Uruguay - Por un programa basado en la defensa de los intereses inmediatos e históricos de los explotados.
Enviado por Enviado por: FRAS, propaganda y difusión
APORTE PARA LA MESA REDONDA A REALIZARSE EL JUEVES 27 DE MARZO
AGRUPACION DE TRABAJADORES MUNICIPALES LUCIANO DA SILVA
No es nuevo para nadie, si decimos que la clase dominante a través de todos los mecanismos con que cuenta, hace su sucio trabajo de masas, con el cuál busca mantener su dominación a todos los niveles, tanto el económico, el político e ideológico, apuntando a los sectores más vacilantes y menos concientes de la sociedad (que está de más decirlo), forman parte y son base de la estructura social, con un nivel determinado de conciencia. Y más allá de padecer las mismas penurias que toda la clase oprimida (ya que son parte de ella), su conciencia es muy diferente a la conciencia revolucionaria. ¿Por qué? ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo puede ser que padeciendo los mismos sufrimientos, privaciones y oprobio que el resto de la clase trabajadora, no vea las cosas con suficiente claridad? Nos hemos preguntado en más de una oportunidad.
Creemos que una rápida y acertada respuesta a estas interrogantes lo es sin lugar a dudas que, los niveles de conciencia se procesan a partir de la ubicación de las personas en la sociedad y de su práctica desarrollada para transformarla.
A nivel de los trabajadores se puede tener conciencia gremial, conciencia de clase, conciencia ideológica – política, sin que esto signifique madurez revolucionaria; madurez revolucionaria que hace que el trabajador llegue a un estado superior de conciencia integrado en un proceso revolucionario hegemonizado por la clase a través de su ideología. Madurez revolucionaria que haga que cada lucha reivindicativa que los trabajadores emprendan se inscriba en el marco más amplio de la gran tarea de nuestra clase que es derrumbar las estructuras económicas capitalistas para poder edificar la verdadera patria socialista.
Madurez revolucionaria que le haga ver que solo por intermedio de la violencia revolucionaria a través de su organización política-revolucionaria (el partido), la clase trabajadora podrá ver cumplidos su anhelos de justicia e igualdad.
Pero no queremos alejarnos lo que para nosotros es fundamental en esta etapa, como lo es la conciencia de las masas. La lucha, el proceso personal y colectivo y la conciencia que se va adquiriendo se interrelacionan dialécticamente en lo que hace a la toma de conciencia. Entonces, la lucha de los trabajadores, es inseparable de una nueva cultura, de una nueva educación. La conciencia de clase es inseparable de la vida cotidiana. Están vinculados con los espacios cotidianos de la vida del trabajador, a su propia experiencia de trabajo. Es el resultado de una situación objetiva. Y nos preguntamos: ¿Puede haber conciencia de clase si no hay un descubrimiento crítico y vivencial de la situación en que se vive?
La lucha ideológica en el seno de cada grupo sindical o político está determinada por los distintos niveles de conciencia política. A cada grado de conciencia de clase le corresponden niveles determinados de lucha. Más allá de un trabajador aislado o un grupo de trabajadores determinados que pueden o no corresponderse con las cualidades de conciencia de su clase, que pueden hallarse desfasados de ella e incluso estar al servicio de su enemigo de clase sin proponérselo ni saberlo; la clase obrera es la fuerza motriz de la historia, la que tiene mayores potencialidades como clase y la más consecuentemente revolucionaria, por lo tanto es en ella y para ella que deben ir todos nuestros esfuerzos.
Toda organización política o sindical, pertenece al campo del pueblo, y, por tanto, también coadyuva al proceso revolucionario en alguna medida. Sigue siendo la contradicción misma una unidad dialéctica que en el terreno político no se da sin lucha ideológica.
En la estrategia de la revolución y su aplicación concreta es ineludible disponer de una línea organizativa que no excluya ninguna forma de conciencia social. Ahora, la gran pregunta es, ¿como observamos a nuestro pueblo? Si bien es cierto que hay gran insatisfacción a nivel popular, que nos dice su nivel de conciencia.
Acaso vemos en las calles semana a semana manifestaciones que nos sirvan de termómetro para ver cual es su grado de bronca. ¿Y porque sucede esto? ¿Por qué no están las columnas de trabajadores enfrentándose codo a codo contra el brazo armado del capital mostrando todo su descontento en las calles? ¿Acaso vemos una desafiliación masiva al PIT-CNT? Cuando se realiza un acto en repudio al gobierno, o de apoyo a las FARC por ejemplo; ¿cuánta gente concurre? ¿Acaso no somos siempre los mismos? Que pasa en los distintos sindicatos; ¿acaso vemos como los trabajadores pasan por arriba de las cabezas de los dirigentes burócratas?
