Grecia - La austeridad, la destrucción del sistema de salud y la urgencia de una moratoria de la deuda
Charles-André Udry - Louise Irvine
A l´encontre-La Breche
Traducción de Faustino Eguberri –
Viento Sur
El 4 de abril de 2015 se celebraba en
Atenas una reunión de Red Network. Uno de los tres talleres reunía a unas 100
personas, activas a diferentes niveles, del sector de la salud: médicos,
enfermeras y enfermeros, personal de ambulancias, responsables de farmacias de
hospital, limpiadoras, miembros de los comités locales que impidieron el cierre
de una estructura de cuidados primarios, uno de los médicos responsables del
dispensario social de Hellnikon. La discusión combinaba testimonios, análisis e
iniciativas a tomar. Un hilo rojo marcaba todas las intervenciones: no hay que
seguir esperando los resultados de las negociaciones permanentes y mediatizadas
del gobierno, que hunden a la población en una actitud pasiva; hay que
construir iniciativas que aseguren la unión entre los trabajadores de la salud,
la población, la estructura sindical influenciada por Syriza (META) y los
miembros y simpatizantes de Syriza. Dado el descalabro masivo y continuo del
sistema de salud, hay que desarrollar una consigna: rechazo inmediato a pagar
los intereses de la deuda y los reembolsos que son presentados como algo
ineludible, y consagrar esos fondos inmediatamente a la salud.
La decisión del gobierno Tsipras de
suprimir el ticket moderador de 5 euros es en gran parte ilusoria, porque la
suma que representa el cargo de 1 euro a cargo de las y los enfermos por la
compra de medicamento es muchísimo más importantes. En las intervenciones de
los intervinientes en el seminario quedó evidente que la gran mayoría de los
responsables del sistema de salud y de los hospitales no han sido cambiados. El
aparato burocrático y clientelar implantado por Nueva Democracia y del PASOK
sigue en pie. Los ministros pueden seguir haciendo declaraciones -las hacen
todos los días y en todos los sentidos- pero el cambio de la estructura depende
de un verdadero plan y de una movilización social. En los hospitales no se ha
establecido ningún sistema de control efectivo nuevo.
Evidentemente, el gobierno no impulsa
ninguna movilización. La aceptación de las llamadas "exigencias"
europeas constituye el corsé que mantiene unidas a las diferentes
personalidades del actual gobierno, en el que cada una juega su carta, a veces
conforme a sus convicciones. Todo ello contribuye a crear ilusiones sobre los
posibles efectos de estas contradicciones internas. Las mismas que se
conocieron con ocasión del primer gobierno llamado "en disputa" de
Lula en 2003, aunque la estructura gubernamental del PT fuera más sólida.
La mayoría formal de la dirección de
Syriza puede hacer declaraciones, pero no toma ninguna iniciativa que vincule
las cuestiones cruciales del sistema de salud y el pago de la deuda. Sin
embargo la urgencia social comienza a ser utilizada, aunque de momento sea de
forma propagandista, por una derecha que señala que el gobierno no solo no
mantiene sus promesas, sino que deja que la situación empeore.
En el lado contrario, todas las
experiencias de asambleas abiertas de las estructuras locales de Syriza
muestran el interés y la disponibilidad de la población por reabrir una
estructura de asistencia primaria, a favor de impedir el cierre de un hospital
así como de aumentar el número de médicos y a favor de crear las condiciones
para la vuelta de los médicos emigrados que viven su expatriación como una
deportación. Hubo testimonios continuos indicando que en determinados servicios
el número de médicos pasó de 12 a 4, el de las enfermeras de 10 a 2 se daban
uno tras otro. Por otra parte, se va a publicar un informe sobre la situación
de los principales hospitales de la región de Atenas y de las estructuras de
atención primaria. Un neurocirujano que ha trabajado en los dos principales
hospitales ha descrito la explosión de enfermedades nosocomiales (infección
contraída en un establecimiento sanitario) y ha indicado los efectos a largo
plazo (dos, tres generaciones) de la situación presente. Ha sido apoyado por la
intervención de una pediatra.
Es verdad que los debates sobre la
deuda ilegítima y sus orígenes son importantes. Pero esta cuestión se plantea
con una temporalidad humana diferente: hoy, decenas de miles de hombres y de
mujeres en Grecia (en particular la gente emigrante), se mueren de hambre,
están enfermos, y no son atendidos. La respuesta no puede ser la del gobierno
que consagra 300 millones de euros a medidas llamadas humanitarias (restablecer
la electricidad, distribuir bonos de alimentación), como lo hacen las redes de
seguridad del Banco Mundial, en el preciso momento en que acaba de aprobar un
gasto de 500 millones de euros para renovar la flota aérea antisubmarinos, bajo
el impulso de su ministro de defensa.
