Paraguay - De villano fascista a héroe de la izquierd a

Posted by Correo Semanal on martes, marzo 25, 2008

ABC color. DE VILLANO FASCISTA A “HÉROE” DE LA IZQUIERDA
Luis Agüero Wagner

De villano fascista a héroe de la izquierda parece ser la transmutación del zar de la prensa paraguaya Aldo Zucolillo, dueño de un diario sensacionalista que se presenta como serio y a la vez es el más leído de la capital paraguaya (que no es mucho decir, algo más de treinta mil ejemplares).

Nos referimos al ultraderechista ABC color, un diario al cual sus perseguidos de ayer hoy idolatran tanto como la supuesta izquierda fabricada por la embajada norteamericana de Asunción, aunque ambos grupos hayan sido sus más ácidos críticos y detractores cuando sostuvo una línea de manifiesto apoyo al militar retirado Lino César Oviedo, hoy candidato a la presidencia del Paraguay.
Las noticias que aparecen en algunos portales de la más radicalizada izquierda latinoamericana, incluída la agencia cubana Prensa Latina, citan hoy como fuente al diario ABC color cuando difunden hechos sobre Paraguay. También en la España democrática y socialista de Rodríguez Zapatero se difunden sin pestañear las versiones propaladas por este gran admirador del caudillo ibérico por la gracia de Dios Francisco Franco Bahamonde.
A juzgar por la opinión que expresa en grandes titulares en primera plana, la contextualización de noticias, en matiz y énfasis que proporciona a ciertos temas, el lector puede llegar a pensar que el director de ABC color realmente se indigna ante los delitos, y es verdad. El delito ajeno le molesta, especialmente si se trata de algún competidor en negocios que le supera en ganancias, o de un ente estatal que no le paga publicidad oficial.
En ese contexto, nunca perdonó a su paternal protector, el dictador Alfredo Stroessner, el haberle hecho a un lado cuando se inició la construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú, herida por la cual sigue sangrando como un hemofílico a través de su línea editorial, pretendiendo convencer de su nacionalismo selectivo a los incautos a pesar de ser conocidos los subsidios que recibe en la embajada norteamericana, con las que engrosó sus cuentas bancarias.
El mismo doble discurso manifiesta cuando se refiere a su otrora gran benefactor, el régimen de Stroessner, al que tuvo la “valentía” de enfrentar en sus últimos meses luego de décadas de adulación y sólo a instancias del departamento de estado norteamericano, que le proveyó protección y literalmente le empapeló de dólares por sus servicios.
Por muchos años, al contrario de la fama que se fabricó a sí mismo en un medio prolífico en farsantes como el paraguayo, Zucolillo sostuvo una rastrera línea de adulación a Stroessner proclamando que ABC era “un gran diario al servicio de un gran gobierno”. Por aquella misma época atacaba al gobierno de Estados Unidos pero no por su intervencionismo imperialista a favor de tiranos sanguinarios, sino por promover los Derechos Humanos durante la administración de Jimmy Carter, y defendía apasionadamente el Proceso de Reorganización Nacional que encabezaba en Argentina el gran filántropo Jorge Rafael Videla.
Uno de sus más influyentes periodistas, Alcibíades González Delvalle, tiene una trayectoria parecida ya que por muchos años sirvió a la policía política de la dictadura, a pesar de sus escritos condenando autocracias y exculpando al imperialismo, constituyéndose así en una versión liliputiense de Gunter Grass amputado el talento literario.
La visión de ABC color sobre las dictaduras varió con respecto a Stroessner, pero se mantuvo invariable con respecto a Fidel Castro y Augusto Pinochet, dado que sigue vilipendiando sin pausa al líder de la revolución cubana las veces que tiene oportunidad, y alabando y defendiendo al asesino de Salvador Allende y tantos miles de chilenos cuando es detenido algún déspota vinculado a su régimen.
La visión histórica nacional de Zucolillo, expresada a través de sus empleados en las páginas de su diario, es acorde a la de sus amigos y compañeros propietarios de medios reunidos en la SIP. Suelen honrarle con su visita a la capital paraguaya para recibir agasajos los descendientes de Bartolomé Mitre, quien en 1870 reconociera en sus discursos -al cabo del genocidio sudamericano- que había devastado el Paraguay en beneficio del libre comercio, entonces identificado con Inglaterra y las oligarquías portuarias del subcontinente, como hoy lo está con el ALCA.
En materia económica, el director de ABC color es un gran admirador de Martínez de Hoz, a cuyos discípulos promovió como columnistas estrellas en su diario, así como idolatra a sus herederos neoliberales que acapararon los consejos económicos en tiempos de Carlos Menem. También es un devoto admirador de la cultura norteamericana, y eterno propagandista de las versiones propaladas por la gusanera de Miami.
Carlos Alberto Montaner, Plinio Apuleyo y Andrés Oppenheimer son sus principales referentes para exponer la realidad latinoamericana, y los enemigos del presidente George W. Bush en cualquier parte del mundo, inmediatamente son asimilados como enemigos de ABC color y presentados ante sus lectores como enemigos del Paraguay y de toda la humanidad, sin escatimar recursos propagandísticos.
La satanización de Fidel Castro y de Hugo Chávez y los ataques a la integración latinoamericana, así como la glorificación de la “guerra al terrorismo” de la ultraderecha de Washington son el eje alrededor del cual giran todas las noticias internacionales que difunde el diario de Zucolillo.
En materia nacional, todas las versiones que difunde y que obliga a repetir a los periodistas radiales a quienes apoya con auspicios, convergen en un enfoque neoliberal en materia económica, derechista en preferencias políticas y antinacional en perspectivas históricas y de proyección al futuro.
Curiosamente, este esquemático subproducto de la propaganda imperialista y el pensamiento retardatario, hoy parece haber realizado un giro de 180 grados al promocionar a un supuesto teólogo de la liberación izquierdista.
Pero la impresión es apenas un espejismo. Para prodigar su apoyo, Zucolillo conminó al obispo Fernando Lugo a revisar sus discursos sobre Hugo Chávez, Cuba y las FARC. En materia económica, le obligó a desenterrar a un fracasado agente del Fondo Monetario Internacional. Sólo le falta escribirle al religioso jubilado un libreto ensalzando la figura de Bartolomé Mitre como libertador y héroe nacional del Paraguay.
Definitivamente, todo es posible en esta tumba de teorías que conocemos como Paraguay, donde siempre ganan las elecciones quienes peor se ubican en las encuestas y los referentes de las ideologías se falsifican con tanta facilidad como los DVD y CDs que se adquieren en la Triple Frontera.
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Luis Agüero Wagner.