Grecia - Referéndum, Parlamento europeo y negociación
Charles-André Udry, 8-7-2015
A l´encontre-La Breche
El Financial Times del 1 de julio de
2015 constataba que la polarización inducida por el referéndum planteado a las
ciudadanas y ciudadanos griegos el 5 de julio ponía de manifiesto "la
división entre las clases superiores, que consideran el euro como el símbolo de
la prosperidad y de su identidad europea (y temen por el valor de sus
propiedades y sus cuentas bancarias) y las clases obreras que han visto cómo
sus salarios, sus posibilidades de trabajo y la financiación del Estado (los
servicios públicos) han sido diezmado bajo los efectos de los programas de
ayuda implantados desde 2010".
Un examen comparativo de los
resultados confirma con claridad esta constatación realista. Así, en las
circunscripciones populares del Pireo, el "no" se situó en el 72,51 %
a pesar de la consigna ultra-sectaria del KKE (Partido Comunista) de votar
"dos veces no", que invalidaba la papeleta de voto. Ultra-sectaria en
relación a la defensa estricta de los intereses de un aparato burocrática que
ha perdido todo el respecto y el sentido político por los intereses del
conjunto de las y los trabajadores, parados y jubilados.
Geográfica y socialmente en el otro
extremo, en la circunscripción de Psychiko, barrio residencial, el
"si" obtuvo el 77,98 % de los votos y en el de Ekali (un barrio,
entre otras cosas, conocido como el de las familias de los armadores) el 84,62
%. En los análisis de la votación ha dominado, lo que es comprensible en un
primer momento, la magnitud general del "no" como rechazo a la
austeridad. Una magnitud que desmentía todas las encuestas realizadas por las
cadenas de TV privadas que eran retomadas -sin ninguna precaución o, más bien,
con mucha precaución- por los media internacionales.
A ellos se les podría aplicar la
advertencia que Manolis Glezos -el militante de la resistencia que descolgó la
bandera nazi de la Acrópolis en mayo de 1941- lanzó desde su escaño en el
Parlamento europeo al presidente social-demócrata Martin Schulz: "Tengo
miedo por el hombre de un solo libro". Una cita de Santo Tomás de Aquino. En
efecto, son muchos los ineptos que multiplican sus ineptitudes -en el mejor de
los casos con un tono paternalista y en el peor xenófobo- a propósito de la
política del gobierno de Tsipras y de Syriza. Son los portavoces de un discurso
monocorde, el de las "instituciones", que parece estar por encima de
todas las ideologías pero no de la naturalización de las relaciones sociales y
económicas. El substrato de la fórmula TINA (There is no alternative: no hay
alternativas).
Martin Wolf, editorialista de derechas
del Financial Times afirma en la edición del 8 de junio que los acreedores que
insisten en que la "solidaridad" con los griegos no es de recibo,
porque antes y después de la crisis no han hecho frente a sus obligaciones, son
demasiado simplistas: "El reproche sobre el derroche se basa tanto en las
responsabilidades (principalmente francesas y alemanas) manifestados por los
acreedores privados y los gobiernos que decidieron garantizar los préstamos a
Grecia para reflotar a los acreedores (los bancos). La refinanciación apenas
benefició a Grecia." Dicho de otro modo, más del 95 % de los préstamos
volvieron a manos de los prestamistas. En cuando a la afirmación de que las y
los contribuyentes europeos deberán pagar la deuda griega, no es más que propaganda
pura y dura. En efecto, los préstamos otorgados a Grecia gozan de la garantía
del Estado. El Fondo de Estabilidad Financiera europeo ha obtenido esos fondos
en los mercados para prestarlos a Grecia. Se han realizado operaciones
especulativas con los mismos, con los riesgos que les son inherentes. Por otra
parte, actualmente, más de un hedge fund juega la carta del Grexit, sin que nadie pierda el sueño, salvo quienes
los controlan.
