OMAR MUÑOZ SIERRA
Administrador Público, Lic. en Administración

Finalmente la Presidente Michell Bachelet firmó el proyecto de ley que crea una AFP estatal, una de las 56 medidas comprometidas para los primeros 100 días, una de las tantas con las cuales el Gobierno quiere mejorar el sistema previsional.
En tanto, en el país miles de trabajadores centran sus esperanzas en que a futuro podría mejorar su sistema previsional y por ende, mejorar las exiguas pensiones a las que acceden una vez jubilados. Sin embargo, el proyecto de reforma previsional y de la AFP estatal, no se hacen cargo aún de la necesidad de los trabajadores, de aumentar las pensiones, que es el interés totalmente válido de la ciudadanía, que por cierto, algunos están convencidos de que una AFP estatal, será parte de la solución a sus demandas.
La AFP estatal estaría al alero de la CORFO, la que utilizaría la cobertura nacional del IPS; y no del Banco Estado, con lo cual se evitaría que los Bancos entren al rubro. La justificación sería que una AFP estatal atendería a los sectores que no son del interés de las AFP tradicionales (como aquellos que se encuentran lejanos de los sectores urbanos, o son trabajadores por cuenta propia); pero, igualmente tendrían un costo de comisión por gestión equivalente a la menor comisión del mercado, que es la que cobrará Planvital a partir de agosto en virtud de la licitación de cartera para nuevos afiliados, esto es un 0,47% mensual, con lo que también perseguirá introducir mayor competencia en el rubro.
La misma Presidente Bachelet señaló que “esto es un avance y no la solución”. Pero, ¿qué sentido tiene crear una AFP estatal si finalmente competirá en el mercado como una más de la industria?; al menos hasta ahora no hay claridad de que se haga cargo de la real necesidad de los trabajadores, cual es que se pueden jubilar con pensiones dignas. Esto no es ni avance ni solución y no tiene nada de progresismo, es sólo regresismo. “La normativa que nos va a regir es la misma, vamos a operar en igualdad de condiciones”, aseguró la Ministra del Trabajo Javiera Blanco, en respuesta a la Asociación de AFP, quienes señalaron que una AFP estatal podría “afectar las normas de la libre competencia”.
Más que crear una AFP estatal, quizás resulta más efectivo modificar el sistema de pensiones y establecer otras formas de ahorro y medidas para que los trabajadores puedan asegurar una pensión más digna, y hasta considerar un aporte estatal.
En definitiva, será otro proyecto más que generará mucho ruido, grandes anuncios y discusiones, con un gran gasto fiscal, pero al final sólo serán cambios administrativos que en nada responderán a las reales aspiraciones de los trabajadores. Al final, sólo será el hecho de que muchos quedarán felices y complacidos de haber creado una AFP estatal, pensando que en manos del Estado todo se soluciona.