Ciertamente, ese ministro de Griegos
Independientes, Panos Kammenos, no se ha limitado sólo a esa tarea, prioritaria
para él. El 4 de abril estuvo presente en la presentación de la puesta en
marcha de un comité de auditoría sobre la deuda. Una iniciativa que merece todo
el interés. También el presidente de la República, Prokopis Pavlopulos, ha
subrayado su importancia. Espera sus resultados al cabo de unos meses. Prokopis
Pavlopulos, dados sus servicios a Nueva Democracia y diversos gobiernos, en
particular de 2004 a 2009, está al corriente de la explosión de la deuda en los
años 2000, como ha demostrado el artículo de Michel Husson publicado en estas
páginas el 11 de febrero de 2015 [http://vientosur.info/spip.php?article9807 y http://vientosur.info/spip.php?article9938 ]. Lo que, por puro oportunismo, se han permitido recordar
representantes de la Izquierda Democrática (DIMAR), insistiendo en la carrera
del presidente durante el período de endeudamiento bajo Karamanlis (I Efimerida
Ton Sintakton- Diario de los redactores 6/04/2015).
Como ha subrayado en su último
artículo Antonis Ntavanelos publicado en esta página el 4 de abril [http://vientosur.info/spip.php?article9959],
para la izquierda radical de verdad, frente al desastroso balance del gobierno,
las iniciativas para modificar al máximo la correlación de fuerzas en Syriza
-así como en el movimiento sindical y en el seno de los sectores militantes-,
de cara a vencimientos que se presentan a corto plazo (junio de 2015) son
primordiales. Esta batalla para modificar de una forma clara la correlación de
fuerzas, prioritaria en el seno de Syriza, debe conjugarse con el impulso de
reivindicaciones concretas, de forma masiva, cuya aplicación no es posible más
que en la medida en que sea decidida de forma inmediata una moratoria sobre el
pago de los intereses de la deuda. Las fuerzas de izquierda (de Syriza a
Antarsya, incluyendo miembros del KKE sensibles a la agudeza de la crisis
social) que quieren que se aplique de forma inmediata el programa de
Tesalónica, presentado en nombre de Syriza por Tsipras el 14/9/2014, lo
expresaban bajo múltiples formas en esta reunión del 4 de abril en la que se
hizo la radiografía del sistema de salud de la sociedad griega.
El artículo de la doctora Louise
Irvine que publicamos a continuación, cuyos datos son de finales de 2014,
lanzaba ya la señal de alarma en enero de 2015. No era la primera. The Lancet
había efectuado ya una verdadera auditoría del sistema de salud en febrero de
2014. Traducía las necesidades de la población y por tanto los derechos
universales que se derivan de ellas
Charles-André Udry
En el mes de octubre de 2014 [bajo el
gobierno de coalición entre Nueva Democracia y PASOK], visité Grecia para
observar el impacto de la austeridad sobre el pueblo griego y en particular
sobre la salud y el sistema de atención sanitaria. Me sumé a otros trabajadores
del sector de la salud y de la Campaña de Solidaridad con Grecia para visitar
hospitales, clínicas y mercados de productos alimenticios. Hablé con
sanitarios, con voluntarios, con políticos y con miembros de los gobiernos
locales.
Lo observado me ha consternado y
entristecido.
En el hospital más importante de
Grecia, el Evangelismos de Atenas, las condiciones eran peores que las que
había encontrado en países en vías de desarrollo.
En cuanto las puertas del hospital se
abren los días de "urgencia", la gente acude en masa. El hundimiento
de los servicios primarios y colectivos de salud pública hace que todas las
personas que tienen necesidad de atención médica acudan a los servicio de
urgencias y accidentes de los grandes hospitales, ya sea por un accidente
grave, para conseguir medicinas, por enfermedades crónicas o para vacunar a los
niños. Miembros del personal me han dicho que víctimas de traumatismos
importantes frecuentemente debían esperar durante horas para una radiografía y
un tratamiento a causa de la falta de personal [a causa de los numerosos
despidos]. Cuando llegan muchos casos al mismo tiempo, ocurre que la gente
muere antes de haber sido atendida.
Las condiciones de
"austeridad" impuestas en Grecia por la Troika (la Comisión Europea,
el Banco Central Europeo y el FMI) para asegurar el pago de la deuda a los
acreedores, prioritariamente a los bancos, han provocado el cierre de muchos
hospitales (incluyendo tres hospitales psiquiátricos) y clínicas de atención
primaria/1. Los que han permanecido abiertos deben efectuar recortes drásticos
en personal. Miles de trabajadores y trabajadoras de la salud han sido
despedidos.