Una declaración contra natura
Pero volvamos al día después del
referéndum. Para importantes sectores de Syriza, la reunión con todos los
partidos convocada por Alexis Tsipras el 6 de julio constituyó un jarro de agua
fría. En la reunión participaron el neo-dirigente de Nueva Democracia,
Evangelos Meimarakis, Stavros Theodorakis por To Potami (El Rio), Fifi
Gennimata por el Pasok y Dimitris Koutsoumbas por el KKE. Por supuesto, también
participó el aliado gubernamental de Syriza y Ministro de Defensa, Panos
Jammenos, dirigente de Griegos Independientes (ANEL). La declaración común afirma
que "La reciente decisión del pueblo griego no es un mandato para una
ruptura sino un mandado para continuar y consolidar el esfuerzo por llegar a un
acuerdo socialmente justo y económicamente viable."
Antonis Ntavanellos -miembro del
secretariado ejecutivo de Syriza y animador de la DEA- en un artículo publicado
el 7 de julio en la web Redproject (Red Network) y retomado por la web Iskra
(la web de la Corriente de Izquierda) subraya que el verdadero mandato no es
otro que para el rechazo de la austeridad y, si fuera preciso, la ruptura.
Remarca que la declaración común conduce, de hecho, a poner cabeza abajo la
realidad debilitando la posición de quienes ganaron y suscitando ilusiones en
torno a las opciones reales de quienes perdieron. "El realismo a no
importa qué precio conduce a una reconciliación incomprensible y sorprendente
entre los ganadores y perdedores del referéndum."
Con toda razón, pone de relieve que
la firma en común (Syriza, Nueva Democracia, Pasok y To Potami) de semejante
documento "no solo resulta artificial y arbitraria, sino contra natura,
tras la polarización de clases expresada en el referéndum". Ntavanellos
considera que esta maniobra política no constituye un instrumento para
facilitar la negociación y que el espacio político que podría dar a entender
que existe esa declaración, en realidad no existe. Una cosa son las
negociaciones y otra cosa es la trampa que se comenzó a abrir con el acuerdo
del 20 de febrero. Desde la tarde del 8 de julio, los dirigentes de Nueva
Democracia, del Pasok y de To Potami han denunciado el discurso de Tsipras ese
mismo día ante el Parlamento europeo, insistiendo en los compromisos de Tsipras
a favor de un acuerdo en los plazos más cortos posibles. A partir de ahí no han
hecho más que exigir que se haga público lo que Tsipras afirmó en la reunión
del día 6 y que ésa sea la forma de funcionar hacia delante. Un contra-ataque
de los profesionales de la maniobra en los pasillos de la UE, pasillos muy
útiles para la eurocracia.
Ntavanellos insiste sobre el lugar
central que debe ocupar Syriza en el campo político. Dicho de otro modo, el
referéndum confirmó la importancia de la actividad de los miles de militantes
de Syriza y de los cientos de comités unitarios, a menudo impulsados por la
izquierda de Syriza. El gobierno, cuya columna vertebral es Syriza, no puede
expropiar a las y los militantes y simpatizantes de Syriza de su capacidad de
decisión, de su capacidad para definir la orientación de su gobierno, que tras
el 5 de julio cuenta con una base más sólida que la obtenida el 25 de enero.
En otro artículo publicado por
Redproject -en la misma línea que el de Antonis Ntavanellos- se insiste en
torno a una operación mediática que atribuye la victoria del "no" en
el referéndum fundamentalmente a la personalidad de Alexis Tsipras. Tal punto
de vista, interesado, tiene como objetivo depositar el voto del 5 de julio sólo
en las manos de Tsipras. Semejante intento constituye el eco de una
ultrapersonalización de las decisiones políticas, difuminando su contenido de
clase y las confrontaciones que expresan, tanto en Grecia como a nivel
internacional.
Ahora todos los proyectores están
enfocados en torno a las "negociaciones". ¡Todo parece reducirse al
carácter y a las manías de un Jean-Claude Juncker, de una Angela Merkel, de un
François Hollande o del holandés Jeroen René Victor Anton Dijsselbloem!
