Haití - La Solidaridad tras el terremoto

Posted by Correo Semanal on martes, julio 27, 2010


Haití Balance global de la solidaridad después del terremoto

Puerto-Príncipe, 2 de julio 2010
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Justo después del terremoto del 12 de enero del 2010 pasado, estábamos ya recibiendo mensajes de camaradas y amigos de todo tipo. Como siempre lo hemos resaltado, la solidaridad es una actitud, un comportamiento de gran importancia en la lucha.

Siempre hemos subrayado cómo es un componente esencial en la batalla, donde el aspecto político activo queda prioritario, con las discusiones / acercamientos sobre línea, estrategia, táctica… pero dónde el aspecto simpatizante tiene también toda su importancia.
En los días que siguieron el terremoto, fueron interrogantes e inquietudes de todo tipo que nos llegaron en los mensajes, sostén, apoyo. Nunca podremos expresar cuánto estas manifestaciones de solidaridad nos conmovieron, nos ayudaron. Cuando finalmente 5 o 6 días después de la catástrofe, logramos entrar en comunicación, estos mensajes nos ayudaron a despertarnos, levantarnos y volver a organizarnos. De veras, no sabríamos dónde hubiéramos estado sin este apoyo moral tan determinante. Por esto que reiteramos nuestro profundo aprecio a este gesto tan espontáneo y total.

En este mismo momento, personalidades u organizaciones, en contacto con nosotros desde hace ya tiempo, a partir de un llamamiento internacional que hicimos, empezaron a recolectar dinero para mandárnoslo en nuestra cuenta bancaria en Haití (ver nuestro sitio web sobre el monto que hasta ahora recibimos: www.batayouvriye.org/. Además, supimos, siempre por medio de mensajes email, que las donaciones fueron hechas con un entusiasmo particular, sobre todo cuando se trataba de los obreros. Estos gestos nos confirman que la solidaridad de clase ¡es un sentimiento humano mayor! Y que hay que considerarlo como tal. Por esto reiteramos que no tenemos palabras para agradecer tal relación, salvo decir que : por parte de estos camaradas, ¡lo sabíamos ya!

Es para ellos principalmente, como también para nuestros amigos de siempre, que hacemos llegar este balance / informe global del uso de su solidaridad, para que sepan de una vez nuestra reciente práctica después de la catástrofe del 12 de enero, entender su funcionamiento y seguir colaborando con nosotros en esta tarea.

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En los primeros días que siguieron el terremoto, además de estar sin luz ni agua ni transporte… es sin comunicación que funcionamos. Aunque algunos camaradas caminaron largos tramos para reestablecer contacto y quedarse algo colectivamente sobre un dicho entendido, es básicamente individualmente que los principales militantes nuestros actuaron. Prácticamente ninguno se murió, no muchos sufrieron heridas graves (aunque algunos sí) pero varios perdieron su casa y familiares. La mayoría no tenían cómo sobrevivir por su cuenta (comida, agua pero también medicamentos, cura…). Al igual que la mayoría de la gente del pueblo, es con las uñas que funcionamos. En estros primeros momentos muchos de los camaradas tuvieron que coger préstamos, para simplemente sobrevivir con la familia, en recoger lo que se podía en las casas destruidas (ropa, zapatos, documentos…), en curar a los heridos, en encontrar sus muertos, sacarlos de por debajo de los escombros, enterrarlos… en ayudar a otros en lo mismo, en tratar, a pesar de todo, de organizar un mínimo, a partir de la experiencia que deja la práctica globalmente. La primera ayuda financiera que llegó fue pues para devolver los préstamos y seguir más o menos en lo que se podía resolver.

El segundo momento llegó con la preocupación urgente de salir de por debajo de sábanas o tela cualquiera para conseguirse unas casetas o por lo menos unos toldos. La presencia nuestra en lo que van a ser los campamentos se volvió aún más necesaria, no solo para dejar allí toda nuestro apoyo sino también para desenvolver allí la práctica política ya. Esto también necesitó dinero: para transporte (que, al igual que la comida, en aquel entonces ¡había cuadruplicado!), para luchar concretamente, para lograr establecer algunos campamentos de manera “menos mal”. Algunos camaradas no podían sostener este ritmo y el sobrevivir cotidiano: se fueron en las distintas áreas rurales de donde provenían. Lo cual costó muchísimo otra vez. Pero al llegar allí, tampoco sus familias los pudieron sostener y volvieron. En resumen: este periodo se caracteriza por sus movimientos muy costosos y muchas veces ¡estériles!

