CHILE: Capriles; un candidato de la derecha chilena.
Es una casualidad que justo en el momento
en que una de las derechas, la Alianza, se quedara sin candidato, de visita se
encuentre el candidato de la derecha venezolana Henrique Capriles. Quien se ha encargado, con un discurso
populista y una millonada de dólares americanos, de poner en aprietos al
gobierno bolivariano, amenazar con hacer retroceder las profundas reformas
sociales del Chavismo y pasearse por Latinoamérica para recibir el apoyo de la
clase dominante de todos los países del continente. Seria impresentable pero, con esta especie de
velorio peleado que tienen, no sería raro que en cualquier momento desde el
gobierno o de los partidos de la Alianza se presentara algún proyecto de ley
con el quórum parlamentario correspondiente para permitir que Capriles fuera
candidato.
Capriles y su proyecto político, terminar
con el gobierno chavista para recuperar el control sobre la sociedad y el
Estado y sus privilegios de clase, no solo despierta la simpatía de la derecha
pinochetista, sino también de uno de los partidos socios de la “nueva mayoría”,
la Democracia
Cristiana. Cuando fue
el golpe contra Chávez el 2002 apoyó automáticamente al presidente instalado
por los ricos, el empresario Pedro Carmona.
Bajo el gobierno de Lagos, aunque luego debió retroceder, se apoyó el
golpe de estado dado por la derecha venezolana contra el gobierno de Chávez.
No fue casual eso sí, oír hablar al
candidato con depresión sobre lo “chavista” que son todas las demandas que se
han instalado (para quedarse) en la sociedad chilena. Sobre todo la necesidad
de una Asamblea Constituyente para terminar con todas las leyes de amarre,
mordaza y saqueo que significan las actuales leyes para la mayoría de la
población y que son una verdadera tiña en todos los ámbitos donde vivimos,
trabajamos o estudiamos. La
constitución de 1980 es la biblia azul de la derecha y el libro de consultas de
la Concertación. Les provoca escándalo
que la población tenga bajos niveles de comprensión de lectura pero se hacen
los lesos cuando los estudiantes salen a pedir educación pública, gratuita y de
calidad.
El
miedo al proceso venezolano.
Como no iba a tener consecuencias el cuco
chavista, si desde la revolución rusa
que los cuicos de todos los países del continentes han despotricado siempre contra
todo lo que signifique mayor participación política de los trabajadores, todo
lo que hable de socialismo y en resumen a todo lo que signifique mejorar las
condiciones de vida de la mayoría
Fue la irrupción del movimiento popular
venezolano lo que permitió rescatar a Chávez y revertir el golpe de estado de
palacio que habían dado los grandes empresarios venezolanos con el apoyo del
gobierno de Bush y de todos los gobierno burgueses del mundo. Fue el pueblo en la calle, manifestándose y
ganando el apoyo de las bases populares del ejército quienes lograron parar la
reacción. Capriles es el producto de
toda una clase que ha estado perdiendo privilegios en Venezuela, de una clase
social que se ha visto como lo que es, una minoría, en cada una de las elecciones
que se han hecho en Venezuela desde que Chávez ganó las elecciones en
1998.
Luego de más de 12 años perdiendo
elecciones, la derecha venezolana, sigue despotricando contra Chávez y ahora
Maduro y lo único que les queda es defender algunos votos, con ese nivel de
derrotas electorales no nos extrañemos
cuando nos hablen de depresión
Síntomas
de derrota en la derecha.
Sin embargo la depresión que hoy está
atacando a la derecha chilena es un proceso con otros síntomas comparados con
Venezuela, algunos inversos y otros similares.
Por ejemplo la derecha que representa la UDI y RN está preocupada y teme
caer en una profunda crisis que da señales incluso de querer pedir auxilio para
no perder el poder político. Ya lo vimos
hace días atrás cuando se sentaron frente a las cámaras y los flashes para
gesticular, cual payaso, la presentación de un proyecto para cambiar el
binominal pero, como ya es sabido, con un remedio peor que la enfermedad.
