Grecia - Victoria de Syriza, pero ¿qué gobierno?
A l‘encontre-La Breche
Traducción de Viento Sur
Tras la victoria de Syriza en las
elecciones del 25 de enero de 2015, los titulares de la prensa europea el día
26 han sido los siguientes: "La victoria de Syriza anuncia un período de
agitación en Europa" (El País); "Triunfo de Tsipras, terremoto en la
UE, todo va a cambiar" (La Republica); "La victoria de los
izquierdistas griegos plantea un desafío al establishment europeo" (The Financial
Times). La prensa griega es menos categórica. Así, el titular de Kathimerini
es: "Syriza se dirige hacia un victoria histórica, pero sin mayoría
absoluta". Poniendo el acento en no haber logrado alcanzar la mayoría
absoluta, la prensa griega subraya los límites institucionales de la victoria y
lo que puede derivarse en función de la opción que tome el "comité
presidencial" de Alexis Tsipras. Y hablando de victoria histórica, subraya
un hecho importante: la importancia del voto a favor de Syriza no solo en los
grandes barrios de Atenas o Salónica sino también en las regiones del país, en
las que históricamente dominaba la derecha a través de sus diversas expresiones
de una partidocracia familiar y clientelar.
Como ha anunciado toda la prensa, son
7 los partidos que acceden al parlamento. Los resultados (aún no oficiales y
definitivos) son los siguientes:
•Syriza: 36,5% – 149 escaños (para la
mayoría eran precisos 151. Hay que tener en cuenta que el primer partido
obtiene 50 escaños de prima)
•Nueva Democracia: 27,7% – 76 escaños
•Amanecer Dorado: 6,3% – 17 escaños
•To Potami (El Rio): 5,9% – 16
escaños
•KKE (Partido Comunista): 5,6% – 15
escaños
•Pasok: 4,8% – 13 escaños
•Griegos independientes (ANEL): 4,7%
– 13 escaños
El partido Movimiento de los
socialistas demócratas, creado recientemente por Georges Papandreu, obtiene el
2,4% de votos y, al no superar el umbral del 3%, queda fuera del parlamento.
Este resultado electoral modifica la
escena política griega. La campaña de Samaras tratando de amedrentar al
electorado ha fracasado. Algunos sectores burgueses ya habían comenzado a
criticarla abiertamente a partir del 19-20 de enero. El desplazamiento de la
coalición reunida alrededor de Samaras hacia la extrema derecha, no solo para
captar los votos de Amanecer Dorado sino como expresión de las fuerzas que
actúan en el "Estado profundo" (una fórmula utilizada por la prensa
griega para caracterizar el régimen de Mubarak) se tradujo en una polarización
que no ha dado los resultados esperados a la derecha. El editorial del diario
Kathiremini no duda en utilizar a este respecto la fórmula de
"politicastros con un ADN del pasado y sucedáneos de clase
dominante". Para la derecha, la cuestión fundamental ahora es cómo recomponer
una fuerza política de derecha cuyo núcleo dirigente tenga un perfil de
"hombres de Estado".
Más allá de las consideraciones en
torno a la campaña de Tsipras y sus respuestas ante los ataques provenientes de
Nueva Democracia, los resultados de Syriza se pueden definir de forma
condensada en este fórmula: "el pueblo ha derribado a Samaras". Esta
dimensión, que expresa el sentimiento de amplias capas populares, es en general
dejada de lado por los comentaristas políticos, como quedó patente en los debates
de la noche electoral. Sin embargo, se trata de una dimensión que es central y
constituye un elemento clave para las corrientes de Syriza que, durante la
campaña, más trabajaron en los ámbitos populares para la victoria de Syriza y
los más firmes en exigir que los elementos claves del programa de Salónica se
apliquen para satisfacer las necesidades inmediatas y responder a ese
sentimiento de haber derrotado al gobierno anterior. Incluso cuando todo ello
se ha dado en el terreno electoral, debido a que la fatiga de las
movilizaciones sociales alimentó una forma de delegación político-electoral. En
la medida en que se tome en cuenta esta realidad - o, dicho de otro modo, en la
medida que se tome en cuenta el conjunto de quienes han luchado para hacer frente
a la austeridad y que constituyen la columna vertebral del voto a favor de
Syriza-, la formación del gobierno debería tenerlo en cuenta de la forma
socialmente más leal, ya que constituye la precondición para avanzar en la
aplicación de las reivindicaciones de Salónica.
Esto plantea la cuestión en torno a
qué gobierno de coalición. Al no obtener la mayoría absoluta, Alexis Tsipras ha
comenzado rápidamente, el lunes a la mañana, a negociar con los Griegos
Independientes, To Potami, etc. La verdad es que la cuestión de qué centro de
gravedad tendría el gobierno de Tsipras también se hubiera planteado en caso de
haber obtenido una mayoría absoluta. Pero actualmente, la formación de un
gobierno de coalición traduce de forma más visible la coalición de clases que
subyace en el terreno político. Con razón, durante un debate en la cadena de
TVAntena a las 22h del día 25, Antonis Ntavanellos -miembro del Comité
Ejecutivo de Syriza y de la dirección de DEA (izquierda anticapitalista), que
ha obtenido dos diputados- ponía el acento en la necesidad de formar un
gobierno "digno de la dinámica social de origen". En esta
perspectiva, se dirigía a los miembros del KKE para remarcar la responsabilidad
que tenían en el caso de que Syriza tuviera necesidad de contar con el apoyo de
dos o tres diputados. Para él no se trataba de alimentar ilusiones en torno a
la dirección del KKE [que rechaza cualquier acuerdo con Syriza] sino de
plantear el problema de la base social y de clase de un gobierno efectivamente
de izquierda.
Los dirigentes del KKE, por su parte,
no paran de denunciar, de forma caricaturesca y poco creíble, la similitud de
las posiciones ante la austeridad de Nueva Democracia, de To Potami y de
Syriza. Esas diatribas van de la mano con la satisfacción de haber conservado,
a pesar de la polarización política en el período electoral, su base electoral
militante.
La orientación desarrollada por
Ntavanellos también integra un elemento en el que, a veces, se pone poco de
relieve: el tercer puesto de Amanecer Dorado. En las encuestas a la salida de
urnas, tomando en cuenta la edad de las y los electores, los resultados eran
los siguientes: entre 18 y 50 años, el índice de voto a favor de Syriza, del
37,9% y de 7% para Amanecer Dorado. Entre las y los estudiantes, el 30,8% a favor
por Syriza y el 5,5% por Amanecer Dorado. Entre la gente en desempleo, el 45,3%
por Syriza y el 8,8% por Amanecer Dorado.
Por el momento vamos a limitarnos a
estas consideraciones en el análisis de las elecciones del 25 de enero de 2015
en Grecia. En breve, Syriza y sus componentes van a verse confrontados a nuevas
pruebas políticas y organizativas (relación partido-gobierno). Al igual que lo
estarán el resto de fuerzas políticas, incluso aquellas absolutamente
marginales como Antarsya.
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