Como aproximación para poder entender este estado general de apatía, de desilusión, del fin de las ideologías, de que todo es lo mismo, de que ya nada es igual, vamos a aportar un estupendo estudio realizado por un grupo de psicólogos y psiquiatras, reunidos en el marco de un encuentro convocado por Serpaj y auspiciado por Sersoc y Sedhu a mediados del año 2000. En este estudio se identificaron nueve secuelas en la salud mental provocadas por la violación de los derechos humanos durante la última dictadura cívico militar. Decían al respecto:
1º) Un acentuado individualismo como valor predominante a nivel individual y colectivo.
2º) La imposibilidad de utilizar un lenguaje directo para comunicarse; el uso de eufemismos lo que lleva que internalizamos la autorrepresión que nos impuso el autoritarismo.
3º) La pérdida de la cultura del debate, el vaciamiento del discurso reivindicativo.
4º) La pérdida de utopías colectivas, lo que hace que aparezca un realismo adaptativo, teniendo esto costos de afectación global que hace que se castigue a todo aquel que busque un cambio social, perdiendo la proyección a largo plazo de lo colectivo, buscando la inmediatez, lo rápido, lo que solucione su problema.
5º) La pérdida de referencias, lo que lleva a sostener que hoy la sociedad se encuentra en construcción de normas, de límites que no nos hagan caer en el autoritarismo.
6º) La pérdida de la capacidad de actuar. Esto señala el deseo de no se identificado con una ideología o una práctica que cuestione lo establecido, lo cuál significa no comprometerse, no exponerse socialmente, no asumiéndonos como seres responsables, sin participar y sin tomar decisiones.
7º) Un manejo inadecuado de las relaciones de poder y particularmente del verticalismo, mecanismo perverso del poder, teniendo como consecuencia la impotencia, la rabia mal canalizada, la violencia familiar y social, el deterioro de los vínculos, las depresiones, impregnando todo esto la pasividad ante las diversas formas de impunidad.
8º) La desconfianza hacia los otros.
9º) Los tiempos perdidos, los costos familiares, laborales, educativos, sociales, culturales, económicos, políticos, científicos, el cierre de numerosas instituciones, la imposibilidad de completar carreras universitarias, la ruptura de proyectos de vida.
Concluye el estudio diciendo: "… LOS AÑOS DE TERROR TRASTOCARON LOS VALORES DE LAS NUEVAS GENERACIONES"
Y si a esto le sumamos por ejemplo la caída en Europa del Este de un tipo de Socialismo, con todo el trabajo sucio realizado en nuestro país por los renegados del PCU, PS, MLN, etc, etc y todos los oportunistas enquistados en distintos ámbitos como por ejemplo el PIT-CNT, FUCVAM, FEUU, llevando agua todos al molino de la restauración capitalista.
Y si a esto le sumamos la ofensiva ideológica de las clases dominantes y del Frente Amplio llamando permanentemente al consenso, al diálogo, a ser serios, maduros y responsables lo que conlleva a la conciliación de clases, siendo todo esto, discurso permanente de los dirigentes frenteamplistas desde la prensa vendida al poder de turno.
Y si a esto le sumamos no solo las derrotas recurrentes sufridas por la clase obrera sino y lo que es peor el abandono sistemático del PIT-CNT en nuestras luchas contra las patronales.
Y si a esto le sumamos toda una franja social (clase media), que se vio favorecida lo que llevó a este sector más conservador y receptor de discursos moderados.
Y si a esto le sumamos que una gran mayoría de los que a fines de la década del 60 sintiéndose vanguardia practicaron la lucha armada y hoy son grandes amigos de los EE.UU y defensores del capitalismo, ocupando casi todos cargos en el gobierno, gobierno éste de espaldas a los trabajadores; todo esto hace que los viejos luchadores defraudados se fueran alejando, que otros fueran aceptando la nueva realidad y quizás lo que es peor, los jóvenes se han ido educando en los marcos de la democracia liberal burguesa, donde la concertación y la negociación son normas durante su formación
Nosotros entendemos que nuestra clase se encuentra atravesando una tremenda crisis a nivel ideológico. Repasemos algunos datos de la realidad:
ENCUESTA REALIZADA POR LA EMPRESA LATINOBAROMETRO EN 17 PAISES DE LATINOAMÉRICA.
RESPALDO AL SISTEMA POLÍTICO: URUGUAY 78 %, ARGENTINA 68 %, CHILE 50 %, PARAGUAY 40 %, BRASIL 35 %.
SATISFACCIÓN CON EL SISTEMA POLÍTICO: URUGUAY 43 %, ARGENTINA 34 %, CHILE 33 %, BRASIL 28 %, PARAGUAY 9 %.
Por otro lado, Costanza Moreira, doctora en ciencias políticas e investigadora de la universidad de la república, en este sentido expresa:
… Nueve de cada diez uruguayos se sienten orgullosos o bastante orgullosos de serlo y ello tienen que ver con que se conciben a sí mismos personas cultas y democráticas.
… Uruguay siempre ha tenido valores comparativamente más altos de apoyo a la democracia que el resto de los países de América Latina, debiéndose ello principalmente a que es uno de los países que ha vivido más tiempo dentro de ese sistema. Cuanto más vive un país en democracia, más la democracia se arraiga en la población. Es un problema de acumulación histórica de vivencias democráticas.
