que las personas, y por eso las personas se equivocan… Los mercados son perfectos, las personas no. Es el sofisma de los mercados eficientes y la soberanía del consumidor. Por eso hay que dejar gobernar a los mercados. Este es el extremismo absoluto de la llamada competencia perfecta, que significa, en teoría, que todos los agentes tienen la misma importancia y ponderación, y que ninguno tiene más poder y control que otro. Sin duda cuando vemos el poder de control y decisión del 0,1 por ciento mas rico sobre el resto, o la influencia de las 147 corporaciones que gobiernan la economía mundial, toda la concepción económica de Robert Lucas y Eugene Fama se derrumba como un castillo de naipes. Esto fue lo que ocurrió con el derrumbe de la economía mundial desde aquel 15 de septiembre de 2008.
Antes de la quiebra de Lehman, poco se hablaba del 0,1% más rico. Pese a que la crisis se había desatado en julio de 2007 en Estados Unidos, con quiebras de varios bancos importantes como Bear Stearns, Fannie Mae y Freddie Mac, el sentir general era que la macroeconomía estaba rebosante de salud. Esto fue lo que diagnosticó Olivier Blanchard en ese documento del FMI de agosto de 2008 sobre el estado de la macro que cuestionamos eneste post. Blanchard resumía que “se ha llegado a un enfoque compartido que ha surgido de la destrucción del conocimiento erróneo”. Por “conocimiento erróneo”, Blanchard comprendía todas las tesis que señalaban que las cosas no iban tan bien como apuntaba la corriente hegemónica del pensamiento económico. Una corriente que negaba la existencia de burbujas y, más aún, los problemas que estas burbujas podrían ocasiona en la economía global si llegaban a estallar.
Burbujas financieras
La quiebra de Lehman Brothers demostró que las burbujas financieras habían sido hinchadas durante décadas y que estaban en las propias narices del sistema. El abuso del crédito generó una falsa concepción del crecimiento económico que dio un gran protagonismo a la banca. Pero todas las burbujas inevitablemente estallan y desatan el caos. Es lo que ocurrió con el colapso de Lehman, que junto a desatar una conflagración mundial destapó la auténtica realidad de la banca que desde ese momento pasó a llamarse banca zombi, porque una banca imposibilitada de generar préstamos es una banca muerta. Como además la burbuja inmobiliaria no era un fenómeno exclusivo de Estados Unidos, sino que se había propagado con gran rapidez a varios países europeos, toda la banca mundial resultó víctima del tsunami. Desde entonces, millones de personas han perdido su puesto de trabajo y el mundo ha sido envuelto en la mayor crisis financiera de la historia, pese a que la corriente dominante de la macroeconomía había establecido el dominio del ciclo económico.
A cinco años del colapso de Lehman, el sistema financiero sigue tan vulnerable como antes y una nueva crisis financiera de grandes magnitudes se encuentra a la vuelta de la esquina. Ningún banquero se ha hecho responsable de sus errores y el amparo de los gobiernos a expensas de los consumidores les ha dado rienda suelta para seguir apostando y especulando con los precios de las materias primas, commodities u otros insumos. La migración de estos riesgos se hace hacia la banca en la sombra, que no está sujeta a ningún control. Y las instituciones financieras son ahora mucho más grande que antes del colapso de Lehman. Tan grandes que una nueva crisis podría arrastrar a países completos.
Desde la quiebra de Lehman se ha producido una retirada masiva de dinero hacia la llamada banca en la sombra que alcanza un volumen de 70 billones de dólares(US$70.000.000.000.000), un volumen tan grande como todo el valor de la economía real y equivalente al doble del valor del capital financiero regulado. Si agregamos los derivados financieros llegamos a los 640 billones de dólares, casi diez veces más que todo el valor de la economía mundial. Esto es lo que tiene al sistema financiero al borde del abismo. El estallido de un nueva crisis de magnitudes aún mayores a la de hace cinco años está a la vuelta de la esquina justamente porque nada se ha hecho por regular al sistema financiero. Las armas financieras de destrucción masiva que construyeron Lehman Brothers, Goldman Sachs y JP Morgan siguen aún latentes y nadie se ha ocupado de destruirlas. Todos estos bancos tienen hoy activos mucho mayores a los de antes de la crisis, por lo que ahora son el doble de “demasiado grandes para caer”, y ningún gobierno podrá salir en su rescate.
0 Responses to "A cinco años de la quiebra de Lehman proliferan las semillas de la próxima crisis"
Publicar un comentario