¿Cómo lo dejan salir?
Escribe Luis Casado 19/06/2012
Piñera está en Los Cabos, México, aparece en la TV
comentando la crisis griega y, como es su costumbre, dice insensateces, habla
de lo que no conoce, queda a la altura de un George W. Bush. “¿Cómo es posible,
declara, que Grecia le haya ocultado información a la Unión Europea durante
tanto tiempo?” Piñera se refiere a desde luego a la información financiera
relativa a las cuentas públicas de Atenas. Y va a mencionar la soga en la casa
del ahorcado. Un verdadero gaffe este Piñera.
Un tío que cometió fraude bancario, contra el cual se lanzó
una orden de arresto y que huyó de su país para evitar ser detenido, un tipo
que más tarde fue condenado por utilización de información privilegiada y
pagó una millonaria multa (en un país
serio habría ido a chirona), ese chato, -los españoles dirían “ese capullo”-,
se permite criticar a Grecia.
Lo que Piñera no dice, porque en la ignorancia de la que
presume tal vez no lo sabe, es que quienes falsificaron las cuentas griegas
fueron gobiernos neoliberales, de ese neoliberalismo que Piñera tanto
afecciona. Los de Kostas Simitis y luego el de Kostas Karamanlis. Y que para
falsificarlas bien, le pagaron a un asesor experto: el banco yanqui Goldman
Sachs. Mientras se falsificaban las cuentas griegas el presidente del Banco
Central era Lukas Papademos (1994-2002). Y Lukas no vio nada: estaba mirando
para el otro lado. ¿Pura coincidencia?: el administrador de la deuda griega era
Petros Christodoulos, ex-trader de Goldman Sachs en Londres. Un manojillo de
rufianes. Luego a Papademos lo nombraron Primer Ministro de Grecia, -a dedo-,
y lo siguió siendo hasta hace un par de días. Primer Ministro designado, como
acá tenemos senadores y diputados designados.
En esa época un tal Mario Monti era miembro de la Comisión
Europea. Desde ese eminente observatorio Mario tampoco vio nada del maquillado
de las cuentas helenas. Tal vez lo encegueció la perspectiva de trabajar luego
para Goldman Sachs, banco del que fue cabildero, anda a saber. Entre bueyes no
hay cornadas. Mario Monti dejó de trabajar para Goldman Sachs porque el
presidente italiano le nombró senador, a dedo. Para convertirlo luego en el
Primer Ministro de Italia. Piñera no podrá no verlo en Los Cabos, en donde se
reúne el G20. ¿Qué le dirá? ¿Lo increpará diciéndole que fue cómplice del
ocultamiento de las cuentas griegas? Corre el riego de que Mario Monti le
responda “¡Tú te callas, estafador!” Con los italianos nunca se sabe…
En Los Cabos también está Mario Draghi, otro italiano, ex
vicepresidente europeo de Goldman Sachs, responsable de “Empresas y países
soberanos”, el departamento que falsificó las cuentas griegas. Ahora Draghi
funge de Presidente del Banco Central Europeo (BCE). Se ve que los rufianes
hacen carrera. Piñera no podrá evitar mirarle de frente. ¿Osará en ese momento
echarle en cara su responsabilidad en la adulteración de las cuentas públicas
griegas? Y si lo hiciera… ¿Qué le respondería Mario Draghi?
En la “foto de familia” que le sacaron esta mañana a los
próceres del G20 que se reúnen en México, Piñera se hizo chiquitito,
chiquitito, y se puso (o lo pusieron) atrás, donde no lo viesen o lo viesen
poco. Tal vez porque está en el país al que huyó cuando un juez lanzó una orden
de detención en su contra en razón del fraude del Banco de Talca. ¿Te acuerdas
Sebastián?
Si uno acierta a ser presidente del país de La Polar, del
país donde la banca privada aún no paga la “deuda subordinada” de su quiebra en
1982, del país de las condonaciones millonarias a Johnson’s, del país en que
las multinacionales mineras proceden al pillaje organizado de las riquezas
básicas, del país que estafa a su juventud con una educación miserable, uno
cierra la boca. ¡Sobre todo cuando tiene un tejado de vidrio que no veas! Pero
este menda habla. Padece de coprolalia aguda.
De ahí que uno se pregunte cómo lo dejan salir (y peor aún,
por qué lo dejan hablar).
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