Chile - Partido Comunista y Sus Negociaciones Parlamentarias: Errático,Confuso y Desfigurado
Fuente: El Rastro
Mientras los comunistas mantienen firme su deseo de sumar una docena de candidatos a diputados y un aspirante al Senado en la lista del arcoiris, desde el Partido Humanista aseguran que sus ex socios del Juntos Podemos “quieren obtener cuotas de poder y mantenerse ahí”.
Teillier defiende el pacto y analista sentencia que el PC, debido a la pérdida de influencia en las federaciones de estudiantes, estaría obligado a ingresar a un eventual gobierno de Bachelet.
Por Guillermo Arellano. Especial para Rastro Noticias.
Anote: Camila Vallejo, ex presidenta de la Fech y uno de las referentes del movimiento estudiantil de 2011, candidata a diputada por La Florida; Karol Cariola, jefa de las Juventudes Comunistas (JJ.CC.), postulante al mismo puesto por Independencia y Recoleta; Cristián Cuevas, directivo de la Central Única de Trabajadores (CUT), que comandó las manifestaciones de los empleados subcontratados de Codelco, es carta por Calama y Tocopilla; Daniel Núñez, dirigente PC, contendor por Illapel y Los Vilos; y Camilo Ballesteros, ex timonel de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile, y ex postulante a la alcaldía de Estación Central, lo intentará por el mismo distrito que incluye a Maipú y Cerrillos.
Agregue otros. Los diputados en ejercicio Guillermo Teillier, Lautaro Carmona y Hugo Gutiérrez reconcursarán al cargo en San Miguel, Copiapó e Iquique, respectivamente.
Además, según Teillier, la centenaria entidad que dirige desde 2005 tiene derecho a presentar un nombre para el Senado y también les correspondería llevar “entre doce y quince” elementos en la plantilla parlamentaria que establecerán con sus restantes pares de la Concertación.
Pero, ojo, no se trata de cualquier cosa. “Acá hay que buscar la electividad de cada partido en relación a los mismos porcentajes de representación en las últimas dos elecciones de concejales. No es lo mismo cupos que electividad. Esto funciona de forma distinta. Lo que se está trabajando es llegar a un acuerdo, dado que en muchas zonas lo más probable es que haya primarias en la oposición”, explicó el legislador en diálogo con Rastro Noticias.
Tan avanzado está el nivel de cercanía entre el PC y el arcoiris, que los alcances de este pacto superan el acuerdo por omisión que se firmó el 2009 entre ambas partes, el cual hizo posible su retorno al Congreso luego de 37 años de espera, y que tiene como factor esencial el ítem presidencial y la posibilidad concreta de aportar ministros y otros funcionarios en un hipotético nuevo gobierno de Michelle Bachelet (PS).
“Existe hace rato un equipo de primarias, pero nosotros no hemos determinado nuestra participación y si vamos a poner un abanderado o no. Complementariamente, hay una serie de resoluciones que aún no se adoptan y que se resolverán tomando en cuenta cómo ha avanzado el programa (que fue lo que exigimos al inicio de las conversaciones) y el pacto electoral y cuáles son las posturas de los distintos candidatos que estarán en esas primarias”, insistió.
Cosas del idioma
En su exposición, Teillier enfatizó que las mencionadas tratativas “las están llevando adelante no los partidos de la Concertación y el PC, sino que seis partidos de oposición. No hay una Concertación en un bando y el PC en otro bando. Cada partido actúa de manera individual”.
Sus ex socios del desaparecido pacto “Juntos Podemos Más” sonríen ante este singular matiz y miran de lejos este acercamiento de los comunistas hacia la centro-izquierda.
Michely Bravo, secretaria general del Partido Humanista, aseguró en esta publicación que la colectividad del martillo y la hoz “ingresó a la Concertación para cuidar sus aspiraciones, cosa que ya ocurrió en la anterior campaña, cuando tras presentar y apoyar nuestra candidatura alternativa (Jorge Arrate) nos percatamos de su real intención, que era obtener cuotas de poder y mantenerse ahí”.
