Afganistán - Nueve muertos al bombardear EEUU un hospital en Kunduz

Posted by Correo Semanal on lunes, octubre 05, 2015

Médicos Sin Fronteras asegura que informó de las coordenadas de la clínica a los ejércitos estadounidense y afgano

Ángeles Espinosa, desde Dubái  
El País, Madrid, 3-10-2015

Un bombardeo aéreo ha matado este sábado a nueve sanitarios del hospital de Médicos sin Fronteras (MSF) en Kunduz, al norte de Afganistán, según ha informado esa ONG. Otra treintena de personas, entre empleados y pacientes, están aún sin localizar. La clínica, la única que seguía funcionando en la ciudad tras los combates desatados por la entrada de los talibanes el pasado lunes, ha quedado inutilizable. Estados Unidos ha admitido la posibilidad de haber causado “daños colaterales” y está investigando lo ocurrido. El caso reaviva la controversia sobre los errores de las operaciones aéreas norteamericanas en el país asiático.

“El bombardeo ha continuado durante por lo menos 30 minutos después de que se informara a los responsables militares estadounidenses y afganos en Kabul y Washington”, ha denunciado MSF en un comunicado. La organización, que ha pedido una explicación urgente de lo ocurrido, también asegura que había avisado “a todas las partes en el conflicto” de “la localización exacta (coordenadas GPS)” de sus instalaciones, incluido el hospital.

El Ejército de Estados Unidos ha admitido que tal vez haya bombardeado la clínica durante un ataque que ha llevado a cabo a primera hora de la madrugada en apoyo de las fuerzas afganas que intentan desalojar a los talibanes de Kunduz. Su aviación es la única que estaba operando en la zona, ya que los insurgentes no disponen de medios aéreos y los militares afganos no tienen capacidad para vuelos nocturnos.

“El ataque puede haber causado daño colateral a un centro médico cercano”, ha reconocido el coronel Brian Tribus, portavoz de las fuerzas norteamericanas en Kabul, en el comunicado en el que anunciaba la operación. “Se está investigando el incidente”, añadía.

No es la primera vez que EEUU se encuentra en el punto de mira por causar víctimas civiles con sus operaciones aéreas. El pasado julio, diez soldados afganos también resultaron muertos por error cuando aviones norteamericanos atacaron la presa que vigilaban en la provincia de Logar, al este del país. Durante los 14 años que ya dura la guerra de Afganistán han sido numerosos los casos de bombardeos a bodas, reuniones tribales y otros accidentes que han terminado minando la confianza de la población en el país que le ayudó a librarse del régimen talibán y abierto una brecha para la propaganda de esos radicales islamistas. De hecho, un portavoz de los insurgentes se ha apresurado a condenar el ataque al hospital de hoy.

El representante de MSF en Afganistán, Ghilhem Molinie, declaró a EL PAÍS el pasado miércoles que habían obtenido garantías de las “nuevas autoridades”, en referencia a los talibanes, para el hospital y su personal. El centro de trauma de la organización en Kunduz, el único de su nivel y especialidad en todo el noreste del país, contaba con 460 trabajadores locales y 10 internacionales. Todos los extranjeros se encuentran a salvo, según ha indicado este diario un portavoz de la ONG. Además de los 9 muertos, el ataque ha dejado 37 heridos de gravedad, 19 de ellos personal sanitario. Los más graves han sido trasladados a un hospital de Puli Khumri, a dos horas por carretera de Kunduz.

El director de operaciones de MSF, Bart Janssens se ha declarado “conmocionado por el ataque, la muerte de nuestro personal y pacientes y el gran daño que se le ha infligido a atención sanitaria en Kunduz”. Según los datos de MSF, había unas 180 personas en el hospital en el momento del ataque, entre pacientes y personal.
La ciudad, con una población de 300.000 habitantes, ha sido escenario esta semana de intensos combates después de que los talibanes anunciaran el lunes que habían tomado la ciudad, su primera conquista importante desde 2001. Al día siguiente, las fuerzas afganas iniciaban una contraofensiva para reconquistarla, con el apoyo de la aviación de EE UU y de fuerzas especiales de la OTAN. El jueves, las autoridades afganas anunciaban que habían recuperado el control de la ciudad, aunque seguían los combates