Cuando empezó a llegar en cantidad mucho mayor la “ayuda” imperialista, empezó otro momento: ¡él de la batalla! Otra vez, nuestra “Declaración” trata ya de las prácticas que se tenían que hacer y que se hicieron. Fue realmente entonces que, gracias a los montos más substanciales que recibimos, volvimos a funcionar adecuadamente. Encuentros en nuestras sedes (¡a pesar de estar agrietadas todas!), en los campamentos, en los barrios todavía en pié, en las zonas rurales cercanas a Puerto-Príncipe que podían aportar algún apoyo global a la situación en la capital, en distintas provincias donde estamos implantado para entrarlas en fase con la realidad de los sitios afectados y así de una manera de nuevo unificada atacar la escena política que antes del terremoto estábamos empezando abordar nacionalmente. Por encima de las dificultades que perduraban, estos esfuerzos fortalecieron la organización. De hecho, el apoyo financiero nos permitió realizar dos encuentros nacionales, varios parciales, como empezar a emprender entonces movilizaciones frente a la situación global.

De hecho, al volver a enfrentarnos con la situación económica, política, ideológica y social global, la movilización vino de por sí. La de los campamentos del 28 de abril, la del primero de mayo, aquella del 18 de mayo… un conjunto de prácticas (en sí pero también con todos los detalles acompañando: volantes, boletines, afiches, banderolas, desplazamientos, concentraciones, solidaridad con las organizaciones aliadas…), todo esto, otra vez nos fue posible gracias a la solidaridad financiera que recibimos, de ésta solidaridad de clase que nos permitió – tal vez sobre todo – quedarnos firmes en nuestra línea fundamental, con nuestra capacidad organizativa recobrada. En esto, poner de nuevo en pié nuestra capacidad de difusión de nuestras intervenciones (laptop, risograf, fotocopiadora, papel, tinta, generatriz, megáfono, sistema de sonido… todo aquello que había desaparecido o gravemente deteriorado) nos fue clave.

Este momento fue muy largo. A la misma vez que teníamos que dirigir el financiamiento a la lucha (en todos sus aspectos) todavía estábamos en ayudar a los camaradas y demás vecinos (y, poco a poco, nuevos contactos, nuevos integrantes…) también afectados, sin contar que en algunos espacios, se estaba abriendo de nuevo las escuelas: uniformes pues, libros… Total: un gasto general importante. Fue entonces también que empezamos a reparar algunas de las casas agrietadas, las sedes más importantes fisuradas y las escuelas que llevamos en medio rural igualmente destruidas.

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Sin haber entrado en los detalles de las distintas actividades o prácticas que realizamos y seguimos poniendo en pié, es, globalmente, la orientación que dimos al financiamiento recibido. Hoy en día, se presenta una nuevo momento, él de la llamada “reconstrucción”. Dentro de todas, es tal vez la más compleja, la más grave, la más determinante para el provenir del país, para la vida de los trabajadores y de las masas populares en general. Para lograr enfrentarlo, un nuevo entendimiento colectivo del Campo del Pueblo tiene que materializarse. Para lograr enfrentarlo plenamente, la Solidaridad Internacional tiene que permanecer tan firme como llegó: una solidaridad política activa, como financiera. Por eso aprovechamos de esta oportunidad para reiterar nuestro llamamiento al mismo tiempo que pedimos a todos de ¡Quedarse movilizados con nosotros más que nunca! ¡La lucha acaba de empezar!

No terminaremos sin saludar el coraje de nuestros camaradas. Pero, al mismo tiempo, él de nuestros aliados que, igualmente afectados, se levantaron igual y volvieron a llevar la lucha valiosamente. Será, de hecho, la única manera que nos permitirá salir de la dominación/explotación/ocupación-tutela que tanto nos afecta hoy en día y que planea continuar por encima de nuestros muertos.