Ataques Fascistas en Bolivia

Enviado por alejandro benedetti
Fuente: El Trabajador n° 98
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Alto a la Reacción Oligárquica y Patronal
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En Bolivia se está desarrollando una profunda crisis política, en la cual el pueblo pobre de la ciudad y del campo de Santa Cruz de la Sierra y Tarija están sufriendo las peores consecuencias, ya que están siendo atacados por los grupos de choques de la oligarquía y las Prefecturas (Gobernaciones), organizadas en los Comités Cívicos y la Unión Juvenil Santacruceña.

Estos modernos fascistas del tercermundo han instalado un escenario de cobardes ataques en contra de todos los que se oponen a llevar adelante su política de dividir al país alrededor de las “autonomías”, que ellos defienden. Desde hace años los prefectos del Oriente boliviano, Santa Cruz de la Sierra, Tarija, Pando y Beni, una región conocida como la “Media Luna”, vienen peleando para que los dividendos producidos por la explotación de su rico suelo (pleno de hidrocarburos, minería y agro) dejen de “darle de comer” a los “indios” de la otra mitad del país, y queden sólo en sus manos.Estos argumentos ultra reaccionarios fueron defendidos con más fuerza a partir de la crisis política abiertas después de la “guerra del agua” sucedida en Cochabamba en el año 2000 y luego de las caídas de los ex presidentes Sánchez de Losada en el 2003 y Carlos Mesa en el 2005.Es que el poder de estos oligarcas comenzó a ser cuestionado en los hechos mediante los duros golpes que los de abajo le vienen propinando a las instituciones del régimen y a los partidos políticos más tradicionales de la burguesía, MNR, MIR, ADN.Un reflejo distorsionado de esa realidad lo constituyó la victoria de Evo Morales. Este dirigente indígena de Cochabamba cosechó la simpatía de las bases más pobres y de la pequeña burguesía urbana y del campo, prometiendo la nacionalización de los hidrocarburos, la reforma agraria y la convocatoria de una Asamblea Constituyente para “refundar el país”.La asunción de Evo y el derrumbe de los viejos partidos facilitó la apertura de un proceso de ascenso de la clase obrera y el pueblo, que volvieran a ganar las calles y las rutas del país, peleando contra la explotación y la miseria imperante. Esta situación enerbó los ánimos de las clases más acomodadasde la “media luna”.Sin embargo, a pesar de no haber considerado al gobierno de Evo como suyo, al principio esa oligarquía se mostró dispuesta a pactar un acuerdo con el gobierno, de manera de mantener en paz sus negocios. Lo mismo hizo Morales, quien, apenas subió al poder, pretendió congrasiarse con esos sectores, aplicando medidas, que si bien tenían un profundo carácter demagógico, no iban para nada en contra de los intereses de los grandes patrones.Fue así que la tan mentada “nacionalización” del petróleo no fue tal, sino un mero ordenamiento jurídico de todos los contratos y la imposición de un porcentaje mayor en conceptos de regalías por parte de las transnacionales al Estado.La reforma agraria tampoco reformó nada en el agro, ya que se “expropiaron” solamente algunas tierras fiscales, sin brindar ningún tipo de financiamiento para la adquisición de la maquinaria rural que se necesita para explotar esas regiones, que son las peores del país.Por último, la Asamblea Constituyente fue el ámbito concebido por Evo y por su partido, el MAS, para pactar “institucionalmente” con las transnacionales, los terratenien- tes y sus partidos mediante la nueva Constitución -CPE-, pergueñada para respetar las mismas estructuras econó- micas y sociales que beneficia- ron a los patrones y la oligarquía durante los últimos veinte años.Fracasó el «Pacto Social»Sin embargo, a pesar de la voluntad inicial de las partes, el intento de “Pacto Social” Boliviano fracasó. Esto ocurrió, por un lado debido al prota- gonismo obrero y popular que le metió presión al gobierno y puso a los oligarcas en contra de la pared, y por el otro porque el “veranito” económico que vive el país (gracias al aumento de los precios internacionales de los produc- tos básicos) exacerbó la pretensión de los patrones de la “media luna” de quedarse con la “parte del león” en los tratos, lo que condicionó sus propias posibilidades de pactar con el gobierno.En ese contexto los Comités Cívicos de Santa Cruz de la Sierra y otras prefecturas, apoyándose en el descontento de las clases medias con Evo Morales y con sus promesas inclumplidas, salieron a fogonear la movilización por la total “autonomía” de esas provincias y la plena “capitalía” para la ciudad de Sucre, atacando de esa manera a los “indios” y sectores populares de las ciudades que controlan. La ultraderecha patronal salió a disputarle al Estado Nacional el control absoluto de las regalías provenientes de las exportaciones de los hidro- carburos y la industria agraria, así como la supervisión de los acuerdos con las transnacionales y la cada ves más colonizante burguesía Brasileña.Frente a esta realidad, Evo Morales demostró sus límites políticos. En vez de apoyarse en los obreros y el pueblo, movilizando a las bases para aplastar la reacción fascista, continuó intentando un acuerdo. Mientras tanto… las bandas reaccionarias continúan apaleando obreros, indios y mestizos.Evo no está dispuesto a llevar adelante una política conse- cuente de lucha contra los fascistas, porque sabe que de hacerlo, debería afectar sus intereses expropiándoles los campos y los empresas, lo cual a suvez lo llevaría a plantear la salida que menos pretende, que es la de la expropiación de las petroleras, única manera de contar con recursos para satisfacer las demandas de los trabajadores y el pueblo de Bolivia.Los revolucionarios concientes llamamos a las masas de todo el contienente a solidarizarnos con los obreros, campesinos y pueblos originarios que están siendo golpeados y perseguidos por las bandas fascistas de la oligarquía boliviana.Desde esa ubicación brega mos para que heroico pueblo del Altiplano supere los límites impuestos por el gobier no del MAS y de Evo Morales y luche por una salida de fondo a la crisis capitalista, mediante la imposición de su propio gobierno, asentado en sus organismos democráticos de decisión y ejecución.