Pena de muerte
El imperio, sus aliados, su letrina
Tali Feld Gleiser y Juan Luis Berterretche
Revista Desacato
http://www.desacato.info
“El juicio duró un día. En cuanto testimoniaba un policía, un vendedor de cigarros y una telefonista, en cuanto el abogado argumentaba miserablemente con una confusión de grotesco entusiasmo y solemne estupidez. Popeye, erguido en la silla, miraba por la ventana para afuera por encima de las cabezas de los jurados. De vez en cuando bostezaba. (...) Los jurados salieron sólo por ocho minutos. De pié, frente al reo, lo declararon culpable. Popeye les devolvió la mirada en silencio, durante varios minutos. Después dijo:
-Diablos! Por el amor de Dios! ...en cuanto el juez anunciaba en que día debería ser ahorcado.”William Faulkner (1) “¡No importa cuánto nos presionen y cuánto nos quieran intimidar, nunca votaremos en contra de la voluntad del pueblo de Botswana!”, aseguró el representante de ese país, Samuel Otsile Outule.
La Unión Europea “nos quiere imponer sus valores”, reclamó indignado el representante de Singapur, Kevin Cheok.
“Optaron por prácticas colonialistas y entrometerse en los asuntos internos de otros países soberanos.” afirmó el embajador de Egipto. Si a partir de esas manifestaciones, piensa que estos diplomáticos están inquietos por la defensa de la soberanía de sus pueblos, solo podemos decirle ¡amig@, ya es hora de dejar de ser incauto!
Las inflamadas declaraciones fueron en defensa de la Pena de Muerte. Esos tres farsantes fueron aliados incondicionales de Estados Unidos en la votación de la ONU, el 14 de noviembre del 2007. A pesar de la postura de ellos en contra de la resolución, el texto de una Moratoria Internacional en la aplicación de la Pena de Muerte fue aprobado por 99 votos a favor, 52 en contra y 33 abstenciones tras dos días de intenso debate en el seno del comité de derechos humanos del órgano legislativo de Naciones Unidas, compuesto por 192 países. USA y sus aliados, embarcados en tan lúgubre causa, intentaron maniobrar presentando una veintena de enmiendas que desvirtuaban el texto de la resolución y que fueron todas rechazadas. La resolución expresa preocupación por la continuada aplicación de la pena de muerte e insta a los países que la mantienen en sus códigos penales a que “establezcan una moratoria de las ejecuciones con miras a abolirla”. También llama al respeto de los estándares internacionales que garantizan los derechos de los condenados y a la progresiva reducción de los delitos que se penan con la muerte.
La adopción de la moratoria supone un triunfo para los opositores de la pena de muerte, que desde 1993 habían intentado sin éxito que la Asamblea General aprobara una medida similar. La resolución, como todas las de la Asamblea General, no es vinculante pero sus promotores aseguran que supone un respaldo moral en la lucha en favor de la abolición de la pena de muerte.
Un total de 133 Estados miembros de la ONU han abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica, y solo 25 países llevaron a cabo ejecuciones en 2006, el 91 por ciento de las cuales se registraron en China, Irán, Irak, Pakistán, Sudán y EE.UU., según datos de Amnistía Internacional. Los aliados de USA en la defensa de la Pena de Muerte no son países defensores de la “democracia liberal” que tanto pregonan, sino que se trata de gobiernos autoritarios, dictaduras militares, castas corruptas, estados dirigidos por el fanatismo teocrático o integrantes del publicitado “Eje del Mal”. El número de ejecuciones cayó en más de un 25 por ciento en 2006, de acuerdo con la organización de derechos humanos, cuando se aplicaron al menos 1.591 penas de muerte en 25 países frente a las 2.148 ejecuciones llevadas a cabo en 2005. El patíbulo más degradante presenciado en el 2006, tanto por la farsa del proceso judicial como por la inmoralidad de la sentencia, fue contabilizado para Irak. Pero en verdad los fantoches que sentenciaron a Saddam Hussein, acataban órdenes de Estados Unidos y el espectáculo depravado de la ejecución estaba dirigido a los electores estadounidenses. Por cierto que, con poco éxito. Podemos concluir que no ha habido un significativo avance en la justicia penal estadounidense desde las hogueras de Salem a la fecha. Isla de Santa Catarina, Brasil, 30-11-2007
Nota
1/ William Faulkner Sanctuary Random House Inc. Nova York 1980.
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