El treinta por ciento de la población
griega vive en la pobreza, sin acceso a atención sanitaria [en febrero de 2014,
The Lancet estimaba que el 47% los griegos no tenían acceso a una atención
adecuada]. La atención sanitaria está financiada por el seguro pagado por las
empresas, con lo que cuando la gente pierde su empleo también pierde su seguro
médico. El gobierno pretende haber restablecido la atención sanitaria para los
más pobres, pero médicos y enfermeras me han asegurado que eso no era cierto.
Las comisiones de investigación prometidas para valorar y financiar las
demandas de quienes no tienen los medios para tener acceso a la atención
sanitaria no han sido creadas aún.
En Evangelismos he visto a 50
pacientes psiquiátricos amontonados en una sala de 25 camas, compartiendo dos
cuartos de baño y una sola enfermera en psiquiatría. Pacientes psiquiátricos de
edades y de sexos diferentes estaban echados, amorfos, sobre camillas a los dos
lados de un largo pasillo. Al final de este pasillo, he visto otro igual. Estas
camillas estrechas y poco confortables, apretadas unas contra otras, eran el
único espacio personal de los enfermos. Las enfermeras y los médicos me han
dicho que era imposible hacer un trabajo terapéutico en tales condiciones.
A pesar de estar abarrotada, la sala
estaba siniestramente silenciosa. He tenido la impresión de que la mayoría de
los pacientes estaban sedados o que habían bajado los brazos, sucumbiendo a la
desesperación.
La "austeridad" y los
recortes presupuestarios han provocado un fuerte aumento de los casos de
depresión. Los suicidios han aumentado un 45%. Los pacientes de Evangelismos
todavía tienen suerte: muchos otros enfermos que tendrían necesidad de camas
han sido abandonados en la calle, sin apoyo por parte de la colectividad. Estaba
a punto de abandonar el hospital cuando un médico me pidió que dijera a la
gente del Reino Unido lo que había visto y oído. Ha añadido que "no
querían caridad sino solidaridad".
La gente se está organizando para
resistir y para defender sus barrios contra los impactos más desastrosos de la
austeridad. La multiplicación de las estructuras de solidaridad en los barrios
para acudir en ayuda de la gente que carece de alimentos o de atención
sanitaria es una expresión de esta organización social. En toda Grecia han sido
puestas en marcha clínicas de salud solidarias, con personal voluntario que
intenta proporcionar atención básica a quienes no tienen acceso a las
estructuras de atención sanitaria. Médicos, enfermeras, y farmacéuticos
trabajan como voluntarios en esas clínicas, pero esto no basta ni mucho menos
para satisfacer todas las necesidades.
He visitado la Clínica de Solidaridad
Social en Peristeri, un distrito de Atenas con una población de alrededor de
400 000 personas. El personal voluntario, compuesto de médicos y de enfermeras,
que trabajaba en esta estructura me ha explicado que la mayor parte de las
clínicas locales gestionadas por el Estado habían sido cerradas. El gobierno
también había cerrado todas las policlínicas, antes de reabrir recientemente
algunas de ellas, pero con solo el 30% de los médicos necesarios. Allí donde
antes había 150 médicos para dar atención sanitaria en el distrito, actualmente
no hay más que 50. Una policlínica para una población de 400 000 personas no
tenía ginecólogo ni dermatólogo, y solo disponía de dos cardiólogos.
"¡Queremos que nos devuelvan
nuestros médicos!" decía una de las voluntarias con las que he hablado.
Miles de médicos han abandonado el país [a finales de 2014, más de 3500 médicos
griegos trabajaban en Alemania]. Los que permanecen -incluyendo médicos de alto
nivel de los hospitales- ganan alrededor de 12 000 euros al año.
La Clínica de Solidaridad Social de
Peristeri funciona desde hace un año y medio gracias a 60 voluntarios, de ellos
25 médicos, que han ofrecido sus servicios gratuitamente. La clínica está
provista de una sencilla sala de consultas y de una pequeña farmacia de
medicamentos donados. Los voluntarios de la clínica decían que la gente que
sufría enfermedades crónicas como la diabetes o cáncer tenía enormes problemas
para obtener los tratamientos necesarios. Los pacientes de cáncer sin seguro no
pueden pagar una quimioterapia. Las organizaciones de solidaridad demandan a
las personas que siguen una quimioterapia que den el equivalente de un día de
medicamentos para los pacientes que no tienen los medios de conseguir esos
productos.
En enero de 2015 el gobierno griego
aprobó una ley que permite confiscar bienes inmobiliarios de personas
endeudadas con las instituciones estatales. Hay quienes renuncian a proseguir
su tratamiento para evitar deudas que podrían conllevar la pérdida de la
vivienda de su familia.
Actualmente las madres griegas tienen
que pagar 600 euros para dar a luz y 1200 si hay una cesárea o complicaciones.
