CHILE: Editorial Werken Rojo.
El Ministro de
Hacienda Rodrigo Valdés y el gobierno de la Nueva Mayoría encabezado por la
presidenta Bachelet nos están diciendo que es imperioso realizar un ajuste
fiscal (léase recortes), dado que la economía no crecerá como estaba proyectado
y con el precio del cobre ocurre lo mismo, el precio de la libra está por
debajo de lo proyectado. El Ministro de
Hacienda anuncio que el ajuste en el gasto fiscal será por UU$ 540 millones de
dólares. El recorte anunciado parece ser
solo un tercio o un cuarto del recorte final que están planeando, de manera que
la amenaza para las familias trabajadoras que lo pagarán es mucho peor. Como era de esperar en esto están de acuerdo tanto el gobierno y la “oposición”.
Pero como siempre lo
que se pretende es que la crisis la paguen los trabajadores y sus familias, por
eso desde el gobierno están hablando de frenar las demandas sociales, algo que
por supuesto no podemos permitir. Los
primeros que han reaccionado son los trabajadores de la Confusam (Salud Municipalizada), que han dejado claro
que ellos rechazan cualquier ajuste que afecte a presupuestos ya insuficientes
de la salud pública.
Está claro también que
no podemos aceptar que se recorten los gastos en educación y se frenen aun más
los cambios que tanto se necesitan en este sector, después de que tantos años de lucha
han costado hacer avanzar algunos pequeños cambios, de los tantos que se
necesitan en este sector.
Necesitamos rebajar
los salarios de diputados y senadores.
Si es necesario hacer
recortes, seria de justicia mínima que se hicieran entre los sectores que
tienen los ingresos más altos de este país, partiendo por rebajar los salarios
de los funcionarios con los cargos más altos del gobierno, también es el
momento de recortar y ajustar los salarios de los Senadores, diputados y
alcaldes, dado que es impresentable que los Parlamentarios estén entre el 1%
más rico de este país.
También es evidente
que se deben recortar los enormes gastos que se hacen con las Fuerzas Armadas,
especialmente después de que han salido las enormes cifras que se han perdido
con la corrupción entre las instituciones armadas, se debe terminar con el
aporte “reservado” del cobre y estos recursos deben ser destinados a los gastos
sociales.
También es de justicia
que se aumenten los impuestos a las grandes empresas que funcionan en este
país, los que crean la riqueza son los trabajadores y como mínimo esta riqueza
debiera ser repartida de una forma más justa y equitativa, no como ocurre hoy
en Chile que está entre los países más desiguales del mundo, donde el 1% más rico de población se queda con más del
30% del ingreso nacional.
La actual crisis
económica, debe ser pagada por los sectores más ricos, no podemos permitir que
nuevamente sean los sectores más pobres y postergados de este país, para aumentar aún más la
desigualdad e inequidad que nos vienen imponiendo las últimas cuatro décadas,
que comenzó con la dictadura, desigualdad que ha
sido profundizada
por los gobiernos de la Concertación, actual Nueva Mayoría.
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