Chile - ESA DIVERSIDAD DE COLORES(*)
Juan Varela, Sociologo
1 de mayo 2008
¿Qué miro?, ¿a dónde va mi
Pupila espantada?
Asombrada de estar mirando todo
Sin estar viendo nada.
(Rafael Alberti)
Pupila espantada?
Asombrada de estar mirando todo
Sin estar viendo nada.
(Rafael Alberti)
Un nuevo aniversario del día de los trabajadores ha llegado y transcurrido y hemos de hacernos cargo de entregar una reflexión sobre el significado que ha tenido y plantearnos el porqué, en que forma y de que maneras esta fecha va adquiriendo nuevos sentidos para las luchas que hay que seguir dando para cambiar esta situación que tan duramente golpea a millones de trabajadores, mujeres, pobladores, estudiantes de nuestro país.
Hay un par de cosas que motivan nuestra reflexión y que, aunque parezcan obvias, es necesario señalarlas.
Durante los últimos años este acto conmemorativo, de algún modo, estaba marcado por la asistencia y presencia mayoritaria de compañeros y compañeras venidos del mundo de los excluidos y marginados. Sin embargo en esta oportunidad llegaron otros “compañeros”, de algunos que llegan del “otro lado de la vía”, de aquellos que engañosamente vendrían, con su presencia, a colorear con el tinte de lo diverso un cuadro híbrido de conmemoración de lo destacado de este día. La presencia de diputados y servidores de lo público. Suponemos que ello obedece a la “necesidad” de ciertos sectores de visibilizar una demanda particular como es el fin de la exclusión social y política. Ello, a la hora de las evaluaciones ha sido considerado como positivo y debiéramos suponer que así fue para sus organizadores, sino fuera por dos situaciones que quedan un poco subsumidas o relegadas a un segundo plano, pero que hay que mostrar para no sacar cuentas muy apresuradas.
Es cierto que se hace necesario que más sectores populares se vayan sensibilizando y visibilizando, que manifiesten su malestar, su rabia, su rebeldía frente a esta situación de atropellos e injusticias, pero cuando la diversidad se hace hacia el otro lado, hacia el lado de entregarles protagonismo a aquellos que, para decirlo suavemente, han sido los principales causantes de los principales males sociales, a aquellos que con acción u omisión han posibilitado la mantención y profundización de un modelo de explotación y dominación, ello tiene otro nombre: se llama derechamente entreguismo, colaboración de clase y de ello el reformismo ha sabido entregar lecciones a lo largo de toda su historia. Con un discurso pluralista, diverso pero con una acción entreguista al poder se escamotea una conmemoración en la que los verdaderos actores quedan relegados a un oscuro segundo plano, in visibilizados de un real protagonismo social y político.
Es necesaria una pregunta a propósito de lo anterior ¿qué une esta diversidad? Creemos que no está mal pensar en lo diverso, ello es bueno, sobre todo en el plano del pensamiento en que con distintas miradas y materiales se irá configurando un proyecto con sentido transformador. Lo diverso debe estar unido por un proyecto común, como totalidad, que apunte a cambiar radicalmente las estructuras de injusticia y construir sobre nuevas bases una alternativa socialista al capitalismo neoliberal. Queda la impresión que este acto, en esas condiciones y con esos actores afianzó aún más el modelo; el proyecto ideológico del neoliberalismo puso sus pies y sus voces en una conmemoración que ya no les pertenece, pero del que fueron protagonistas gracias a la actitud y conducta política de los que están dispuestos a “ensanchar” la base de sustentación del modelo de dominación.
Nos hemos acostumbrado a evaluar estas conmemoraciones a partir del criterio cuantitativo y nos enfrascamos en contar las cabezas, en hacer nuestros recuentos bajo la lógica en la que estamos siendo educados, pero surge la pregunta: ¿cómo hacer para que en estas cabezas se instale un proyecto significativo?
Nuestra visión particular no tiene el sino de la inmovilidad, no planteamos estas “herejías” para quedarnos sentados y buscar nuestra silla, para entregarles en bandeja a los otros aquello que históricamente ha sido y es un elemento importante de la construcción de nuestra identidad obrera y popular. Lo hacemos con el ánimo de estar atentos a todos estos “fuegos artificiales” que se lanzan desde el poder para que miremos para otro lado.
Se hace necesario recobrar aquello que ha sido y es parte de nuestra memoria… y también de nuestros olvidos. La memoria va dialécticamente ligada al olvido. Para recordar debemos hacer muchos esfuerzos cada día, en cambio para olvidar no se requiere ninguno, más aun cuando ese olvido se promueve desde el poder con el claro objetivo de instalar una sola versión de la historia, aquella que les conviene tanto a los que están en el poder como a aquellos que intentan, con su entreguismo, reforzar la dominación y, por supuesto, el olvido… sobre todo de sus traiciones.
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