Chile - Diagnostico para el nuevo momento

Posted by Correo Semanal on jueves, mayo 29, 2008

Diagnóstico.
Por los Hijos de Mafalda

Por muy bien sabido,
se nos olvida,
y por muy simpático y temeroso
no se enfrenta.


Hoy, existen muchos diagnósticos de la situación chilena, tantos como organizaciones políticas de izquierda y derecha hay, en consecuencia, el presente documento sólo viene a aumentar el amplio arco iris de las declaraciones de buenas intenciones.

Nuestra evaluación comienza con un proceso de crítica y autocrítica, el que se debe transformar posteriormente en un diagnostico de la situación actual de nuestro país, y del que hacer político de las fuerzas de izquierda.

Nos alumbramos y descubrimos que, la gran mayoría, sino todas, las fuerzas de izquierda, nos hemos transformado en islas independientes unas de las otras, y que no pretendemos objetivamente realizar trabajos en conjunto, ya, porque tenemos nuestros propios intereses, ya, por temor a que entes (organizaciones) extraños nos puedan captar a nuestros militantes, o porque nos preocupa mucho cuidar nuestro propio ganado, por que sin este no tendríamos quien nos fuera complaciente y obediente. Existen otros motivos para explicar este fenómeno, como por ejemplo, que las fuerzas y organizaciones políticas de Izquierda han perdido la convicción de que podemos derrotar el sistema neoliberal, y nos es más cómodo participar de él, y en contraste, es demasiado trabajo luchar por la revolución social.

Pero identificamos otra situación que determina el comportamiento de la Izquierda, el que se funda en que nuestro enemigo ha sido muy inteligente en el proceso de implementación, ejecución y consolidación del modelo gobernante, y las fuerzas de Izquierda a la fecha no hemos podido detectar la y las formas además de los procedimientos asociados al cómo poder derrotar a nuestro enemigo. Esta situación es fácil de identificar en el mismo discursos mesiánico y catastrofista de nuestras fuerzas como el eterno enunciado de que “El modelo está en crisis”. El tema es que el modelo siempre ha estado en crisis, pero nosotros a la fecha no lo hemos podido derrotar.

Lo ya expuesto explica la poca seriedad y responsabilidad del trabajo político de la izquierda chilena.

Fuerzas Políticas Actualmente Movilizadas.

Por un lado las fuerzas de la izquierda radical de las que fuimos participes, solo se activan para coyunturas, sistemáticamente estandarizadas y determinadas, espacios de tiempo donde solo se realizan expresiones de violencia, que nuestro enemigo por medio de sus medios de comunicación utiliza para descalificar el que hacer político de la izquierda en general, y al mismo tiempo aprovechando dicho accionar para implementar políticas destinadas a sembrar el temor en la población en general, logrando que finalmente sea nuestro propio pueblo el que solicite y justifique mayor nivel de represión, respuesta intencionada por el mismo modelo.

Por otro lado, las fuerzas de izquierda que participan de la política contingente, solo actúan a nivel poblacional en periodos electorales, dejando de lado todo tipo de trabajo político organizacional en los periodos donde no existe la coyuntura electoral. Dichas fuerzas políticas, pretenden generar acciones de movilización masiva (las que nunca son masivas) con el objeto de establecer un piso político que permita una negociación favorable a sus propios intereses. Dichas fuerzas políticas bajo el lema de “no a la exclusión”, solo pretenden generar los espacios que aseguren su posición al interior de sus propias fuerzas, ya que los pocos espacios de poder que han logrado alcanzar, se han transformado en la practica en centros generadores de trabajo para sus más cercanos, creando de esta forma una bolsa de votos que permita la perpetuación en el tiempo de las direcciones existentes.

Existe un tercer grupo de fuerzas políticas de izquierda a los que categorizamos como intermedio (hay más pero no serán considerados en este diagnostico), ya que manifiestan en su seno contener tanto a las fuerzas revolucionarias pero que sin perder sus principios participan del proceso eleccionario. Estas fuerzas de izquierda tienen una visión más purista del como se debe hacer la política, ya porque mantienen los elementos centrales del que hacer ideológico, ya por sus posturas que constantemente vuelven a ratificar que el interés mayor es el pueblo. Esta condición hace que estas fuerzas de izquierda estén siempre dispuestas a volver a comenzar los procesos, manteniendo los puentes y contactos con todas las fuerzas de izquierda, ya sean estas parte de la franja revolucionaria o de la que participa de la política contingente, la esperanza de hacer la revolución social es el eje central que les da vida.

