Brasil - Porqué las cosas llegaron a este punto con Lula
José María de Almeida, Zé Maria *
PSTU
Traducción de Ernesto Herrera – Correspondencia de Prensa
Yo fui preso, junto con Lula y otros dirigentes sindicales en 1980. En medio de una huelga general de los metalúrgicos del ABC (cinturón industrial de San Pablo), la dictadura militar decidió intervenir en los sindicatos y detener a si líderes. No teníamos motivo para avergonzarnos de la prisión, nuestra causa era justa.
Hoy la discusión que domina las conversaciones políticas en nuestro país es la “conducción coercitiva” del ex presidente por el juez Sérgio Moro para declarar en la Policía Federal, y el pedido de prisión hecho por el Ministerio Público de San Pablo.
Los trabajadores no tiene porqué alegrarse de esto. Ni apoyar estas medidas autoritarias y discrecionales adoptadas por las autoridades judiciales contra Lula. Pero tampoco podemos entrar en esa onda que habla de “golpe” y que, para defender la democracia y el tal “Estado de Derecho” es preciso defender a Lula.
La Justicia es de clase, sirve a la burguesía, está contra los trabajadores.
El poder judicial no es imparcial, no. Sirve a los intereses de los que controlan la riqueza. Eso vale para el Supremo Tribunal Federal, Supremo Tribunal de Justicia, etc. Vale también para el juez Sergio Moro (cuando decidió por la conducción coercitiva de Lula) y para el procurador Cassio Conserino con su patético pedido de prisión del ex presidente. Están actuando por motivaciones políticas y no jurídicas. Despreciaron si, los derechos individuales de Lula, y eso precisa ser repudiado.
Pero hasta aquí ninguna novedad. La clase obrera, los trabajadores en sus huelgas, los jóvenes que van a las calles a protestar, nunca tienen acceso a éstas garantías y libertades democráticas que este “Estado de Derecho” supuestamente debería garantizar a todos. Sólo recibe bombas de gases, represión policial, cuando no son despedidos por el patrón. La juventud negra de la periferia sólo conoce del Estado la violencia de la policía. De la misma forma, las comunidades indígenas, masacradas por el agronegocio.
El PT gobierna el país hace trece años. Sabe de eso y es cómplice de todo es. Véase la ley “Anti-terrorismo” propuesta por el gobierno petista y aprobada en el Congreso para aumentar todavía más la represión contra los que luchan por sus derechos.
La alianza que el PT hizo con el gran empresariado
Esa es la primera explicación para todo eso. El PT y Lula dieron la espalda a los trabajadores e hicieron alianzas con los banqueros, las constructoras y grandes empresarios para gobernar Brasil. Dejaron de lado las luchas de los trabajadores para gobernar con este Congreso Nacional lleno de corruptos que ahí sigue. El PT pasó a gobernar para los bancos y las grandes empresas, no para los trabajadores. El PT, Lula y sus campañas pasaron a ser financiados con el dinero de las grandes empresas.
Al hacer esta opción, el PT y Lula eligieron también sus consecuencias. ¿O Lula no sabía que el empresario de la construcción, que daba 20 o 30 millones de reales para financiar su campaña, iría a pedirle algo a cambio? ¿Por cuál razón Lula cree que un empresario que acumuló fortuna “arrancando el cuero de las espaldas de los obreros” resolvió tener con él una “amistad” tan grande al punto de hacerle “regalos”?.
Los trabajadores precisan extraer lecciones de todo eso. El PT se encuentra en esta situación porque perdió la independencia que todas las organizaciones de trabajadores deben tener frente a los patrones. Dejó de lado los intereses de nuestra clase, de nuestra lucha, para aliarse a los grandes empresarios. Gobernó con ellos y para ellos. Hoy vemos lo que dio.
Precisamos construir un nuevo partido, socialista, revolucionario, que luche para que los trabajadores gobiernen Brasil. No junto a los banqueros y grandes empresarios, sino contra ellos. No con este Congreso Nacional corrupto, sino a través de consejos populares, apoyado en la lucha de los trabajadores y del pueblo pobre. Sólo así nuestra vida cambiará.
* Nota de Correspondencia de Prensa: fue fundador del PT y de la CUT (Central Única dos Trabalhadores), y dirigente metalúrgico. Es miembro de la Conlutas-Central Sindical y Popular y del PSTU (Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado).
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