Paraguay - SECUESTRANDO LA ILUSIÓN DE LOS INCAUTOS

Posted by Correo Semanal on sábado, junio 07, 2008

Luís Agüero Wagner

En un pasaje del polémico film “Amén” de Costa Gavras, Pio XII ignora los ruegos del joven sacerdote jesuita Ricardo Fontana, interpretado por el actor Mathieu Kassovitz, quien le pide interceder ante los nazis para salvar la vida de millares de judíos que están a punto de ser trasladados a un campo de exterminio.

Pio XII se lava las manos como Poncio Pilatos y pide discreción al joven cura, actitud que en Paraguay se conoce como “hacerse el ñembotavy”, expresión que traducida al castellano significa hacerse el tonto para eludir una responsabilidad. Una actitud parecida adoptó el clérigo-presidente electo paraguayo Fernando Lugo en el caso del nepotismo por el que la prensa paraguaya se escandaliza en estos días, sintiéndose estafada por la candidatura que apoyó apasionadamente.

El presidente electo Fernando Lugo, apenas volvió de Corea donde ofreció garantías para invertir a empresarios de la Secta Moon, intentó quitarse de encima la carga del polémico nombramiento de su sobrino, un vendedor de autos ilegales sin preparación académica, en un alto cargo en la entidad Yacyretá, que maneja la represa hidroeléctrica del mismo nombre.

De esta forma el movimiento que llegó al poder en Paraguay con un furibundo hidronacionalismo, demostró cuál será su estrategia para luchar por la soberanía energética.

Señalando que no era su responsabilidad, sino del director de la entidad, Paul Sarubbi, el clérigo-presidente electo que llegó al poder con el respaldo de la embajada norteamericana, la jerarquía esclesiástica, la prensa ultraderechista y la izquierda latinoamericana, dijo que no le pedirá a su pariente que renuncie al cargo, en evidente señal de que lo protegerá y reeditará el clientelismo, nepotismo y prebendarismo con el que el país se sumió en la corrupción, ignorancia y atraso durante las últimas décadas.

Cuando el clérigo presidente electo incursionó en la política, muchos incautos creyeron que el remedio al nepotismo, prebendarismo, clientelismo y corrupción imperantes en el Paraguay estaba al alcance de la mano. La dura realidad ha confirmado los temores que de donde vino la enfermedad, un culto que ha inventado el clientelismo y el nepotismo como la iglesia católica, difícilmente vendría el remedio.

La tibia reacción tuvo ayer el presidente electo Fernando Lugo, sobre el escándalo desatado tras conocerse que su sobrino, Angel Pompeyo Maidana Lugo fue nombrado en la dirección de medio ambiente de Yacyretá gracias a la influencia de su apellido, ha sumido al país en una profunda tristeza y desilusión.

Llamativamente, los encargados de prensa de la Alianza prepararon una conferencia para aclarar el caso con solo seis preguntas para el presidente electo y sin posibilidades de replantear los cuestionamientos, mostrando la anunciada vertiente autoritaria del nuevo gobierno. Ya antes de las elecciones, los partidarios del obispo del Movimiento Tekojojá habían amenazado a la prensa con retirar licencias, promulgar leyes represivas y con mensajes y publicaciones panfletarias insultantes hacia quienes disentían con ellos.

Cuando algunos periodistas intentaron insistirle sobre el tema a Lugo, los matones que rodeaban al clérigo respondieron con recriminaciones y acusaciones de que no respetaban un supuesto orden establecido.

Al término de la entrevista, los medios fueron rápidamente desalojados de la sala, para que el presidente pueda salir del aeropuerto.

Sólo faltaba una denuncia pública como esta para comprobar que los nuevos sátrapas que imploraron por votos prometiendo cambios, reproducirán en forma calcada el esquema del culto a la personalidad y la corrupción de sus antecesores. Algunos periodistas de conocida trayectoria lacayuna como Ausberto Rodríguez, uno de los principales responsables de la estafa contra la izquierda latinoamericana, incluso han iniciado una campaña que busca imponer un culto a la personalidad del obispo de corte estalinista-hitleriano, publicando panegíricos, cantandole loas e inventando fábulas sobre su vida en una lujosa y onerosa edición cuyo financista se desconoce.

En realidad, tras el escándalo por el nepotismo se esconde la intención de levantar una cortina de humo para evitar hablar de temas mucho más graves, como los represores que son nombrados en importantes cargos en el futuro gobierno, la abyecta sumisión a los embajada norteamericana por parte del obispo, la complicidad de la jerarquía esclesíastica que permitió propagandas en las que los obispos aparecían vestidos con sotana en la TV instando a votar por Lugo, y las mentiras sobre los gastos de su campaña, todo ello encubierto hasta ahora por la prensa subsidiada por el embajador James Cason.