COLOMBIA - EL MERCADO DE LA ENFERMEDAD

Posted by Correo Semanal on viernes, marzo 14, 2008

Enviado por MOIR moir@moir.org.co
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Jaime Calderón Herrera,
Vanguardia Liberal, Bucaramanga, marzo 11 de 2008
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Una vez finiquitada la parte legal con el concurso de la ingenuidad médica, el gobierno Uribe alista los decretos reglamentarios que redondean la tarea.
En los tres últimos lustros, a decir de los amigos del capitalismo salvaje, el país se modernizó: apertura tanto al capital inversionista como al especulativo, empequeñecimiento del Estado, disminución del costo laboral, privatización de los servicios públicos y una verdadera revolución en la salud de los colombianos, que dejó de ser responsabilidad estatal, para abrazar el concepto de aseguramiento universal como elemento dinamizador de la economía y creador de riqueza al sector privado a través de los negocios que gravitan alrededor de la enfermedad.
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¡Negociar con la desgracia de los enfermos en lugar de invertir en la conservación de la salud de los sanos!

Tienen razón quienes implementaron esta "revolución", en cuanto a que el presupuesto nacional se alivia y las industrias multinacionales de fármacos, de equipos, de tecnologías, se incentivan y crecen y por supuesto los aseguradores se enriquecen de manera más que generosa.
El problema del modelo está en que se descuida la salud de los sanos y la prevención de la enfermedad, pues es ésta precisamente la generadora de negocios y la dinamizadora de la economía.

Un inamovible, como se acostumbra a decir ahora, es la ley de oferta y demanda en un sistema de libre mercado, en el cual se enmarcó la reforma. Y en tal escenario, el insumo humano, en cuanto a la prestación de servicios, se convierte en mano de obra sujeta a los vaivenes del mercado. No puede, en caso alguno, tener autonomía, lo que conlleva a la desprofesionalización y de contera a la proliferación de técnicos, bajo criterios individuales de preparación y superación, haciéndolos objeto de otro negocio: la vinculación indefinida y paga a un sistema educativo privado.

Habrá zonas francas de negocios, hospitales, mejores hoteles, tecnologías asombrosas, aseguramiento universal, enfermos atendidos por seres humanos empobrecidos pagando recertificaciones y cursos virtuales. También habrá atención deshumanizada, calidad retórica y por desgracia, habrá más enfermedad.

Tengo la certeza de que vamos en dirección equivocada.