Chile - Gabriel Boric y Pancho Figueroa en The Clinic:
Chile - Gabriel Boric y Pancho Figueroa en The Clinic:
“El 2012, las universidades deben volcar todo
su conocimiento a la transformación de este país”
Fuente: The
Clinic
El año
pasado estuvieron a 79 votos de ganarle a la lista de las JJ.CC. y esta vez
pretenden derrotar a Camila Vallejo. Es la lista Creando Izquierda, que
encabeza el ex presidente de Derecho que según todos es el grupo que más
collera podría hacerle a la actual presidenta Fech. Anuncian un 2012 movido:
quieren crear un Bloque Social que, desde las universidades, aglutine demandas
y proyectos de una nueva izquierda.
Quisieron
dar la entrevista juntos. Gabriel Boric y Francisco Figueroa: uno, ex
presidente de Derecho -lideró una toma de más de 40 días en su facultad el
2009- y el otro el actual vicepresidente de la Fech (que no va a la elección),
el que polemizó este año en la TV con Ena von Baer y Sergio Bitar. Querían
hablar juntos porque, dicen, su movimiento es más que rostros
-Es una elección complicada. ¿Cómo se enfrentan al principal rostro de
estas movilizaciones?
GB: Acá en la Chile no está en juego la
continuidad o no del movimiento estudiantil. Entiendo el tema de la figura
mediática que es Camila, pero la movilización fue construida entre todos. Y si
no hubiera estado ella, habría estado otra persona y el descontento social que
se expresó en las calles hubiese nacido con o sin ese liderazgo. Lo que está
pasando en Chile no tiene que ver con una persona sino con un proceso que
explota. No hay responsabilidades personales: no se le pueden atribuir ni todos
los errores ni todos los aciertos del movimiento a un grupo de personas. Lo que
está en juego en esta elección es cuál es la estrategia que se debe seguir para
salir de este entrampamiento en que está sumido el movimiento desde hace
algunos meses.
-¿Cuál es la diferencia en la conducción para el 2012 o lo que hubieran
planteado este año?
FF: Primero, la vocación por conducir.
Nosotros este año no supimos qué quería plantear la Jota a la cabeza de la
Fech. Ellos se abstuvieron mucho, porque como la política del PC es encabezar
el descontento inorgánico para luego transar eso como capital para su
incorporación al sistema político, apostaron a quedar arriba de lo que pasara,
de lo que saliera de las asambleas. Apostaron muy poco por conducir. Muchas
veces no conocimos las posiciones del PC en los momentos más críticos del
movimiento. Quisimos politizar la demanda del movimiento estudiantil, pasar de
la demanda más superficial contra el endeudamiento a la más política, y por eso
planteamos la salida a través de un plebiscito. El potencial de este movimiento
da para superar las barreras de una demanda sectorial. También está en juego
-no sólo en esta elección, sino que en todos los frentes sociales- cuál es el
rol que va a tener la izquierda en el ciclo político que se abre. No creemos
que deba ser el hermano chico de la Concertación, entrar a la política…
-¿Ese hermano chico es el PC?
FF: El PC y la izquierda tradicional,
que apuestan a lo que ellos mismos han dicho, si no es una denuncia nuestra:
generar un nuevo pacto de gobernabilidad y ofrecerse como garantes para
construir un gobierno de nuevo tipo. Nosotros estamos contra el duopolio
Concertación-Derecha, creemos que hay que construir un nuevo sector político,
con una izquierda amplia, moderna, que interprete a las mayorías. Y eso pasa
por constituir ese espacio y no hipotecarlo en una incorporación a la que más
encima van a ir a perder. Si no es una cuestión de ética, que sea sucio, feo;
al contrario: se trata que es una apuesta que pone en riesgo la constitución de
nuevos actores políticos.
-¿Cómo proponen enfrentar el 2012? Está claro que las movilizaciones
seguirán.