La lectura del discurso de Alexis
Tsipras ante el Parlamento europeo, que publicamos a continuación, merece la
pena que sea leída teniendo en cuenta las preocupaciones y los debates en el
interior de Syriza que, entre otros, impulsa la Red Network y la Corriente de
Izquierda en una perspectiva de unidad de clase y de prevenir ante una
"fragmentación" del movimiento que se recompuso en torno al 5 de
julio. Este trabajo resulta actualmente más útil para comprender el momento,
digamos, histórico en Grecia, que la multiplicación de quinielas que, en su
mayoría, no sirven para señalar las posibles resultados. En cualquier caso, la
puesta bajo control del Banco Central y de los denominados cuatro bancos
sistémicos constituye una necesidad para hacer frente a la asfixia financiera
actual. Asfixia que no relajarán las propuestas que hará el ministro de
finanzas griego, Euclide Tsakalatos, si se tiene en cuenta la letra que ha enviado
al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES) el 8 de julio.
Discurso de Alexis Tsipras ante el
Parlamento Europeo
Optamos por otorgar a las y los
griegos la posibilidad de expresarse para decidir sobre su futuro. Nos
esforzamos para encontrar una solución duradera y justa al problema griego
evitando los escollos del pasado; una solución sin austeridad extrema que
condene la economía a un círculo vicioso.
La opción del pueblo griego ha sido
valiente, sobre todo en condiciones tan difíciles, con una campaña mediática
que anunciaba que el “no” era la opción por el enfrentamiento y la ruptura con
Europa. Pero la opción del pueblo griego no era la de la ruptura con Europa,
era la de volver a los principios fundacionales de Europa: la democracia, la solidaridad,
el respeto mutuo y la igualdad.
El mensaje es claro: Europa será
democrática o no sobrevivirá a los momentos difíciles que atravesamos. El
gobierno griego negocia con sus socios para obtener la confirmación del respeto
a las reglas de funcionamiento de Europa y el respeto pleno y completo a la
opción democrática de los pueblos.
Mi gobierno y yo mismo nos hemos
hecho cargo de nuestras funciones hace cinco meses. ¡Pero los planes de rescate
comenzaron hace 5 años y medio! Asumo plenamente la responsabilidad de estos
últimos meses. Pero la responsabilidad de la situación actual no se encuentra
en estos cinco últimos meses.
Os aseguro que el pueblo griego ha
realizado esfuerzos de ajuste extremadamente importantes estos últimos años;
esfuerzos que han agotado la capacidad de la población. Evidentemente, Grecia
no es el único país que lo ha hecho; otros países se han encontrado frente a
las mismas dificultades y yo respeto las políticas que se han implantado en
esos países.
"Mi país se ha convertido en el
laboratorio de las políticas de austeridad"
Pero en ningún otro país las
políticas de austeridad han sido tan duras y han durado tanto como en Grecia.
Mi país se ha convertido en un laboratorio de las políticas de austeridad en
estos últimos 5 años. La realidad es que la experiencia ha fracasado. El paro,
la pobreza, la marginalización y la exclusión social han explotado, al igual
que la deuda pública que antes de comenzar a implantar los programas era del
120 % frente al 180 % actual.
Hoy en día, una mayoría del pueblo
griego estima que no hay opción: es necesario acabar con esta vía sin salida.
Esta opción se ha expresado de la forma más democrática posible y ahora
nosotros debemos darle contenido.
Deseamos un acuerdo con nuestros
socios, pero un acuerdo que muestre la posibilidad de una salida a la crisis,
un acuerdo que muestre que hay luz al final del túnel. Un acuerdo, también, que
implique las reformas necesarias que nadie pone en cuestión.
Pero el peso deberá ser soportado por
quienes lo pueden soportar y que durante los últimos cinco años han estado al
abrigo mientras era soportado por las y los trabajadores y pensionistas, que ya
no pueden más. Serán necesarias políticas redistributivas orientadas a los
sectores más vulnerables, para avanzar en la senda de un crecimiento sostenido.
Lo que proponemos es un conjunto de
reformas basadas en el reparto justo de ese peso, que permita cubrir las
necesidades financieras del país y poner en marcha un programa que nos lleva al
crecimiento, sin el cual no saldremos jamás de la crisis. Nuestro primer objetivo
debe ser luchar contra el paro y sanear las empresas. Nuestra propuesta es,
también, concluir con el compromiso de una solución durable en torno a la
deuda. No puede haber tabúes, debemos encontrar las soluciones, aunque parezcan
difíciles.
