Italia - La ambigua naturaleza del Movimiento 5 estrellas

Posted by Correo Semanal on domingo, septiembre 18, 2016

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Franco Turigliatto*
Revue L’Anticapitaliste n°79 (agosto 2016)
Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

La victoria del Movimiento 5 Estrellas (M5S según sus iniciales en italiano) y de sus jóvenes candidatas Virginia Raggi y Chiara Appendino, en las elecciones municipales de junio de 2016 en dos simbólicas ciudades de Italia (la capital, Roma y la principal ciudad industrial del país, Turín) ha reavivado muchas preguntas sobre el papel político y la naturaleza del grupo fundado por el comediante Beppe Grillo.

Los fundadores y las dinámicas electorales
Las primeras etapas para construir los “Amigos de Beppe Grillo” datan de 2005-2006, pero fueron los dos días de movilización del “Vaffanculo Day” (día del “que les den…”) en 2007 y 2008 contra la casta política, los que crearon las condiciones para la fundación en septiembre de 2009 del Movimiento 5 Estrellas.
Los primeros test electorales en las elecciones locales fueron modestos y hubo que esperar a 2012 para que el M5S obtuviera sus primeros resultados significativos en algunas ciudades, entre ellas Génova y en particular Parma, donde el M5S logró la alcaldía. Este fue el punto de partida para un gran éxito en las elecciones generales del 2013, en las que el M5S se convirtió en el primer partido con 8 691 106 votos, el 25,56 %, contra el 25,42 % del Partido Demócrata (PD). Sin embargo, este último obtuvo el 29,18 % de los votos con sus aliados, lo que le permitido gozar de la prima mayoritaria para la Cámara de los Diputados.
En las elecciones europeas de 2014, el M5S logró un resultado del 21,16 % frente al excepcional resultado del PD (40,81 %) y con Forza Italia de Berlusconi en fuerte caída (16,81 %). En 2016 llegaron las victorias en Roma y Turín, siendo los resultados del M5S más contenidos en Milán y en Bolonia, y sobre todo en Nápoles donde el alcalde saliente, Luigi De Magistris, fue reelegido a la cabeza de una coalición ciudadana y de izquierdas.
De cara a las elecciones parlamentarias, recientes sondeos muestran una intención de voto más o menos parecida (alrededor del 30 %) para el PD y el M5S, así como para una lista unitaria de la derecha.
Dos hombres han construido y definido el proyecto político del M5S. En primer lugar el showman Beppe Grillo, conocido por su peroratas contra la casta política, la corrupción y la destrucción del medio ambiente, y con una gran influencia sobre un amplio público. Y el jefe de empresa Gianroberto Casaleggio, propietario de una gran sociedad, Casaleggio Associati, especializada en la comunicación y el marketing, lo que ha permitido la formación de una organización centralizada y controlada gracias a una red internet. El M5S es una fuerza política muy vertical, con un papel dominante de los dos líderes. La reciente muerte de Casaleggio no ha cambiado esta configuración pues el papel del padre ha sido ocupado por su hijo, que gestiona hoy la sociedad. Sin embargo, el desarrollo del movimiento y su presencia en las instituciones han aumentado el peso de los dirigentes de los grupos parlamentarios de la Cámara y al Senado. A nivel nacional se ha formado un comité director de cinco personas, pero Grillo se sigue reservando la última palabra.

Naturaleza y características del M5S
¿Cuáles son las características de este movimiento? Utilizando una vieja terminología marxista, diríamos que es un movimiento pequeñoburgués por la composición de su grupo dirigente, su programa político y sus objetivos: democratizar y racionalizar la sociedad y el funcionamiento de las instituciones, golpear a la corrupción y los privilegios, imponer la transparencia de los actos públicos y el control de la ciudadanía a través de internet. El sistema capitalista no se pone en cuestión en absoluto, solo se denuncian sus excesos y la corrupción de sus gestores políticos. Por tanto, el M5S no desarrolla verdaderas campañas contra las políticas económicas liberales dominantes o contra la austeridad capitalista. Su principal eslogan es la reivindicación de la honestidad y su tema político central es la lucha contra los privilegios de la clase política; el movimiento se presenta como el “purificador” y el “salvador” de la sociedad.
Así pues, el M5S pretende no ser ni de derechas ni de izquierdas, no solo porque lo piensa, sino también porque utiliza conscientemente una mezcla de lenguajes, mensajes y propuestas concretas que le permiten atraerse tanto simpatías de la derecha como de la izquierda. En ciertos terrenos, como en el del medio ambiente, los transportes, los derechos civiles o la energía, defiende un discurso de izquierdas y los militantes del M5S participan activamente en las movilizaciones sobre estos temas. En otros terrenos, como las personas migrantes, los derechos de las personas asalariadas del sector público o el papel de los sindicatos, generalmente defiende posiciones de derechas. Es larga la lista de las declaraciones con acentos claramente xenófobos de algunos de sus dirigentes o militantes, destinadas a recoger el apoyo de sectores populares despolitizados o situados a la derecha.
La habilidad del grupo dirigente está justamente en haber sabido construir una imagen ambigua pero creíble. La operación ha sido posible porque corresponde a una gran caída de la conciencia de clase de los trabajadores, así como al nivel medio de conciencia política de amplias capas populares que no soportan más su situación y quieren un cambio. Estas últimas, carentes de una organización de clase y de respuestas colectivas, piensan encontrar una respuesta en las posiciones “anti-casta” del M5S.
El rápido crecimiento de este movimiento solo puede explicarse si se toma en consideración lo ocurrido en el primer decenio de este siglo: las grandes luchas de los trabajadores y de los movimientos sociales, sus desastrosas derrotas, el fracaso del gobierno Prodi de centro-izquierda (2006-2008) y el del Partido de Refundación Comunista. Todos estos acontecimientos han provocado una profunda desilusión y la desmoralización de amplios sectores de la clase obrera, con un hundimiento de la conciencia de clase incluso en sus formas más elementales. La crisis económica de 2008 y las políticas de austeridad destructivas han llevado estos fenómenos al extremo: la clase obrera no es ya un sujeto político.

