Chile - Caen Puestos de Trabajo en el Gran Santiago

Posted by Correo Semanal on lunes, febrero 22, 2016



Estos antecedentes ponen cordura al debate en este ámbito, lo que es un buen punto de partida si se desea combatir la desocupación y el desempleo encubierto. Era irracional creer que la actividad económica podía caer y que no se recortaran los puestos de trabajo.
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Estrategia,  lunes, 25 de enero de 2016
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La tasa de desempleo en el Gran Santiago, medida por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, subió 0,3 punto porcentual en doce meses, al ubicarse en 6,8% en diciembre, aunque mejoró en comparación a septiembre (7,1%). Pero lo más relevante es que indica una contracción de la creación de puestos de trabajo, que no se observaba desde 2009, cuando la economía chilena estaba sumida en una recesión.

Esta destrucción de fuentes laborales es la consecuencia lógica del mal momento económico que, por diversas razones, hasta ahora no se había materializado en los registros. También se aprecia una baja en la fuerza de trabajo, ante el desaliento de no encontrar empleo.

Pero este fenómeno no es nuevo, a pesar de la cuestionable teoría de la resiliencia de este mercado frente a la desaceleración, que postula la autoridad económica. De hecho, la Fundación Sol calcula que la Tasa de Desempleo Integral -que considera formas precarias de inserción laboral (subempleo) y formas ocultas de presión (desaliento)-llega a 10,75%, cuatro puntos por sobre la registrada por el INE.

Asimismo, según un estudio de Clapes UC, de los 105.704 empleos creados en 2015, 40.229 son a Cuenta Propia y 29.739 corresponden a trabajos Asalariados en el sector público. Es decir, 66,2% de la creación de fuentes laborales corresponde a estas dos categorías. Mirado por nivel educacional, durante el año pasado hubo un aumento de 122.328 puestos para personas con formación superior completa, mientras que quienes no alcanzan dicha condición, anotan una destrucción de 16.624 plazas.  Incluso, los nuevos empleos por Cuenta Propia se ejercen fundamentalmente en la calle.

Estos antecedentes ponen cordura al debate en este ámbito, lo que es un buen punto de partida si se desea combatir la desocupación y el desempleo encubierto. Era completamente irracional creer que la actividad económica podía caer y que no se recortaran los empleos. Ojalá esta realidad que quedó al descubierto sea considerada en estos días en que se están haciendo los últimos ajustes al proyecto de reforma laboral.