… Sin embargo y paradójicamente, los uruguayos son los que hacen la peor evaluación de su situación económica, existiendo una enorme distancia entre la evaluación económica y la evaluación de la situación política, por lo que la satisfacción democrática parece estar despegada de la valoración económica…
Ahora bien, sin desconocer que la voluntad de lucha o el espíritu de rebelión de los pueblos son inherentes a la división de la sociedad en clases ya que estas nacen de la miseria, de la opresión y de la injusticia social, insistimos, esto no alcanza para transformar nuestra realidad, ya que debemos abordar la realidad social actual, analizarla y elaborar una teoría para luchar por su transformación revolucionaria, todo esto desde la práctica cotidiana en la lucha social.
Por lo tanto el tema pasa por como organizamos y nos organizamos para la lucha, teniendo siempre presente que la teoría será para la lucha revolucionaria. Acá se trata de recuperar el papel protagónico de la clase obrera.
Y a esta altura nos interesa realizar la siguiente aclaración. La AGRUPACIÓN DE TRABAJADORES MUNICIPALES LUCIANO DA SILVA no renunciará jamás a las ideas guías que nos mueven, ideas guías que encontramos en el MARXISMO LENINISMO. Ideas guías que nos dicen que debemos desconocer todos los compromisos y lazos de sumisión y sometimiento contraídos con el imperialismo y sus agentes, ideas guías que nos dicen con meridiana claridad que debemos nacionalizar confiscando y socializando sin indemnización todas las riquezas y medios de producción que el imperialismo y la oligarquía posee en nuestro país, ideas guías que nos conducen a la dictadura del proletariado como condición del tránsito del capitalismo al socialismo, ideas guías que nos dice que el Estado deberá ser dirigido políticamente por la clase obrera, encabezada por su núcleo más avanzado, ideas guías que nos señalan que los medios de producción deben ser manejados por el estado, ideas guías que nos conduce a la planificación económica, al centralismo democrático y al internacionalismo revolucionario.
Ideas guías que nos lleva a decir que LA TOMA DEL PODER SERÁ UNICAMENTE POR LA VIOLENCIA REVOLUCIONARIA DESTRUYENDO EN SU TOTALIDAD AL ESTADO BURGUES ACTUAL.
A NADA DE ESTO RENUNCIA LA AGRUPACIÓN DE TRABAJADORES MUNICIPALES LUCIANO DA SILVA, ES MÁS, LO REAFIRMA Y TRABAJA EN TODOS LOS DIAS EN ESTE SENTIDO. Y no renunciamos ni renunciaremos jamás al marxismo leninismo ya que esa concepción revolucionaria del mundo fue la que nos enseñó a la clase obrera a comprender su misión histórica.
Y es precisamente en este periodo muy particular de la lucha de clases en donde el reflujo en torno a posiciones revolucionarias es cada vez mayor, en donde al falta de claridad sobre la necesidad imperiosa de todos los revolucionarios es algo palpable, surgen una serie de movimientos y personalidades; el Movimiento de Uruguayos que no festejan de Las Piedras, la Asamblea Democrática Popular de Peñarol, la Coordinadora Antiimperialista de Las Piedras, el Frente Revolucionario por una Alternativa Socialista, Refundación Comunista, el Dr. Gustavo Salles y el Movimiento Revolucionario Oriental, que van encontrando los puntos de convergencia para resistir la ofensiva neoliberal del capitalismo representados por el Frente Amplio, siendo los retos propios de esta convergencia de las organizaciones del proletariado en lograr consolidar la presente acumulación de fuerzas, sabiendo orientar estos esfuerzos de unidad lo más amplia posible de la clase obrera, el pueblo trabajador, las masas oprimidas y explotadas, hacia la consolidación de una plataforma común, que ponga en el centro las demandas para unir a la clase trabajadora en contra de un sistema por demás injusto con la obtención de mejores condiciones de vida y trabajo, orientando la lucha hacia la consecución de sus aspiraciones históricas de liberación, como clase social explotada, sin olvidar ningún método de lucha pero privilegiando el método según el momento histórico que vivimos.
Por más que algunos aún insistan en mantener divididos a los trabajadores, la realidad es terca y empuja hacia crear un frente común, que logre organizar la resistencia y mantener la lucha permanente, para pasar a una ofensiva de la clase trabajadora contra el capital, teniendo siempre presente que las condiciones subjetivas, de conciencia de clase, no pueden darse de manera mecánica como reflejo de las condiciones objetivas de miseria y hambre de los trabajadores; sino que requiere de una ardua labor de parte de las conciencias progresistas y revolucionarias, que hoy están convocando a esta Mesa Redonda
Claro que el trabajo no será fácil. Estos grupos y personalidades se tienen que enfrentar a la ideología dominante, que se traduce en diversas corrientes de opinión, como la derecha más recalcitrante, el oportunismo, el reformismo y el ultraizquierdismo, los cuales aún en el mejor de los casos sin proponérselo, sabotean de manera permanente la unidad de la clase obrera en defensa de sus intereses como clase.
