Joven que se suicidó, pidió que se hiciera una memecoin sobre eso y así fue

Posted by Adán Salgado Andrade on sábado, marzo 22, 2025

 

Joven que se suicidó, pidió que se hiciera una memecoin sobre eso y así fue

Por Adán Salgado Andrade

 

Todo lo que se pueda vender en el capitalismo salvaje, sea para bien (alimentos) o para mal (armas), sea útil (medicinas) o inútil (baratijas chinas), es bienvenido.

Hace unos años, en el 2021, se dio la tendencia de mercantilizar memes convirtiéndolos en supuestas formas de “arte digital”. Les llamaban NFT (Non-fungible tokens).  

Uno muy famoso fue en donde se mostraba a Zoë Roth, a quien en el 2007, su padre le tomó una fotografía, cuando ella tenía cuatro años, sonriendo levemente, frente a un edificio en llamas (el fuego era controlado, con los bomberos permitiendo a los niños del vecindario que tomaran turnos para apagarlo con las mangueras).

Roth se convirtió en “La Chica del Desastre”, uno de los primeros memes del Internet. Le sobreponían letreros que decían “El viejo McDonald tenía una granja…TENÍA” y “Había una araña que ya se fue”. Roth, que ahora tiene 25 años y vive en Carolina del Norte, explica lo que sintió al hacerse viral cuando era niña. “Es como que allí está este meme, esta foto tuya que siempre estará viviendo en el Internet. En cualquier momento que alguien busque tu nombre, eso será lo que aparecerá. Así que siento que estoy reducida a algo. Es frustrante, porque soy una persona muy dinámica, que tiene muchas cosas en mente. Una foto, nunca puede definirte por toda la vida”.

Sí, será “frustrante”, pero Roth recibió £350,000 libras ($9,150,405 pesos) en abril del 2021, por un comprador que ya le puso una firma digital, un NFT, y ahora, todo el que quiera emplear comercialmente ese meme, tendrá que pagar los “derechos”, no de autor, sino de posesión. Dice Roth que con eso pudo costear sus estudios universitarios (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/07/los-memes-otra-supuesta-forma-de-arte.html).

Fue una tendencia efímera, pero que ya fue sustituida por las llamadas memecoins, instrumentos inspirados en los memes y en las criptomonedas. Un memecoin es un tipo de criptomoneda inspirada por los mencionados memes o bromas o referencias a la cultura popular. A diferencia de las criptomonedas como el Bitcoin o el Ethereum, que se usan para transacciones, digamos, las memecoins se emplean más por una cuestión de diversión o de un evento social. Son muy riesgosas, pues no son creadas por tecnología sólida o cierta utilidad, sino por tendencias, y su valor es muy volátil, fluctuando, según su demanda, y así como pueden subir mucho de precio, pueden bajar hasta un valor nulo.

De hecho, hay un sitio, Pump.fun (https://pump.fun/board), en donde cualquier persona puede crear memecoins, esperando a hacerse rica. Pero eso depende de qué tan exitosa sea en el corto plazo. Sin embargo, no significa que todos ganen, sólo los que tienen suficientes fondos previos, para elevar de precio artificialmente a las memecoins con más demanda. Llegado cierto momento, las venden, obteniendo una ganancia rápida. Los perdedores son los que las van comprando en el proceso en que van incrementando su valor, esperando ganar mucho dinero, pero no es así. Son un esquema piramidal, también llamado Ponzi, nombrado así por el italiano Charles Ponzi (1882-1949), quien inició esos fraudes en el siglo veinte.

En esos fraudes, las “ganancias” de los primeros inversionistas (generalmente para los que los crean), son pagadas por los que van ingresando, pues no hay negocio que respalde esos engaños.

En México, se les llama pirámides y son muy frecuentes. Le plantean a la gente. “Mira, inviertes tres mil pesos y consigues a cuatro personas, que te den tres mil pesos cada una. Te quedas con la mitad de lo que te den y ellos, consiguen a otros cuatro, que les den tres mil pesos cada uno y también se quedan con la mitad de los que les den…” y así, sigue el engaño. Como ven, siempre habrá un faltante, que van llenando los nuevos que lleguen, hasta que no haya más y es cuando pierden sus tres mil pesos todos.  

Así, justamente, trabajan las memecoins.

Y se han dado casos, incluso, a alto nivel, en que supuestas personalidades crean memecoins, asegurando que los que inviertan en ellas, ganarán mucho dinero. Lo ha hecho recientemente Donald Trump (1946), con su $Trump, la que generó $100 millones de dólares (mdd) en comisiones por traficarla. Llegó a un pico en valor de $14,500 mdd el 19 de enero de este 2025, pero ha perdido dos tercios de su valor. Y quienes pierden, son los últimos inversionistas, los que menos dinero tienen. Pero a ese Primer Delincuente en jefe, no le han hecho absolutamente nada (ver: https://www.reuters.com/markets/currencies/trumps-meme-coin-made-nearly-100-million-trading-fees-small-traders-lost-money-2025-02-03/).

