Libro ; Confesiones de un sicario económico

Posted by Correo Semanal on martes, diciembre 18, 2007

Recibido de ENRIQUE DAVIS

Cómo intervenir, manipular y destruir la economía de los pueblos y... no fallar en el intento!
Michael Sondow


John Perkins, ciudadano estadounidense, era un respetado miembro de lacomunidad financiera internacional, pero en realidad se dedicaba aoperaciones económicas ilícitas en el Tercer Mundo para el gobierno deEstados Unidos.
Acaba de publicarse en Estados Unidos la autobiografía (2) en la que John Perkins detalla cómo ayudó a Washington a estafar a países pobresprestándoles dinero que no podrían devolver para después apoderarse de suseconomías. En una reciente entrevista (3) con Amy Goodman, locutora del programa Democracy Now (La democracia ahora) del National Public Radio en Estados Unidos, Perkins confiesa lo que todos sospechan pero nadie haquerido creer. Lo que sigue fue extractado de esa extensa entrevista.
- Explíquenos qué quiere decir sicario económico.
- Básicamente, lo que nos enseñaron a hacer es reforzar el imperioestadounidense. Crear situaciones donde el máximo número de recursosnaturales fluyan a este país, a nuestras corporaciones y nuestro gobierno,y en efecto hemos tenido mucho éxito. Construimos el imperio más grande dela historia. Esto se logró durante los últimos cincuenta años, desde laSegunda Guerra Mundial, con muy poca intervención militar. Es sólo en casoscomo Irak donde lo militar entra como último recurso. Este imperio, adiferencia de cualquier otro de la historia, fue constituido principalmentea través de la manipulación económica, de la estafa, el fraude, laseducción de la gente por nuestra manera de vivir, y a través de operativoseconómicos. Estuve muy involucrado en todo eso.
- ¿Cómo llegó a eso? ¿Para quién trabajaba?
- Inicialmente fui reclutado, cuando estudiaba negocios en la universidaden los años sesenta, por la National Security Agency (Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos), la organización nacional de espionaje más grande y menos conocida, pero luego trabajé para corporaciones privadas. El primer verdadero sicario económico en los años cincuenta fue Kermit Roosevelt, nieto de Teddy, quien derrocó al gobierno de Irán, un gobierno elegido democráticamente - el gobierno de Mossadegh -, y quien fuera el "hombre del año" de la revista Time. Y tuvo enorme éxito haciendo eso sin derramar sangre, bueno, hubo algo de sangre pero ninguna intervención militar, sólo gastando millones de dólares y reemplazando a Mossadegh por el sha. Entonces nos dimos cuenta de que esta idea del sicario económico era muy buena. El problema fue que Kermit Roosevelt era agente de la CIA. Era un empleado del gobierno. Si lo hubiesen atrapado, nos habríamos encontrado en un lío. Habría sido un escándalo. Entonces allí se tomó la decisión de usar organizaciones como la CIA y la NSA para reclutar potenciales sicarios económicos como yo, y después enviarnos a trabajar para empresas privadas, consultorías, de ingeniería, de construcción para que, si nos agarraban, no hubiera conexión con el gobierno.
- Bien, ahora explíquenos el trabajo que hizo.
- La compañía para la cual trabajé se llamaba Charles T Main, de Boston,Massachussets. Éramos alrededor de dos mil empleados y yo era el economistaprincipal. Terminé teniendo cincuenta personas en mi equipo. Pero miverdadero trabajo fue el de hacer tratos, dar préstamos a otros países,enormes préstamos, mucho mayores de la que ellos podrían devolver. Una de las condiciones de un préstamo, digamos de unos mil millones de dólares, a un país como Indonesia o Ecuador, era que este país tendría que dar 90 porciento del préstamo a una empresa estadounidense para construir infraestructura, una Halliburton o Bechtel. Eran grandes. Esas empresas entonces entraron y construyeron un sistema de energía eléctrica o puertos o autopistas, y estos proyectos básicamente servían sólo a algunas de las familias más ricas de esos países. La gente pobre de aquellos países quedaba clavada con esta asombrosa deuda que no podrían devolver. Un país como Ecuador hoy debe destinar más del 50 por ciento de su presupuesto nacional sólo para pagar la deuda. Y no puede hacerlo. Los tenemos con el agua al cuello. Entonces, cuando queremos más petróleo, vamos a Ecuador y le decimos: "Mire, no puede pagar sus deudas, pues entregue sus bosques amazónicos, que están llenos de petróleo, a nuestras compañías petroleras".
Y hoy estamos entrando y destrozando la Amazonia, obligando a Ecuador a entregárnosla porque acumuló tanta deuda. Hacemos un préstamo enorme, la mayor parte del cual vuelve a Estados Unidos, el país queda con la duda más los intereses, y básicamente ellos se convierten en nuestros sirvientes, nuestros esclavos. Es el imperio. No hay que equivocarse. Es un inmenso imperio, y ha sido muy exitoso.
- Usted dice que a causa de sobornos y otras razones no escribió este librodurante mucho tiempo ¿Qué quiere decir? ¿Quién lo sobornó? ¿Qué sobornosaceptó?
- Acepté un soborno de medio millón de dólares en los años noventa para noescribir el libro.
- ¿De?
- De una empresa importante de la construcción.