La vocera niega que la existencia del sistema binominal juegue a favor del PC a la hora de justificar su estrategia. “A pesar de tener una votación no menor en todas las elecciones, esta ley nos perjudica en el sentido de que no podemos sumar representantes. Sin embargo, eso no significa que vayamos a firmar tratos con los sectores que son de oposición a lo que pensamos -porque la derecha y la Concertación son lo mismo-, para poder entrar al Parlamento y transformarnos en uno más de ellos”, alegó.
Bravo se molesta con el postulado que habla de sumarse a un bloque único de oposición para enfrentar a la Alianza en los próximos comicios. A su juicio, “no somos el único referente u organización que está en desacuerdo con las dos derechas que hoy dirigen y manipulan todo. El PH hace mucho que no habla con Guillermo Teillier, entonces él mal podría decir algo sobre nuestra opinión. Para peor, él sabe que a los grupos extraparlamentarios no les dan prensa debido a que no tenemos las lucas para financiar las apariciones en los distintos medios”.
“Nosotros estamos conformando un referente bastante amplio con otras fuerzas y hay una opción presidencial en esta izquierda (por llamarlo de alguna manera) que ya se está vislumbrando (el economista Marcel Claude). Y es en el plano nacional y con el objetivo manifiesto de llegar a La Moneda. En la actualidad, existe el 60% de personas que no votaron en la municipal, por ende, cualquier partido o alianza está en igualdad de condiciones para competir en noviembre”, advirtió.
Rojo desteñido
Volviendo al PC y a la presidencial, es un hecho de la causa el favoritismo que marcó Bachelet en las encuestas CEP y CERC. No obstante, para el diputado Teillier cualquier tipo de respaldo antes o después de la primaria de fines de junio está supeditado a los avances de la propuesta programática que entregue la Concertación.
No cree lo mismo Marcelo Martínez, sociólogo y profesor de la Usach. En su opinión “los pactos electorales son pactos políticos. Por más que se diga que una cosa es un acuerdo electoral y otra es un acuerdo político, ambos asuntos poseen una gran profundidad. Ante eso, lo más probable es que si los comunistas no entran derechamente al gobierno, sería visto como algo extraño, porque hasta donde yo sé una de las exigencias de Bachelet para asumir una candidatura es que estuvieran ellos presentes y adentro, algo así como un pacto de gobernabilidad”.
“Si se llegara a firmar un pacto puramente electoral, dejando al PC fuera de La Moneda, como bloque político eventualmente van a morigerar sus opiniones y sus críticas. Por eso que es insostenible hacer un pacto electoral sin que sume su ingreso al gobierno. Es más, creo que el PC no tiene nada que hacer fuera del Ejecutivo”, expresó en esta publicación.
Tal obligación tiene una dura explicación de fondo, según la lectura que hace el profesor universitario: “Hasta el 2011, del total de federaciones estudiantiles de los planteles del consejo de rectores, sin riesgo a equivocarme, yo diría que el 80% estaban en manos de dirigentes de la Jota. En cambio, hoy día, si hay una federación en manos del JJ.CC. es mucho. Casi no tienen ninguna”.
“El distanciamiento que existe entre el Partido Comunista en el movimiento estudiantil, que es el referente social más activo por sobre el de los trabajadores, que no tienen ninguna capacidad de movilización, o los locales como Barrancones, Aysén o Calama, es grande. Es por eso que los comunistas no están en condiciones de capitalizar una participación en el mundo social. Si se quedan en el limbo, es decir, ni en el lado de los movimientos y fuera del gobierno, perderán su sello político”, argumentó.
Martínez no se detiene ahí y concluye que “para criticar al gobierno y capitalizar esa crítica políticamente, eso sólo se logra desde el lado de los movimientos sociales. Ejemplo: Giorgio Jackson, precandidato a diputado por Santiago, es capaz de decirle a la Concertación que quiere ir a primarias, pero sin que le pidan que firme un compromiso con Bachelet, mientras no conozca su programa. Hasta se opone a la idea de ser parte de un Parlamento para ella en vez de ser contra la derecha. El motivo es evidente: hay sectores de la Concertación que no quieren cambiar el modelo”.
Mientras las cúpulas partidistas vuelven a la actividad tras el descanso estival, las cartas parecen estar echadas. O es el todo o es la nada, sobre todo para un sector que está viviendo una rara metamorfosis, porque una cosa es alegar contra el poder y otra es aferrarse al mismo. A sacar la calculadora se ha dicho.
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