El programa del movimiento Grillo
El M5S ha criticado ciertas decisiones de política exterior y la intervención militar de los gobiernos sucesivos, pero no pone en cuestión el papel de Italia como potencia capitalista e imperialista. En lo que se refiere a la Unión Europea, ha tomado posiciones contradictorias en función de las circunstancias, oscilando entre la salida del euro y otras propuestas mucho más moderadas. La adhesión de los diputados europeos del M5S al mismo grupo del parlamento europeo que el UKIP de Nibel Farage expresa todas las ambigüedades de Grillo, aunque esto no signifique una adopción de las opciones políticas del partido británico de extrema derecha.
El M5S es una fuerza muy institucional. Lleva a cabo batallas democráticas en el Parlamento y actualmente se opone al proyecto de Renzi de reforma de la Constitución italiana de 1948. Pero no intenta hacer converger esta acción con una movilización democrática de masas, y aún menos con iniciativas del movimiento obrero. No se preocupa tampoco por elaborar un verdadero programa sobre las cuestiones del trabajo y de la precariedad para hacer frente a las dramáticas condiciones en las que viven las clases populares tras años de austeridad.
El movimiento de Grillo propone como objetivo central la introducción de reducciones fiscales suplementarias para las pequeñas y medianas empresas, consideradas como la pieza clave del desarrollo, y una incierta renta de ciudadanía para quienes sigan sin trabajo (de hecho, una forma de caridad). En su programa no figuran ni la puesta en cuestión de los dogmas del capitalismo liberal, ni la necesidad de una nueva y fuerte intervención pública en la economía, ni la reducción general del tiempo de trabajo, ni la defensa de los convenios colectivos laborales. Nada extraño, dado su naturaleza interclasista.
Sus dirigentes, procedentes de la pequeña burguesía, ejercen diferentes tipos de trabajos, entre ellos las profesiones liberales. Los militantes de base vienen de diferentes horizontes laborales, personas que desempeñan trabajos independientes o asalariados, más bien de naturaleza intelectual, pero no solo. Una parte de ellos son precarios.
Mucho menos presentes son los militantes salidos de la industria y de la clase obrera “tradicional”. Por el contrario, son numerosos los y las trabajadoras de los sectores privado y público (entre ellos delegados sindicales de base) que votan por las candidaturas del M5S. Las recientes elecciones municipales han mostrado la capacidad del movimiento de Grillo para captar un significativo número de votos entre sectores pobres y marginados, desesperados por encontrar una alternativa a la situación en la que se encuentran.

Estructura interna y relaciones con otras fuerzas
La estructura interna ha sido construida para asegurar el pleno control de los dos principales dirigentes sobre el conjunto de la organización. Las decisiones son tomadas en línea, rápidamente, mediante una votación de los miembros -quizá dirigidos- y sin verdadero debate público. Y esto ocurre de la misma forma cuando se expulsa a miembros de los que se considera que no están en conformidad con los fundamentos de la organización o sencillamente que no están en línea con las posiciones oficiales. La estructura de base del M5S es la de los “meet-up” (encuentros electrónicos, iniciados por arriba a partir de la red del movimiento); son raras las reuniones presenciales directas. Éstas, sin embargo, han mostrado su importancia en los períodos de campaña electoral.
El funcionamiento interno del M5S es por tanto muy discutible desde un punto de vista democrático. Por otra parte, da pruebas de un comportamiento fundamentalmente sectario hacia las demás fuerzas políticas. Para los miembros del M5S, solo existe su movimiento: todas las demás fuerzas forman parte del antiguo sistema que hay que regenerar y pertenecen a un mundo exterior “impuro”. El M5S preconiza la participación de las y los ciudadanos, pero solo en el marco de sus métodos y si asimilan las formas bajo las que el movimiento ejerce sus actividades. No piensa que esta participación pueda estar estructurada en el sentido de una construcción social autónoma y desconfía de las estructuras independientes de sus propias iniciativas.
El gobierno de ciudades como Roma y Turín expone hoy al M5S tanto a una fuerte ofensiva de sus adversarios políticos, como a enormes problemas políticos y administrativos. Será importante seguir las dinámicas que se produzcan.
El éxito del movimiento de Grillo, que lleva a ciertos sectores a alimentar hacia ilusiones infundadas hacia él, pone en evidencia la derrota y la crisis de la izquierda en nuestro país. Pero no está en la naturaleza del M5S trabajar por hacer surgir el movimiento social de masas indispensable a fin de enfrentarse a las políticas de los patronos y de los gobiernos que les representan. Como han hecho hasta ahora, los “grillistas” intentarán recoger en el plano electoral los beneficios del descontento de la población, denunciando a algunos, pero solo unos cuantos, de los estragos del gobierno sin poner en cuestión el mercado y las reglas del capital.
No hay atajos en la tarea de la construcción de un movimiento de masas de los trabajadores y una organización de clase anticapitalista. El fenómeno M5S no hace sino confirmarlo.

* Franco Turigliatto forma parte de la dirección de la organización italiana Sinistra Anticapitalista.