Trabajo esclavo: lacra capitalista

Posted by Correo Semanal on sábado, junio 07, 2008

El Socialista publicación de Izquierda Socialista, nº103

Hernán Marquetich

Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más de 12 millones de personas son víctimas del trabajo forzado en el mundo, y casi la mitad son niños, generando ganancias de miles de millones de dólares que se llevan otros. Estos esclavos del siglo XXI, son víctimas de la explotación sexual, o trabajan en agricultura, servicio doméstico, construcción y fábricas.

El estudio de la OIT, señala que aún se venden niños por dinero a través de redes organizadas. Según las Naciones Unidas, el tráfico de personas es el tercer negocio ilegal más lucrativo, detrás del tráfico de drogas y armas.

El término sweatshop (tiendas de sudor) denomina a esas factorías tercermundistas en donde los trabajadores son tratados como ganado, operan en condiciones infrahumanas, carecen de todo derecho, y trabajan generalmente bajo una atmósfera de miedo e intimidación para percibir apenas algunos centavos, por productos que luego se venden a cifras de tres o más dígitos.

Trabajan entre 15 y 16 horas al día, los siete días de la semana, y ganan 120 dólares al mes. Parte de su salario es retenido por la empresa para el pago del dormitorio y las comidas. Tienen uno o dos días de descanso al mes. Los tiempos de producción están determinados, y si trabajan lento les pueden descontar de 10 al 15% de su salario. Las horas extras no son pagadas, aunque representan el 45% del total de tiempo trabajado. A los trabajadores se les prohíbe hablar durante el trabajo, y deben pedir permiso para ir al baño, concesión que sólo pueden utilizar entre dos y tres veces durante la larga jornada.

Nike es uno de los símbolos más infames de este fenómeno, ya que es una de las compañías precursoras y más beneficiadas de la cultura del sweatshop en la era de la globalización. Sus productos son fabricados en más de 700 sweatshops por toda el Asia, a través de una cadena de subcontratistas que explotan a cerca de 600.000 trabajadores, mayormente mujeres de entre 16 y 21 años, y en algunos casos, incluso menores.

Otras marcas de calzado (Adidas, Puma y Reebok), tercerización mediante, fabrican zapatillas e indumentaria deportiva en sweatshops.

Las multinacionales, en distintos lugares del globo, promueven el trabajo esclavo, como la cadena de supermercados Wallmart, o la industria de juguetes Mattel. Tampoco se quedan atrás Walt Disney o Warner Bros. General Motors, produce en México bienes para los países industrializados a cambio de salarios extremadamente bajos, ofreciendo condiciones sociales miserables a sus obreros.

En el caso de la esclavitud sexual, en Estados Unidos se pueden encontrar casos de mujeres provenientes de los países del Este europeo, traídas a los EE.UU. mediante el engaño de un empleo decente en ese país, y otros tantos de muchachas norteamericanas, alguna apenas adolescentes, que son raptadas para recluirlas en lupanares clandestinos, hasta que se enferman, se mueren, o no sobreviven a un aborto clandestino. “Descubrimos situaciones de esclavitud en 90 lugares diferentes, a lo largo y ancho de los EE.UU.”, afirma John Patton, uno de los directores de la ONG Liberar a los Esclavos. Se estiman en 10 mil las mujeres en esa situación, aunque se cree que esta cifra es inconsistente, por la infinidad de casos desconocidos.

La Trata de Esclavos es una herida en la historia de la humanidad. El capitalismo se empeña, no sólo en mantenerla abierta, sino en atravesarla hasta el hueso con su garra. Así, en vez de ser un fenómeno en retroceso, la dinámica es que cada vez se reproduzca más. Hay que organizarse y luchar contra esta lacra capitalista.