Para las extranjeras [emigrantes por lo esencial] que viven en Grecia, el
precio es dos veces más elevado. La madre debe pagar la factura al abandonar el
hospital. Al comienzo, cuando esos precios fueron introducidos, si la madre no
podía pagar, el hospital se quedaba con el bebé hasta el pago de la factura.
Condenada a escala internacional, esta práctica fue interrumpida y ahora el
dinero se recupera mediante un impuesto suplementaria. Sin embargo, si la
familia no tiene los medios para pagar, su vivienda o su propiedad puede ser
confiscada. Y si sigue sin poder pagar, puede ser encarcelada [esta ley debe
ser suprimida].
Un número creciente de recién nacidos
son abandonados en el hospital. Un ginecólogo con el que he hablado lo ha
llamado "la criminalización de dar a luz". La contracepción es
inaccesible para mucha gente: el seguro de enfermedad no cubre siquiera la
compra de anticonceptivos. Los abortos se han vuelto mucho más numerosos -30
0000 al año- y, por primera vez, el número de fallecimientos en Grecia está a
punto de superar el de nacimientos. La gente ya no puede permitirse, por
razones económicas, tener más hijos. Suficientemente duro es alimentar y cuidar
a los hijos que ya se tienen.
Según un reciente informe de la
UNICEF y la Universidad de Atenas, el 35,4% [cifras de finales de 2012] de los
niños griegos [1-17 años] o bien conocen la pobreza, o bien corren el riesgo de
caer en ella. Un artículo en The Lancet del 22/04/2014 titulado "La crisis
del sistema de salud griego: de la austeridad a la desaparición" valoró que
la tasa de muerte de los recién nacidos había aumentado un 21% y la de la
mortalidad infantil el 40% entre 2008 y 2011. Numerosas familias viven
únicamente gracias a las menguadas pensiones de un abuelo -en general de
alrededor de 500 euros al mes. El hundimiento del sistema de salud primaria
significa que miles de niños no son vacunados. Un ciclo de vacunación infantil
cuesta alrededor de 80 euros, y este precio es demasiado elevado para muchas
familias.
El hundimiento del sistema de salud
pública ha provocado que se doblaran los casos de tuberculosis, la reaparición
de la malaria, que desapareció hace 40 años y una multiplicación por 700 de las
infecciones por VIH. La pobreza alimentaria provoca también un empeoramiento de
la salud de la población. Según la OCDE, 1,7 millones de personas, es decir
casi la quinta parte, no tiene recursos suficientes como para comer [esta cifra
macabra ha aumentado]. En Atenas hemos visitado un mercado de alimentos
organizado por el movimiento de solidaridad social, que organiza la
distribución de alimentos directamente de los campesinos a la población.
Eliminando así los intermediarios, los mercados de solidaridad social obtienen
que los alimentos sean menos caros que en los supermercados, a la vez que
permiten a los campesinos ser pagados correctamente.
En contrapartida, los campesinos dan
un porcentaje de su producción para que se distribuya gratuitamente a las
familias que lo necesitan. Una pancarta encima del mercado proclama "Poner
en práctica la esperanza". Para mí era un perfecto ejemplo del espíritu
que he encontrado en todos los sitios en los que he estado: la esperanza de un
cambio combinada con un planteamiento muy pragmático para crear estructuras de
apoyo. Para las personas con las que he hablado era evidente que estas
estructuras no estaban destinadas a reemplazar a las estructuras del Estado, lo
que no sería posible, sino que constituían un medio para sostener la vida y la
resistencia a fin de impedir que la gente se hunda en la miseria y la
desesperación. Decían que lo necesario era una acción a nivel gubernamental.
El éxito del partido Syriza no es
sorprendente. Nos hemos reunido con Alexis Tsipras, el dirigente de Syriza, que
ha dicho que si fuera elegido la reconstrucción del sistema de salud sería una
prioridad para su gobierno. (Artículo publicado el 26/01/2015 por Open
Democracy -las elecciones legislativas anticipadas tuvieron lugar el 25 de
enero, traducción de A l’encontre)
Nota
1/ En 1978, en su declaración de Alma
Ata, la OMS daba esta definición de "atención primaria": "La
atención primaria está constituida por cuidados de salud esenciales fundados en
métodos y una tecnología prácticos, científicamente viables y socialmente
aceptables, hechos universalmente accesibles a los individuos y las familias de
la comunidad por su plena participación y a un coste que la comunidad y el país
puedan asumir en cada estadio de su desarrollo en un espíritu de
auto-responsabilidad y de auto-determinación". Esta definición suscita
numerosos debates, pero permite a los no especialistas comprender el sentido
general del término (Red A l´Encontre).
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