Grecia - ¡No a la austeridad, no al tercer ultimátum, no al neoliberalismo!
Declaración de la asamblea de la Red
Network, Atenas, 18-19 de julio de 2015
A l´encontre-La Breche
Traducción de Manuel Aguilar Mora *
La lucha de los trabajadores y
trabajadoras, la lucha de las fuerzas populares, la lucha de la izquierda,
pueden abrir un camino alternativo con una política de transición hacia la
emancipación socialista.
Syriza no puede y no debe ser
transformado en un partido del memorándum [el “protocolo” o plan de austeridad
de la Troika firmado por el primer ministro Tsipras y aprobado por la mayoría
del parlamento griego. NdT]
1. La firma del acuerdo con las
“instituciones” [la Troika], la firma del tercer memorándum por el gobierno de
Syriza es un hecho aberrante que cambia todas las coordenadas de la situación
actual.
El acuerdo está dirigido contra los
derechos sociales que han sobrevivido a la tormenta de los dos anteriores
memorándums, crea mecanismos de vigilancia, mecanismos de promoción sin control
de las privatizaciones y mecanismos para propinar golpes automáticos a los
gastos sociales que transforman en una ingenuidad infantil toda esperanza de
que tal memorándum, si es votado y aceptado, pudiera ser modificado durante su
ejecución, de que sea posible proporcionarle un cierto “rostro humano”.
Este acuerdo crea una nueva situación
para los desafíos de la resistencia obrera y social que tarde o temprano se
producirá, como sucedió antes en los casos de los memorándums primero y
segundo. Y en esta ocasión la lucha del mundo del trabajo será contra un
gobierno en el cual la gente depositó sus esperanzas y al que le dieron su
voto.
La aceptación del acuerdo crea
peligros evidentes para el partido de Syriza que se fundó sobre la base de una
oposición eficaz, de una oposición manifiesta contra la austeridad de los
memorándums. Y hoy se le pide que se transforme en la fuerza para la racionalización
de un nuevo memorándum, en una fuerza que acepte la austeridad, al menos, se
argumenta, por un cierto tiempo en nombre de la supervivencia de... un gobierno
de izquierda.
2. La firma del tercer protocolo es
presentada por la dirección de Syriza como resultado de un brutal chantaje. Se
trata de la aceptación de la idea de que “No hay alternativa”.
Se pretende así atenuar las
responsabilidades críticas y las decisiones erróneas. Como la idea de que
podríamos llevar a cabo un rechazo antimemorándum de la austeridad en el marco
de la tolerancia del euro, gracias a las negociaciones y por medio del consenso
con las direcciones europeas. De la misma forma que ha sucedido con la política
del gobierno, que ha congelado todo tipo de acciones en el “frente interior”
[en Grecia] contra las élites económicas, que ha evitado emprender “acciones
unilaterales”, tratando de apaciguar a las “instituciones” y de facilitar la
obtención de un “compromiso honorable”. Como el acuerdo del 20 de febrero de
2015, que compromete al gobierno a seguir el curso de una política suicida del
pago del servicio de la deuda, “totalmente y a tiempo”, lo cual ha redundado en
la radical reducción de los recursos del Estado.
Estas acciones y estas fallas han
bloqueado al gobierno y lo han conducido hacia el dilema mortal final. Y frente
a este dilema no ha podido encontrar la fuerza para proporcionar la respuesta
prometida: si nos vemos obligados a escoger entre el Grexit y un nuevo
memorándum, debemos rechazar el nuevo memorándum.
3. En el fondo de esta encerrona
están los juicios erróneos constantes (por ejemplo durante el proceso de la
“profundización” de la Unión Europea), pero también decisiones estratégicas
(como señala el cambio de la consigna del Congreso de Syriza, “ningún sacrificio
por el euro”, a la nueva consigna de la negociación respetuosa, que se
orientaba hacia “el euro a cualquier precio”).
Pero también la “elección
deliberada”, tal y como lo expresan las transcripciones, [de las negociaciones]
de considerar a los dirigentes socialdemócratas como necesarios y capaces de
proporcionar “apoyos” a las fuerzas amigas y al Estado...
Igualmente el “gubernamentalismo”,
esa idea de que el gobierno de izquierda es un fin en sí mismo más que un
medio, un instrumento que no debe colocarnos en oposición a nuestro mundo, con
nuestra propia base social.