La mayor parte de las fuerzas políticas de izquierda, no han descubierto (lo que no es ninguna novedad), que el enemigo ha cambiado, ya no es el mismo al que nos enfrentamos en los años 80`, y que este enemigo tampoco es el mismo que el de los 90`. Nuestro enemigo se ha transformado, en diversas oportunidades, y nosotros, y la izquierda en general, siguen luchando contra el mismo enemigo de los años 80`, sin conocer aun al de los 90`, y menos aún al del dos mil. El discurso del enemigo ha construido nuevas realidades, logrando disciplinar a nuestro pueblo, incluso a nosotros mismos.

Finalmente todas o casi todas las fuerzas políticas adolecen de una clara identificación del enemigo y del como enfrentarlo, condición que se manifiesta principalmente en su discurso, el que siempre o casi siempre esta adornado de una conceptualización ideológica que el pueblo común y corriente con suerte entiende, y que en la mayoría de las oportunidades rechaza.

Nuestro diagnostico, arroja (somos los intermedios o puritanos) un elemento central para el trabajo de construcción del socialismo en nuestro país. Descubrimos que es fundamental y necesario que nuestro pueblo se haga parte de este proceso, ya que sin el pueblo es difícil o imposible construir el socialismo. Esto puede sonar a chiste, pero las fuerzas de izquierda consideran al pueblo para las elecciones o para que sea carne de cañón en movilizaciones que en la práctica solo buscan generar un piso para que negocien las cúpulas de los partidos, excluyendo a la población en general.

Finalmente, el diagnostico muestra que la izquierda no ha realizado su trabajo, para que el pueblo sea el actor principal del proceso de transformación social. Esta conclusión, nos hace enfrentarnos a una dura realidad, la derecha si ha hecho su trabajo y muy bien. Las consecuencias de esta confirmación nos muestra la realidad: “nuestro pueblo no está interesado en lo más mínimo en la construcción del socialismo en Chile. Nuestro pueblo sólo quiere consumir y ver televisión”.

¿Cómo Enfrentar el Que Hacer Frente a Este Diagnostico?

Con nuestra convicción, que independientemente de todas las dificultades que enfrentamos, y enfrentaremos en nuestro largo camino, pensamos que a pesar de todo, sí es totalmente posible la construcción del socialismo en Chile, y con esta seguridad debemos comenzar a pensar el ¿Qué? y el ¿Cómo hacer?, que nos permita dar los primeros pasos en el proceso de transformación.

¿Qué hacer para construir el socialismo?

Creemos que lo primero que debemos hacer es dejar de ser auto referente, esto significa que nuestro trabajo político ya no debe estar destinado a satisfacer nuestras necesidades particulares, ideológicas o de auto confirmación.

La primera lección que debemos aprender es que la política se debe hacer hacia la población en general, no sólo hacia dentro de nuestra propia organización, en consecuencia debemos realizar un trabajo de carácter público, con el objeto de que nuestro pueblo sepa que existimos y que tenemos una propuesta de sociedad alternativa, más justa y solidaria.

Debemos dejar de ser represivos y restrictivos con nuestro pueblo, ya que no le podemos pedir que tenga nuestros valores, nuestros gustos y nuestra estética, menos aun nuestra conciencia. En consecuencia, no podemos enfrentarnos a nuestro pueblo prohibiendo o censurando por ejemplo el consumo de coca cola, o que no vean la comedia o el reality. ¿Cómo se entiende que los que luchan por la libertad lo primero que hacen es prohibirle al pueblo lo hacer lo que más les gusta?

Debemos participar de todos los espacios públicos, no esperando que nuestro pueblo venga a nosotros, sino que nosotros debemos ir donde esta nuestro pueblo. Lo que significa que debemos copar los espacios de las ferias libres, los encuentros deportivos, los mall, los paseos públicos, las universidades, los liceos, las fábricas, las iglesias, y todos los espacios donde podamos entregar nuestro mensaje.

¿Cómo hacer para construir el socialismo?

