Chile – Municipales 2012. Desafectados del duopolio pero no aún del sistema

Posted by Correo Semanal on viernes, noviembre 09, 2012



A medida que pasa el tiempo, las lecturas voluntaristas sobre los resultados de las elecciones van dando paso al análisis pormenorizado de los hechos.

En Puente Alto, por ejemplo, comuna símbolo de la abstención, el año 2008 el alcalde Manuel José Ossandón, de la Alianza, fue electo con una votación de 81.191 votos, sobre un total de 128.133 votos emitidos (115.818 válidos). El pasado 28, la Alianza volvió a ganar la alcaldía, con Germán Codina, que obtuvo sólo 49.418 votos, de un total de 96.218 emitidos (92.573 válidos).

El 2008, los candidatos Jorge Ayala (PS) y César Búnster (PC) obtuvieron, en conjunto, 34.627 votos. Este año, la candidata de la Concertación obtuvo 32.991 votos.

Está claro que la menor votación en Puente Alto (31.915 votos) corresponde casi matemáticamente a la menor votación de la Alianza (31.773 votos). Es voto blando derechista que o se decepcionó de la Alianza (tal como antes se había decepcionado de la Concertación) o que, ante la voluntariedad del voto y falta de castigo a la abstención y ante la certeza del triunfo de su sector, no concurrió a votar.

Naturalmente, la política no es ciencia. Las lecturas voluntaristas son refractarias ante el peso de los hechos. Es cosa de leer la última editorial de Punto Final, en la que Manuel Cabieses sigue haciéndose puñetas mentales con la abtención, ofuscado porque la "clase política" no le ha dado la consideración que se merece a "su" (de Cabieses) triunfo.

Basándose en los hechos, las conclusiones creo que van por otro lado. Es claro que hay una gran desafección política entre el electorado tradicional del duopolio Alianza-Concertación, pero esta no constituye en ningún caso un "rechazo al sistema". El movimiento social, en especial sus destacamentos más avanzados, aparece como una isla en medio de un océano que oscila mayoritariamente entre la decepción, la indiferencia y la resignación.

Para el reformismo, la tarea es sencilla: basta rebajar las banderas para adecuarse electoralmente a esa masa y seguir en la pelea cortesana por un carguito más por aquí y otro más por allá. Para los marginales, la tarea es sencilla también: basta imaginarse que ese 60% de abstención es "rechazo al sistema", lo que les da nuevos bríos para seguir repitiendo sus consignas-flatulencias, enclaustrados en sus ghettos de siempre.

La tarea difícil es para los revolucionarios, que deben mantener a la vez su demandas y propuestas programáticas de avanzada y a la vez salir a disputar esas grandes masas populares que se han desafectado del duopolio pero no aún del sistema.