- ¿Cuál?
- Se llama Stoner Webster. Legalmente, no fue un soborno, fue ... me pagaron como consultor. Todo de acuerdo con la ley. Pero esencialmente nohice nada. Estaba entendido, como expliqué en "Confesiones de una sicarioeconómico", que cuando acepté el dinero como consultor no tendría que hacermucho trabajo, sólo no escribir este libro, que en ese momento se llamaba"La conciencia de un sicario económico"....
- En su libro usted habla de cómo ayudó a poner en práctica un plan secreto para redirigir miles de millones de petrodólares de Arabia Saudita a la economía de Estados Unidos, y que cimentó la íntima relación entre lafamilia Saud y sucesivos gobiernos de Estados Unidos. Explique.
- Fuimos a Arabia Saudita a principios de los años setenta. Sabíamos queArabia Saudita era la clave para acabar con nuestra dependencia de la OPEP,o para controlar la situación. Arreglamos un trato a través del cual lafamilia real Saud aceptó reenviar la mayor parte de sus petrodólares aEstados Unidos e invertirlos en bonos del Tesoro. El Departamento del Tesoro usaría los intereses de esos bonos para pagar a empresasestadounidenses que construirían en Arabia Saudita -ciudades, nuevainfraestructura-; cosa que hemos hecho. Y la familia Saud aceptó mantenerel precio del petróleo dentro de los límites aceptables para nosotros, loque hicieron todos estos años, y nosotros prometimos mantener a la familiaSaud en el poder mientras respetaran el trato, cosa que también hemos hecho, y es una de las razones por las cuales invadimos Irak. Allí, intentamos implantar la misma política que tuvo tanto éxito en Arabia Saudita, pero Saddam Hussein no aceptó. Cuando los sicarios económicos fracasamos en este escenario, viene la próxima etapa que es la que llamamos de los chacales. Los chacales son individuos habilitados por la CIA que entran e intentan fomentar un golpe de Estado o una revolución. Si eso no da resultado emplean asesinatos, o lo intentan. En el caso de Irak, no pudieron llegar a Saddam Hussein. Sus guardaespaldas eran demasiado buenos.
Él tenía dobles. No pudimos llegar a él. Entonces la tercera etapa, si los sicarios económicos y los chacales fracasan, son nuestros jóvenes, que enviamos para matar y morir. Que es obviamente lo que ha pasado en Irak.
- ¿Puede explicarnos cómo murió Torrijos?
- Omar Torrijos, el presidente de Panamá. Omar Torrijos había firmado el Tratado del Canal con Carter ... y usted sabe que nuestro Congreso lo ratificó por un solo voto, fue un asunto muy contencioso. Torrijos entonces se adelantó a negociar con los japoneses para construir un canal al nivel del mar. Los japoneses querían financiar y construir un canal al nivel del mar en Panamá. Torrijos habló con ellos de este tema, lo que molestó mucho a la empresa Bechtel, cuyo presidente era George Schutz y su consejero mayor Caspar Weinberger. Cuando echaron a Carter (y ésa es una historia interesante; ver cómo sucedió realmente), cuando perdió las elecciones y entró Reagan con Schutz como secretario de Estado -que venía de Bechtel- y Weinberger -que vino también de Bechtel- como secretario de Defensa, estaban muy enojados con Torrijos. Intentaron convencerlo de renegociar el Tratado del Canal y no hablar con los japoneses. Se negó rotundamente. Era un hombre de principios. Tenía sus problemas, pero era un hombre correcto.
Un hombre asombroso, Torrijos. Entonces murió en la caída de un avión en llamas, conectado a una grabadora con explosivos dentro, que ... yo estaba allí, estaba trabajando con él. Sabía que nosotros, los sicarioseconómicos, habíamos fracasado. Sabía que los chacales se acercaban. Y acto seguido, explotó su avión con una grabadora conteniendo una bomba. No cabe duda de que fue organizado por la CIA y muchos investigadores estadounidenses llegaron a la misma conclusión. Por supuesto, nunca nos enteramos de eso en nuestro país...
.- ¿Con qué proximidad trabajó usted con el Banco Mundial?
- Muy, muy de cerca. El Banco Mundial proporciona la mayor parte del dinero que financia a los sicarios económicos, él y el FMI. Pero cuando ocurrió el 11 de septiembre, tuve un cambio de sentimientos. Sabía que tenía que contar esta historia porque lo que pasó el 11 de septiembre es el resultado directo de lo que están haciendo los sicarios económicos. Y la única maneraen que vamos a estar seguros otra vez en este país, y en que vamos as entirnos bien de nosotros mismos, es si usamos estos sistemas que creamos para efectuar cambios positivos en el mundo. Creo sinceramente que podemos hacer eso. Creo que el Banco Mundial y otras instituciones pueden ser recreadas para cumplir su misión original, que es la reconstrucción de las partes del mundo devastadas. Ayudar, genuinamente ayudar a los pobres. Cada día mueren 24 mil personas de hambre. Podemos cambiar eso.
(1) Michael Sondow es periodista y traductor.
(2) Confessions of an Economic Hitman (Confesiones de un sicarioeconómico), San Francisco: Berrett-Koehler, 2004. Todavía no traducido alcastellano.
(3) El derecho de reproducción de la entrevista en América Latina ha sidoconcedido a este periodista por el productor del programa radial.