Pedofilia en la Iglesia Católica
Investigación del New York Times
El Vaticano no castigó al cura que abusó de 200 menores sordos
Agencia EFE, 25/03/10
Benedicto XVI, entonces cardenal, fue avisado hasta tres veces de lo que ocurría en Milwauke. Tras los escándalos, el sacerdote trabajó durante 24 años en colegios y un centro de detención juvenil.
Ciudad del Vaticano.– El Vaticano ha explicado hoy que el reverendo Lawrence C. Murphy, un sacerdote de la Archidiócesis de Milwaukee que abusó sexualmente de unos 200 menores sordos, no fue castigado ya que cuando supo del caso habían pasado 20 años y el religioso estaba muy enfermo.
El portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, ha recordado el "terrible sufrimiento de las víctimas" y ha asegurado que Murphy "violó la ley y, lo que es más importante la confianza que sus víctimas habían puesto en él".
Caso encubierto
Las declaraciones que Lombardi se producen tras la información que ha publicado hoy el diario estadounidense The New York Times sobre estos hechos. El rotativo ha informado que las máximas autoridades del Vaticano, incluído el futuro Papa Benedicto XVI, encubrieron al sacerdote estadounidense en un caso de pederastia.
El periódico utiliza unos documentos que proceden de la causa judicial abierta contra el reverendo Lawrence C. Murphy, que trabajó durante más de 20 años, entre 1950 y 1974, en una escuela para niños sordos de Wisconsin.
Proteger a la Iglesia
El diario estadounidense ha informado hoy de que el entonces cardenal Joseph Ratzinger, quien era prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fe, y otros responsables eclesiásticos discutieron sobre la expulsión del cura, pero la prioridad mayor fue proteger a la Iglesia del escándalo.
Según Lombardi, "la Congregación para la Doctrina de la Fe no fue informada del asunto hasta aproximadamente 20 años más tarde. A finales de los años 1990, después de que habían pasado más de dos décadas, se le presentó a la Congregación para la Doctrina de la Fe la pregunta de cómo tratar el caso Murphy canónicamente".
La mayor pena eclesiástica
El portavoz vaticano ha matizado que "la pregunta que se presentó a la Congregación no tenía relación con procedimiento civil alguno o con demandas judiciales contra el Padre Murphy". "En tales casos, ha añadido Lombardi, el Código de Derecho Canónico no prevé penas automáticas, pero recomienda que se haga un juicio considerando la mayor pena eclesiástica que es la expulsión de estado clerical".
Por ello, ha añadido Lombardi, "visto que el padre Murphy era anciano, su salud era precaria, vivía en aislamiento y no se habían producido nuevas acusaciones en los últimos 20 años, la Congregación para la Doctrina de la Fe tomó en consideración la restricción al Padre Murphy de su ministerio y pidió que aceptase la responsabilidad de sus graves actos".
Ni juzgado ni sancionado
En el texto, el portavoz también ha indicado que ni el documento vaticano Crimen Sollicitationis, escrito en 1962, y en el que se daban instrucciones a los obispos sobre cómo hacer frente a las acusaciones de abuso de menores, ni en el Código de Derecho se "prohíbe denunciar los delitos de abusos a menores a las autoridades judiciales".
Murphy nunca fue juzgado o sancionado por la Iglesia e incluso la policía y los fiscales hicieron caso omiso a las declaraciones de las víctimas, según The New York Times, que los obtuvo de los abogados de cinco hombres que demandaron a la Archidiócesis de Milwaukee.
En 1974, el sacerdote fue trasladado por el arzobispo William E. Cousins de Milwaukee a la Diócesis de Superior, en el norte de Wisconsin, donde pasó sus últimos 24 años trabajando con niños en colegios, iglesias parroquiales y en un centro de detención juvenil, según publica el diario.
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Denuncia en el diario The New York Times
Acusan al Papa de encubrir caso de pedofilia Cura de EEUU abusó de 200 chicos sordos
Por Julio Algañaraz
Corresponsal en Roma
Clarín, 26/03/10
Aseguran que Ratzinger, quien fue por años el guardián de la disciplina eclesiástica, ocultó la causa de un cura pederasta de Milwaukee que abusó de chicos sordos entre 1950 y 1974.
