Uruguay - Vázquez dijo que el Mercosur “no es una jaula” y pidió “más inversión” a empresarios norteamericanos
Vázquez dijo que el Mercosur “no es
una jaula” y pidió “más inversión” a empresarios norteamericanos
Ricardo Scagliola
La Diaria, Montevideo, 19-6-2015
Lo esperaba en la puerta del hotel
como a un viejo amigo. Susan Segal, la presidenta del Consejo de las Américas
(un influyente foro de contactos político-económico estadounidense), saludó al
presidente con un beso y enseguida lo llevó hasta el salón donde aguardaban
empresarios locales y extranjeros. En el camino, conversaron muy por arriba; la
charla más importante tuvo lugar a puertas cerradas, luego de los discursos y
aplausos inaugurales. Durante la hora y cuarto en la que se mantuvo reunido a
solas con los inversionistas, Vázquez respondió casi una decena de preguntas
sobre posibilidades de inversión en el país. Mostró números de todo tipo,
reafirmó las “seguridades jurídicas” y las “inmejorables oportunidades de
negocios” que ofrece el país, y dedicó indisimulables gestos de acercamiento a
Estados Unidos. El emporio de hombres de negocios nucleados en el consejo
siguió con atención al presidente. Antes, durante su discurso inicial, Vázquez
recordó la firma del TIFA (Acuerdo Marco sobre Comercio e Inversiones) en enero
de 2007 entre Estados Unidos y Uruguay, y el tratado de promoción y protección
recíproca de inversiones de 2006. Además, se congratuló por la aprobación
parlamentaria del acuerdo aduanero con Estados Unidos.
El influyente Consejo de las Américas
es un foro con aires de think tank fundado 41 años atrás por el banquero David
Rockefeller como forma de sostener emprendimientos académicos y artísticos. Sin
embargo, en los hechos ha servido como un lugar para favorecer los negocios en
la región, agrupando a algunos de los principales empresarios neoyorquinos y
también de otras partes. Entre quienes figuran como sus principales
contribuyentes -con 50.000 dólares o más-, además del propio Rockefeller, están
el Citigroup y el JP Morgan, y figuran magnates como el venezolano Gustavo
Cisneros.
Vázquez ha hecho buena relación con
este foro. De hecho, el presidente recordó que ésta fue la tercera vez que
participaba en un encuentro. La primera fue en 2006, en pleno debate acerca de
la posibilidad de suscribir un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados
Unidos. Aquella conferencia quedó grabada a fuego en la memoria del primer
gobierno del Frente Amplio (FA) por la metáfora ferroviaria empleada en
referencia al TLC: “Algunas veces el tren pasa sólo una vez”. Esta vez, Vázquez
hizo pedidos concretos. El más importante fue cuando dijo que el crecimiento
del país está atado a la inversión extranjera, y pidió: “Necesitamos más inversión”.
Si hace nueve años el presidente
insistía en las “deficiencias del Mercosur”, ayer Vázquez volvió a tomar
distancia de las visiones más ortodoxas de la integración. “La diversificación
de posibilidades de inserción internacional para un pequeño país como el
nuestro no es un capricho, es algo tan necesario como el aire que respiramos
habitualmente”, dijo. “Una pequeña acotación”, anunció. Y machacó: “Somos
Mercosur por identidad y convicción, pero no concebimos al Mercosur como una
jaula, sino como una plataforma de lanzamiento”. Desde el atril en el que
habló, en uno de los salones del hotel Radisson, el presidente lanzó, en tono
pausado, varias definiciones concretas. Habló de “reforzar la institucionalidad
ya existente en el relacionamiento bilateral” con Estados Unidos, reclamó
mejorar las “preferencias” en cuero y madera (que significan 19% de las
exportaciones uruguayas a ese país) y mostró voluntad de “seguir avanzando” en
el comercio de servicios globales y tecnologías de la información. También remarcó
el deseo de su gobierno de avanzar en la negociación para un acuerdo en
seguridad social: “Queremos avanzar en la negociación para un acuerdo en
seguridad social que beneficia a ciudadanos de ambos países que han generado
derechos jubilatorios en el otro”.
Sin embargo, el acuerdo está cerrado
desde comienzos de mayo. Según explicaron fuentes del gobierno a la diaria, la
segunda y última ronda de conversaciones entre representantes de la
Administración de Seguridad Social de Estados Unidos y autoridades uruguayas
del Banco de Previsión Social (BPS) hacia un acuerdo en seguridad social tuvo
lugar en la primera quincena de mayo. El acuerdo, cuya concreción celebra la
Embajada de Estados Unidos en su sitio web, permitirá cumplir con dos
objetivos. El primero, eliminar el pago de aportes en el caso de trabajadores
que están obligados a pagar impuestos en ambos países con el mismo ingreso. El
segundo, cortar con los vacíos legales en cuanto a la protección de beneficios
para los trabajadores que han dividido su vida entre Estados Unidos y Uruguay.
Según reconoció a la diaria el presidente del BPS, Heber Galli, “se llegó a un
acuerdo, se firmaron los documentos, y ahora el tema está a estudio del
Departamento de Estado y el Poder Ejecutivo”. Tras un análisis jurídico, el
acuerdo debe pasar por el Parlamento uruguayo y el Congreso de Estados Unidos;
si en 90 días no recibe objeciones, quedará aprobado. Actualmente, se estima
que hay una colonia de 50.000 uruguayos en Estados Unidos, y que 5.000
estadounidenses están radicados en Uruguay.
Si en su discurso inaugural Vázquez
no habló del TISA (Acuerdo de Liberalización del Comercio de Servicios), en
privado el presidente fue consultado por la posición uruguaya al respecto. “Lo
estamos analizando”, fue la respuesta del presidente. Similar versión dio el
canciller Rodolfo Nin Novoa: “Nadie puede negarse a discutir lo que en el mundo
está pasando”. De tarde, el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori,
presentó los números de la economía en una exposición por medio de la cual
mostró a Uruguay como un lugar apetecible para hacer negocios. Ya de mañana, la
CEO del Council, Susan Segal, había repartido elogios para el país -“Las reglas
son muy claras”- y para el propio Vázquez: “¡Tengo tantos recuerdos de usted en
su primer mandato!”. Además de los empresarios, en la mesa cuadrangular la
seguían con atención el encargado de Negocios de Estados Unidos en Uruguay,
Bradley Freden, y el presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-Estados
Unidos, Álvaro Scarpelli, de la consultora KPMG Uruguay. Entre quienes se
acomodaron en el salón comedor del Radisson hubo representantes de IBM,
Microsoft, Barrick Gold, Citibank, Cargill, Toyota, Wal-Mart. Sobre ellos, dijo
Seagal: “Son inversionistas, ven la oportunidad de trabajar en Uruguay”.
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