GB: Cuando empezó todo, se entendió que
esto era un movimiento de carácter político. Pasamos de una lucha gremial de
años a una de carácter político. En algún momento el gobierno intentó
criticarnos: “Ustedes no están hablando sólo de temas estudiantiles”, dijeron. Por
supuesto que no, estamos hablando de que queremos cambiar el país. Y eso parte
por la educación. Hablamos de política; hacemos política. Para el 2012, de
partida, hay que reflexionar en qué nos equivocamos este año. No podemos
creernos el cuento y auto complacernos porque fuimos masivos, porque aparecimos
mucho en los diarios. Tenemos que reencauzar las cosas y dejar de hablar de
anécdotas, de figuras en particular, y volver a situar en la mesa los temas que
alguna vez cohesionaron al movimiento.
-¿qué errores fueron esos?
GB: en un momento, el movimiento dejó
de tener iniciativa. Cuando el gobierno vivió su reordenamiento con el cambio
de gabinete, quedamos off side y no fuimos capaces de construir una propuesta
alternativa a la suya, que era repetir una y otra vez la misma. Faltó combinar
la reivindicación sectorial con la demanda política. Y perdió esa oportunidad
porque nos encerramos en la lucha sectorial y todas las demandas por mayor
democracia y un Estado garante, proveedor y no subsidiario, se perdieron. Nos
volcamos hacia adentro, a discusiones de si paro o no paro; se fetichizaron las
formas de movilización y de un momento a otro estábamos discutiendo con
compañeros con los que antes marchábamos. Y con los rectores y con los
profesores.
- Y después pasó lo de Juan Fernández
FF: En el fondo, la lección que sacamos
de cara al 2012, y poniendo atención no sólo a este proceso sino también a
otras protestas a nivel global, es que si los movimientos sociales no pasan de
la indignación al compromiso, y no se forjan una cabeza política propia,
terminan siendo agua para el molino del gatopardismo típico, que cambia algo
para que todo sigue igual.
GB: Ejemplo más claro, España: partió
el movimiento de los indignados, decidieron no constituirse como fuerza
política propia, y finalmente el PP terminó ganando.
- ¿EL 2012 implica revisar las formas de movilización?
FF: Por supuesto. el movimiento tiene
que empezar a hacerse cargo de cosas e incluir otras demandas que han sido
postergadas por el protagonismo de la lucha estudiantil. Hay que construir un
Bloque Social por los Cambios, porque no basta con convocar a marchar con
conferencias de prensa. El próximo año tiene que ser actor un Bloque Social que
aglutine a los que luchan por el derecho a la salud, la vivienda, la necesidad
de planificar democráticamente el trato al medio ambiente. Todas esas luchas
hoy excluidas de la política. Y eso para dar tribuna y fuerza a demandas que
hoy están dispersas. No nos sirve la fragmentación. Las universidades no pueden
volver a ser las mismas; tienen que poner los temas participación y política en
las mallas; profundizar la democracia. La presencia en la toma de decisiones de
universitarios, funcionarios, académicos, le va a dar más dinamismo a la
universidad y van a poder ser centros de pensamiento transformador y no estos
elefantes que piensan pero no deciden.
GB: La U de Chile y las universidades
en general tienen una materia prima exquisita que no se está aprovechando, no
está construyendo país, está encerrada en si misma. El próximo año, las
universidades y en particular la U, deben volcar todo su conocimiento, todas
sus disciplinas, a la transformación de este país. Eso se logra retomando el
liderazgo en la formulación de políticas públicas, que hoy se construyen en el
CEP, en Libertad y Desarrollo, en la Fundación Jaime Guzmán. Retomemos ese rol
que alguna vez tuvieron las universidades del Estado. Que la Escuela de Salud
Pública Salvador Allende vuelva a hablar de salud pública, que Derecho incida
radicalmente en la reforma procesal civil, como está sucediendo. Que la
Facultad de Economía influya en la reforma tributaria.
- Ese nuevo, ¿a qué experiencia se parecería en el mundo? Porque no es
un partido político, ¿no?
GB: No es sólo un partido político. No
estamos en contra de los partidos políticos como organización. A veces se cae
en ese error, que es de un individualismo absoluto. Uno tiene que buscar su
mejor forma de organización. Pero uno no puede estar en contra de la
organización.
- ¿Pero qué sería esto? ¿Qué otra experiencia se parece a lo que quieren
hacer?