Lo mismo hizo Javier Milei (1970), el nefasto “presidente” argentino con $LIBRA, una estafa internacional, en la que, como siempre, unos cuantos ganaron y la mayoría perdieron. Pero allí sigue también ese otro delincuente (ver: https://www.bbc.com/mundo/articles/cn8y8q35162o).

Sin embargo, el nivel tan obsceno y depravadamente mezquino que ha seguido el curso de las memecoins, con tal de que algunos ganen, aunque sea recurriendo a deleznables eventos, lo narra el artículo del portal Wired, titulado “Una tragedia transmitida en vivo por X, desató un frenesí de una memecoin”, firmado por Joel Khalili, quien nos introduce como subtítulo que “cuando un joven de California transmitió su muerte por X, los negociantes ávidos de ganancias lucraron con una memecoin creada con su imagen” (ver: https://www.wired.com/story/livestreamed-tragedy-x-memecoin-frenzy/).

Inicia Khalili señalando la frase de Arnold Robert Haro, de 23 años, quien, antes de suicidarse, transmitió por su celular sus últimas palabras: “Si muero, espero, compañeros, que conviertan esto en una memecoin”. Eso fue el 21 de febrero de este 2025 en su casa de Madera County. Se transmitió en vivo por X, identificado como @MistaFuccYou y aunque el video ya se removió, se crearon al poco tiempo docenas de volátiles memecoins, las que llegaron a cotizarse hasta en $2.1 mdd, “aunque ya perdieron 96 por ciento de su valor”.

Eso muestra lo que antes comenté, que son simples esquemas Ponzi, que aprovechan un suceso de moda, con muchas vistas, digamos, para crecer en valor. Y cuando pasa el frenesí, bajan a cero, perdiendo los que llegaron al último.

Muchos dijeron que sólo se había cumplido con el deseo de Haro, señala Khalili, pero “varios denunciaron a los negociantes, que lucraron con su muerte. Uno de los comentarios denunció que ‘si estás traficando con esto, eres una mierda’”.

Es cierto, pues, como señalé, es algo perverso, terrible, que se haya negociado con su trágica muerte por suicidio (de hecho, el artículo comienza indicando que si se sabe de alguien que tenga esos problemas, se comunique a un número telefónico que se proporciona, para salvarle la vida), que no se haya respetado el dolor de su familia o amigos.

Se especuló que Haro tenía deudas con otra memecoin y que por eso se había suicidado, pero su familia lo negó, diciendo que el chico “luchaba contra una fuerte depresión”.

Azeem Khan, cofundador de Morph blockchain y capitalista cripto-emprendedor de la firma Foresight Ventures, citado por Khalili, dice que ya se está viendo en los círculos de las memecoins que “sólo las más viles y quebradas ideas son las que ahora se recompensan. Hemos llegado al punto en que la gente espera que Kanye West trate de lanzar una suástica como moneda (en referencia a posteos en los que West había vanagloriado al símbolo nazi). Así de terribles son esas cosas”.

Las memecoins hechas en “honor” de Haro, se crearon y vendieron en la mencionada plataforma Pump.Fun. Troy Gravitt, vocero de Pump.Fun, citado por Khalili, dice que “fue una tragedia, la de Haro, y aunque las memecoins hechas con su imagen, fueron de pobre gusto, no violaron los términos de uso de la plataforma. No hubo contenido asociado con ese token que fuera ilícito o explicito”.  

El frenesí por ganar con las memecoins tiene, incluso, una base psicológica, pues se vuelven sus participantes como ludópatas, que juegan y juegan, aunque no ganen, señala Khalili.

Sí, y lo demuestra el hecho de que en Pump.Fun siguen creciendo las memecoins, la mayoría de las cuales, fracasa y queda sin valor. Sólo las más bizarras, cuando son de desconocidos, como la de Haro, tienen algo de éxito. O las que lanzan las personalidades, como la mencionada de Trump o la de Milei (que, como señalé, ambas fracasaron y sólo algunos ganaron).   

Incluso las criptomonedas obtenidas del depredador y contaminante minado por computadoras, como el Bitcoin, son, de todos modos, inestables, alimentadas simplemente por la especulación (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/03/el-colapso-de-las-criptomonedas.html).

Pero seguramente eso no termina con Haro. Habrá otras tragedias que puedan convertirse en memecoins y que, por un rato, puedan dar buenas ganancias a los obscenos especuladores.

Pero para la familia de Haro, que hasta organizó una colecta para reunir fondos para su funeral, el chico era, ante todo un valioso ser humano. “Arnold era un alma brillante, amable y divertida, que trajo luz a todo su alrededor. Tenía cualidad para hacer reír a la gente, dar alegría y ofrecer apoyo incondicional, aun cuando estuviera pasando por momentos difíciles”.

Para los mezquinos, hambreados especuladores, su suicidio sólo fue una oportunidad de tener buenas ganancias.

Así de perverso es este sistema.

Y cada vez es peor.           

 

Contacto: studillac@hotmai.com