La nefasta, depredadora y contaminante sobreproducción

Posted by Adán Salgado Andrade on lunes, enero 15, 2024

 

La nefasta, depredadora y contaminante sobreproducción

Por Adán Salgado Andrade

 

El capitalismo salvaje en su constante necesidad de seguir sobreviviendo a como sea, desde siempre, se ha caracterizado por producir más de lo que la sociedad puede consumir o sea, sobreproducir. Eso, porque la ganancia individual por producto vendido es muy pequeña. La tasa de ganancia en la fabricación, siendo muy buena, es de un 10 por ciento. Eso significa que un auto que cueste $50,000 dólares, rendirá una ganancia de sólo $5,000 dólares. No habría ganancia suficiente si sólo se vendieran unos cuantos autos, pues el monto de la inversión total (que son todas las materias primas – metales, minerales, textiles,  cables, llantas… – requeridas, más los instrumentos de trabajo – máquinas, herramientas, robots, troqueladoras, soldadoras…– más la infraestructura – instalaciones fabriles, electricidad, agua, drenaje, vías de comunicación…) es muy grande como para producir pocas unidades.

Por ello es que se requieren producir cientos, miles o millones de mercancías de lo que sea.

Se sobreproducen tantos alimentos, que se desperdician 1,300 millones de toneladas anuales, que cuestan casi un billón de dólares ($1,000,000,000,000), pues mucha se echa a perder por mal manejo, se caduca o se tira (ver: https://www.ifco.com/countries-with-the-least-and-most-food-waste/).

Es absurdo ese desperdicio, en un planeta en donde 828 millones de personas, poco más del 10 por ciento de la población mundial, padecen hambre y más de un millón de niños (dos cada segundo) ,mueren cada año de inanición (ver: https://www.worldvision.org/hunger-news-stories/world-hunger-facts).   

Los celulares son otro ejemplo, pues se producen anualmente ¡1,400 millones de aparatos! Si somos poco más de ocho mil millones de seres humanos, eso significa que 17.5 por ciento de la población debe de adquirirlos forzosamente, aunque ya posea algún celular (eso se logra imponiendo la obsolescencia programada que vuelve inservibles a los celulares que van, digamos, envejeciendo).

Pero no quiere decir que los ocho mil millones sean consumidores. Se estima que hay unos 2,000 millones de niños y 1,200 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años, así que sólo la gente con ingresos propios serían consumidores. En el 2023, alrededor de 3,400 millones de personas trabajaban, la mayoría con bajos salarios (en México, el 67 por ciento de la población trabajadora gana dos salarios mínimos cuando mucho).

Así que vamos a suponer que sean, optimistamente hablando, unos 1,200 millones los que puedan comprar o cambiar (impuestamente, como señalé) celular cada año. En el 2023, sólo se vendieron 1,200 millones de celulares, es decir un 15 por ciento menos. Y el resto, serán desperdicio. Pero aunque así sea, se habrán usado materias primas y energéticos (electricidad, petróleo, carbón) para que se fabricaran. O sea, la Tierra se habrá depredado y contaminado para hacer los 200 millones de celulares adicionales que no se vendieron.

Por eso es que la sobreproducción depreda y contamina, como ya he expresado en otros de mis trabajos.

Pero en lugar de disminuirla, al contrario, la sobreproducción crece (cada año, la llamada productividad se incrementa, o sea, se sobreproduce más y más) en todo, hasta en supuestas “innovaciones” que, supuestamente, iban a ser usadas para disminuir la contaminación ambiental. Una de tales “innovaciones es la de los autos eléctricos, AEs, que ya se están fabricando masivamente para “abatir” la contaminación. Ya también he indicado en otros artículos que no es así, sino que se trata de un nuevo hito consumista para retroalimentar al capitalismo salvaje, que está creando otro tipo de contaminación (el extractivismo, por todos los metales y minerales que requerirán tantos millones de baterías y porque necesitan 75 por ciento más de energía para fabricarse, entre otras cosas, además de que se necesitará incrementar brutalmente la producción de electricidad para que se recarguen y funcionen).

Pero como ya está impuesta la falacia de que son la “solución ambiental”, se ha iniciado una férrea competencia entre las automotrices de todos los países para ver quien se impone en cuanto a venta y monopolio de la demanda de AEs.

La empresa pionera fue Tesla, del nefasto Elon Musk, pero por la férrea competencia capitalista que generaliza rápidamente todos los adelantos tecnológicos, está quedando atrás. Ya varias automotrices compiten por imponer sus AEs, ser las primeras y hasta las únicas si es posible. Pero estudios indican que no es la solución la masiva producción de AEs, sino que se implemente transporte masivo eficiente, ciudades compactas (en donde todo esté a quince minutos de distancia), calles peatonales, bicicletas… y muchos menos vehículos, aunque sean eléctricos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/02/se-requieren-menos-autos-incluso.html).

China ha abrazado esa falacia de que los AEs serán la solución. Como acostumbra hacer, imita tecnologías extranjeras haciendo ingeniería reversible y ya también está produciendo AEs en demasía, pero algunos más baratos que los autos equivalentes de la competencia.

