Los intereses del imperialismo norteamericano en el Sahara Occidental
En el Sahara Occidental, del mismo
modo que ocurre en Palestina o en el territorio Mapuche, lo que está en disputa
es un territorio que intenta ser arrebatado por medio del genocidio.
Por
Aquiles Córdova / Representante del Comité de Amistad Chileno con el Pueblo
Saharaui
“Laissa podrá andar perfectamente
dentro de dos meses; él la ayudará en todo”. Corría agosto de
1975, y ese era el texto de un telegrama recibido por el gobierno marroquí. El
originario del mensaje era Henry Kissinger, Consejero Nacional de Seguridad y
Secretario de Estado de EE.UU., además de Premio Nobel de la Paz 1973. El
telegrama era una clave para confirmar la decisión del Pentágono de que el
Sahara debía ser de Marruecos y que "daba su aprobación" a la
operación geopolítica y militar de la Marcha Verde contra los saharaui.
El 21 de agosto de 1975 Kissinger había sido informado y daba luz verde
a la operación.
En 1974, el Gobierno de España, potencia
colonial en el Sahara, anunció su intención de celebrar un referéndum de
autodeterminación en el Sáhara en un plazo máximo de un año, a lo que
Marruecos, conciente que le resultaría desfavorable para sus pretensiones,
reaccionó política y diplomáticamente para detener la consulta.
Los objetivos de la Marcha Verde
La Marcha Verde, ideada desde
Marruecos, fue proyectada por un gabinete de
estudios estratégicos con sede en Londres, cuyo costo corrió a cargo de Arabia
Saudí y consistió en que, por orden del Rey Hassan II
de Marruecos, se enviarían a unos 350 mil civiles y 25 mil militares al territorio
de Sahara Occidental, con el fin de reclamarlo y anexarlo a sus dominios.
Henry Kissinger (el
mismo personaje y funcionario norteamericano clave que formó parte del complot
criminal contra el gobierno de la Unidad Popular en el Chile de Salvador
Allende), entre otros, planificó, asesoró y organizó a los marroquíes para la
Marcha Verde, y auspició las negociaciones entre los representantes de la monarquía
de Marruecos y el gobierno español, las que significaron la salida del ejército
hispano de los territorios del Sahara y su traspaso a Marruecos y Mauritania.
EE.UU. proporcionó
a Marruecos equipos, armamentos, logística y una completa organización para la
operación, mientras que Arabia Saudí hizo grandes aportes financieros.La
operación favorecía y sigue favoreciendo en la actualidad, a los intereses
militares, estratégicos y económicos de los EE.UU. sobre la región.
España cedió la administración del
tercio sur del territorio saharaui a Mauritania y los otros dos tercios a
Marruecos. La acción ilegítima e ilegal fue vendida a la opinión pública
internacional, que la seguía a través de los medios de comunicación pro
norteamericanos de la época, como una "invasión pacífica de pobladores
autóctonos", a pesar de que paralelamente y, más al este, se producía la
invasión militar del territorio.
El Frente Polisario, escudo y promesa
de liberación del pueblo saharaui
En el censo de 1974, realizado por
imposición de la ONU, está perfectamente documentado quiénes son los
habitantes del Sahara Occidental, los saharauis, a
los que durante el fallido proceso de descolonización les corresponde la
autodeterminación del Sahara Occidental. En 1970 se
desarrollaron movimientos de saharauis independentistas que terminaron
con una masacre perpetrada por las fuerzas militares españolas. Debido a ello,
el 10 de Mayo de 1973 se creó el Frente Polisario (Frente Popular para la
Liberación de Saguia el Hamra Río de Oro), que comenzó la lucha armada de
liberación contra España.
Desde sus comienzos, el ideario
político del Frente Polisario fue y es muy sencillo:
I. La salvaguardia de la
independencia nacional
II. La integridad
territorial
III. El ejercicio de su
derecho inalienable a la autodeterminación.
El 27 de febrero de 1976, en la
población saharaui de Bir Lehlu, el Frente Polisario proclamó la República
Árabe Saharaui Democrática (R.A.S.D.) y emprendió una guerra de liberación del territorio contra
Marruecos por el norte, y contra Mauritania por el sur.
La R.A.S.D. se considera
parte:
I. De la nación árabe.
II. De la familia
africana.
III. De los pueblos del
tercer mundo.
Su estrategia política está
encaminada hacia:
I. Una política de no
alineamiento.
II. Una búsqueda de la
unidad de los pueblos del Magreb como una etapa hacia...
