Bolivia: artículos de análisis sobre el motín de Sucre

Posted by Correo Semanal on martes, noviembre 27, 2007

Fuente: Grup de Noticies
Índice de artículos:
Al límite la "revolución" democrático burguesa del MAS
Constituyente naufragada. Asamblea Popular para salvar Bolivia!
Bolivia: La cara joven y violenta de las oligarquías
BOLPRESS
La derecha obtuvo los muertos-bandera que buscaba
Al límite la "revolución" democrático burguesa del MAS

Miguel Lora Fuentes
Es periodista. Trabajó en los matutinos Presencia, La Prensa, Los Tiempos y el semanario Pulso. Fue profesor en la Universidad Pública El Alto.
En la actualidad es editor de Bolpress.com

Miguel Lora Fuentes
El proceso de reformas económico sociales que se lleva adelante en Bolivia ha llegado a un punto de inflexión. De aquí en adelante, ningún intento de conciliación con las minorías de derecha parece viable, a no ser que el régimen nacionalista del MAS modere aún más sus reformas y renuncie definitivamente a la "revolución democrática" que pregona. La derecha pateó el tablero del debate democrático en la Asamblea Constituyente y ya obtuvo los muertos-bandera que buscaba para desacreditar, y eventualmente derrocar, al gobierno "tirano" del MAS. El prefecto Rubén Costas declaró "persona no grata" en Santa Cruz al Presidente de la República Evo Morales, mientras que cinco prefecturas preparan la instalación de gobiernos autonómicos "de facto" y llaman abiertamente al desacato de la "mal parida" Constitución Política del Estado aprobada en grande el sábado.

Favorecido con el 54 por ciento de los votos en los comicios de 2006, una verdadera paliza electoral para la derecha, el gobierno del MAS supuso que podría gerentar la democracia liberal sin mucho sobresalto mientras se aprobaba un paquete mínimo de reformas en la Constituyente. Pero, muy pronto, el régimen quedó prácticamente inmovilizado por una intrincada telaraña de normas y leyes escritas expresamente para mantener el sistema; sometido a la voluntad de nada menos que de una minoritaria oposición que comenzó a conspirar contra el "indio" desde el mismo momento en el que se sentó en la silla presidencial; y, lo peor, sin la menor posibilidad de reconducir la Constituyente, es decir "el gran escenario de acuerdos y pactos estructurales de la sociedad para resolver los conflictos que han atravesado la sociedad boliviana desde su formación como Estado en 1825". (Vicepresidente Alvaro García Linera).

La convulsión social en Sucre de las últimas 36 horas –que deja como saldo preliminar tres muertos y más de una centena de heridos–, confirma una vez más la tesis de que si bien Evo Morales llegó al gobierno, las mayorías oprimidas aún no han tomado el poder, como en su momento demostraron el choque sangriento entre obreros y empresarios en Huanuni y los enfrentamientos entre cocaleros y fuerzas de derecha en Cochabamba a principios de año.

El gobierno de Morales reconoció esta limitación y apostó por la Asamblea Constituyente como escenario de lucha por el poder y contra el carácter colonial y monocultural del Estado liberal, en el entendido de que existían dos caminos para dirimir la pugna abierta: la guerra civil o el armisticio social. Cerrada una de las dos vías, ¿qué papel asumirá el régimen en este momento de transición? ¿Evo querrá pasar a la historia como el Kerensky boliviano; preferirá seguir los pasos del ex presidente Hernán Siles, cuyo gobierno fue la antesala de la más despiadada dictadura del capital que ha conocido el país; se definirá de una vez como lo hizo su "abuelo mayor" Fidel Castro?

La derecha nunca quiso debatir y pateó el tablero en la Constituyente
La derecha llegó diezmada a la Asamblea Constituyente, proponiendo un proyecto de desarrollo nacional derrotado en la vida real, en las calles y en las urnas. En calidad de fuerza política minoritaria, tuvo que defender el viejo liberalismo occidental ante un renovado indigenismo comunitario mayoritario, en un momento en el que se revela a escala planetaria la inviabilidad ambiental, política y social del modelo de desarrollo capitalista. Derrotada y sin discurso, la derecha no vio otra salida que patear el tablero y salir corriendo por la ventana.
Las elites económicas siempre se opusieron a la Constituyente. Se necesitaron siete años de permanente lucha, con mucha sangre derramada en el camino, para obligarlas a debatir con el movimiento popular asuntos de los que casi nunca se hablaba: el modelo de desarrollo capitalista, los límites de la democracia liberal representativa, el latifundio, la propiedad de los recursos naturales... Prácticamente obligada, la burguesía tuvo que discutir la caracterización y la estructura del Estado colonial.

