Chile: Aniversario de la fundación del MIR

RECORDANDO A LOS OLVIDADOS
Por Juan Varela

“Venid conmigo,
Alzaos,
Antiguos y primeros guardianes
Ya desaparecidos”

(Rafael Alberti)

Un nuevo aniversario de nuestro Partido nos encuentra buscando las formas de responder a los desafíos de este presente neoliberal; tratando de encontrar las pistas y los signos que nos permitan descifrar lo que ocurre, pero, fundamentalmente, tratando de seguir el camino hacia ese objetivo que hace 42 años nos propusimos: construir la Patria Grande, Justa y Solidaria para Todos.

En este largo camino mucho agua ha corrido bajo los puentes, mucha sangre se ha derramado, muchas vidas valiosas se troncharon y muchas alegrías, también, han sido parte de ese camino y de aquellas rupturas que reclamábamos. Y en este caminar aprendimos a conocernos, a querernos, a saber que marchábamos junto a otros que también – aparentemente – perseguíamos el mismo cielo; nos movía el mismo viento, nos mojaba la misma lluvia.

En estos largos años, y volteando un poco la vista hacia atrás solo un instante, nos damos cuenta que ese camino lo hacíamos seres humanos, hombres y mujeres de carne y hueso, con todas sus grandezas y también con todas sus limitaciones y sus rastros de bajezas; cada uno y cada una aportando a poner de pié la esperanza de millones; a tratar de iluminar toda la pieza oscura en que, por cierto, nos seguimos moviendo. Habían algunos que iluminaban con más fuerza, porque tenían luz propia, y su ejemplo guiaba a los que empezamos a caminar a tientas; había otros, oscuros, que sólo seguían a las luces, sin esfuerzo, sin entregar parte de su lumbre; había, sin embargo, muchos, que arrimaron toda su leña para hacer una gran hoguera que fuera divisada desde todos los lados de la pieza oscura.

Este presente no es ajeno ni extraño a los inicios de esa caminata, tiene, para nosotros, la misma fuerza que hace 42 años. Pero, algunos despertaron de su sueño, se dieron cuenta que su paso esporádico en esa marcha sólo respondía a una moda pasajera; que bueno que hayan despertado, tienen todo resuelto, siempre ha sido así, sólo trataban de conciliar de alguna manera, discursiva, sus intereses con la conciencia de su clase.

Otros, siguen mirando para atrás, tratando de jugar un papel de administradores de una historia que no les pertenece, una historia que nunca fue parte de su vida.

Muchos cayeron señalando con su ejemplo el camino, su luz no se ha apagado, sigue brillando con la misma fuerza y son parte de la memoria colectiva del pueblo. Son los héroes visibles de nuestra historia partidaria y tienen un lugar destacado en ella.

Pero también, son muchos y anónimos los que no aparecen en la iconografía oficial, los que silenciosamente dieron toda la luz que emanaba de sus vidas. Aquellos que tomaron en serio el sueño de revolucionarse y ser la revolución; aquellos que sin pedir permiso a nadie, sólo apurados por su vida se atrevieron a mojarse enteros, a vivir de acuerdo a lo que la conciencia les dictaba, a no hacer caso de los grandes discursos de aquellos que no se mojaron siquiera los pies.

Nuestra historia no es sólo un recuento de hechos sucedidos en un pasado lejano; la historia para tener sentido debe ser presente, sólo desde allí es posible mirar para atrás. Algunos se han sentido con el derecho de escribir sus “anécdotas revolucionarias”, tratando de escamotear la memoria colectiva y pretendiendo que todos despertemos de su mismo sueño, olvidando engañosamente que ayer y hoy no soñamos lo mismo. Allá ellos con sus historias intimistas, carentes de significado y que sólo son actos de conversos arrepentidos.

En este presente brillan con luz propia aquellos que siguen soñando en construir el cielo en este presente. A ellos nuestro homenaje, son ellos los que desfilarán orgullosos en la historia que se sigue construyendo.

Con todas las fuerzas de la historia.

¡¡PATRIA O MUERTE!!