El parlamento burgués, sus partidos y sus leyes jamás será el camino de liberación nacional y el socialismo que los trabajadores anhelamos, pero el nivel de conciencia de nuestro pueblo hace que la opción electoral que hoy se nos plantea sea la correcta, además esto puede y debe convertirse en una forma de aglutinar a un mayor numero de trabajadores descontentos, y actuar como caja de resonancia y demostrar que nada se puede esperar de las leyes burguesas, esto sin olvidar lo necesario e importante que puede significar que los trabajadores reconozcan por propia experiencia, que las leyes burguesas están diseñadas para oprimir y garantizar la explotación capitalista. No obstante ello, se necesita que el movimiento obrero y popular avance en organización, unidad y lucha en contra del capital.
La actual ofensiva capitalista por un lado, y el nivel de conciencia de los trabajadores, obliga a la realización de acciones contundentes, de masas, y no nos permite desdeñar a ninguna organización de trabajadores, de cualquier tipo, obligados por las condiciones actuales a sumar esfuerzos y organizar el descontento, para orientarlo correctamente en la actual etapa de la lucha de clases, pensando en la necesidad de la unidad más amplia de los trabajadores y las masas explotadas para golpear al enemigo común, basando esta unidad en los intereses de clase, y esto no nos permite menospreciar cualquier tipo de lucha que de algún modo contribuya al avance del movimiento obrero y popular, antes bien, debe ser aprovechado para ir hacia adelante, sea porque las desviaciones se desenmascaren por si mismas y las posiciones progresistas y revolucionarias se afiancen, sea porque esto pueda servir como un elemento para que las masas trabajadoras se vean obligadas a organizarse y tomar por asalto sus organizaciones, para democratizarlas y llevarlas por el sendero de la unidad de la clase trabajadora para acabar con la opresión y explotación.
Esta intento de organización debe ser aprovechada cerrando filas para lograr concretar la organización de un Frente Único con un programa basado en la defensa de los intereses inmediatos e históricos de los explotados.
Ciertamente las diferencias entre las organizaciones existen, y muchas de ellas persistiran. Eso es natural que ocurra y se debe de estar preparado. Pero todos debemos entender que mas allá de las lógicas diferencias, es posible y necesario trabajar con 4 ó 5 puntos en común. Nuestra agrupación sindical practica y defiende las mas diversas formas o metodos de lucha. Hemos visto como durante décadas, el debate sobre los metodos de lucha dentro del contexto de la lucha por la liberación nacional y el socialismo ha estado en alguna medida mediatizada por el planteamiento de que la lucha armada y la lucha electoral, o la lucha de masas, se anteponen como contrarias, como opuestos, perdiendo así la perspectiva de la complementariedad.
Se elevan asi, a categorias principistas muchas veces dogmaticas, el uso o rechazo de uno u otro metodo de lucha, cuando de lo que se trata es de asuntos de tactica y estrategia. No hay metodos de lucha malos o buenos. Hay metodos de lucha adecuadamente ejecutados, en la coyuntura apropiada y con resultados positivos, y hay metodos de lucha mal implementados o mal ejecutados que pueden atrasar la lucha.
Asi puede ocurrir con la lucha armada, que puede estar correctamente ejecutada y adelantar los objetivos de la lucha o por el contrario puede ser totalmente contraproducente en una coyuntura o momento determinado. Igual ocurre con la lucha electoral, con la desobediencia civil pacifica, con la politica de frentes o las luchas vinculadas con los ambientales, las sindicales y las alianzas estrategicas. No hay metodo de lucha que se deba demonizar por si mismo, sino procurar su aplicacion de la manera mas cientifica y políticamente correcta que cada momento permita, para que no se cancelen unos a otros, es decir, para que se pueda materializar el elemento de la complementariedad tan necesario entre las diversas formas de lucha.
Ante el descalabro social y economico que atraviesa nuestro país, debemos asumir como un objetivo estrategico de nuestra lucha, la posibilidad de poder articular el ejercicio de las diversas formas de lucha, lo que sin dudas representara un salto cualitativo en la consecucion de la justicia social, el gran objetivo que compartimos todos nosotros. Si importante para nuestra lucha es la articulacion de nuestras acciones y la unidad en la accion, no menos importante es la unidad grande del pueblo en el reclamo de justicia social.
Por eso es nuestra mayor aspiracion que ese compromiso de lucha que hoy se expresa en esta Mesa Redonda se convierta eventualmente en el compromiso de todo nuestro pueblo, todavia hoy atribulado por la confusion y la deformacion mental provocada por tantos años de dominación. Para ello es necesario articular una linea de trabajo politico que movilice al pueblo en pro de sus reivindicaciones inmediatas y donde se comience entre todos a producir propuestas y alternativas.