Ofreciéndose ellos mismos para cambiar
algo que siempre les ha entregado privilegios y logrado mantener un sistema
económico y social donde se hace negocio con todo, es algo por lo menos
sospechoso y bueno, permítannos
dudar, pero incluso con los escaños parlamentarios que se
han transformado en verdaderas agencias de negocios donde se firman
contratos. En el norte los campesinos y
los habitantes de los pueblos de los valles se están quedando sin agua porque
empresarios como un ex ministro de Bachelet y un diputado se compraron los derechos de agua y están dejando sin agua
a medio mundo, construyendo tranques privados solo para regar sus cultivos
frutales que venden y exportan gracias a los Tratados de Libre Comercio tan
aplaudidos y firmados por los gobiernos de la Concertación y de la Alianza.
Del sentido común a las demandas comunes.
Despojos y negocios como lo que hacen con
el agua en el norte son las cuestiones que muchos, partiendo por los habitantes
del Valle, en el país están dispuestos a terminar. Es una cuestión que muchos llaman sentido
común, pero no ese sentido común medio religioso, mercantil y chanta que la
casta política ha tratado de imponer por décadas. El sentido común de quienes están dispuestos
a defender la renacionalización del agua es otra cosa, una posición que plantea
que lo que está pasando con el agua es algo que tiene que cambiar. En Santiago, un feriante nos explica que la
lechuga viene de un valle de la cuarta región y como hay sequía (y robo de
agua) esta verdura se pone escasa y que si no fuera por Arica no habrían
tomates en la región metropolitana y en varias regiones del país. Las empresas mineras, a parte del cobre, el
oro y varios minerales y metales, también son las responsables de la falta de
agua que se está produciendo en el norte y que amenaza seriamente con una
crecida del desierto.
Son estas demandas las que están
creciendo a paso firme y, como ya hemos
visto y están viviendo los trabajadores con la revolución venezolana, la
amenaza de la clase burguesa y la derecha no se acaban, mientras más se debilita el poder de los
trabajadores en un gobierno más se hace fuerte la amenaza. En chile sin embargo el proceso es inverso y
la amenaza de la derecha no es un gran problema político, de hecho es algo con
lo que hemos nacido, una situación casi domestica, tanto que con Piñera ganaron
el gobierno sus más fieles representantes y no esa copia barata llamada
Concertación, que intenta hacer una copia cara, pero falsa, de gobierno antineoliberal.
La derecha de Capriles a ratos parece una taza de leche y a ratos
una gran maestra comparada con lo que intenta defender la derecha chilena, que tiene a Longueira con depresión y a
Bachelet con principio de amnesia, todo mal para ellos.
Todos
a la Moneda y Marcel Claude.
Por otro lado los pasos para afirmar y
echar andar el movimiento Todos a la Moneda está tomando cada vez más fuerza y
comienza a consolidarse. Aunque falta
mucho por hacer todavía, es necesario aunar los esfuerzos para salir a la calle
a mejorar la campaña, a darle aire y a ganar apoyo. La asamblea Constituyente, la
renacionalización del cobre, el fin de las AFP y todas las cosas que queremos
que cambien en el país requiere del aporte, el apoyo y la participación de
todos.
Empezando por las organizaciones
políticas, partidos y colectivos que se han comprometido también a ayudar a
levantar un gran movimiento que derrote a las dos derechas. Como plantean muchos compañeros en la
campaña, se necesita del aporte y el trabajo de todos para mover la campaña, en
cada lugar de trabajo, en cada barrio, en cada población y en cada centro de
estudio, hay que dialogar y buscar el apoyo de los viejos que votan Bachelet,
que les dejo una reforma previsional penca, de los trabajadores, aunque tengan
poco tiempo y de los estudiantes para que las marchas puedan tener la respuesta
de un gobierno que los apoye.
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