Recordamos a Ernesto Guevara de la Serna
CUANDO LA ALEGRÍA Y LA TERNURA SE VUELVEN ELEMENTOS IMPRESCINDIBLES EN LOS PROCESOS REVOLCUIONARIOS..
La Sociedad Socialista es una meta notable y ambiciosa, la que nos convoca a deponer todas las reticencias que puedan entorpecer la senda que conduzca a la realización de dicha aspiración libertaria, además que nos insta a enlazar todos los aportes posibles, los grandes y los pequeños, los avanzados y los de fortalecimiento, los tácticos y los estratégicos. En suma, todos debemos allanar consideraciones particulares, las que pueden surgir de preconcepciones o prejuicios, antiguos o nuevos, apuntando con plena lealtad a dar vida y cuerpo a un empeño realmente unitario, el que sea capaz de integrar a los contingentes de las diversas orgánicas, a los independientes de izquierda y todo el pueblo. Un esfuerzo unitario, anticapitalista, de carácter federativo, que potencie el accionar de cada uno y de todos.
Cuando recordamos a Ernesto Guevara de la Serna, lo hacemos en un momento difícil para el Movimiento Popular chileno y sus representaciones políticas. Se inició un Gobierno de derecha, que cuenta con el respaldo del conjunto de las fracciones de la clase dominante, que conforman lo que se conoce como Bloque en el Poder. Con ese hecho, comienza la dirección política de la formación social por parte de aquellos que idearon el actual tipo concreto de ‘democracia’ (una ‘democracia gorila?, por su generación y esencia), formulada para dar direccionalidad y sustentación política a la Refundación Social Capitalista, evidenciada por nuestro país bajo la dictadura militar. Esa Refundación apuntó y apunta a despolitizar a los ‘ciudadanos’ y ha ganado terreno en arrebatar las ganas, los deseos, de luchar por una sociedad destinta en vastos sectores sociales.
Se cierra hoy, el ciclo de los Gobiernos de los Sectores y Grupos Mantenedores del Sistema de Dominación Capitalista, de aquellos que se autodenominaban recuperadores de una cierta clase de democracia, y que algunos han caracterizado como “la otra derecha”, dando a entender que del 100% de los que ejercen el sufragio PERTENECEN A LA DERECHA. Esa tipificación nos recuerda ese viejo cuento estalinista del socialfascismo, que tanto daño provocó allá en Europa en la década de los ’30, del siglo pasado.
La Concertación, perdió las elecciones tanto por factores propios como por el incontrarrestable poder que representa hoy la derecha política y económica, pero, por sobre todo, la explicación se sitúa en un elemento más de fondo: El avance del discurso del Bloque en el Poder, que ha calado en amplios sectores sociales e incluso populares, los cuales pasaron a disfrutar las ‘delicias del capitalismo’ aunque sea a punta de en endeudamiento sin retorno. Ello, no es casualidad y debe ser considerado en conjunto con la dinámica, más general, del alto grado de desarrollo e integración capitalista actual de nuestra formación social, en su fuerte despliegue del capital monopólico dependiente transnacionalizado.
A nivel mundial, nuestra formación se encuentra plenamente integrada a la etapa de transición hacia la Segunda Fase del Imperialismo, aquella que pretende el Gobierno Mundial del Capital Monopólico y Transnacional. Es el viejo sueño de esa burguesía auroral del siglo XI, en algunas ciudades de Europa occidental. El sistema capitalista mundial logró sortear la conmoción de mediados de 2008, tanto así que todos los indicadores de producción, intercambio y financieros brindan cifras azules. Sólo se mantienen con signo negativo los precios de las materias primas, de las cuales las nuestras formaciones son dependientes en grado extremo.
Sin embargo, para el flamante gobierno de derecha, el precio del cobre ya está mejorando y se mantendrá alto, por lo menos durante 2010, gracias a la recuperación de la demanda del centro imperialista. Se anuncia un crecimiento económico para este año de un 4,5%, además la banca tuvo ganancias en 2009 por US $2.400 millones (0,5% más que en 2008). Por ende, los anuncios catastróficos para nuestra economía no tienen sustento y es totalmente estéril apelar a la ‘crisis permanente del sistema’, o la mentada ‘prolongación de la recesión de la burbuja’ para agitar el programa de los trabajadores y los pueblos. No podemos esperar que la crisis venga desde arriba. No podemos soñar que los explotados están en las calles ‘producto de la crisis terminal del capitalismo’, aunque lo están: en los Nuevos Templos de una Vieja Religión; el consumismo.
El cuadro mirado así, muestra a las claras que los desafíos se avizoran aún mayores y más complejos para los revolucionarios, por cuanto no sólo debemos profundizar la lucha político-ideológica en un medio derechizado, sino que además lo haremos en medio de un relativo bienestar económico el que, a su vez, hará cada vez más difícil remontar la pelea al nivel de las necesidades y aspiraciones populares, al nivel de la subjetividad y en el combate por tratar de ganar la mente y el corazón de los Pueblos y los Trabajadores.
La famosa, pero al parecer olvidada, discusión sobre las condiciones subjetivas y objetivas, debemos arrancarla del anaquel de la memoria y actualizarla. El Ché, grAficÓ los pasos a seguir. La primera fase es despertar al dormido. Y en ese andar ir generando un Movimiento Popular no domesticado, al cual no se le ofrezcan caminos fáciles. Un Movimiento Popular que no ceda a las palabrejas del Reformismo, que siempre anda en busca de Vaticanos ideológicos extranjeros. Un Movimiento Popular acerado en la concepción del Poder Popular, que comience la construcción del Socialismo desde ya.
Un Movimiento Popular, que se plantee un Paro Nacional anticapitalista para marzo de 2011, no esperando que lo convoque la CUT, el Reformismo o la Concertación (que se pensaba iba a volver a realizar trabajo político-social en las poblaciones, pero duerme el sueño de los justos). Un Paro Nacional, que notifique a la patronal que existe una franja de quienes se niegan a postrarse ante el capitalismo.
Por eso, la alegría y la ternura, unido a todos los componentes esenciales de la Revolución Social, nos deben acompañar en este camino, pues una Revolución Socialista sin la alegría y la ternura, no es una Revolución.
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA.
OCTUBRE 09 DE 2010.
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