Evo Morales en contradicción con su discurso

Posted by Mal publicados on sábado, octubre 01, 2011

Rómulo Pardo Silva

Hay conceptos bellos de pronunciar pero difíciles de conciliar sin una revolución social: fin de la pobreza, desarrollo económico y estado plurinacional, Madre Tierra, Vivir Bien. Es la disyuntiva de Bolivia.

Una mujer explica por qué se opone a la construcción de la carretera del gobierno en el Territorio Indígena y Parque Natural Isiboro Sécure (TIPNIS). Simona Cueva, pobladora de la zona dice: "Precisamente los colonos nos pueden saquear los recursos de nuestra zona, la madera en especial, los peces, las aves que hay en los montes que utilizamos. Aquí nosotros no sacamos nuestros recursos, sino más bien los cuidamos".

Se conocen bien las peticiones y las acciones de los indígenas del TIPNIS por la difusión que hacen los medios empresariales internos e internacionales interesada en derribar a Morales. Se sabe que la embajada norteamericana mantiene contactos con algunos dirigentes y que la Usaid da apoyo a esa resistencia. Era esperable.

El problema profundo está en la conducta del gobierno.

Escribe Raúl Zibechi: “El fondo de la cuestión es el camino que desean transitar los pueblos que habitan Bolivia. Y esta es la cuestión más difícil, la más espinosa y la que menos estamos debatiendo. ¿Acaso alguien puede ignorar que el Buen Vivir y la no explotación de la naturaleza impedirá el acceso al consumo a grandes sectores de la población? ¿Es posible combinar una política no desarrollista, con bajo crecimiento económico, con una mínima satisfacción de las necesidades de alimentación, salud y educación de toda la población?”

Y esa carretera es crecimiento económico y retroceso de la sostenibilidad programática.

La carretera es un proyecto de riqueza. Un tramo de 170 kilómetros de una vía intercontinental que uniría a Brasil con Bolivia y Perú en dirección al Pacífico asiático. El financiamiento lo pone el empresariado brasileño que se expande como potencia regional otorgando algunas ventajas a sus vecinos.

Sin embargo el gobierno de Evo Morales había ofrecido no continuar las políticas propias del capitalismo global. La Madre Tierra no debía ser destruida por el hombre, el Vivir Bien implicaba aceptar un consumo moderado utilizando los recursos ya en explotación, el estado Plurinacional significaba el respeto a los derechos y la voluntad de cada pueblo.

La marcha social hacia La Paz fue impedida con violencia por la policía dependiente del gobierno. Ante el rechazo generalizado el presidente solo suspendió el proyecto en espera de una consulta más amplia que los pobladores de la TIPNIS. Pone sus principios fundacionales en las manos de sectores influidos por la publicidad del consumismo. ¿Más casas, autos, celulares, computadores… o una vida feliz en la frugalidad? Vote.

El gobierno de Bolivia se inclina por lo que es común en el planeta. Las selvas destruidas en Brasil, Indonesia, el Congo, los indígenas atropellados en sus derechos, el poder político central imponiéndose por medio de los órganos del estado.

La economía ecológica exige romper con la conducta capitalista, estar dispuesto a cortar con las aspiraciones de consumo reinantes y si no se va a asumir el costo de ir contra la corriente imperante lo que corresponde es no prometerlo.

En este momento de dominio sin oposición del empresariado Evo tiene la razón práctica de ir por el crecimiento. Para la seguridad del futuro la verdad está en los indígenas de la selva que defienden su modo de vida, la flora y la fauna.

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