Grecia - El gobierno Tsipras y el tercer memorándum
Redacción de A l’Encontre
Traducción de Enrique García – Sin
Permiso
En la noche del 13 al 14 agosto de 2015,
los parlamentarios griegos expresaron su posición sobre la adopción por el
gobierno de coalición (Syriza-Griegos Independientes), del tercer Memorándum de
Entendimiento (MoU); es decir: el nuevo plan de austeridad adicional. Al mismo
tiempo, diversos medios de comunicación reproducían la información del
Instituto de Estadística griego, ELSTAT, según la cual "a pesar de todo,
Grecia ha vuelto a crecer en el segundo trimestre, un 0,8% del PIB en
comparación con el primer ". Este tipo de estadísticas coyunturales (sin
anualizar) en relación con el PIB no tienen sentido. Basta recordar que el
turismo aporta casi un 20% del PIB. Es decir, ha roto todos los récords en el
segundo trimestre de 2015. En virtud de éste punto de vista es posible medir el
sin sentido de esta estadística. Además, las medidas relacionadas con el tercer
memorándum - aumento de los impuestos indirectos con efecto sobre el consumo,
la reducción del presupuesto público y las inversiones – no han sido,
obviamente, tomadas en consideración.
Por otra parte, los acreedores no
dudan en predecir una disminución del PIB de 2015 del 2,3% y del 1,3% en 2016.
Otras estimaciones lo sitúan en el 3,5% para 2015. El objetivo del balance
fiscal primario (antes del servicio de la deuda) en -0,25% en 2015 y 0,5% en
2016 - que se presenta como una concesión por parte de los negociadores del
"tercer paquete de ayuda" - de hecho, es el resultado de la inclusión
estricta de dichas proyecciones (hipotéticas) por los emisarios de la
eurocracia. De acuerdo con los tres escenarios establecidos por las
instituciones europeas ("análisis de sostenibilidad de la deuda"), la
relación deuda / PIB se sitúa en 2015 en 196,3%, 198,8% y 195,4%. Y en 2016:
200,9%, 206,8% y 198,9. En cuanto al dinero recaudado por el fondo de privatización,
bajo control europeo, que se valoran en el mismo documento, sería de € 13,9 mil
millones hasta el año 2022 (total del sector no bancario); que está muy lejos
de los objetivos fijados. Pero eso no impide, por el contrario, que se pongan a
subasta 14 aeropuertos regionales decisivos para el turismo (adquiridos por
Fraport de Alemania, que tiene como socio menor al grupo griego de la familia
Copelouzos), el puerto de Salónica o la Corporación de Energía Pública (la
mayor empresa de electricidad).
Es en este contexto de recesión
prolongada - que se ha acentuado desde el primer memorándum de 2010 -, de
expropiación de la "riqueza pública", de colapso social, como se ha
“debatido” en el Parlamento el nuevo plan de austeridad.
La resistencia a una Syriza
"pro-memorándum"
El 8 de agosto de 2015, Panagiotis
Lafazanis, que dimitió como ministro de Reconstrucción y que es portavoz de la
Plataforma de la Izquierda, responde en una entrevista con el periódico
Kefalaio (Capital) a la pregunta del periodista "Usted ha llamado a los
diputados a votar en contra del tercer memorándum ¿Ha roto por completo con la
orientación de la dirección de Syriza", así: “Personalmente, sigo
manteniendo la misma posición que antes. Y apoyo firme y coherentemente la
necesidad de que Syriza y el gobierno adopten una orientación más radical,
progresista, contra la austeridad, contra la subordinación [frente a los
órganos de la UE] y en contra del saqueo de los bienes públicos. Sinceramente,
no veo ninguna otra opción para superar esta crisis de pesadilla, profunda y
prolongada que atraviesa nuestro país. Por desgracia, es la dirección de Syriza
y el gobierno los que están comprometidos con una vía diferente, al optar por
el tercer memorándum. Se trata de una ruptura con los compromisos que conforman
la identidad de Syriza. Y yo añadiría una ruptura con el bloque de fuerzas
sociales, especialmente los más pobres, que apoyan a Syriza".
Estas consideraciones de Lafazanis
fueron el primer elemento de apoyo del NO de 32 diputados de Syriza. Hay que
añadir otros 11 diputados que votaron "presente" (abstención), y que
equivale a una oposición. Conviene recordar que de los 149 diputados de Syriza,
32 votaron en contra (6 "presente") el 15-16 de julio y 31 (5
"presentes") el 22-23 de julio en las dos primeras votaciones
sobre las primeras medidas del memorándum. El Gobierno solo ha podido validar
su orientación con el apoyo de los diputados de Nueva Democracia, PASOK y To
Potami (El Río). Los 15 miembros del KKE (Partido Comunista Griego) votaron No.
