Políticos de ‘izquierda’ acompañan a Occidente en sus ataques en cualquier lugar del mundo
Rómulo
Pardo Silva
Escribe
Manuel Navarrete: “Es bochornoso comprobar a qué
nivel cierta izquierda se encuentra alienada y subordinada a los medios de
comunicación burgueses. Sonroja ver el miedo a ser tachados de gente que “apoya
dictadores”, a las primeras de cambio, en caso de que no repitamos
constantemente y prácticamente en cada frase nuestro desprecio por el líder de
cualquier nación que sea acosada por el imperialismo (ya sea este líder Sadam
Hussein, Milosevic o Gadafi).”
“Como
se depende demasiado de lo que digan los medios de comunicación, se defiende a
Allende, pero se critica a Chávez. Se defiende al Che, pero se critica a las
FARC. Se defiende a Camilo Cienfuegos, pero se critica a Fidel. Se defiende a
Rosa Luxemburgo, pero se critica a Honecker. Se defiende a Gramsci, pero se
critica a cualquier dirigente de un país socialista. Y, por supuesto, se
defiende a Trotsky, pero se critica a Stalin.
En
resumen, se defiende siempre a los que han sido derrotados. Pero, si hubieran
logrado vencer, no se los defendería. Porque, entonces, los medios de
comunicación dirían durante las 24 horas del día que son malos,
antidemocráticos, tiranos que han traicionado a la revolución.”1
Ese escape
cómplice se usa ahora contra Siria cuando sufre miles de muertes, destrucciones,
terrorismos.
En este momento la situación que enfrenta Siria está abierta
para cualquier continuación, incluida la guerra. La OTAN a través del gobierno
turco la ha bombardeado y pretende imponerle una zona de exclusión aérea ilegal
en su propio territorio.
Ahora tienen lo que buscaban, una mujer y niños
inocentes turcos muertos como pretexto para esa respuesta militar directa. La
OTAN -Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, y los demás socios-
afirma que se puso en peligro “su seguridad”, Clinton expresa indignación.
Este es el resultado de una estrategia occidental que
esa ‘izquierda no ve’: conquistar el gobierno del mundo y sus recursos.
El ataque militar a Siria estaba preparado el 2001. Lo
que sucede en el presente es la ejecución con el método libio.
Se infiltra a políticos y militares sirios a través de ofrecimientos
económicos y particularidades religiosas; se recluta, adiestra, paga y arma extranjeros;
se crean campamentos, centros médicos, equipos de asesoramiento militar; y se
les facilita el ingreso por las fronteras vecinas.
Se emite una información-propaganda a favor de los
demócratas rebeldes, se cubre sus acciones terroristas y se culpa de la violencia
al régimen dictatorial.
Como saben que es imposible vencer en esas condiciones a
un ejército nacional se pide la invasión de fuerzas externas. Un argumento es la
llamada intervención humanitaria, otro el desarrollo de la democracia y la
defensa de los derechos humanos. Los escenarios son la ONU, la OTAN, la Liga
Árabe, los Amigos de Siria.
El actor más fácilmente visible del plan ha sido el
gobierno turco, socio dependiente de la OTAN. No el pueblo turco que
mayoritariamente se opone a una agresión a Siria lo mismo que la oposición
parlamentaria.
Desde el inicio del conflicto la zona para el pretexto
fue la frontera. Es la línea de sostenimiento de los terroristas. Allí se trató
de crear un ‘territorio sirio liberado’ para instalar un gobierno que sería
reconocido por las potencias y pediría como autoridad legal ayuda militar internacional
directa. Eso no les ha resultado en Alepo donde están siendo derrotados. Su único
logro es un disparo de mortero que Siria hasta hoy no reconoce y que podría ser
un fuego acordado entre amigos. Hay dudas sobre qué permitió el bombardeo de Pearl Harbor y la
destrucción de las Torres Gemelas.
El punto alcanzado permite ir a la guerra, mantener la
destrucción con sus milicias en el interior, ahogar cada vez más la economía,
contactar gente interna para que deserte o sirva. Diferir los pasos para
evaluar costos.
Occidente está en crisis económica y social. Turquía tiene
conflictos con los kurdos e iraquíes, sabe su debilidad y la determinación de
Irán. Los países árabes del golfo pueden esperar estallidos populares. Egipto
tiene problemas económicos, religiosos y políticos.
Rusia
y China que han estado bajo presión por su defensa de la no injerencia
extranjera en Siria y el respeto a la legalidad internacional es probable que
no lleven ese apoyo a las últimas consecuencias pues aunque saben que en algún
momento las podrán atacar necesitan tiempo para superar las deficiencias
tecnológicas y militares que son el fuerte de Estados Unidos.
El conflicto es
estratégico. El objetivo es la supremacía planetaria y el agotamiento de los
recursos naturales no se va a detener. El candidato presidencial Mitt Romney
afirmó que el mundo necesita un ejército de EE.UU. dominante para mantenerlo
bajo control. Cree en el ‘excepcionalismo estadounidense’, que ‘el siglo 21
será también un siglo norteamericano’.
Sin embargo una ‘izquierda ética’ colabora
con esa política. Con un discurso público de consecuencia democrática y
renovación calla en Libia, en Siria, en Venezuela y se coloca bajo la
protección de los capitalistas.
El doctor Ammar Bagdache, diputado y secretario general
del partido comunista sirio afirma: “Nuestro partido estima que las fuerzas
revolucionarias y progresistas internacionales deben apoyar a los gobiernos y
partidos antiimperialistas y antisionistas frente a la agresión de la reacción,
frente al imperialismo y su política intervencionista e injerencista, violadora
de la legalidad internacional. Eso es lo que define una posición de principios
y revolucionaria en nuestros días. No es posible ser de izquierda o decir que
se es progresista y revolucionario, y coincidir con lo que dicen y hacen
Hillary Clinton, los corruptos monarcas del Golfo o los dirigentes de la OTAN.2
Quienes estén por la paz y evitar enfrentamientos que se
dirigen a una tercera guerra mundial deben ser parte activa de la denuncia de
la estrategia de los empresarios transnacionales de control de la humanidad y
la naturaleza. Es el momento y si no se hace ahora solo quedará la lucha como
se hizo contra el nazismo occidental alemán o el sometimiento elegido por esa
‘izquierda’.
Referencia
1 Culto a la derrota, Manuel Navarrete, Rebelión
2 Conversación
con el Dr. Ammar Bagdache, diputado y secretario general del Partido Comunista
Sirio «Las fuerzas revolucionarias y progresistas
internacionales deben apoyar a los gobiernos y partidos antiimperialistas y
antisionistas» Ernesto Gómez
Abascal, Rebelión
Contacto romulo.pardo@gmail.com
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