Argentina - La épica de la anti-épica
Pablo Stefanoni *
Perfil, Buenos Aires, 11-12-2015
La asunción de Mauricio Macri respondió
a su estilo de campaña. La postal fue la de ciudadanos contentos, sin feriado
ni masas en las calles, la política de la no política, estética minimalista, y
un discurso en el que reemplazó a los grandes líderes por los grandes equipos.
Si de la Rúa se construyó como aburrido frente al Menem de las Ferraris,
Mauricio se construye como un presidente de consenso y de diálogo frente a la
“crispación” kirchnerista. Y todo eso encaja bien en el discurso
post-ideológico, que constituye el arma más sustancial de las llamadas “nuevas
derechas” para vencer a los progresismos sudamericanos. En todo caso, fue la
contracara del Abrazo a Cristina, lleno de épica nacional-popular y exaltación
política y afectiva de la líder. Macri no tiene –ni puede tener- eso porque
carece de carisma e hizo de esa necesidad una virtud “republicana”.
En ese marco, Frondizi se volvió la
imagen que le permite a Macri construir si no un panteón, alguna referencia a
la historia que active imágenes positivas: en este caso a una suerte de figura
moral asociada a una palabra cara: el desarrollo, materia en la que Argentina,
con neoliberales o populistas, no termina de lograr un éxito a su medida (al
menos según la visión que los argentinos tenemos de nosotros mismos respecto de
lo que merecemos).
Macri logró “desdiabolizarse”: quitarse
de encima las marcas de neoliberalismo o de asociación de su connotado apellido
con la diabolizada década del 90. Pero, además, construir una nueva marca
partidaria: Propuesta Republicana (Pro) y ganar pagando por la UCR solo lo que
la UCR vale. No es poco.
El nuevo escenario, la CEOcracia, en
referencia a los cuadros que vienen del sector privado, marca un quiebre
respecto de la visión predominante sobre administración pública; veremos qué
sucede con la necesaria autonomía estatal. La nueva Canciller Susana Malcorra
–que dijo que va a “desideologizar” la política exterior- es una de las
exponentes de este giro pragmático empresarialista.
Pero Macri, a la luz de la coyuntura
regional, ocupará un lugar destacado por ser el primer candidato que le gana a
un gobierno “posneoliberal”. El timing de las elecciones hizo que coincidiera,
además, con el arrollador triunfo de la oposición venezolana, con lo que esta
“nueva derecha” va tomando forma latinoamericana.
Con todo, la idea de un fin de ciclo
puede resultar algo equivocada: mucho del sentido común y los avances de la
“década larga” perdurarán. También, en el caso argentino, la imagen del 2001
puede ser particularmente relevante, especialmente para un gobierno no
peronista, si decidiera impulsar medidas impopulares. Como mostró la reacción
al editorial proimpunidad de La Nación, estamos lejos de una vuelta tout court
a los 90. Como escribió Gabriel Vommaro, coautor de Mundo Pro, en la revista
Anfibia, “La centro-derecha pragmática prefiere ganar antes que tener razón: en
un giro que molestó a militantes y cuadros, pero que buscó moderar lo que se
pedía a la sociedad, el candidato presidencial aceptó medidas económicas y
realidades políticas que se habían convertido en bienes colectivos”. Esa
moderación es similar a las que los progresistas debieron hacer en los 90 (por
ejemplo, aceptar las privatizaciones), y muestra que los ciclos no comienzan de
cero ni terminan por completo. Y así como el neoliberalismo sigue presente en
sus efectos, también perdurará el post-neoliberalismo en los próximos años.
Pese a su economía discursiva, o
precisamente por ella, el Pro intentará su refundación “antiépica” del país. Un
experimento con final abierto, una sociedad expectante que no da cheques en
blanco y un presidente sin mayorías pero con el control de tres gobiernos
claves: nacional, provincial y municipal. Y dentro de este experimento, uno
propio vivirá María Eugenia Vidal, cuya luz logró opacar a Gabriela Michetti y
transformarse en una pieza clave de la nueva era macrista o, de acuerdo al
nuevo momento, "equipista".
* Jefe de Redacción de la revista Nueva
Sociedad.
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