El KKE había llamado a votar nulo en el referéndum del 5 de julio. El neonazi
Amanecer Dorado, que tienen 17 escaños, votó No. Amanecer Dorado espera que el
agravamiento de la crisis social y política le permita relanzar sus iniciativas
sobre el terreno.
En las filas de los diputados de la
coalición de gobierno, solamente 118 votaron SÍ. El reglamento parlamentario
exige que el gobierno tenga una mayoría parlamentaria de al menos 120 diputados
para no tener que presentar una moción de confianza. Alexis Tsipras sugirió el
14 de agosto, que podría presentarla después del 20 de agosto; es decir,
después del pago de 3,2 millones de euros (en obligaciones) al Banco Central
Europeo y, sobre todo, después de la aceptación definitiva de los acreedores
del Memorándum de Entendimiento y las normas para su aplicación.
La moción de confianza pone a los
diputados de Syriza ante una elección difícil: dejar caer o no al "primer
gobierno de izquierda" elegido en enero de 2015. Una forma de intentar
disciplinar al grupo parlamentario - y también al Comité Central de Syriza -
que se oponen a la orientación del gobierno.
Después del 25 de enero, el gobierno
de coalición tenía 149 diputados de Syriza y 13 de los Griegos Independientes
(ANEL), es decir 162 de 300. El 18 de febrero de 2015, sólo un miembro de
Syriza, Ioanna Gaitani, miembro de DEA, una corriente de Syriza) había votado
en contra de la elección del Presidente de la República, Prokopis Pavlopoulos,
proveniente de la dirección de Nueva Democracia. El rechazo a la transformación
de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) en una formación sometida a
los dictados de los acreedores - y sus instituciones: BCE, FMI, Comisión
Europea y, actualmente, el Mecanismo de Estabilidad Europea (ESM) – se ha
ampliado a raíz del resultado del referéndum del 5 de julio (61,3% NO).
Sin respeto a las reglas
parlamentarias
Desde mediados de julio, las
diferencias de orientación dentro de Syriza provocan "estrés
organizativo", para usar un eufemismo. El ataques y las calumnias de los
medios de comunicación contra los opositores al actual gobierno están
aumentando. El silencio mantenido por la dirección de Syriza es una prueba de
complicidad. Esta cuestión fue motivo de una gran confrontación en el Comité
Central del 30 de julio.
Antes de convocar la sesión plenaria
del Parlamento del 13 de agosto, el gobierno de Tsipras ha atacado a la
presidenta del Parlamento griego, Zoe Konstantopoulou. De hecho, era ella la
que exigió el respeto a las reglas básicas para que el debate sobre el texto de
387 páginas - publicado el miércoles 12 de agosto a las 3:30 am – pudiese tener
una apariencia de "legalidad parlamentaria". Más aun cuando se han
multiplicado las enmiendas de última hora. Para su presentación a votación
parlamentaria, el gobierno Tsipras utilizó una interpretación falaz que le
proporcionó el ex líder del PASOK y mano derecha de Antonis Samaras, Evangelos
Venizelos. La ruptura entre la presidenta del Parlamento y Tsipras ha sido
pública. La prensa griega de 14 de agosto la recogía en sus titulares.
Para Tsipras, solo había un
imperativo: recibir una primera bendición parcial y provisional del Eurogrupo
del viernes 14 de agosto. Eso era lo que Euclides Tsakalotos, Ministro de
Hacienda, fue a solicitar a Bruselas. Lo que hizo.
Como con cualquier crisis política
importante, las batallas sobre el calendario reflejan la gravedad de los
enfrentamientos de clase en todo el país y la zona euro. La convocatoria de un
Congreso de Syriza (en septiembre) y de elecciones anticipadas (en octubre) se
sitúan en la misma perspectiva. Luego están las maniobras para dividir al
"frente opositor" a dichos plazos. Estos dos últimos elementos son en
realidad dos caras de la misma moneda.
La creación de un movimiento social y
político contra el memorándum
Los partidarios del No reivindican el
Congreso de Fundación de Syriza, el programa electoral presentado por Alexis
Tsipras, en septiembre de 2014 en la Feria Internacional de Salónica. Con
razón, se niegan a que se les acuse de ser los causantes de la ruptura política
y organizativa de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza). Pero se
enfrentan a una brutal campaña mediática. Tienen que responder a los planes del
gobierno Tsipras y al ejecutivo de Syriza para transformar el "Congreso
Extraordinario" de Syriza en un Congreso de refundación programática, en
sintonía con su política actual. La convocatoria a corto plazo de elecciones
anticipadas puede constituir una operación para erigir barreras a la
presentación electoral efectiva de un frente político que refleje, con un
cierto eco público, el NO del 5 de julio. Un NO que, independientemente de las
maniobras del círculo de Tsipras (Dragasakis, Stathakis, Pappas), sigue siendo
una referencia para aquellos que rechazan el memorándum.
