GOLPE DE ESTADO EN PARAGUAY; o cuando hace falta más pueblo y más lucha
Por CAD
Luego del hipertrofiado sector de los Servicios, 41,4%, la
Agricultura ocupa el segundo lugar en el aporte a la economía paraguaya, con un
18,3%. El sector agrícola se haya fuertemente concentrado en unas pocas manos
(una burguesía terrateniente que posee el 80% de las tierras), con grandes
caídas en los rindes y en la producción (sobre todo en soja, maíz, mandioca,
por mencionar algunos rubros),[1] con una gran insuficiencia alimentaria
interna, situaciones que habían movido a Fernando Lugo, ahora gobernante depuesto,
a anunciar una reforma del sector.[2] Ello gatilló la movilización en el
noreste del país de grupos de campesinos pobres, que requieren con urgencia
ocupar tierras que les den trabajo y sustento. Es aquí cuando se produce el
enfrentamiento del 15/06, con saldo de 17 muertos (de ellos, 11 campesinos),
carnicería provocada sobre todo por el accionar corrientemente represivo de las
fuerzas de orden, las que habían permanecido casi intactas y menos aún
democratizadas por el gobierno democrático ahora cesado. Igualmente, se
sospecha que se entremezclaron elementos armados por la derecha para que la
agitación y la represión consecuente dieran pábulo a la acusación
constitucional, al juicio y también con miras a las presidenciales de
2013.[3]
El Congreso, con mayoría de derecha (39 de 43 votos), realizó
un juicio político sumario que logró el 22/06 la destitución oficiosa del
presidente Lugo. El ALBA, que declaró su condena al golpe de Estado, recuerda que
entre las fariseas acusaciones se incluyeron temas tales como “haber firmado un
Protocolo por la Democracia en Mercosur, permitir una reunión de jóvenes en una
instalación militar y ser el responsable de la muerte de personasen un
desalojo, [lo] que fue solicitado por la Función Judicial. Y se determinó que
no era necesario la presentación de pruebas”.[4] El ex obispo había llegado al
poder en 2008, con una coalición que desplazó al reaccionario Partido
Conservador, el cual gobernara férreamente el país por 61 años. El nuevo
gobierno de centro-izquierda avanzaba en pos de una urgente reforma agraria,
aspiraba a desprivatizar el sistema sanitario y buscaba preparar una nueva
constitución. No obstante, ya en 2009 Lugo había denunciado una campaña en su
contra por sectores de la oposición y en donde conspiraba el entonces vicepresidente
Franco (cuyo Partido Liberal originalmente integraba la nueva alianza gobernante).[5]
Este se había alejado debido al apoyo oficial a la entrada de Venezuela al MERCOSUR
y por ciertos cambios ministeriales. Claro que la supuesta adscripción democrática
de Franco no impidió que su partido coincidiera con el partido del dictador
Stroessner en 24 ocasiones, durante los cuatro años de gobierno de Lugo, en
someter a juicio político al depuesto mandatario,[6] acusaciones que no
cuajaban pues sus mentores no se ponían de acuerdo en la repartija ulterior.
Ello, hasta que la represión a una manifestación de los mismos que claman por
una reforma y que desvela el problema básico de la injusticia social del país,
les dio la coartada y la necesaria unidad.
La aceptación sin más ‘golpe blando’, por parte de Lugo y
sus seguidores, muestra la carencia de una fuerza política popular de apoyo al
proceso de reformas que él y su alianza llevaban a cabo. Es notoria la debilidad
política de las fuerzas que pugnan por reformar las transnacionalizadas
formaciones dependientes de Latinoamérica, toda vez que se montan sobre
potentes movimientos populares, pero les encauzan en los marcos del sistema y
cuando buscan ir más allá reciben la violenta y esperable respuesta de la
oposición interna aliada a las fuerzas reaccionarias externas(ya lo habíamos
visto en Honduras) y al no desplegar el potencial revolucionario de las masas,
a las que alejan del vital aprendizaje que deriva del enfrentamiento decidido a
los enemigos de clase, ellas se muestran confundidas e inhábiles para generar
una respuesta contundente y amplia al golpe recibido. Honduras antes y hoy
Paraguay, muestran un flanco débil a los enemigos internos y externos,
aumentando las posibilidades de otros golpes de Estado a gobiernos
progresistas, ya sea en Venezuela, Bolivia o Ecuador.
Ojalá los sectores de la Nueva Izquierda latinoamericana,
esa de Chávez, Lula, Mujica, Morales, etc., y de las diversas fuerzas que les
siguen acá en Chile, tomen nota de lo auto-limitado del modelo de reformas que
se quieren avanzadas, más aún en los marcos férreos que se imponen en los tiempos
del dominio del capital monopólico-financiero interno, aliado dependientemente
al capital monopólico transnacional.
[1] Cuentas Nacionales (BCP), revisión abril de 2012;
http://www.bcp.gov.py/attachments/article/1096/Estimacion_2012_10_abril_2012.pdf
[2] En referencia a la Reforma Agraria, la relatora de las
Naciones Unidas sobre Extrema Pobreza, Magdalena Sepúlveda, emitió un informe
en donde calificó como "imprescindible una reforma integral que modifique
la estructura de la propiedad para asegurar la seguridad alimentaria de los
paraguayos". En:
http://www.telegrafo.com.ec/index.php?option=com_zoo&task=item&item_id=43856&Itemid=2
[3] “Desalojo en Paraguay: 17muertos”, 16/06/12;
http://tiempo.infonews.com/2012/06/16/mundo-78537-desalojo-en-paraguay-17-muertos.php
[4] “Alerta en la región por una oleada de golpes de
Estado”, El Telégrafo; Quito-Ecuador, 24/06/12;
[5] “A la derecha paraguaya le afectaba la reforma agraria”,
El Telégrafo; Quito-Ecuador, 24/06/12;
[6] “24 veces intentaron enjuiciar a Lugo hasta que lo
destituyeron”, 24/06/12; en: http://www.telegrafo.com.ec/index.php?option=com_zoo&task=item&item_id=43857&Itemid=2

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