Los intereses contrapuestos de la burguesía nacional peona de las transnacionales y de los mayoritarios sectores sociales empobrecidos quedaron en evidencia apenas instalado el debate. Aunque parezca irónico, los movimientos sociales que se abrieron paso con la acción directa callejera luego fueron abanderados de la continuidad del debate democrático, mientras que la derecha exacerbó los sentimientos provincianos y demostró estar dispuesta a dividir el país a través de una guerra civil sangrienta para preservar los intereses de las clases dominantes y asegurarles, al menos, algunos pedazos de país convertidos en territorios autonómicos.

El MAS nunca planteó un cambio revolucionario en el sentido estricto del término. El Presidente Morales ha repetido hasta el cansancio que respetará la propiedad privada –inclusive los grandes latifundios "productivos"– y que garantizará seguridad jurídica para las transnacionales, con las cuales no ha roto. Las reformas nacionalistas de Morales respetan y hasta garantizan los intereses de la burguesía nacional. Promueven el reconocimiento de culturas y formas de producción y de propiedad comunitarias no para que reemplacen sino para que "convivan" con la economía capitalista.

El gobierno hizo concesiones; el ala conservadora jamás sometió a escrutinio público sus dogmas y no retrocedió un milímetro en su posición. La Junta Democrática de Bolivia, el nuevo partido de derecha conformado por los dirigentes cívicos y políticos más reaccionarios de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija, Cochabamba y Chuquisaca, propone construir una "República libre y organizada en un estado soberano de derecho", cuya forma de gobierno sea el sistema democrático y cuya organización territorial se base en el régimen autonómico departamental y descentralizado. Reconoce "la propiedad estatal en los recursos naturales no renovables", pero reclama respeto absoluto para la "propiedad privada y el libre comercio como motores del desarrollo del país".

Sintiéndose amenazados y perseguidos, los cívicos y prefectos de la "media luna" y sus expresiones políticas recurrieron a distintas estrategias para retrasar, desviar y sabotear el debate en la Asamblea. Al comenzar las discusiones, su principal bandera fue que la nueva Constitución se apruebe por dos tercios de voto como garantía de respeto a las "minorías". Luego combatieron el carácter "originario" del Foro y el Estado "Plurinacional". Más tarde impulsaron la lucha de un minúsculo grupo político chuquisaqueño que puso en brete al foro exigiendo debatir un asunto marginal: la "capitalía plena".

Muchos afirman que el diálogo en la Constituyente nació muerto. ¿Qué podía esperarse de la negociación con sectores políticos ultraconservadores que bloquean cualquier propuesta de cambio, por más moderada que sea? ¿Acaso el MAS no corría el riesgo de entibiar cada vez más la "revolución democrática" en pos de la concertación?

Momento de decisiones
Quedan en nada los acuerdos a los que arribaron el MAS y representantes políticos de la Suprapartidaria (UN, MNR, CN, AS, MOP, ASP, MBL, MCSFA y el independiente Lindo Fernández, ex Podemos). Las nueve fuerzas políticas habían acordado construir un Estado "unitario, social de derecho, plurinacional, comunitario y autonómico", un "avance histórico" según el Vicepresidente Alvaro García Linera porque se reconoció la dimensión plurinacional y comunitaria del Estado social de derecho y la dimensión autonómica y descentralizada, sin excluir a nadie y articulando los grandes ejes de tensionamiento y de demanda que caracterizaron a la Bolivia republicana.

La comisión política delineó las bases de un Estado integrador y plural asentado en la "complementariedad intercivilizatoria" que reconoce una "economía plural" on tres formas de propiedad: la estatal, la comunitaria y la privada, todas ellas conducidas por un Estado planificador que ejerce la dirección integral del desarrollo económico. Se perfila una Constitución Política del Estado "mestiza", anunció en su momento el jefe de Unidad Nacional Samuel Doria Medina.

