Uruguay - La posición de la IZQUIERDA EN MARCHA
Del giro socialdemócrata al giro a la izquierda
Hoy las cosas están mucho más claras: el compañero Tabaré Vázquez en el programa televisivo “Código País”, al definir al FA, lo calificó de “centroizquierda”. Queremos repasar los argumentos que exponíamos en aquel artículo, ya que creemos que las direcciones de los grupos políticos del FA llevaron adelante una involución socialdemócrata. Y que tiene razón el compañero Tabaré: la mayoría del FA se ha trasladado a posturas socialdemócratas y ha desarrollado un gobierno
autoproclamado “progresista”, que diríamos es, paradigmáticamente, por definición, socialdemocracia, pues no está planteado el salto de cambiar la sociedad, cambiar el mundo.
Veamos. El gran cambio en el Siglo XX fue la caída de la URSS y el mundo socialista todo. En ese momento el capitalismo acelera un proceso de neoliberalismo globalizado, que tiene sus inicios en los ́70. Nos asaltó entonces la flexibilización laboral; la precarización del trabajo; la infantilización de la pobreza, la desocupación, el desplazamiento, la guetización; la cultura posmoderna; el individualismo exacerbado, el “hacé la tuya”; el consumismo; la hiperconcentración de la riqueza,
el fin de la historia, el capitalismo eterno.
el fin de la historia, el capitalismo eterno.
La reacción de la Izquierda mundial fue múltiple, pero la gran mayoría sufrió un proceso de socialdemocratización, enmarcado en el “no se puede”, “hay que ir despacio”, “hay que mejorar la distribución de la riqueza, y que se mantenga la estructura capitalista”. El FA no fue la excepción. En el ́71 la mayoría quería revolucionar, cambiar la sociedad de raíz. El enemigo estaba ahí, visible, casi palpable: la Oligarquía y el Imperialismo. El FA, desde sus inicios fue necesariamente, antiimperialista y antioligárquico. La izquierda, para entonces, discutía los caminos de la revolución, y no el objetivo final.
Desde mediados de los ́80 todo cambió. Cabe puntualizar que el espacio socialdemócrata tiene una particularidad sorprendente: los partidos socialdemócratas que se autoproclaman socialdemócratas, probablemente lo sean. El Partido Independiente puede ser un buen ejemplo uruguayo. Pero hay cantidad de partidos de derecha que se proclaman socialdemócratas. Larrañaga sería un ejemplo también, o Sanguinetti, quien integra la Internacional Socialista. Pero
hay partidos de izquierda que se hicieron socialdemócratas y lo niegan: el PT, el FA, antes que Tabaré Vázquez lo confesara.
hay partidos de izquierda que se hicieron socialdemócratas y lo niegan: el PT, el FA, antes que Tabaré Vázquez lo confesara.
Constanza, recordaba un pensamiento de Saramago: “.... la derecha que se define como centro, sigue siendo derecha, pero la izquierda que se recuesta en el centro, deja de ser izquierda”. El proceso de socialdemocratización en el FA se hizo visible por el “Documento de los 24”, que produjo un corte horizontal en el FA. La idea de que “todo cambió”, que hay que renovarse, pasó por el PCU y lo hizo estallar. Pasó por el PS, y hoy están los ortodoxos y los renovadores. Se instaló en el MLN y generó la CAP-L. Hoy, el conglomerado que se agrupa en el FLS es típicamente socialdemócrata.
Durante los últimos años varios grupos de compañeros, entre ellos Vázquez y Astori, pedían una discusión ideológica. Marcelo Jelen, desde la diaria, les contestaba que el FA primigenio nunca discutió ideología y que si se procesaba esa discusión el FA que asomaría sería esencialmente diferente al anterior. De hecho, sin mediar debate en la orgánica, las mayorías consolidaron nueve años de gobierno socialdemócrata.
Hay que puntualizar que en el seno del PS renovador, aparece el concepto de protosocialismo, elaborado por Laguarda y Olesker, y el camino sería profundizar este mismo proceso. Se parece al viejo planteo arizmendiano de Democracia Avanzada, que es una elaboración del concepto gramsciano de hegemonía y bloque alternativo.
Pero no veo a los gobiernos del FA avanzando hacia el protosocialismo o la Democracia Avanzada. Para lograrlo habría que confrontar ideológicamente con la derecha, en la cátedra, en el Parlamento, en los medios, en la calle, y con el Poder Judicial. Pero además, y sobre todo, habría que realizar una política económica que introdujera paulatinamente elementos anticapitalistas, protegiendo la llamada Economía Social y Solidaria (ESS), no sólo para artesanos y ramos menores, y para las fábricas fundidas, sino para fábricas y comercios de primer nivel.
Creo que esta alternativa es el desafío más importante que tiene el PIT CNT en los próximos 10 o 15 años. Socializar, no estatizar, los medios de producción. Tenemos que trabajar sobre la idea de la sociedad comunista como “una sociedad de cooperativistas cultos”, como decía Marx.
Si calificamos al gobierno del FA como socialdemócrata, hay que resaltar por qué, los ejemplos más importantes.
-En la Economía
La socialdemocracia se propone estimular el desarrollo capitalista y al mismo tiempo reducir la pobreza y mejorar la distribución de la riqueza. Este proceso tiene una dinámica a dos sentidos. Por un lado, aumentar los salarios, proteger a las medianas y pequeñas empresas, política impositiva más justa, proteger a los más vulnerables (peones rurales, empleadas domésticas), una política activa contra la pobreza y la indigencia. Como bien dice Constanza sobre el Sistema de Cuidados: “a la izquierda le cuesta ver que la pobreza tiene cara de mujer”. Pero al mismo tiempo hay que administrar y desarrollar el capital. Esto último tendrá una dinámica inevitable con consecuencias también inevitables.