Por último decimos que en todas y cada una de estas luchas puede darse un punto de encuentro entre aquellos y aquellas que postulen y apoyen las mas diversas formas o metodos de lucha, sin que el debate tenga que producirse desde posiciones antagonicas.
AGRUPACION DE TRABAJADORES MUNICIPALES LUCIANO DA SILVA
No es nuevo para nadie, si decimos que la clase dominante a través de todos los mecanismos con que cuenta, hace su sucio trabajo de masas, con el cuál busca mantener su dominación a todos los niveles, tanto el económico, el político e ideológico, apuntando a los sectores más vacilantes y menos concientes de la sociedad (que está de más decirlo), forman parte y son base de la estructura social, con un nivel determinado de conciencia. Y más allá de padecer las mismas penurias que toda la clase oprimida (ya que son parte de ella), su conciencia es muy diferente a la conciencia revolucionaria. ¿Por qué? ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo puede ser que padeciendo los mismos sufrimientos, privaciones y oprobio que el resto de la clase trabajadora, no vea las cosas con suficiente claridad? Nos hemos preguntado en más de una oportunidad.
Creemos que una rápida y acertada respuesta a estas interrogantes lo es sin lugar a dudas que, los niveles de conciencia se procesan a partir de la ubicación de las personas en la sociedad y de su práctica desarrollada para transformarla.
A nivel de los trabajadores se puede tener conciencia gremial, conciencia de clase, conciencia ideológica – política, sin que esto signifique madurez revolucionaria; madurez revolucionaria que hace que el trabajador llegue a un estado superior de conciencia integrado en un proceso revolucionario hegemonizado por la clase a través de su ideología. Madurez revolucionaria que haga que cada lucha reivindicativa que los trabajadores emprendan se inscriba en el marco más amplio de la gran tarea de nuestra clase que es derrumbar las estructuras económicas capitalistas para poder edificar la verdadera patria socialista.
Madurez revolucionaria que le haga ver que solo por intermedio de la violencia revolucionaria a través de su organización política-revolucionaria (el partido), la clase trabajadora podrá ver cumplidos su anhelos de justicia e igualdad.
Pero no queremos alejarnos lo que para nosotros es fundamental en esta etapa, como lo es la conciencia de las masas. La lucha, el proceso personal y colectivo y la conciencia que se va adquiriendo se interrelacionan dialécticamente en lo que hace a la toma de conciencia. Entonces, la lucha de los trabajadores, es inseparable de una nueva cultura, de una nueva educación. La conciencia de clase es inseparable de la vida cotidiana. Están vinculados con los espacios cotidianos de la vida del trabajador, a su propia experiencia de trabajo. Es el resultado de una situación objetiva. Y nos preguntamos: ¿Puede haber conciencia de clase si no hay un descubrimiento crítico y vivencial de la situación en que se vive?
La lucha ideológica en el seno de cada grupo sindical o político está determinada por los distintos niveles de conciencia política. A cada grado de conciencia de clase le corresponden niveles determinados de lucha. Más allá de un trabajador aislado o un grupo de trabajadores determinados que pueden o no corresponderse con las cualidades de conciencia de su clase, que pueden hallarse desfasados de ella e incluso estar al servicio de su enemigo de clase sin proponérselo ni saberlo; la clase obrera es la fuerza motriz de la historia, la que tiene mayores potencialidades como clase y la más consecuentemente revolucionaria, por lo tanto es en ella y para ella que deben ir todos nuestros esfuerzos.
Toda organización política o sindical, pertenece al campo del pueblo, y, por tanto, también coadyuva al proceso revolucionario en alguna medida. Sigue siendo la contradicción misma una unidad dialéctica que en el terreno político no se da sin lucha ideológica.
En la estrategia de la revolución y su aplicación concreta es ineludible disponer de una línea organizativa que no excluya ninguna forma de conciencia social. Ahora, la gran pregunta es, ¿como observamos a nuestro pueblo? Si bien es cierto que hay gran insatisfacción a nivel popular, que nos dice su nivel de conciencia.
Acaso vemos en las calles semana a semana manifestaciones que nos sirvan de termómetro para ver cual es su grado de bronca. ¿Y porque sucede esto? ¿Por qué no están las columnas de trabajadores enfrentándose codo a codo contra el brazo armado del capital mostrando todo su descontento en las calles? ¿Acaso vemos una desafiliación masiva al PIT-CNT? Cuando se realiza un acto en repudio al gobierno, o de apoyo a las FARC por ejemplo; ¿cuánta gente concurre? ¿Acaso no somos siempre los mismos? Que pasa en los distintos sindicatos; ¿acaso vemos como los trabajadores pasan por arriba de las cabezas de los dirigentes burócratas?
Como aproximación para poder entender este estado general de apatía, de desilusión, del fin de las ideologías, de que todo es lo mismo, de que ya nada es igual, vamos a aportar un estupendo estudio realizado por un grupo de psicólogos y psiquiatras, reunidos en el marco de un encuentro convocado por Serpaj y auspiciado por Sersoc y Sedhu a mediados del año 2000. En este estudio se identificaron nueve secuelas en la salud mental provocadas por la violación de los derechos humanos durante la última dictadura cívico militar. Decían al respecto:
1º) Un acentuado individualismo como valor predominante a nivel individual y colectivo.