Muy fácil, primero exponer en todos los lugares cuales son las ventajas del socialismo en comparación con el capitalismo y el neoliberalismo.

Cuando pretendamos realizar alguna acción, debemos tener en cuenta a los sujetos que pretendemos llegar, esto significa que nuestra forma estética y nuestro lenguaje debe ser cercano, amable, propositivo e incluyente, pero fundamentalmente debe ser fácilmente comprendido, siendo capaces de modificar las formas para que se entienda el fondo, buscando responder a los estereotipos impuestos por el mismo modelo.

Cuando entreguemos algún documento, debemos tomar en cuenta que: Nuestro pueblo no lee (situación que no es casual), y cuando lee muchas veces no comprende lo que lee, frente a esta situación los mensajes deben ser claros, directos y cortos, pensando no en como nosotros leemos, sino como nuestro pueblo lee.

El mensaje escrito, nuevamente no debe ser auto referente, esto quiere decir que no solo debemos presentar nuestra opinión respecto a lo que ocurre, sino que debemos entregar información asociada al que hacer cotidiano de la población, para que el mensaje se haga carne en nuestro pueblo, ya que buscamos generar mentalidad crítica o conciencia.

Debemos acompañar los procesos de nuestro pueblo: Si el pueblo vota, nosotros también votamos, si el pueblo hace fiesta, nosotros la organizamos, si el pueblo baila nosotros bailamos; la lógica es demostrar que los revolucionarios no somos marcianos, somos personas comunes y corrientes pero que tienen una postura política diferente y están comprometida con ella.

Debemos ser responsables y disciplinados, por lo mismo debemos cumplir con lo que nos comprometemos, respetar los horarios de encuentros y responder a las esperanzas que generamos.

Debemos crear un discurso homogéneo sobre el socialismo, sobre cuales son sus ventajas y de porqué es necesario construirlo en nuestro país. No se trata sólo de señalar los defectos del capitalismo, que nuestro pueblo conoce y sufre cada día, sino dejar claramente establecidos los beneficios del sistema socialista, haya o no haya un capitalismo contra el cual luchar.

Todo esto solo para lograr el primer paso que es la generación de la conciencia crítica, que busca la construcción del sujeto social revolucionario.

¿Cuales son los ejes centrales que guían nuestro que hacer?

Por definición la izquierda chilena tiene un capital moral que no puede dejar de aprovechar. Este capital hace referencia a la capacidad de entregarse a nuestro pueblo, incluso llegando a ofrecer la vida para que nuestro pueblo tenga un presente y un futuro que le pertenezca.
Dicho capital moral, es desaprovechado, y se va perdiendo en la medida que esta izquierda no hace lo que debe hacer, que es dar respuesta objetiva a la problemática del pueblo que ha jurado acompañar y proteger.

Frente a esta situación, y teniendo conciencia que en la mayor cantidad de oportunidades, la izquierda chilena asume una posición a lo menos mesiánica (somos los salvadores) y de sobre protector de nuestro pueblo, es que debemos desarrollar un trabajo de organización y concientización de la base popular, para que sea el pueblo en conjunto con las fuerzas políticas revolucionarias los que en la práctica construyan el socialismo. Es el pueblo en su conjunto el que construye el socialismo no las vanguardias.

Esto nos lleva a la situación actual, la que en ningún caso es nueva, por el contrario, solo responde al periodo en que estamos, que por lo general se limita a la coyuntura electoral. Nuestro pueblo requiere una fuerza política unida, no auto descalificativa, que muestre unidad en la acción y en el discurso, y que se deje de andar peleando entre ella, situación muy difícil de lograr en la actual coyuntura, pero a pesar de eso, se hace necesario plantear una propuesta política que responda de forma inmediata, no solo desde la perspectiva testimonial, sino también como efecto demostración. Es en este punto en que la fuerza política de izquierda cuando participe en las elecciones, debe hacer todo lo posible por lograr algún triunfo que no solo sea moral, sino que efectivo.

¿Cómo se consigue un triunfo de este tipo? Difícil pero no imposible, en consecuencia la idea es generar para la presente coyuntura una red de candidatos independientes que tengan posibilidades reales de obtener un triunfo, ya que si no se logra, celebraremos un nuevo 21 de mayo, con muchas muertes y ninguna victoria, en consecuencia un triunfo moral.