Los integrantes de la Suprapartidaria decidieron "fomentar y promocionar" el área comunitaria de la economía como alternativa solidaria, tanto en el campo como en la ciudad, y a la vez se comprometieron a respetar la propiedad privada, la sucesión hereditaria, la propiedad individual y colectiva sobre la tierra, la iniciativa empresarial y la seguridad jurídica.

Podemos de Jorge Quiroga, la fracción política más conservadora de la Asamblea, no participó en los debates de la "Suprapartidaria", a diferencia de otros representantes de fuerzas conservadoras como el MNR y Unidad Nacional. A último momento, la centro derecha rompió los pactos y dejó solo al MAS y a otras fuerzas minoritarias que aprobaron el sábado un primer borrador de la nueva Carta Magna con las consecuencias conocidas.

Los acontecimientos en Sucre agudizan la polarización política y profundizan una larga crisis estatal caracterizada por el antagonismo, la inestabilidad y la incertidumbre. Sin embargo, también se abren nuevas perspectivas porque en momentos de crisis se gestan los cambios y los soldados toman partido. Los sectores movilizados en Sucre no tardarán mucho tiempo en pedir cuentas a sus líderes cuando se aclare el trasfondo de la reivindicación regional impuesta artificialmente en un momento constitutivo. Demorará un poco más la sociedad cruceña en entender que su gobierno autonómico será ilegal mientras no sea reconocido por la Constitución.

Según el Vicepresidente García Linera, el país vive un momento de crisis estatal "en proceso de resolución" en el que combaten dos fuerzas antagónicas: la derecha integrada por la burguesía agroindustrial del oriente (Branco Marinkovic y los cívicos de la media luna), pequeños grupos radicales "semifascistas" (que aparecieron en Sucre) y sus brazos políticos (Podemos, MNR, UN), y un nuevo bloque de poder de "pequeños productores" del área urbana y rural (campesinos, artesanos, comerciantes y segmentos del empresariado privado vinculados al mercado interno) y una burocracia estatal con influencia económica que tiene a mano importantes "resortes" o herramientas de cohesión social como la inversión pública (bonos para los ancianos y los estudiantes, grandes obras de infraestructura, etc.).

No hay empate catastrófico entre los dos bandos, asegura García Linera, sino el surgimiento de resistencias locales de elites que carecen de un proyecto de sociedad viable y creíble frente al nuevo bloque de poder. El mandatario opina que la resolución del tensionamiento y la definición de la nueva personalidad del Estado está más cerca de lo que parece.

INDYMEDIA
Constiuyente naufragada. Asamblea Popular para salvar Bolivia!
Enviado por Anónimo el Dom, 25/11/2007 - 14:14.
García Linera no es solamente enemigo de Sucre, es decir del pueblo de Sucre; es también enemigo del pueblo boliviano. La gran traición de GL fue de dejar que los grupos oligárquicos secuestraran la Constituyente cuando la agenda de Octubre declaraba con nítida claridad el rumbo que tenía que tomar la revolución en Bolivia. García Linera, con gesto de gran magnanimidad, invitó a los derrotados en las elecciones (los partidos políticos reciclados) a ser parte de la Constituyente. Estos, siendo apenas minorías con claros intereses económicos, se vieron fortalecidos y lograron rearticularse, actuando casi como un gobierno paralelo al de Evo Morales. Luego, la oligarquía cruceña logró convertir los sueños de Goldberg (el experto en balcanización gringo) en realidad, una realidad de luto. Lastimosamente los grupos de choque del fascismo oriental encontraron eco en la gente urbana de Sucre y se fue dibujando la guerra civil cada vez con mayor premura y clara nitidez.
La confusión de los ciudadanos sucrenses y el accionar impune de los grupos de choque de la fascistoide Union Juvenil Cruceñistas, lograron provocar la violenta conclusión de una Constituyente mal parida por los Olañetas del siglo XXI: García Linera, Juan Ramón de la Quintana, y todos aquellos pequeño-burgueses. Uno se pregunta si lo realizaron por cálculo político (para así hacer naufragar la Constituyente, demanda de los pueblos originarios de las tierras bajas) o por ignorante arrogancia y pésima lectura política de los procesos e hitos históricos.