Resulta que la marca BYD (Build Your Dreams), ofrece su modelo Seal de tracción delantera en México en $778,800 pesos. El de Tesla equivalente, el Tesla 3, está en $881,900 (como se ve, es caro ser verde. Sólo los grupos de altos ingresos podrían darse ese lujo, pero se curarían en salud, diciendo que están contribuyendo a un “mundo mejor”). De hecho, por ser más caro el Tesla, al igual que su mantenimiento, además de que se devalúa muy rápidamente, muchas empresas de renta de vehículos, como la alemana SIXT, que adquirieron Teslas, se están deshaciendo de esos autos y están comprando los de la mencionada marca BYD, (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/12/los-tan-vanagloriados-autos-electricos.html).

Como un ideal chino es crecer económicamente de forma constante, acelerada y sin límites (lo cual no es posible, pues el planeta tiene recursos limitados y por eso China anda en busca de los recursos naturales de otros planetas), trata de superar a los competidores (en tecnologías que ya domine, claro), como en el caso de los autos. Ya, por ejemplo, supero a Japón en la exportación de autos (este país era el mayor exportador). En el 2023, mientras Japón exportó 4.3 millones de vehículos, China lo hizo con 5.26 millones (ver: https://es-us.finanzas.yahoo.com/noticias/china-habr%C3%ADa-destronado-jap%C3%B3n-exportador-112347518.html).

Justamente entre los que más figuran son los de las automotrices que están fabricando AEs, como BYD, la que, como señalé, ya superó a Tesla (aunque, irónicamente, en el mercado interno chino, se prefiere más a Tesla. Y dentro de la propia China, la sobreproducción de autos es brutal, sumando 21.93 millones de vehículos, AEs, sobre todo, en el 2023. A ese ritmo, no habrá recursos, ni energéticos que alcancen para sostener un ilimitado crecimiento (los autos producidos globalmente en el 2023, fueron de más de 40 millones, incluidos AEs y de combustión interna, otro caso de sobreproducción).

Justamente por tantos brutales incrementos en la fabricación de autos en China y de muchas otras cosas (a pesar de que ya está dejando de ser la maquiladora mundial y, por lo mismo, puede estar llegando a un estancamiento económico), es que ya está clasificado como el país más contaminante del planeta, cuyas emisiones de CO2  y otros gases y químicos nocivos, son ya del 30 por ciento anual a nivel mundial. Ya sufre las consecuencias de la crisis ambiental que está ocasionando su brutal e irracional crecimiento económico, como altísimas temperaturas, sequías, inundaciones o las extremas heladas debidas al acelerado derretimiento del Ártico (ver: https://es-us.noticias.yahoo.com/pa%C3%ADs-contamina-mundo-acaba-a%C3%B1o-213229887.html).

Como ahora se sobreproduce más que hace algunas décadas, está incrementándose el tráfico comercial del transporte marítimo, el que se realiza con gigantescos cargueros que transportan miles de contenedores. Se estima que en el 2024, surcarán las rutas marítimas alrededor de 478 cargueros, los que transportarán 3.1 millones de contenedores (llamados TEU, twenty-food equivalent unit, pues miden 20 pies, o sea, seis metros, de largo).

Y esos cargueros los hacen así de grandes, para que puedan transportar lo más posible de contenedores y mercancías, aunque luego se queden atorados, como el Ever Given en marzo del 2021 o naufraguen, lo que incrementa la contaminación del mar (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/12/naufragios-de-barcos-cargueros-mas.html).

Eso es, sobre todo, para ahorrar en gastos y obtener la máxima ganancia posible. Además, tanta sobreproducción termina convertida en basura. Y sólo se recicla el 7 por ciento de ella globalmente.

Así que si la tendencia de sobreproducir cada año más y más que el anterior, persiste, no le quedará mucho tiempo a los recursos planetarios para seguir alimentando nuestro insaciable apetito por ellos.

Y lo que quedará será un planeta yermo, sin las condiciones medioambientales adecuadas para que podamos seguir viviendo en él.

Ya un grupo de científicos, dirigidos por la Universidad Estatal de Oregón, ha dicho que para que se eviten “los peores resultados ecológicos y sociales del cambio climático”, se debe de dar un enfoque “en la preservación de la Naturaleza, como una solución climática natural, bienestar social y calidad de vida e igualdad y altos niveles de educación  para niñas y mujeres, lo que resultará en bajas tasas de fertilidad (debemos reducir la población forzosamente, haciendo que las mujeres no vean como objetivo único el de reproducirse) y niveles de vida más altos, además de una rápida transición a la energía renovable” (ver: https://www.jornada.com.mx/2024/01/10/ciencias/a07n1cie).  

Pero para el capitalismo salvaje, esas soluciones y necesarios cambios, no importan. ¡Su lema seguirá siendo sobreproduzcamos, aunque a la muerte global nos dirijamos!

  

Contacto: studillac@hotmail.com