III. ...la unidad árabe
y africana.
Dentro de sus aspectos sociales, cabe destacar:
I. Se tiende a la
emancipación de la mujer y su participación en la nueva sociedad.
II. Protección de los
minusválidos y de los ancianos.
III. Derecho a
asistencia social.
IV. El Estado garantiza
la protección y la seguridad del ciudadano.
V. Enseñanza y sanidad
obligatoria y gratuita.
VI. El derecho y el
deber del trabajo.
La Constitución de la R.A.S.D. señala:
I. La propiedad nacional
pertenece al pueblo.
II. Se garantiza la
propiedad privada, mientras no suponga explotación.
III. La propiedad privada
sólo puede ser confiscada según la ley.
IV. El pago de impuestos
es un deber ciudadano.
Cercada por la tenaza política y
militar marroquí y mauritana, se produjo la huida masiva de población civil
saharaui. Fueron perseguidos por los medios más brutales e inhumanos, en su
repliegue hacia Argelia. Las fuerzas aéreas marroquíes utilizan napalm,
fósforo blanco y bombas de fragmentación contra los refugiados.
Amnistía Internacional ha
estimado las víctimas en 530 personas
El Frente Polisario hizo frente a la
ocupación marroquí y organizó la retirada de los refugiados que se
establecieron en campamentos, en la desértica región de Tinduf en Argelia, país
que les presta ayuda y acogida desde la ocupación. Los campos de refugiados de
Tinduf contienen a aproximadamente 200.000 personas.
El resultado de la guerra y el
genocidio marroquí significó el exilio para cerca de la mitad de la población
saharaui, la cual quedó dividida entre aquellos que vivían dentro de los
territorios ocupados por Marruecos y aquellos que lograron establecerse en los
campamentos de refugiados.
Existen más de 400 víctimas saharaui de desaparición forzosa, la mayoría
entre 1975 y 1977
Intereses geoestratégicos y
económicos resultan determinantes para comprender el papel de los intereses de
EE.UU. en la región, con su total adhesión a Marruecos, y el cual ha jugado y
sigue jugando en el conflicto por el control del Sahara. La
vinculación del Reino de Marruecos con EE.UU. se ha sostenido vigente desde hace
más de dos siglos. En 1777, Marruecos se convirtió en el
primer país en reconocer la independencia de los Estados Unidos de
Norteamérica, inaugurándose así una unión de intereses que perdura hasta nuestros días.
Las alineaciones
internacionales en dos bloques producto de la Guerra Fría contribuyeron a
fortalecer aún más esta alianza. La posibilidad de un Sáhara independiente,
adscrito a la órbita soviética y bajo la influencia de Argelia, convirtió a
EE.UU. en un aliado principal de Marruecos. La caída de los llamadossocialismos
reales ha dado paso a la llamada guerra contra el terrorismo islámico, y
las posiciones se han consolidado aún más.
Una tupida red de
intereses históricos, económicos y geoestratégicos permiten a Marruecos un
amplio margen de impunidad en su constante empuje anexionista sobre el Sahara
Occidental. También Francia ha sido un aliado incondicional de Marruecos en sus
intenciones neocoloniales contra el Frente Polisario. En su condición de
miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, Francia ha vetado el
tratamiento de este asunto como "conflicto", lo que hubiese supuesto
la imposición del llamado Plan de Arreglo, solución aprobada en 1988 y que
nunca llegó a aplicarse.
El estado de cosas
en pleno siglo XXI y el muro infame
Actualmente, la
situación sigue sin resolverse y hay todavía un plan especial de la ONU, la
MINURSO, para asegurar un futuro referéndum para la autodeterminación.
Aunque Mauritania
abandonó la parte sur después de las continuas derrotas militares por
incursiones del Frente Polisario, el Sahara Occidental continúa dividido y
militarizado por el gobierno marroquí, que también ocupó militarmente la
inmensa mayoría de la zona sur abandonada por Mauritania.
El Sahara está
vertebrado de noreste a sureste, por el Muro de la
vergüenza,
hecho por Marruecos, de 2.700 kilómetros de largo, que cubre la mayor parte del
territorio, vigilado por 150 mil soldados y con modernos medios tecnológicos,
donde están las mayores riquezas minerales en fosfatos del mundo, pozos de
petróleo, y uno de los litorales más ricos del planeta en pesca.
El Frente
Polisario, tras 9 años de guerra con Marruecos, firmó un alto el fuego y los
saharaui independentistas se hallan ubicados por millares en campamentos de
refugiados cerca de Tinduf –Argelia– y en los inhóspitos terrenos que les
quedan al otro lado del muro.
