LA GUERRA DE SIRIA, MIGRACIONES Y BOLIVIA

Posted by Correo Semanal on jueves, septiembre 29, 2016

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LA GUERRA DE SIRIA, MIGRACIONES Y BOLIVIA

                                                                                                   Tribuna Boliviana.    Max Murillo Mendoza

En estos días se discutirá en la ONU la guerra de Siria y el desastre humanitario de 5 millones de sirios, que golpeados por la guerra huyen a Europa y otros lugares del mundo, dejando cadáveres de niños, mujeres, ancianos y hombres a lo largo de su recorrido. Toda la hipocresía de la diplomacia gringa hablará en estos días, con sus suculentos sueldos pagados por todos los Estados que gastan en sus burócratas parlanchines, para las fotos de sus recuerdos; pero los resultados ya los sabemos desde siempre: nada. Fotitos sonriendo, lujosos trajes burgueses, grandes oradores y ambientes  de lujo. Sin embargo no pasará absolutamente nada en la dura realidad de Siria y el mundo, porque los mercaderes de la muerte y dueños de fábricas de armas son los mismos burócratas, aquellos que tienen representación en la ONU. Sus negocios seguirán viento en popa, mientras sigan y se inventen más guerras. Las excusas hoy ya no son el comunismo o el extremismo rojo, sino el extremismo islámico, los carteles de drogas y las migraciones ilegales.

A Obama y otros presidentes compinches no les interesa el mundo, sino como mercancías y territorios de conquista e influencia. Ellos son los bárbaros modernos más criminales, que secundados por sus poderosos ejércitos y fábricas sofisticadas de muerte, buscan enormes negocios para cuidar sus economías y bancos de la muerte. Las mentalidades gringas no han cambiado nunca, sus guerras mundiales, bombas atómicas, artefactos robóticos para matar y negocios turbios de piratas son historias arto conocidas desde hace siglos. Mentalidades cavernarias y conquistadoras que se recrean en todos los tiempos, porque ningún tiempo hay para la paz y los sueños humanos. Estas culturas de la muerte y la soberbia, utilizan el esplendor de las ciencias y las tecnologías para la conquista y la esclavitud de otras culturas, no para la convivencia humana. Sus rostros de ingenuos y buenitos ocultan verdaderos rostros de la muerte y la hipocresía.

Sectores importantes de la prensa en Bolivia son parte de la ceguera mental occidental. Informarán y darán cobertura  de esos acontecimientos que se venden, porque lo malo y el desastre son buenas noticias, otra vez sin ser conscientes de nuestras propias realidades. Realidades donde indígenas y campesinos son migrantes en sus propios territorios. De hecho seguimos hablando de migrantes, cuando nos referimos a hermanos de nuestras nacionalidades en las ciudades. Migrantes ayoreos, yuracarés, quechuas, aymaras, etc. Condenados a migrar por las condiciones infrahumanas de sectores rurales, a las ciudades que no ofrecen nada sino violencia y extremas formas sociales de rechazo y pigmentocracia. Estos años se ha mejorado bastante en las infraestructuras rurales; pero no en las condiciones económicas ni sociales. Las migraciones desde lo rural a las ciudades siguen nomás sus cursos terribles e imparables.

A lo largo de la historia republicana, este país recibió a colonias extranjeras croatas, alemanas, japonesas, italianas, judías, etc dándoles las mejores condiciones en tierras, casas en barrios de lujo, negocios y demás posibilidades, demostrando otra vez el racismo y la marginación de nuestros compatriotas para favorecer a migrantes blancos de otras culturas. Somos migrantes en nuestros propios territorios. Muchos de esos migrantes extranjeros después han sido ministros, presidentes, diplomáticos de alto vuelo, banqueros, gerentes de empresas estatales como privadas. Los apellidos son demasiado elocuentes. En esos cargos, hasta hoy, no hay apellidos nacionales o de nuestras nacionalidades. El latifundio de nuestros llanos y sus barrios ricos están llenos de esas colonias, porque no hay barrios ricos de ayoreos, quechuas o guaraníes. Probablemente los obreros de construcciones, sirvientes y guardias de esos barrios exclusivos sean guaraníes, ayoreos, yuracarés o quechuas. En términos sociales y objetivos eso es colonización y colonialidad.

En la ONU se debatirán cruciales temas de migraciones de pueblos árabes, hoy martirizados por las bombas y armas occidentales. La crueldad de la hipocresía cultural y cavernaria occidental, se verá otra vez en los palcos de la mentira y la fachada diplomática mundial. En Bolivia nunca hemos tenido encuentros políticos de alto nivel para resolver problemas también cruciales, de nuestras propias migraciones internas, históricamente injustas, encubiertas por un sistema republicano totalmente colonial y del apartheid que sistemáticamente arrinconaba y marginaba a nuestras culturas, pueblos y naciones. Y hoy seguimos nomás siendo migrantes en nuestros propios territorios. Las ciudades siguen siendo los muros invisibles, económicamente inviables y capitalistas donde las oportunidades son para las colonias extranjeras, están hechas a su medida: cultural y económica, como nuevos apartheid más disimulados y funcionales que antes.

                                                                                  La Paz, 19 de Septiembre de 2016.