El diario The New York Times acusó ayer –en una larga y minuciosa investigación– al Papa Joseph Ratzinger de haber ocultado y cajoneado, cuando era el guardian de la disciplina y la ortodoxia católicas como "ministro" de Juan Pablo II, los abusos sexuales del sacerdote norteamericano Lawrence Murphy. El diario publica también documentación para demostrar que varios obispos pidieron la intervención del entonces cardenal Ratzinger para procesar a Murphy y expulsarlo de la Iglesia. Pero el purpurado alemán, hoy Benedicto XVI, no respondió y frenó la iniciativa de hacer un proceso al cura que había abusado de 200 chicos de la escuela San Juan para niños sordos de la ciudad de Milwaukee, en Wisconsin.
Aunque la defensa cerrada del Vaticano quiere demostrar lo contrario, la Iglesia siguió durante décadas la prioridad de evitar el escándalo y limitarse en gran secreto a trasladar de un lugar a otro a los culpables. La explosión de los casos de abusos sexuales en los últimos años en EE.UU., Irlanda, Australia, Alemania y otros países, que tienen siempre estas características, ha llevado al Papa a tratar de cortar con el pasado y sostener la "tolerancia cero" contra los abusos, adoptando una rígida posición contra los abusos sexuales por parte de sacerdotes y religiosos.
Según el diario estadounidense, el padre Murphy cometió sus tropelías entre 1950 y 1974. El momento favorito para los abusos sexuales era la confesión. Ayer, el portavoz de Benedicto XVI, padre Federico Lombardi, reconoció que Murphy "abusó de chicos particularmente vulnerables" y que se trata de "un caso trágico". El padre Murphy fue trasladado en secreto en 1974 a una diócesis del norte del Estado de Wisconsin, sin limitaciones, y pasó sus últimos 24 años de vida en contacto con chicos de las escuelas e institutos católicos, como un centro de detención penal juvenil. Murió en 1998, dos años después que su caso fue debatido con gran secreto en el Vaticano, en la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyo prefecto era el cardenal Ratzinger.
Los documentos publicados en la edición de internet del New York Times fueron aportados por los abogados que denunciaron los abusos e iniciaron una acción legal en nombre de cinco víctimas.
De esos textos se sabe que al menos dos obispos escribieron al cardenal Ratzinger como titular de la Congregación que se ocupa de la disciplina eclesiástica. Uno de ellos, el arzobispo de Milwaukee, monseñor Rembert Weakland, escribió en 1996 dos preocupadas cartas en las que ilustró los riesgos que presentaba el caso. Pero el actual Papa no respondió a las cartas y recién 8 meses después, el secretario de la Congregación, monseñor Tarcisio Bertone, hoy secretario de Estado vaticano, pidió a los obispos que comenzaran un proceso canónico secreto que llevara a la expulsión o al menos el alejamiento del cura pervertido.
La iniciativa se frustró porque el padre Murphy escribió a Ratzinger protestando por la eventualidad del proceso, mostrándose arrepentido. Dijo además que estaba en precarias condiciones de salud y alegó que los delitos que le imputaban estaban prescriptos. Al parecer, la Congregación aceptó sus razones porque la causa secreta no se inició nunca y dos años después Murphy murió. El vocero dijo ayer que el Vaticano se enteró recién en 1996 del caso del padre Murphy, que no fue castigado por su estado de salud y "por la falta de nuevas acusaciones contra él". Lo concreto es que la Iglesia nunca denunció al sacerdote.
El New York Times destacó que tres arzobispos sucesivos de Wisconsin fueron informados pero ninguno lo denunció a las autoridades y Murphy jamás fue juzgado. El arzobispo Weakland, que escribió al cardenal Ratzinger, ordenó una investigación en 1993 en la que Murphy confesó que había abusado sexualmente de unos 200 chicos, pero "no demostró arrepentimiento alguno". Ayer, cuatro norteamericanos de la "red de Sobrevivientes de Abusados por sacerdotes", dos hombres y dos mujeres, hicieron una breve protesta en la plaza de San Pedro, interrumpida por la policía italiana que los llevó detenidos a una comisaria cercana.