De hecho, ya ha habido una iniciativa
el jueves, 13 de agosto por varias fuerzas de la izquierda representada en el
Parlamento y fuera del Parlamento. Su declaración pide "la creación de un
movimiento para un No al nuevo memorándum y por la movilización en todo el país".
Fue firmada por los portavoces de 13 organizaciones, de muy diferente tamaño,
llamando a la movilización para bloquear la política del gobierno Tsipras,
porque camina ya sobre los pasos de Papandreou (octubre 2009-noviembre 2011),
Papadimos (noviembre 2011-mayo 2012) y Samaras (junio 2012-enero 2015).
Se puede leer en esta declaración:
"Los abajo firmantes, representantes de una amplia gama de fuerzas y
organizaciones de izquierda, rechazamos el tercer memorándum presentado hoy al
Parlamento, llamamos a luchar unidos para anular todos los memorándum y conseguir
una nueva dirección progresista para el país.La firma de un nuevo memorándum
por el gobierno que fue elegido para abolir los dos anteriores [2010 y 2012] es
un gran desastre para el pueblo griego y la democracia. El nuevo memorándum
significa más austeridad, la restricción de los derechos de los ciudadanos y la
perpetuación de la tutela impuesta al país. El nuevo memorándum es
completamente contrario al mandato del pueblo griego que en el referéndum del 5
de julio rechazó íntegramente las políticas neoliberales de austeridad y la
dependencia neo-colonial. En los últimos cinco años, el pueblo se ha opuesto
con todos los medios posibles al miedo y el chantaje y ha luchado por una
Grecia soberana, democrática, reconstruida, justa e independiente. Como en los
casos anteriores, este memorándum debe resistirse sin vacilaciones por una
sociedad unida y decidida. Vamos a seguir el camino del 5 de julio hasta el
final, hasta el derrocamiento de los memorándum, por una alternativa para el
futuro, por la democracia y la justicia social en Grecia.
"La lucha contra el nuevo
memorándum comienza ahora, con la movilización del pueblo en todas las regiones
del país. Para desarrollar y ganar esta lucha, es necesario establecer una
organización de base a todos los niveles y en todos los ámbitos sociales.
"Hacemos un llamamiento a crear
un amplio movimiento político y social en el país y a la creación de comités de
lucha contra el nuevo memorándum, contra la austeridad y contra la tutela del
país. Será un movimiento unitario que responda a las aspiraciones de la gente
de democracia y justicia social ".
Según los círculos gubernamentales,
el contra-ataque ha comenzado el 14 de agosto. Su objetivo primero es
Panagiotis Lafazanis, líder de la izquierda y de la corriente que simboliza la
negativa de la conversión venizéliana (Venizelos, el ex líder del Pasok) de
Syriza y su gobierno.
La acusación es simple: P. Lafazanis
han tomado la iniciativa, con este llamamiento a crear una estructura
organizativa fuera de Syriza, antes del "congreso extraordinario".
Esta acusación no tiene nada que ver con el contenido de la declaración. Su
función es desestabilizar a los sectores de centro-izquierda de Syriza (el 53+)
que se oponen al memorándum y, en su caso, a los miembros de la Plataforma de
la izquierda. A esto se suma el menosprecio de los firmantes
extra-parlamentarios del llamamiento. Es decir, a cuestionar las iniciativas de
un sector de Syriza contra al tercer memorándum en los sindicatos (META).
Añádanse las puyas contra los componentes de Antarsya que firmaron esta declaración
y se opusieron en el pasado a Syriza.
En los próximos dos meses, en la
medida en la que se puede prever un escenario, la primera prueba sociopolítico
será el grado de refuerzo de los "comités del No" y su capacidad para
estimular la resistencia, en primer lugar en defensa del poder adquisitivo, las
pensiones, el empleo y los servicios públicos. Un enfoque desarrollado por John
Milios en una breve aportación el 14 de agosto. Más adelante, en una situación
muy difícil y ante la determinación de desestabilizar y reducir al mínimo la
influencia del "Campo del No", habrá que tantear prácticamente su
capacidad de dar expresión política a sus componentes, de trayectorias
heterogéneas. Lo que implica identificar una perspectiva creíble en términos de
propuestas concretas para todos aquellos que son los objetivos de esta
contra-revolución social capitalista que sintetiza el tercer memorándum. Una
tarea necesaria, pero difícil, que tendrán que abordar los que, desde hace
años, incluso cuando fueron ignorados por la "izquierda radical
europea", fueron capaces de sentir el pulso de la sociedad griega.
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