García Linera es un enemigo del proceso revolucionario en Bolivia.La única salida histórica que le queda al MAS, si verdaderamente quiere ser un agente del cambio en Bolivia, es disolver la Constituyente y convocar a la Asamblea Popular, trunca en 1971 por el golpe fascista de Bánzer.

http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2007112601
Bolivia: La cara joven y violenta de las oligarquías

El contenido de estas páginas no refleja necesariamente la opinión de Bolpress.
(((i))) lp.- Unos hacían política, otros generaban violencia. Unos estaban identificados con las organizaciones sociales; los otros con las oligarquías. Unos acelerando el paso para aprobar las reformas que han perseguido durante años; los otros frenando la historia a punta de racismo y agresión. Así pasaron dos días y dos noches los 145 (de 255) constituyentes que retomaron la Asamblea Constituyente, mientras los jóvenes que dícense universitarios —soliviantados por la Unión Juvenil Cruceñista— ponían en práctica todas sus tácticas de destrucción para impedir el proceso constituyente.

Así se encuentra Bolivia, en uno de los momentos más críticos de la arremetida de las oligarquías de corte conservador y neoliberal, las que no escatimarán esfuerzos ni financiamiento para que no se mueva ni un ápice en el país. Todo lo contrario, insistirán en la desestabilización como lo hicieron desde los conflictos de enero pasado en Cochabamba, como lo hicieron en Sucre y como lo siguen haciendo en Santa Cruz destruyendo las instituciones públicas. Como dijo el dirigente indígena de la Cidob, Adolfo Chávez, "todo proceso de cambio, provoca reacciones". Así pues las organizaciones se replegaron a sus distritos en un nuevo compás de espera.

