Occidente: Su Concepto de Democracia
Mario R.
Fernández
Los medios
de comunicación en Occidente, en su estilo especulativo y propagandístico,
tratan de presentar el ejercicio electoral de cargos públicos como la máxima
expresión de “democracia.” Por eso destacan los procesos electorales incluso en
países que no ocuparían un lugar en la prensa si no fuera por sus elecciones;
países que no son de gran interés a Occidente, y a los occidentales del Primer
Mundo, porque estos son en gran parte
indiferente a la realidad diaria y concreta de la mayoría de las sociedades del
mundo. El foco en las elecciones es tal que los medios no dejan de hablarnos de
las que ya se realizaron, de las que están en proceso de realizarse a corto
plazo e incluso de las que han de realizarse en tiempos distantes.
Algunos procesos
eleccionarios parecen hasta pintorescos, no porque su estilo haya sido interesante
sino más bien por lo insólito de los elegidos, un ejemplo que podríamos llamar
hasta obsceno ha sido la elección del nuevo parlamento en Polonia el pasado 25 de octubre donde menos
del 60 por ciento de los polacos realmente votó en la elección del Primer
Ministro Beata Szidio y su partido Ley y Justicia, que obtuvo mayoría en el
parlamento. El primer nombre de la P.M. debería advertirnos sobre la ideología que representa y su partido de
extrema derecha católico. Seguramente muchos polacos, desilusionados por la
larga espera (25 años) de la llegada del Estado de Bienestar Social que nunca
arriba –un bienestar social que habían alcanzado en el pasado por esfuerzo
propio pero que despreciaron en aras del confort capitalista europeo fascinante
de sus vecinos, para quedarse al fin sin ni uno ni lo otro. Hoy la extrema derecha católica fascista capitaliza la desilusión
polaca y llega al gobierno sin mayores espavientos con un discurso euro-escéptico,
un tanto nacionalista y abiertamente racista --el propio presidente de Ley y
Justicia, Jaroslaw Kacynski, ha manifestado sin ningún empacho su rechazo al
arreglo del gobierno polaco anterior con la Unión Europea de aceptar 7000
refugiados. Su repudio lo explica convencido diciendo que “no deben permitirse
residir en Polonia estas personas extranjeras por qué acarrean protozoos,
parásitos y otras enfermedades y vienen a contaminar el país.” Muchos medios de
comunicación miran nacer los extremos en otros países europeos pero hacen
silencio respecto a esta misma realidad en Polonia. Para las nuevas autoridades
polacas o la historia reciente está olvidada o no les importa que millones de
polacos refugiados alcanzaron el Norte y Sur de América, antes y después de las
guerras mundiales europeas, la mayoría de ellos pobres, harapientos y enfermos por
desnutrición.
Otros procesos
eleccionarios parecen trágicos, como la elección del 25 de octubre en Haití,
una elección que tiene aparentemente carácter general, con 54 candidatos a
presidente, y que podríamos pensar que este alto número de candidatos a la
presidencia del país más empobrecido, vilipendiado y ultrajado de occidente fuera
algo diferente que un circo, un premio o distinción si no fuera porque
obviamente se trata de mantener el status quo, la opresión y el robo al pueblo
haitiano. Los medios destacan las elecciones, como es costumbre; la BBC (británica)
y hasta TELESUR (latinoamericana) resaltan el proceso como una jornada sin
violencia y con mucha participación –afirmaciones que vienen a corroborar que
Haití vive en democracia y que su democracia se reafirma a través de este
proceso pacífico. Nadie menciona que
Haití es una nación invadida hace 11 años, el 2004, por tropas de Estados
Unidos, Canadá y Francia, que destituyeron al presidente legitimo Jean-Bertrand
Aristide, causaron el caos y muchas víctimas, y luego, con la complicidad de
las Naciones Unidas mantuvieron la ocupación hasta nuestros días, con presencia
de tropas incluyendo de países latinoamericanos entre ellos los más destacados
por su arrogancia y crueldad con los haitianos son las tropas “pacificadores”
de Brasil, Chile y Uruguay. ¿Cómo puede un país invadido por sus vecinos del
Norte y ocupado por sus vecinos del Sur, un país rehén, ser ejemplo del estado
de derecho y de democracia? No hay duda que estas últimas elecciones son un
engaño mas como tantos otros que divulgan a diario los medios occidentales de
información totalitaria.
Otros
procesos electorales han contado con mayor cobertura y análisis, como las
elecciones en Portugal, Canadá, Guatemala y Argentina, y están otros que
vendrán a fin de año en Venezuela y España que también cuentan con suficiente narrativa
escrita como para despreocuparnos. No queda duda que hay un proceso electoral que
es el más largo de todos y el más divulgado en el mundo ya no por lo
interesante que puede ocurrir en cuanto a la competencia entre candidatos, sino
por ser el show político más largo del mundo, durante un año y medio todos los
informativos del mundo dan cuenta de la campaña electoral a presidente de
Estados Unidos; la principal actuación la constituyen los debates programados,
necedad norteamericana copiada ya por muchos países del mundo, y que en EEUU se
da entre los pre-candidatos y luego entre los candidatos a presidente y
vice-presidente, y, como si faltara show, debaten también entre candidatos a senadores.