Las Inversiones extranjeras directas (IED) pasaron a ser las “vedettes”. Se soslayan dos hechos importantes; en el exterior hay más de 7.000 millones de dólares de uruguayos, y desde 2008 lo único que sobra en el mundo desarrollado, es el capital. Algunos economistas calculan que aun quitando todas las prebendas que se da a las inversiones, el 70% de las IED igual hubieran venido. Pero la “renuncia fiscal”, sólo en el 2010, llegó a 2.300 millones de dólares.
Se ha mejorado el empleo, se han subido los salarios, se redujo la pobreza, Y además el gobierno afirma que ha mejorado la distribución del ingreso, pero sus números se basan en el índice de Gini, y no se toma en cuenta a los no residentes, maquillando así la ganancia del capital.
En la enseñanza se muestran las posturas socialdemócratas. Fue una lucha a brazo partido poder conseguir el 4, 5 % del PBI para la enseñanza, pero luego fue ninguneado quedando el 3,9% para la ANEP. La derecha nos acorrala con criterios de eficiencia, como son las pruebas PISA. Nadie habla del pensamiento crítico.
-En los valores
En la sociedad toda, la ideología dominante campea. Vivimos en una sociedad posmoderna, donde ya no se cree en los “grandes relatos”, donde las visiones totalizadoras se califican de totalitarias. No se cree en el progreso, se cultiva el individualismo, el consumismo, el “hacé la tuya”. Los medios de comunicación y la publicidad son los fervientes intermediarios entre producción y consumo.
La socialdemocracia no confronta. Acepta estas reglas de juego, y a través de la publicidad estatal de UTE, ANCAP y Presidencia, se elaboran y transmiten mensajes posmodernos: “todos, si queremos, podemos”, “siempre en movimiento”, “si no llegás es culpa tuya”, “ponéle más ganas, más esfuerzo”. ¡Chau, diferencias de posibilidades!, ni hablemos de clases, y menos de lucha de clases. Nos creímos la vieja mentira de la derecha: que el Presidente tiene que ser de todos los uruguayos; pero, ¿también de los oligarcas? ¿de “los peores americanos”? La derecha gobierna para la oligarquía, diciendo que lo hace para todos y la socialdemocracia se come la pastilla.
-La violencia y la inseguridad
Aquí también la socialdemocracia se deja acorralar. No se dice que los que hoy tienen 16, 17 años, nacieron en el 97-98 y son fruto de la pobreza, la miseria, el desplazamiento y la guetización, generada en las crisis del 2002-2003. Tampoco la socialdemocracia puede decir que la pobreza, miseria, desplazamiento, infantilización, no los podemos mejorar, porque son parte estructural de la sociedad capitalista.
-Derechos Humanos en la Dictadura
Éste es un capítulo muy sentido y muy especial. Después del voto verde, cuando convocamos la nueva consulta se dio una polémica muy dura. La derecha gritaba que el pueblo ya se había pronunciado. En tanto en el FA la situación fue compleja. La mayoría logró aprobar que el FA hiciera campaña. Pero el resto del FA, que quedó en minoría, no militó por el voto rosado. Lo ignoró. Los principales referentes, Vázquez, Mujica y Astori, durante la campaña no hablaron del voto rosado. La socialdemocracia tenía miedo de perder votos si se luchaba por “verdad y justicia”. Incluso hubo grupos dentro del FA que no ensobraron el voto rosado junto a sus listas.
Luego de la derrota, la socialdemocracia criticó, planteando que ellos habían predicho el fracaso y que los culpables eran quienes habían impulsado el voto rosado. El último acto lo protagonizó Semproni, que se inmoló en nombre de todos los que no querían que cayera la ley. Estas actitudes corresponden a varios factores: uno de ellos es la postura muy peculiar del MLN, que se enraba con la teoría de los “dos demonios”. La dictadura había sido fruto del enfrentamiento entre guerrilla
y FFAA. La tortura, así, se legitima o por lo menos tiene cierta lógica. “¿Qué pensaban, que nos iban a esperar con el té de la tarde?”, dijo Engler.
y FFAA. La tortura, así, se legitima o por lo menos tiene cierta lógica. “¿Qué pensaban, que nos iban a esperar con el té de la tarde?”, dijo Engler.
A esto se suman las ideas de la socialdemocracia. Ni hablemos del aparato burocrático militar: las FFAA ya no son más el brazo armado de la oligarquía. A pesar que los militares retirados (todos) y los activos (muchos) siguen pensando que salvaron a la patria y piensan que tienen la complicidad del aparato político.
Algunos hechos paradigmáticos: Tabaré Vázquez, Presidente, convoca un 19 de junio, con la consigna “Nunca más, orientales contra orientales”; Mujica afirma que esto se terminará cuando los protagonistas estén muertos; se mantiene a los genocidas en cárceles VIP y con internet; cuando, en especial en lo económico, se ningunea a los ex presos políticos, no hay repercusión, es una especie de limosna para los ex presos indigentes.
Es cierto, compañero Tabaré Vázquez: el FA de hoy es un partido de centro izquierda. Sin embargo, en Izquierda en Marcha creemos que tenemos que luchar para superar el capitalismo, no por un delirante anacronismo sesentista, sino porque es responsable de todas las miserias de la humanidad. Por eso, cuando planteamos “un giro a la izquierda”, estamos convencidos que es necesario y posible, y que, aun dentro del capitalismo tenemos margen de maniobra y se puede mejorar la distribución de la riqueza.
Dr. Daniel Banina
18 de mayo de 2014
0 Responses to "Uruguay - La posición de la IZQUIERDA EN MARCHA"
Publicar un comentario