El del padre Murphy "es el caso más indiscutido posible de pederastia", dijo Peter Isely, que lideraba el grupo con sede en Milwaukee, escenario de los abusos sexuales del cura. Los cuatro mostraban fotos de ellos en la época de los abusos y de otras víctimas. "Queremos saber por qué Ratzinger no nos dejó saber sobre Murphy, por qué impidió que lo supiera la policía y por qué no lo quitó del sacerdocio", dijo Isely antes de terminar en la comisaría.
Denuncias por abusos contra cura español
Un cura español que acaba de ser condenado a dos años de cárcel en Chile por almacenar más de 400 horas de videos pornográficos y otros materiales pedófilos también ha sido denunciado en España por abusos contra al menos 15 de sus alumnos menores de edad. Para evitar denuncias, el sacerdote se trasladó a Chile, donde continuó trabajando para su congregación.
Se trata de José Angel Erregui Eraña, un religioso miembro de la congregación de los Clérigos de San Viator, de 53 años, a quien la policía chilena encontró en posesión en su domicilio de más de 400 videos de pornografía infantil y dos mil imágenes de pedofilia. De acuerdo a los investigadores chilenos, se trata de un material muy explícito y duro: sadomasoquismo, coprofilia, urofilia y sexo con bebés. Arrestado en agosto de 2009, se declaró culpable, por lo que se lo condenó a 817 días de prisión. En virtud de informes de psicólogos, el juez rechazó un pedido de remisión de la condena y libertad vigilada. La condena deberá ser cumplida en prisión.
En España, ya se presentó una denuncia formal por parte de un ex alumno que sufrió los abusos del religioso cuando tenía siete años. Eraña explicaba a los menores que esas prácticas eran necesarias porque estaba escribiendo una tesis. Dio clases en siete colegios católicos de Madrid, Vizcaya y Basauri. En tres de ellos grabó escenas de toqueteos, masturbación del sacerdote a los menores, agresiones físicas y penetración con objetos.
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Salpica al Papa otro caso de un cura abusador
El sacerdote sometió a 200 chicos sordos; Ratzinger lo protegió
Por Elisabetta Piqué
Corresponsal en Italia
La Nación, 26/03/10
Roma.– Como si no alcanzara con el escándalo de casos de abusos sexuales de niños en la Iglesia Católica de su país (Alemania), una nota de The New York Times (NYT) le asestó ayer un nuevo golpe personal al Papa. Sobre la base de documentos que obtuvo, el diario norteamericano acusó a Benedicto XVI de no haber expulsado a fines de los 90, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, a un sacerdote estadounidense que abusó de unos 200 niños sordos entre 1950 y 1974.
En un artículo en primera página, acompañado de documentación e incluso de un durísimo editorial, The New York Times sacó a la luz el terrible caso del reverendo Lawrence C. Murphy, un cura que en los 24 años que trabajó en un prestigioso colegio para niños sordos de Milwaukee abusó de unos 200 chicos. Entonces cardenal al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirigió desde 1981 hasta 2005, Joseph Ratzinger no apartó a Murphy del sacerdocio, pese a los pedidos que le hicieron en ese sentido obispos de ese Estado norteamericano, que reiteradamente habían advertido que no actuar en semejantes circunstancias dañaría a la Iglesia, denunció el diario. "La correspondencia interna que obispos de Wisconsin le enviaron directamente al cardenal Joseph Ratzinger, futuro papa, demuestra que, mientras miembros de la Iglesia discutían si había que expulsar al cura, o no, su prioridad era proteger a la Iglesia del escándalo", escribió el periódico.
Según el mismo diario, Ratzinger nunca contestó dos cartas sobre el asunto que le envió en julio de 1996 el entonces arzobipso de Milwaukee, Rembert G. Weakland.