Deberíamos
de dejar de hablar en Estados Unidos de partidos políticos (Demócrata y Republicano)
pues si seguimos los referentes históricos de lo que es un partido político, estos
son más bien dos grupos grandes que usan diferente color para distinguirse el
uno del otro pero no queda mucho más, los politiqueros que los representan requieren
millones de dólares cada elección para montar su show mediático y embaucar seguidores,
son funcionarios pagados por todos los ciudadanos y se parecen bastante más a mercaderes
caraduras que no dan cuenta a nadie de los programas que propusieron al ser
elegidos, son además dueños de casi toda la política oficial del país, desde representantes
(diputados) a senadores. Estos dos grupos además se otorgan el derecho absoluto de decir cualquier
barbaridad sobre lo que pasa dentro de Estados Unidos, comúnmente no presentan
ninguna solución ni plan a los graves problemas que aquejan al país y a la
mayoría de sus habitantes, su único papel es cumplir funciones pagadas de
influencias. Sobre el mundo externo muchos de estos politiqueros se limitan a
lanzar amenazas, tal como lo hace la Administración de turno para lucirse, en
especial los senadores se expresan como que los otros países del mundo en
especial los más desventajados fueran sus peones o esclavos de una gigantesca
hacienda propia, norteamericana.
En el largo
proceso de pre-candidaturas y candidaturas en Estados Unidos que verdaderamente
intoxica la audiencia de todo el mundo, vemos principalmente en los debates
discursos groseros, propagandísticos y algunos surrealistas. El ejemplo más notables del que mucho se ha comentado
es lo que ha expresado el pre-candidato republicano Donald Trump uno de los 15
que corre a ser candidato presidencial por este bando. Mr. Trump se ha hecho
notar referente a su rechazo abierto a los inmigrantes mexicanos o hispanos en
general. Estos ataques groseros de Mr. Trump van dirigidos a conquistar el apoyo de trabajadores
bancos desocupados y empobrecidos y las clases medias que son las que más votan;
estas clases medias no son mayoritarias
como dice el Banco Mundial u otras instituciones dominantes, sino que son menos
de un cuarto de la población mayoritariamente blancas que no repelen a los
mexicanos o centroamericanos en general por su aspecto étnico. Como en muchos
países estas clases medias estadounidenses son extremadamente sensibles a que
no los confundan con las clases inferiores y así en los vecindarios donde
viven, donde se educan sus hijos no quieren y repudian a esos pobres, lo cual
la mayoría de los inmigrantes legales o ilegales son, por lo menos por un tiempo o por toda la
vida. Esto de expulsar mexicanos ya se dio en Estados Unidos en los años 1930s
durante la Gran Depresión, donde más de medio millón de estos inmigrantes
fueron expulsados usando procesos no formales y amenazas.
En el otro
bando de los Demócratas los pre-candidatos solo son tres, hacen un show en los
debates un poco más racional que sus contrincantes, ha aparecido un entusiasmo
en quienes quieren pensar que es posible dentro de estas dos bandas que
aparezca algún progresista como el pre-candidato actual Senador Bernie Sanders
visto como un izquierdista, que quizás en sus años de juventud lo fue, pero
como es común en los que fueron y ya no son, Sander tampoco le queda nada de
eso, si fuera presidente quizás sería otro Obama. La izquierda en Estados
Unidos es otra, ésta es pequeña pero por eso no menos importante, no tiene
cobertura mediática solo sus propios medios, es representada por el activismo de
movimientos sociales politizados y
agrupaciones organizadas partidistas donde
muchos afroamericanos y latinoamericanos son activos. Esta izquierda que es la
que existe, sus miembros diariamente
hace una valiente tarea práctica en un medio peligroso y muy hostil a cualquier
crítica, debido al dominio y control ideológico de las clases dominantes, que
las nuevas tecnologías de comunicación son impotentes para darle a la gente
común un instrumento intelectual para aumentar la conciencia de la que carecen.
Hay muchos intelectuales críticos que dan su aporte a la teoría, pero la gran
mayoría de ellos no tienen ningún vínculo con lo que hacen el activismo
político práctico diario de izquierda.
Muchos
saben que el sistema político representativo en Estados Unidos es disfuncional
fuera de las anormalidades y corrupciones, también lo es a las necesidades de
la sociedad, el ejemplo más claro es el Senado, donde dos senadores son elegidos por cada estado, así un senador
representa 290.000 habitantes en Wyoming y otro 19 millones de habitantes en
California, es obvio que esto no tiene
sentido. Las clases medias altas que son más educadas e influyentes que junto a
los ricos son el 10 por ciento de la población en Estados Unidos y son dueños
del 75 por ciento de la riqueza del país. Estas clases sociales privilegiadas podrían
influenciar en cambiar un sistema más justo de representación política, pero su
complicidad junto a las clases medias en general subyugadas que son el sustento
político de las élites, lo hace imposible hacer una reforma política que
beneficie en algo a todos los ciudadanos. Por otro lado la mayoría del pueblo trabajador estadounidense ni siquiera vota ya sea por
indiferencia, obstáculos que se le imponen o porque ni siquiera identifica los asuntos
políticos públicos.
Los medios
de comunicación oficial de las empresas, principalmente la televisión
continuarán mostrando elecciones de cualquier parte del mundo, que se
realicen en cualquier circunstancia, la
cosa es que el ganador tiene que estar con el poder de los ricos, de lo contrario
se duda su legitimidad y corre peligro, pero esa es otra historia. De telón de
fondo persistirán los medios en las candidaturas a lo que se llama, la carrera
presidencial de Estados Unidos, que para el ganador habrá un doble premio presidente y
emperador.
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