Bolivia: ¿Qué significa mandar obedeciendo?

Posted by Correo Semanal on lunes, enero 31, 2011

Por Rafael Bautista S.
27 de enero, 2010.- La pregunta es necesaria ante la confusión gubernamental (que escuda sus dislates en algo que enuncia pero no comprende); no se trata de desvivirse por ella sino de la urgente necesidad que tenemos de remontar esa confusión gubernamental en clarificación popular; porque el mandar obedeciendo señala un nuevo modo de ejercer el poder.
Si el poder es la categoría fundamental de toda política, de lo que se trata, en definitiva, es de proponer un paso trascendental: de la política moderna de dominación a una política de liberación (de toda pretensión de dominación). Proponer una nueva política significa transitar hacia ella; no se trata de una mera invención teórica sino de la transformación histórica de la propia praxis política. Por eso aparece la confusión, porque si no hay tránsito, no hay modo de señalar, menos de exponer, lo que no se ha transitado. Por eso hablan de lo que no saben. Si el concepto no ha hecho carne, ese vacío no puede llenarlo la fatua erudición; si la propia existencia no ha hecho el tránsito hacia lo nuevo, entonces la recaída se hace inevitable.
¿Por qué la política económica del gobierno no va más allá de lo que critica? Es fácil calumniar un modelo pero, si no se produce una crítica real, de nada sirve arrojar piedras hacia aquello que persiste en uno mismo; en este caso, la ingenuidad repite hasta la lógica de aquello que supuestamente critica: ante la complejidad de todo problema opta por el puro simplismo de reducir toda opción a la más usual (a esto se llama adicción: realizar una y otra vez la misma operación creyendo que alguna vez saldrá un resultado distinto; por más que se diga que se trataba de una adecuación de precios, era un gasolinazo y la respuesta popular no podía haber sido distinta).
Todos critican al neoliberalismo pero no saben salir de su lógica; algo similar sucede con el gobierno: despotrica contra el capitalismo pero no sabe hacer otra cosa. ¿Por qué? Porque no se trata de cambiar de camiseta; se trata de transitar efectivamente hacia ese más allá que se anuncia (el que no cree no transita y se condena a defender lo ya establecido, se vuelve inevitablemente conservador). Por eso lo de proceso no es pura retorica, y la descolonización no consiste en darle la espalda al presente (sino sacarlo de la inercia homogénea del tiempo matemático), o privarnos de futuro.
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