2º) La imposibilidad de utilizar un lenguaje directo para comunicarse; el uso de eufemismos lo que lleva que internalizamos la autorrepresión que nos impuso el autoritarismo.
3º) La pérdida de la cultura del debate, el vaciamiento del discurso reivindicativo.
4º) La pérdida de utopías colectivas, lo que hace que aparezca un realismo adaptativo, teniendo esto costos de afectación global que hace que se castigue a todo aquel que busque un cambio social, perdiendo la proyección a largo plazo de lo colectivo, buscando la inmediatez, lo rápido, lo que solucione su problema.
5º) La pérdida de referencias, lo que lleva a sostener que hoy la sociedad se encuentra en construcción de normas, de límites que no nos hagan caer en el autoritarismo.
6º) La pérdida de la capacidad de actuar. Esto señala el deseo de no se identificado con una ideología o una práctica que cuestione lo establecido, lo cuál significa no comprometerse, no exponerse socialmente, no asumiéndonos como seres responsables, sin participar y sin tomar decisiones.
7º) Un manejo inadecuado de las relaciones de poder y particularmente del verticalismo, mecanismo perverso del poder, teniendo como consecuencia la impotencia, la rabia mal canalizada, la violencia familiar y social, el deterioro de los vínculos, las depresiones, impregnando todo esto la pasividad ante las diversas formas de impunidad.
8º) La desconfianza hacia los otros.
9º) Los tiempos perdidos, los costos familiares, laborales, educativos, sociales, culturales, económicos, políticos, científicos, el cierre de numerosas instituciones, la imposibilidad de completar carreras universitarias, la ruptura de proyectos de vida.
Concluye el estudio diciendo: "… LOS AÑOS DE TERROR TRASTOCARON LOS VALORES DE LAS NUEVAS GENERACIONES"
Y si a esto le sumamos por ejemplo la caída en Europa del Este de un tipo de Socialismo, con todo el trabajo sucio realizado en nuestro país por los renegados del PCU, PS, MLN, etc, etc y todos los oportunistas enquistados en distintos ámbitos como por ejemplo el PIT-CNT, FUCVAM, FEUU, llevando agua todos al molino de la restauración capitalista.
Y si a esto le sumamos la ofensiva ideológica de las clases dominantes y del Frente Amplio llamando permanentemente al consenso, al diálogo, a ser serios, maduros y responsables lo que conlleva a la conciliación de clases, siendo todo esto, discurso permanente de los dirigentes frenteamplistas desde la prensa vendida al poder de turno.
Y si a esto le sumamos no solo las derrotas recurrentes sufridas por la clase obrera sino y lo que es peor el abandono sistemático del PIT-CNT en nuestras luchas contra las patronales.
Y si a esto le sumamos toda una franja social (clase media), que se vio favorecida lo que llevó a este sector más conservador y receptor de discursos moderados.
Y si a esto le sumamos que una gran mayoría de los que a fines de la década del 60 sintiéndose vanguardia practicaron la lucha armada y hoy son grandes amigos de los EE.UU y defensores del capitalismo, ocupando casi todos cargos en el gobierno, gobierno éste de espaldas a los trabajadores; todo esto hace que los viejos luchadores defraudados se fueran alejando, que otros fueran aceptando la nueva realidad y quizás lo que es peor, los jóvenes se han ido educando en los marcos de la democracia liberal burguesa, donde la concertación y la negociación son normas durante su formación
Nosotros entendemos que nuestra clase se encuentra atravesando una tremenda crisis a nivel ideológico. Repasemos algunos datos de la realidad:
ENCUESTA REALIZADA POR LA EMPRESA LATINOBAROMETRO EN 17 PAISES DE LATINOAMÉRICA.
RESPALDO AL SISTEMA POLÍTICO: URUGUAY 78 %, ARGENTINA 68 %, CHILE 50 %, PARAGUAY 40 %, BRASIL 35 %.
SATISFACCIÓN CON EL SISTEMA POLÍTICO: URUGUAY 43 %, ARGENTINA 34 %, CHILE 33 %, BRASIL 28 %, PARAGUAY 9 %.
Por otro lado, Costanza Moreira, doctora en ciencias políticas e investigadora de la universidad de la república, en este sentido expresa:
… Nueve de cada diez uruguayos se sienten orgullosos o bastante orgullosos de serlo y ello tienen que ver con que se conciben a sí mismos personas cultas y democráticas.
… Uruguay siempre ha tenido valores comparativamente más altos de apoyo a la democracia que el resto de los países de América Latina, debiéndose ello principalmente a que es uno de los países que ha vivido más tiempo dentro de ese sistema. Cuanto más vive un país en democracia, más la democracia se arraiga en la población. Es un problema de acumulación histórica de vivencias democráticas.
