Estado español - Después de las elecciones: las espadas están en alto

Posted by Correo Semanal on miércoles, diciembre 23, 2015



Manuel Garí *

La primera cuestión a resaltar es el gran retroceso electoral que han experimentado el pasado 20 de diciembre el Partido Popular (PP), conservador, y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), social liberal, que han sido los dos pilares básicos de la Constitución de 1978 pactada por ex franquistas y las fuerza de izquierda reformista después de la muerte de Franco y que durante décadas han gobernado alternativamente el país. El PP en el año 2011 obtuvo más de 10.800.000 votos (el 44,62%) y 186 diputados y el PSOE ese mismo año obtuvo casi 7.000.000 votos (28,73%). En el año 2015, el PP ha perdido más de 3.600.000 votos porque solo le ha votado el 28,72%, de los electores, o sea 7.215.000 votos, lo que supone que deja de tener mayoría absoluta pues solo obtiene 123 diputados. El PSOE ha perdido más de 1.440.000 votos, solo obtiene 5.530.00 (el 22,01 %) y se queda en 90 diputados. En ambos casos son los peores resultados de su historia. Este descenso del PP solo queda contrarrestado por la irrupción de Ciudadanos (C´s), un nuevo partido de derechas –pese a su imagen de centro- que ha obtenido más de 3.500.000 votos (el 13,93%) y 40 diputados.
El bipartidismo no ha muerto pero está muy mal herido, pues es la primera vez que solo logran el 50,73% de los votos y conjuntamente han perdido más de 5.000.000 de votos. No supone el fin del régimen de la reforma de 1978, pero no puede seguir como hasta ahora. Y se abre un dilema político para el régimen del 78: o logra auto reformarse para regenerarse “desde dentro” o bien las fuerzas del cambio logramos impulsar una ruptura política democrática iniciamos los procesos constituyentes de ámbito nacional en Cataluña, Euskadi y Galicia, así como en el resto del Estado español. Anticapitalistas apuesta por la segunda opción.
La segunda cuestión a destacar es el ascenso de las fuerzas del cambio en clave de izquierdas y la reorganización de la izquierda a la izquierda del PSOE. Podemos ha obtenido directamente más de 3.000.000 de votos y 42 diputados, y cabe destacar que ha sido la fuerza más votada en Euskalherría desbancando a la izquierda nacionalista radical (EH-Bildu) que ha tenido un inesperado retroceso. Pero el éxito es aún mayor en los territorios donde ha habido candidaturas de confluencia con otras fuerzas de izquierda. El resultado de En Comú en Cataluña que se ha situado como primera fuerza es espectacular: casi un millón de votos y 12 diputados. Cabe destacar que en Cataluña son mayoría los votos que exigen el derecho a la autodeterminación del pueblo catalán. Compromis-Podemos en el Pais Valenciano ha obtenido casi 700.000 votos y 9 diputados y en el caso de Galicia, En Marea-Anova-EU  ha obtenido un resultado inédito en la izquierda gallega: más de 400.000 votos y 6 diputados. Ello supone que la suma de todas estas fuerzas del cambio ha obtenido 69 diputados y casi 5.200.000 votos (el 20,66%) a muy poca distancia del PSOE. Desgraciadamente Izquierda Unida (IU) pese a obtener más 900.000 votos solo ha obtenido 2 diputados debido al sistema electoral, lo que supone que a pesar de perder 700.000 votos respecto a 2011, sin embargo ello se traduce en la pérdida de 9 diputados, si bien alguno de sus miembros ha salido elegido en las candidaturas de confluencia.
La primera cuestión a destacar es que estas fuerzas del cambio tienen un reto de gran envergadura pues abarca varias cuestiones. En primer lugar ofrecer resistencia y alternativas contra las políticas de austeridad del gobierno que se forme, el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea rompiendo con la lógica de Maastricht y del Pacto de Estabilidad y en este terreno tras la campaña electoral no está claro qué camino seguirán ni qué grado de acuerdo tienen entre sí. En segundo lugar deben mantener una postura firme en defensa del derecho a decidir de los pueblos de las nacionalidades y muy en primer lugar –dadas las amenazas judiciales existentes- del pueblo catalán. En tercer lugar estas fuerzas deberán decidir si optan por entrar en la lógica de pequeñas reformas de la Constitución o impulsan la ruptura democrática con el régimen del 78. Y en cuarto lugar deben plantearse como iniciar un proceso de reorganización y confluencia política para impulsar la unidad popular.
Finalmente cabe hacer dos reflexiones. Las elecciones han cambiado el mapa político electoral del país pero los problemas centrales siguen: desempleo, bajada de los salarios, cuestión catalana, desahucios de las viviendas, etc. Pero hay que destacar que contamos con una fuerza electoral que no tenían las clases trabajadoras antes de las elecciones, lo que permite plantear estrategias de avance, en el caso de que el grueso de las fuerzas del cambio apuesten por la vía de la lucha y la movilización.
Y, a su vez, la nueva configuración de partidos –teniendo en cuenta que además de lo descrito hay partidos de ámbito nacional en Cataluña y Euskadi tanto de orientación conservadora como progresista que no podemos analizar en este artículo- impide la formación inmediata y sin precio de un nuevo gobierno. La inestabilidad política va a ser la tónica y no hay que descartar una convocatoria anticipada de nuevas elecciones. En este momento el debate de la burguesía y sus medios de comunicación y las presiones “europeas” y de las finanzas y la gran industria se centran en lograr estabilidad mediante una gran coalición PP-PSOE pero que significaría un fiasco para el segundo. En lugar de debatir sobre los problemas del país, la polémica se está centrando en los clásicos términos de gobernabilidad institucional. No está a la vista de momento una fórmula “a la portuguesa” y las nuevas fuerzas del cambio van a tener ante sí el reto de debatir en clave de independencia de clase la cuestión de las alianzas y del gobierno. Un momento apasionante para Anticapitalistas.

* Militante de Anticapitalistas y miembro de Podemos.