Es lo que propusimos ayer en la
reunión del Eurogrupo. Hoy hemos presentado una solicitud al Mecanismo Europeo
de Estabilidad. En los dos próximos días, precisaremos nuestras propuestas y
espero que podamos encontrar una solución tanto en el interés de Grecia que en el
de la zona euro. No pienso tanto en el interés económico como en el interés
geopolítico de Europa.
Que las cosas queden claras: las
propuestas del gobierno griego para financiar sus obligaciones y reestructurar
la deuda no van orientadas a hacer recaer ese peso sobre las y los
contribuyentes europeos.
"Los fondos otorgados a Grecia
jamás han llegado al pueblo griego", sino a los bancos
Los fondos otorgados a Grecia jamás
llegaron al pueblo griego; fueron dedicados para el rescate de los bancos. Más
aún, desde agosto de 2014, Grecia no ha recibido ninguna liquidez
correspondiente al plan de rescate que expiraba a finales de junio. Todavía no
han llegado los 7,2 mil millones de euro que debían llegar tras agosto de 2014.
Y en esa época nosotros no estábamos en el Gobierno. Los fondos venían
acompañados de la necesidad de reembolsar 17,5 mil millones de euros en el
mismo período.
Esos fondos jamás han sido enviados
porque el programa no era factible en su momento. Y no lo era no a causa del
gobierno sino porque el programa, entonces como ahora, no contaba con la
aceptación popular. Para que un programa así sea realizable es necesario el
consenso.
No soy de los que pretenden que haya
que cargar los males del país sobre los países de fuera. Si Grecia se encuentra
en esta situación es porque durante décadas, los diferentes gobiernos han
practicado el clientelismo, han permitido la corrupción sin controlar el fraude
fiscal de los más ricos. El 56 % de las riquezas nacionales están en manos del
10 % de la población griega. Ese 10 % se ha librado de la austeridad y no ha
contribuido a aliviar la carga.
Los programas de acción y los
memorándum no han solucionado esta situación. Al contrario, el dispositivo para
la recaudación de impuestos se hundió a pesar de los esfuerzos de algunos
funcionarios celosos de su trabajo pero intimidados. La colusión entre el
establishment político, los oligarcas y la banca sigue en pie; ninguna reforma
mejoró el funcionamiento del aparato estatal que se habituó a servir más a los
intereses particulares que al bien común. Llegamos a esa situación a través de
esas pretendidas reformas.
Las reformas que proponemos nosotros
tienen objetivos diferentes: queremos luchas contra el reino de los oligarcas y
de los cárteles; contra el fraude y la evasión fiscal, queremos modernizar el
Estado. Esas son nuestras prioridades. Esperamos llegar a un acuerdo sobre
ellas con nuestros socios.
Traemos con nosotros el mandato
fuerte del pueblo griego. Estamos decididos no a buscar el enfrentamiento sino
a romper con los moldes establecidos que hunden a Grecia. Nuestro país está en
una encrucijada. La crisis griega no refleja más que la impotencia de Europa
para encontrar una solución definitiva a la deuda que se retroalimenta. Se
trata de un problema europeo y no exclusivamente griego.
A un problema europeo hay que
encontrarle una solución europea. La historia de Europa es una historia de
conflictos que al final concluyen con acuerdos. Es también la historia de la
convergencia y la ampliación, de la unidad y no de la división. Es por eso por
lo que hablamos de la Unión europea; que no se convierta en la división
europea.
Queremos encontrar un acuerdo
honorable para evitar una ruptura opuesta a la tradición europea. Somos
conscientes de los retos y estamos dispuestos a hacernos cargo de nuestras
responsabilidades.
Nota
1/ El juez Panagiotis Nikoloudis,
responsable de la lucha contra la corrupción en el gobierno de Tsipras, afirma
en una entrevista: "Mi primera respuesta es política: nuestros socios
europeos no obtendrán nada si continúan queriendo imponer a Grecia soluciones
rechazadas por su pueblo porque son insoportables. […] En cuando a la
corrupción, nuestros socios europeos han cerrado los ojos cuando nuestros
predecesores negociaban los contratos públicos y las costosas adquisiciones. Es
verdad que los griegos aceptaban propinas pero siempre había un alemán, un
francés o cualquier otro que se los proponía, al principio en dracmas, luego en
euros. Europa ha alimentado la corrupción en Grecia; está claro". (Le
Temps, 8/07/2015)
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