… Sin embargo y paradójicamente, los uruguayos son los que hacen la peor evaluación de su situación económica, existiendo una enorme distancia entre la evaluación económica y la evaluación de la situación política, por lo que la satisfacción democrática parece estar despegada de la valoración económica…
Ahora bien, sin desconocer que la voluntad de lucha o el espíritu de rebelión de los pueblos son inherentes a la división de la sociedad en clases ya que estas nacen de la miseria, de la opresión y de la injusticia social, insistimos, esto no alcanza para transformar nuestra realidad, ya que debemos abordar la realidad social actual, analizarla y elaborar una teoría para luchar por su transformación revolucionaria, todo esto desde la práctica cotidiana en la lucha social.
Por lo tanto el tema pasa por como organizamos y nos organizamos para la lucha, teniendo siempre presente que la teoría será para la lucha revolucionaria. Acá se trata de recuperar el papel protagónico de la clase obrera.
Y a esta altura nos interesa realizar la siguiente aclaración. La AGRUPACIÓN DE TRABAJADORES MUNICIPALES LUCIANO DA SILVA no renunciará jamás a las ideas guías que nos mueven, ideas guías que encontramos en el MARXISMO LENINISMO. Ideas guías que nos dicen que debemos desconocer todos los compromisos y lazos de sumisión y sometimiento contraídos con el imperialismo y sus agentes, ideas guías que nos dicen con meridiana claridad que debemos nacionalizar confiscando y socializando sin indemnización todas las riquezas y medios de producción que el imperialismo y la oligarquía posee en nuestro país, ideas guías que nos conducen a la dictadura del proletariado como condición del tránsito del capitalismo al socialismo, ideas guías que nos dice que el Estado deberá ser dirigido políticamente por la clase obrera, encabezada por su núcleo más avanzado, ideas guías que nos señalan que los medios de producción deben ser manejados por el estado, ideas guías que nos conduce a la planificación económica, al centralismo democrático y al internacionalismo revolucionario.
Ideas guías que nos lleva a decir que LA TOMA DEL PODER SERÁ UNICAMENTE POR LA VIOLENCIA REVOLUCIONARIA DESTRUYENDO EN SU TOTALIDAD AL ESTADO BURGUES ACTUAL.
A NADA DE ESTO RENUNCIA LA AGRUPACIÓN DE TRABAJADORES MUNICIPALES LUCIANO DA SILVA, ES MÁS, LO REAFIRMA Y TRABAJA EN TODOS LOS DIAS EN ESTE SENTIDO. Y no renunciamos ni renunciaremos jamás al marxismo leninismo ya que esa concepción revolucionaria del mundo fue la que nos enseñó a la clase obrera a comprender su misión histórica.
Y es precisamente en este periodo muy particular de la lucha de clases en donde el reflujo en torno a posiciones revolucionarias es cada vez mayor, en donde al falta de claridad sobre la necesidad imperiosa de todos los revolucionarios es algo palpable, surgen una serie de movimientos y personalidades; el Movimiento de Uruguayos que no festejan de Las Piedras, la Asamblea Democrática Popular de Peñarol, la Coordinadora Antiimperialista de Las Piedras, el Frente Revolucionario por una Alternativa Socialista, Refundación Comunista, el Dr. Gustavo Salles y el Movimiento Revolucionario Oriental, que van encontrando los puntos de convergencia para resistir la ofensiva neoliberal del capitalismo representados por el Frente Amplio, siendo los retos propios de esta convergencia de las organizaciones del proletariado en lograr consolidar la presente acumulación de fuerzas, sabiendo orientar estos esfuerzos de unidad lo más amplia posible de la clase obrera, el pueblo trabajador, las masas oprimidas y explotadas, hacia la consolidación de una plataforma común, que ponga en el centro las demandas para unir a la clase trabajadora en contra de un sistema por demás injusto con la obtención de mejores condiciones de vida y trabajo, orientando la lucha hacia la consecución de sus aspiraciones históricas de liberación, como clase social explotada, sin olvidar ningún método de lucha pero privilegiando el método según el momento histórico que vivimos.
Por más que algunos aún insistan en mantener divididos a los trabajadores, la realidad es terca y empuja hacia crear un frente común, que logre organizar la resistencia y mantener la lucha permanente, para pasar a una ofensiva de la clase trabajadora contra el capital, teniendo siempre presente que las condiciones subjetivas, de conciencia de clase, no pueden darse de manera mecánica como reflejo de las condiciones objetivas de miseria y hambre de los trabajadores; sino que requiere de una ardua labor de parte de las conciencias progresistas y revolucionarias, que hoy están convocando a esta Mesa Redonda
Claro que el trabajo no será fácil. Estos grupos y personalidades se tienen que enfrentar a la ideología dominante, que se traduce en diversas corrientes de opinión, como la derecha más recalcitrante, el oportunismo, el reformismo y el ultraizquierdismo, los cuales aún en el mejor de los casos sin proponérselo, sabotean de manera permanente la unidad de la clase obrera en defensa de sus intereses como clase.