En el trasfondo están también ciertas
características ideológicas y políticas de la izquierda europea moderna que, si
bien fueron rechazadas por unanimidad durante el congreso fundacional de
Syriza, han vuelto a la superficie durante el torbellino de la confrontación
con los acreedores.
4. El acuerdo con los acreedores no
puede ser aceptado. Syriza debe encontrar la fuerza para impedirlo y echarlo
abajo. Es evidente que ello no será posible más que a través del apoyo decisivo
del mundo del trabajo, de los desempleados y desempleadas, de las capas
pauperizadas.
Ese mundo, con un orgulloso 62%, dijo
“no” y se mostró dispuesto a emprender un nuevo curso. El “no” vino en
respuesta a una oleada sin precedentes de chantajes, entre los que destacaba la
amenaza de expulsión del euro. Pero aun así la gente voto por el “no”. La
interpretación sugerida por la dirección de que el “no” no significaba un
mandato de ruptura ha significado literalmente el desprecio a su resistencia. Y
aún más, el repentino cambio en favor del “sí”, la confianza en el “Consejo
nacional unitario” de los dirigentes políticos y la aparición de la firma
contranatura de Syriza-Nueva Democracia-Pasok-To Potami. La aparición de este
espectro político que finalmente ha votado, por principio, el acuerdo, violando
con ello toda la geometría política del referéndum, pero también la de los años
anteriores.
Es evidente que el giro necesario de
una política contra el tercer protocolo debe contar y basarse en el mundo del
“no”, los comités del “no” que deben ponerse en pie en todas partes.
5. De este ciclo trágico de
negociaciones se deben sacar conclusiones políticas. A través de la lucha
contra la austeridad, el mundo del trabajo y el gobierno deberían y deben
preparar las fuerzas que pueden ir hasta la victoria. Y eso incluye, ahora
mismo, evidentemente, la etapa de la ruptura con el euro y la Unión Europea
bajo la dirección del movimiento obrero y la izquierda.
Se trata de una política radicalmente
diferente de las amenazas de Schäuble: el Grexit como exclusión temporal, la
austeridad profunda como condición para la consolidación del capitalismo griego
y la reintegración en el euro después de ese “tratamiento”. En lugar de eso la
izquierda debe integrar su propio proyecto en conflicto con la zona euro, en el
cuadro de un proyecto antiausteridad, de una política anticapitalista, de una
transición hacia una perspectiva socialista.
6. El partido Syriza sale de este
periodo profundamente dañado. Su funcionamiento colectivo y democrático, tal
como lo exige el texto de los 109 miembros del Comité Central, es una premisa
básica para toda reconstrucción.
Sobre esta base se debe luchar contra
la desmovilización-frustración de numerosos miembros. ¡El mundo de Syriza no ha
dicho todavía su última palabra!
Sobre esta base se debe responder
inmediatamente a toda la oleada de amenazas y calumnias, sobre la que surfean
con salvaje alegría los peores medios de comunicación masivos, contra los
cuadros de Syriza y las voces que insisten en el “no”.
Todo esto es necesario con el fin de
emprender el combate por el indispensable giro a la izquierda.
7. Una parte de Syriza espera
encontrar el camino de salida en las elecciones, después de que se ha ”lanzado”
el Acuerdo del tercer memorándum. Es una trágica ilusión. Los acreedores y sus
aliados locales van a exigir que la responsabilidad de la aplicación del
acuerdo sea asumida íntegra, lo cual pone ya en cuestión la “libertad” de
Alexis Tsipras de recurrir a las urnas en septiembre o en octubre.
Pero recíprocamente: después de haber
aceptado el acuerdo, el único “orden” que puede pretender la dirección de
Syriza será una mejor gestión política que implique el memorándum. En ese caso
la respuesta del mundo del trabajo, como lo muestra el pasado de DIMAR [la
Izquierda Democrática], puede ser muy diferente a las previsiones de las
encuestas actuales.
La única salida para Syriza es el
rechazo del acuerdo, la lucha por su derrumbamiento. Junto con el mundo, en las
luchas de la vida, en los conflictos políticos, como en los diez años de lucha
ya transcurridos…
* Militante de la Liga de Unidad
Socialista (LUS) de México.
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