Sucre, dentro y fuera
Dentro del Liceo Militar de La Glorieta, los asambleístas reinstalaron las sesiones de la Asamblea Constituyente —luego de tres meses— para cumplir con el mandato que el pueblo les encomendó hace un año y medio. En los alrededores del establecimiento, un cordón humano de varias delegaciones de las organizaciones sociales de todo el país realizaba una vigilia pacífica para garantizar el cumplimiento del mandato, pero a unos kilómetros de allí, turbas de jóvenes arengaban al enfrentamiento, primero con policías y después con militares.
Dos escenarios totalmente distintos. Unos, los de adentro, aceleraban el paso para aprobar "en grande" el texto de la nueva Constitución Política del Estado; los otros, afuera, enfurecidos, bajo un mando anónimo y encubierto, pretendían bloquearla a cualquier costo. Un estado de ira tal que ya no cabían las demandas: no querían saber de capitalía, ni de autonomía, como señaló la asambleísta sucrense Elsa Guevara y balbuceando argumentó que se trataba de "un pedido moral del pueblo de Sucre". Un discurso incomprensible, sin norte que sólo apuntaba a la violencia.
El pueblo asistió azorado aquellas escenas de descontrol motivadas en varios casos por el alcohol y lamentó las muertes que devinieron de la confusión de los enfrentamientos. Confusión premeditada hasta donde se pudo conocer. En cada esquina de la capital, camionetas de la Prefectura distribuyendo palos, barbijos, máscaras antigases y petardos. El desorden organizado arrojó balas de calibre 22 a 25 que no son usuales en la Policía ni en las Fuerzas Armadas. ¿De dónde salieron las balas? ¿Quiénes fueron los muertos? ¿Fervientes defensores de la capitalidad plena?
El cerco mediático
Uno de los actores más cuestionados, durante el conflicto que se arrastraba desde el 15 de agosto, fueron los grandes medios. De acuerdo a una serie de denuncias públicas, cumplieron en cadena un papel incitador de la violencia. Se conoció, por ejemplo, que a nombre de la libre expresión, los y las periodistas de esos medios acorralaban a los Constituyentes en las calles de Sucre para "entrevistarlos" hasta que llegase la turba a emboscarlos.
El discurso de la especulación se instaló en varios canales y emisoras donde se llamaba a la confrontación: "salir a defender la chuquisaqueñidad"; se creaba expectativa sobre la capitalía plena convocando a conciertos por la capitalía donde se elegía al "hombre capitalino, a la mujer capitalina, al niño capitalino y al auto mejor adornado por la capitalía". En los formatos de algunas radios locales se reemplazó la información vía reportes, por la participación directa, en la que casi toda las voces llamaban a "la defensa de Sucre a toda la ciudadanía", al amedrentamiento por la llegada de las organizaciones sociales, preguntas dirigidas a exacerbar las diferencias raciales entre regiones: collas, los de occidente, ¿blancos?, los de la capital. Ya el 15 de agosto, esos medios radiales convocaron a la opinión pública a salir a las calles por la supuesta muerte de un "universitario", por el cual repicaron las campanas de una Iglesia hasta el amanecer, cuando en realidad no había ningún muerto ni herido. En radio 2000, por ejemplo, se armó un debate en el que se discutía el uso del coliseo cerrado para el alojamiento de las delegaciones de campesinos que llegarían, calificándolos de "hediondos".
En el diario Correo del Sur, el suplemento de caricaturas se dedicó a la mofa de la Asamblea Constituyente y asambleístas con tonos grotescos y peyorativos de su condición indígena, al estilo del "carnaval fascista" que puso en escena a los asambleístas con cara de burros y en escenas obscenas. En contra parte, la red ACLO fue silenciada porque, según el Comité Interinstitucional, estaba parcializada con la Asamblea Constituyente y supuestamente en contra de la capitalía plena.
El racismo a mano alzada
"Ahí están las llamas", decían unos "universitarios" al ver partir una flota por la carretera a Yotala con dirección a La Paz, en medio de un bloqueo. La imagen de la llama, animal altiplánico, se ha grabado como un insulto denigrante en la mente de los grupos que instigaban a la violencia, cuando fueron ellos los que literalmente escupieron a los indígenas. Así también gritaron "el que no salta es llama", en algunas de sus acciones racistas en la ciudad.
Expresiones similares se escucharon, cuando la Policía se replegaba de Sucre, en la voz de una señorita sucrense que decía: "no dejen ir a los policías collas". El Comandante Nacional de la Policía lamentó la muerte del efectivo Johny Quispe quien fue linchado por una turba. "¿Sólo por que era moreno? ¿Por eso le hicieron eso? ¿Qué culpa tenía el policía de cumplir con su deber?". Los desalojos de campesinos e indígenas en días anteriores también dan cuenta del grado de racismo y discriminación que ha asumido esa parte de la población sucrense, alimentados en gran medida por los medios locales más conservadores de Chuquisaca. En el fondo de los discursos yace el disgusto, la desazón de tener un gobernante indígena de Occidente, lo cual ha invertido el poder que retenía el sector blanco de la sociedad boliviana. No por menos, al salir de la Terminal de Buses se encuentra el graffiti: "Unionistas en Sucre para matar collas de mierda". No cabe olvidar el origen histórico colonial de la ciudad a partir del estatus letrado de sus habitantes, los famosos levitas y la cultura abogadil que han construido en base al valor del papeleo, en otras palabras, los "doctorcitos blancos" que tenían acceso exclusivo a la excelentísima universidad pontificia San Francisco Xavier. Hoy vemos la faceta actual de los "universitarios" de antaño. La ubicación de los actores No es de extrañar que la Federación Universitaria Local de Sucre esté dirigida mayoritariamente por la corriente maoísta y que su dirigencia considere que en esta coyuntura debe aliarse con la derecha falangista a fin de "tomar las instituciones y así llegar a la revolución". Así reza un ex allegado de la organización universitaria. Tampoco es de extrañar que los partidos de derecha Podemos y UN, como las minorías más sobresalientes, impulsaran la confrontación y después de lograrla emitan comunicados en defensa de la democracia dirigidas a organismos internacionales. Según informes diplomáticos extraoficiales existe una delegación en Europa "denunciando" a nombre de Jorge Tuto Quiroga, jefe de Podemos, que la Constituyente aprobada era una "aberración" y que "la Constituyente estaba entre fusiles y bayonetas", titular que fue replicado en el periódico cruceño El Mundo, sobre el cual pesan acusaciones de estar ligado a la secta Moon.

El empresario Samuel Doria Medina y dirigente de UN, por su parte, demostró la doble cara de su accionar en la política: supuestamente negociando una salida democrática para la Asamblea Constituyente y a la vez enviando a los empleados de su empresa Fancesa a los disturbios en Sucre. Esto sin contar que su secretario privado fue encontrado in fragantti con una metralleta que fue detectada gracias a un incidente vehicular.