El parlamento burgués, sus partidos y sus leyes jamás será el camino de liberación nacional y el socialismo que los trabajadores anhelamos, pero el nivel de conciencia de nuestro pueblo hace que la opción electoral que hoy se nos plantea sea la correcta, además esto puede y debe convertirse en una forma de aglutinar a un mayor numero de trabajadores descontentos, y actuar como caja de resonancia y demostrar que nada se puede esperar de las leyes burguesas, esto sin olvidar lo necesario e importante que puede significar que los trabajadores reconozcan por propia experiencia, que las leyes burguesas están diseñadas para oprimir y garantizar la explotación capitalista. No obstante ello, se necesita que el movimiento obrero y popular avance en organización, unidad y lucha en contra del capital.
La actual ofensiva capitalista por un lado, y el nivel de conciencia de los trabajadores, obliga a la realización de acciones contundentes, de masas, y no nos permite desdeñar a ninguna organización de trabajadores, de cualquier tipo, obligados por las condiciones actuales a sumar esfuerzos y organizar el descontento, para orientarlo correctamente en la actual etapa de la lucha de clases, pensando en la necesidad de la unidad más amplia de los trabajadores y las masas explotadas para golpear al enemigo común, basando esta unidad en los intereses de clase, y esto no nos permite menospreciar cualquier tipo de lucha que de algún modo contribuya al avance del movimiento obrero y popular, antes bien, debe ser aprovechado para ir hacia adelante, sea porque las desviaciones se desenmascaren por si mismas y las posiciones progresistas y revolucionarias se afiancen, sea porque esto pueda servir como un elemento para que las masas trabajadoras se vean obligadas a organizarse y tomar por asalto sus organizaciones, para democratizarlas y llevarlas por el sendero de la unidad de la clase trabajadora para acabar con la opresión y explotación.
Esta intento de organización debe ser aprovechada cerrando filas para lograr concretar la organización de un Frente Único con un programa basado en la defensa de los intereses inmediatos e históricos de los explotados.
Ciertamente las diferencias entre las organizaciones existen, y muchas de ellas persistiran. Eso es natural que ocurra y se debe de estar preparado. Pero todos debemos entender que mas allá de las lógicas diferencias, es posible y necesario trabajar con 4 ó 5 puntos en común. Nuestra agrupación sindical practica y defiende las mas diversas formas o metodos de lucha. Hemos visto como durante décadas, el debate sobre los metodos de lucha dentro del contexto de la lucha por la liberación nacional y el socialismo ha estado en alguna medida mediatizada por el planteamiento de que la lucha armada y la lucha electoral, o la lucha de masas, se anteponen como contrarias, como opuestos, perdiendo así la perspectiva de la complementariedad.
Se elevan asi, a categorias principistas muchas veces dogmaticas, el uso o rechazo de uno u otro metodo de lucha, cuando de lo que se trata es de asuntos de tactica y estrategia. No hay metodos de lucha malos o buenos. Hay metodos de lucha adecuadamente ejecutados, en la coyuntura apropiada y con resultados positivos, y hay metodos de lucha mal implementados o mal ejecutados que pueden atrasar la lucha.
Asi puede ocurrir con la lucha armada, que puede estar correctamente ejecutada y adelantar los objetivos de la lucha o por el contrario puede ser totalmente contraproducente en una coyuntura o momento determinado. Igual ocurre con la lucha electoral, con la desobediencia civil pacifica, con la politica de frentes o las luchas vinculadas con los ambientales, las sindicales y las alianzas estrategicas. No hay metodo de lucha que se deba demonizar por si mismo, sino procurar su aplicacion de la manera mas cientifica y políticamente correcta que cada momento permita, para que no se cancelen unos a otros, es decir, para que se pueda materializar el elemento de la complementariedad tan necesario entre las diversas formas de lucha.
Ante el descalabro social y economico que atraviesa nuestro país, debemos asumir como un objetivo estrategico de nuestra lucha, la posibilidad de poder articular el ejercicio de las diversas formas de lucha, lo que sin dudas representara un salto cualitativo en la consecucion de la justicia social, el gran objetivo que compartimos todos nosotros. Si importante para nuestra lucha es la articulacion de nuestras acciones y la unidad en la accion, no menos importante es la unidad grande del pueblo en el reclamo de justicia social.
Por eso es nuestra mayor aspiracion que ese compromiso de lucha que hoy se expresa en esta Mesa Redonda se convierta eventualmente en el compromiso de todo nuestro pueblo, todavia hoy atribulado por la confusion y la deformacion mental provocada por tantos años de dominación. Para ello es necesario articular una linea de trabajo politico que movilice al pueblo en pro de sus reivindicaciones inmediatas y donde se comience entre todos a producir propuestas y alternativas.
Por último decimos que en todas y cada una de estas luchas puede darse un punto de encuentro entre aquellos y aquellas que postulen y apoyen las mas diversas formas o metodos de lucha, sin que el debate tenga que producirse desde posiciones antagonicas.
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