FF: Me imagino la experiencia de
Uruguay, del Frente Amplio. De Evo Morales, en Bolivia. Pero no todas las
realidades son asimilables. Tenemos que hacer un movimiento que considere en su
interior partidos políticos, así como movimientos sociales con vocación
política. Es importante ver la experiencia de Brasil, que tiene una relación
entre lo político y lo social interesante. LO mismo Evo, que logró constituir
una mayoría social a través del MAS y permitió aglutinar a un montón de
movimientos que le habían dado el gobierno a las dos derechas que tenían allá,
así como nosotros también. Va a ser una mixtura entre partidos existentes hoy
-creemos que el PC debiera estar-, movimientos sociales, nuevos partidos. Nos
gustaría constituirnos como un actor político relevante en un movimiento
político ciudadano que tenga una relación orgánica con los movimientos
sociales, y no les dé órdenes. Un movimiento político amplio, distinto a la
Concertación. Hoy los partidos no cortan nada: pesa más una comida en Casa
Piedra. Pero si tu política es incorporarse al pacto de la transición, transar
esa fuerza social por cuotas, si esa es tu política, para eso no estamos.
GB: Es importante entender que este
movimiento se ha enfrentado contra un muro grande, que reflexionemos contra
quien estamos peleando. El adversario no es sólo el gobierno o ciertos sectores
de la Concertación. Es principalmente el 1% que controla este país, su elite
económica empresarial, los que dicen no a la reforma tributaria, que amenazan
cuando se habla de subir impuestos que va a disminuir la inversión, los que se
reúnen en Casa Piedra a decidir el futuro; los que sacaron a Bielsa; los que
definen la tasa de interés. Contra ellos queremos pelear. Nos parece absurdo
que un 1% decida sobre el 99% restante, que finalmente somos nosotros, los que
han salido a las calles. Los que queremos cambiar el país.
LA FECH Y EL PC
- Me dio la impresión que durante el año varias veces el PC declaraba
que se había terminado el conflicto. ¿Cómo era la discusión dentro de la FECH?
FF: Nadie previó que esto iba a tomar
esta magnitud. Pero efectivamente la izquierda más tradicional y la
Concertación no estaban, y lo demostraron, listas para conducir y fortalecer un
movimiento de estas características, porque entra a desordenar las coordenadas
de la política tradicional. Ellos se quisieron desmarcar mucho tiempo de esta
crítica directa a la Concertación, que no existe porque los dirigentes la
hagan, sino que porque la gente en la calle te apoya porque no le cree a nadie,
ni a la Concertación ni a la Derecha. Estuvieron mucho tiempo desmarcándose a
las críticas a la ilegitimidad de esta clase política. Ahora, más cerca de las
elecciones de las federaciones, han cambiado el discurso.
- ¿Están más puntudos?
FF: Están más puntudos. Se ha visto en
las últimas declaraciones de sus dirigentes, de la Jota en particular, que
dicen que esto no se soluciona con la vuelta de Bachelet, cuando llevan en
conversaciones para integrarse a su eventual gabinete hace un año. Y demostrado
por ellos mismos, no es una denuncia. No están interesados en ir sólo en un
pacto electoral, quieren estar en el próximo gobierno y saben que la carta es
Bachelet. Entonces, que estén agitando lo contrario a nivel estudiantil, es
tremendamente oportunista. Pero es la forma en que siempre el PC ha hecho
política, porque no le conceden a lo social un rol en lo político. Ahora esta
crítica a que las cosas se deciden entre cuatro paredes… NO le vimos eso en
todo el año. Ni esa disposición en años anteriores.
- Una de las cosas que le echan en cara a Camila desde la derecha es su
representatividad dentro de la U. ¿Cuánta gente esperan que vote?
FF: Entre 8 mil, que es la que vota
todos los años, y los 13 mil que votaron en el referéndum sobre postergación
del segundo semestre. Ahora, si la gente no está participando es por culpa de
los mismos que critican la poca votación en la federación. La derecha, la
Concertación, la prensa dominante en este país, nos han convencido que la
política y la acción colectiva no son vías y que hay que ir a consumir. Y
después que anden apuntando con el dedo, cuando ellos tienen senadores
designados… La verdad, es una crítica que nos pasa bien por el lado. Nosotros
sí estamos comprometidos a aumentar la participación, no estamos contentos.