"Mi preocupación no es sólo que se haga la necesaria justicia, sino que estoy más interesado en una respuesta reparadora por parte de la Iglesia a la comunidad de sordos de esta diócesis, a fin de que pueda suavizarse la rabia que sienten y su confianza en los miembros eclesiásticos se vea restaurada", escribió.
Sólo ocho meses después, en marzo de 1997, y tras volver a escribir al Vaticano, fue Tarcisio Bertone (por entonces brazo derecho de Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe y ahora secretario de Estado vaticano) quien contestó las misivas y ordenó que se iniciara un proceso canónico secreto contra Murphy.
Pero el mismo Bertone detuvo este proceso después de que el mismo Murphy le escribió una carta a Ratzinger en persona, en la que le pedía que no se le abriera ningún proceso canónico y le recordaba que no había habido nuevas acusaciones de abusos sexuales contra él desde 1974.
"Tengo 73 años y mala salud. [?] Me he arrepentido de las infracciones que cometí en el pasado. [?] Quiero, simplemente, vivir lo que me queda con la dignidad de sacerdote. Le pido que me ayude en este asunto", pidió el hombre, según puede leerse en la copia de la misiva obtenida junto a muchas otras por el NYT .
Sólo un traslado
Así las cosas, Murphy nunca recibió sanciones ni castigos, sino que fue trasladado en secreto a distintas escuelas católicas de Wisconsin y murió en 1998, siendo cura.
"Aunque el mismo papa, en una reciente carta a los católicos irlandeses, destacó la necesidad de cooperar con la justicia civil en casos de abusos, la correspondencia parece indicar que la insistencia del Vaticano en mantener en secreto las cosas, a menudo ha impedido tal cooperación", escribió el NYT .
"Al mismo tiempo, la resistencia oficial a apartar del sacerdocio a abusadores sexuales demuestra que en un nivel doctrinal el Vaticano siempre tuvo la tendencia de ver el asunto en términos de pecado y arrepentimiento, más que de crimen y castigo", agregó.
"Un caso trágico"
El padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, en un comunicado emitido en respuesta al NYT explicó que la salud precaria de padre Murphy y la falta de nuevas acusaciones en su contra fueron elementos determinantes a la hora de decidir no castigarlo.
Se trata de "un caso trágico que involucró víctimas particularmente vulnerables que han sufrido terriblemente por lo que él hizo. Abusando sexualmente de niños discapacitados auditivamente, el padre Murphy violó la ley y, cosa aún más importante, la confianza que las víctimas le habían dado", indicó.
Lombardi también subrayó que "durante los años 70, algunas víctimas del padre Murphy denunciaron los abusos ante las autoridades civiles, que investigaron sobre el asunto, pero que dejaron caer".
"La Congregación para la Doctrina de la Fe sólo fue informada de esos hechos veinte años más tarde", destacó, asimismo, Lombardi.
Este jesuita sostuvo, también, que Murphy nunca llegó a ser castigado porque "el derecho canónico no prevé sanciones automáticas, sino que recomienda que se haga un proceso sin excluir tampoco la mayor pena: la reducción al estado laical".
Además, recordó que las normas de la Iglesia nunca han "prohibido la denuncia de los abusos de menores a las autoridades judiciales".
Claves
Renuncia: anteayer, el Papa aceptó la renuncia de John Magee, obispo irlandés que fue secretario privado de tres papas y, desde 1987, obispo de la diócesis de Cloyne, en el sur de Irlanda, donde estalló uno de los tantos escándalos de abusos sexuales de niños por parte de sacerdotes.
Carta abierta: cuatro días antes, Benedicto XVI expresó la "vergüenza" y los "remordimientos" de toda la Iglesia frente al escándalo de pedofilia en el clero irlandés, en una carta abierta dirigida a los obispos irlandeses.
Efecto dominó: desde marzo, en el Vaticano reinaba la preocupación por el creciente escándalo por abusos sexuales de niños por parte de sacerdotes en Alemania, Austria, Suiza, Holanda e Italia.
Artículos Reproducidos de 'Socialismo o Barbarie'

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