Chile - La paradoja en la muerte de Salvador Allende.

Posted by Correo Semanal on miércoles, septiembre 30, 2015

Patricio Guzmán S.


El 11 de septiembre de 1973 murió Salvador Allende, el líder socialista y el chileno más importante del siglo XX. Su muerte heroica cerró un capítulo de importantes avances sociales, que culminaron con el gobierno de la Unidad Popular.

Con los años el recuerdo de la personalidad recta y la muerte heroica del presidente Allende se ha agigantado, justamente en comparación con el descredito de los políticos actuales.
Se abrió la época más negra de la historia de la república. Los neoliberales pudieron experimentar con libertad, sus dogmas económicos, sin prensa libre,  y sin que los trabajadores pudieran ejercer ninguna presión efectiva para defender sus derechos.

Desde la dictadura rebajaron los Derechos Sociales garantizados por el estado a Libertades para los que tienen el dinero para acceder a los servicios. Se municipalizó la educación fiscal, y comenzó el proceso de privatización que luego profundizó la Concertación, - incluido el ministro Arrate - con la transferencia de recursos a los colegios subvencionados, el copago, y el Crédito con Aval del Estado CAE. La mayoría de las empresas estatales se la quedaron capitalistas y parientes de la dictadura a precio vil. Pusieron término a la Seguridad Social, separando prevención y cuidado de la salud primaria que fue municipalizada, las intervenciones y cuidados hospitalarios brutalmente desfinanciados,  los cuidados por accidentes y enfermedades laborales que quedaron en manos de las Mutuales del Trabajo desnaturalizadas y convertidas en negocios, y la previsión. Fue en esta última donde los llamados “Chicago Boys” donde hicieron su experimento más brutal, expropiaron y se quedaron con el patrimonio acumulado de las Cajas de Previsión originando el sistema de AFP.

Establecieron un modelo de sociedad con la riqueza y el poder altamente concentrado en un reducido segmento de la población. Basado en la segregación y la discriminación social.

Con la transición pactada con los partidos de la Concertación, se mantuvo el mismo modelo capitalista neoliberal y se profundizó, con los tratados de libre comercio. Los antiguos partidos que representaban intereses de las clases populares y trabajadoras fueron cooptados.


La paradoja es que Allende  - que nunca renunció al socialismo - , murió reclamándose hasta el final, de las mismas instituciones republicanas que lo derrocaron, el Congreso Nacional, La Corte Suprema, las Fuerzas Armadas, en sus palabras finales “un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo.” En cambio la burguesía, la reacción, no dudó en romper la legalidad, las tradiciones democráticas y los derechos humanos, para terminar con el proceso revolucionario chileno.