Pero no necesitamos que nos lo señalen tipos que muchos de ellos no han sido
elegidos por nadie y que incluso inducen a la gente a no participar.
Pero se harán alguna autocrítica.
GB: Como nosotros constatamos la crisis
de representatividad en Chile, no podemos criticarla solamente como si
gritáramos desde una ventana. La Fech también tiene una crisis de
representatividad, los órganos democráticos de la U, también. ¿Está la Fech a
la altura del rol histórico que le ha tocado? Nosotros creemos que la Fech, su
estructura, fue concebida para otro momento. Hoy estamos en un momento
histórico de cambio y tiene que readecuarse.
¿Cómo consideras que está la salud del sistema universitario
chileno tras esta movilización? Hay gente que considera que algunas,
especialmente en regiones, recibieron un tiro de gracia.
GB: Este año no se puede entender sin
los 30 anteriores. El sistema universitario chileno estaba en una crisis
terminal y pretendían tratarlo con aspirinas. Lo que se hizo es asumir costos,
porque cualquier movilización de este tipo los tiene, en pos de un beneficio
mayor. Si no lo hubiésemos hecho, los costos a largo plazo hubieran sido
mayores. Las universidades regionales están absolutamente dejadas de lado por
el Estado. De eso no hay duda. No tienen políticas de investigación y
desarrollo apoyadas por el Estado. Se tienen que autofinanciar y eso las hace
privatizarse. Ya no se preocupan de ser un aporte a la región, sino de competir
con la Universidad del Mar, que te pone sedes en todos los lugares. El problema
viene de antes. Estamos conscientes que las movilizaciones generan costos, pero
hubieran sido mucho mayores si esta movilización no se hubiera hecho.
FF: No hay daño más grande a la
universidad que el que le hicieron la dictadura y veinte años de Concertación.
La Concertación alega que Piñera está haciendo destrozos en el sistema, pero no
hay nada malo que no lo haya hecho la Concertación antes.
Ultras
¿Cómo se puede trabajar, hacer política, cuando tienes sectores más
ultrones, que a veces no razonan tanto?
GB: La radicalidad se juega en la
masividad, en la capacidad de convocatoria que uno tenga, en el contenido de
las propuestas. A diferencia de lo que creen algunos, no se juega en quién
grita más fuerte, en quién le tira más piedras a los pacos o quién habla con
más esdrújulas. Y hay muchos en esa. El tipo que le pegó a Giorgio Jackson por
la espalda y salió corriendo, seguramente debe creer que es más de izquierda y
revolucionario por haber atacado a un dirigente. No. Esas actitudes no convocan
a nadie y sólo restan y terminan siendo agua para el molino del gobierno. No
son transformadoras; y nosotros hacemos política para transformar. Todas las
movilizaciones tienen su gracia porque hemos sido capaces de llegar a gente a
la que antes no. Hoy no se movilizaron los convencidos de ayer. Hoy los padres
hablan porque tocamos el endeudamiento. Vamos a tocar el próximo año la
precarización del trabajo y vamos a llegar a otro tipo de gente. En la medida
que uno va siendo convocante, se van aislando a estos grupos que en el fondo no
les interesa llegar a ningún tipo de solución, sino que confunden la política
con la estética y creen que por ponerse una capucha son más revolucionarios.
Eso es errado.
¿Y qué se hace con ellos?
GB: Hay que salir a enfrentarlos
políticamente. Le preguntaría a los que quemaron la micro en Macul con Grecia:
¿eso es violencia política revolucionaria? ¿Construyeron algo con eso? ¿Ayudaron
a la solución del conflicto? ¿Convocaron a alguien? No. Eso es confundir
política con estética. Eso no es aporte y le termina haciendo la pega a la
derecha, termina permitiendo que la derecha se alinee detrás de un discurso de
orden público que trata de dividirnos, que apela a la ciudadanía que se ve
afectada. El pelotudo que tira una piedra a un departamento en Club Hípico,
¿cree que está contribuyendo, que va a cambiar la educación, el país? No.
0 Responses to "Chile - Gabriel Boric y Pancho Figueroa en The Clinic:"
Publicar un comentario