La R.A.S.D está reconocida por 82 países y es
miembro de la OUA (Organización de Unidad Africana). Sin embargo, España no
reconoce este país. Los saharaui que buscan su independencia viven en
condiciones muy dignas –dentro de lo que cabe–, y son una sociedad bien
organizada, aunque dependen de la ayuda internacional.
Las políticas económicas de la R.A.S.D. consideran, una vez recuperados los
territorios:
1.Industrialización avanzada habida
cuenta de la explotación de las minas de fosfatos Bucra-a y sus derivados (de
las mayores reservas mundiales).
2.Posibilidades de explotación minera de
hierro y minerales radioactivos.
3.Posibles explotaciones petrolíferas en los
alrededores de El Aaiún.
4.Explotación del banco pesquero
sahariano (uno de los mayores del mundo).
5.Relaciones comerciales con Canarias (de
obligada de referencia en la economía sahariana).
La razón económica
de la invasión y sus consecuencias
Actualmente
Marruecos explota las minas de fosfatos Bucra-a, a través
de una compañía “real” marroquí, la
Office Cherifien des Phosphates (OCP), con un nivel de producción del orden de
las 2,4 millones de toneladas anuales, por un valor de unos 1.800 millones de
dólares, lo cual le permite a Marruecos constituirse en su tercer productor
mundial y en el primer exportador del planeta. El primer importador mundial de
fosfatos y principal socio comercial de Marruecos es EE.UU.
Según la revista
Forbes, el control sobre la OCP explica la inmensa fortuna del rey Mohamed VI.
Y un sexto de esos fosfatos proviene del Sahara, explotados tan ilegalmente
como la pesca del banco sahariano.
En el campo de la salud, la vida en los
campamentos de Tinduf, durante los primeros tiempos de refugio, a las
penalidades derivadas de la guerra y el exilio, se sumaron los estragos de las
enfermedades y epidemias que provocaron gran mortalidad, sobre todo en la
población infantil.
La población saharaui ha superado esta difícil situación mediante la auto organización y el desarrollo de una estructura preventiva que resulta modélica. La alimentación, la prevención e higiene, unidas a un importante esfuerzo en formar a la población en estas materias, explican su éxito, dentro de la escasez y penurias del refugio. Sin embargo, hay un alto porcentaje de mujeres saharauis con anemia.
En el área de la
educación es donde la R.A.S.D. ha logrado uno de los éxitos más espectaculares. En los
campamentos de Tinduf, se pasó en 10 años de una tasa de analfabetismo de un
72,55%, a la total escolarización de la población de 3 a 18 años,
constituyéndose en un logro pocas veces alcanzado, y más si se consideran las
desfavorables condiciones que en principio derivan de una situación de guerra,
de faltas de programas escolares autóctonos y de inexistencia de cuadros
educativos, como herencia de un pasado colonial que poco se había
preocupado de esos ámbitos.
Como la situación
es insostenible, tanto en los territorios ocupados debido a las violaciones a
los derechos humanos contra los saharaui por parte de Marruecos; como en los
campamentos de refugiados por las duras condiciones de vida -ya que dependen de
la ayuda humanitaria internacional, que en los últimos años ha decrecido por la
crisis económica-, tal estado de cosas es inaceptable. Así lo ha reconocido el
propio Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, dando plazo hasta abril del
2015, para resolver la situación del Sahara. A su vez, ese es el plazo que se
ha fijado el Frente Polisario para terminar con la tregua, indicando que
dispone de "armas, hombres y voluntad suficientes" para ir a una
guerra que el pueblo saharaui reclama de forma urgente.
Los métodos invasores que por cuarenta años han intentado hacer
desaparecer a la nación saharaui, llegaron aparejados con la escuela, las
iglesias y el aparato del Estado marroquí, cada cual cumpliendo un rol en el
intento de legitimar una ocupación militar, utilizando el cínico expediente de
llamarle Pacificación. Esa lógica de asimilación y exterminio mediante el
cerco cultural y territorial, se ha desarrollado e implementado en forma
sistemática.
Aquí está en juego el principio de autodeterminación de los pueblos
establecido en la Carta de las Naciones Unidas y que no respetó España, ni
tampoco respetaron Marruecos y Mauritania, así como tampoco EEUU y Francia.
En el Sahara Occidental, del mismo
modo que ocurre en Palestina o en el territorio mapuche, lo que está en disputa
es un territorio que intenta ser arrebatado por medio del genocidio.
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