Estados Unidos - Economía política del racismo después del movimiento por los derechos civiles
Brian Jones *
A l’encontre – La Breche
Traducción de Ernesto Herrera –
Correspondencia de Prensa
Frederick Douglass (1818-1895), que
había fugado de la esclavitud y se convirtió en una de las figuras del combate
por su abolición, dijo una vez que en cuestión de hipocresía, los
estadounidenses no tenían rival. En Estados Unidos, luego del movimiento por
los derechos civiles, estamos frente a una hipocresía que haría llorar a
Douglass.
La clase dominante de Estados Unidos
se congratula cada año por las luchas negras que intentó aplastar. Pocas
personas saben que el gobierno de Estados Unidos espió a Martin Luther King
(1929-1968), le chantajeo y buscó, sistemáticamente, desestabilizarlo. Hoy, sin
embargo, se beneficia de tener un día de aniversario nacional y cada escolar aprende
que él tenía un sueño de fraternidad no violenta.
Los sueños radicales de este
movimiento no pueden vehiculizarse. Rosa Parks (1913-2005), la activista negra
que se hizo famosa por boicotear el transporte público segregado (negándose a
ceder su asiento a un blanco, el 1° de diciembre de 1955, en Montgomery,
Alabama), ha recibido homenajes de Estado. Pero pocas personas saben cuáles
eran las ideas partisanas de Malcolm X (1925-1965) y su planteo de autodefensa,
en contra del principio de la no-violencia de Martin Luther King (1929-1968).
Incluso menos personas saben que muchas figuras del movimiento de los derechos
civiles -incluyendo a Martin Luther King-, se oponían al capitalismo y
propusieron reformas socialistas o socialdemócratas como el sistema de atención
universal, un ingreso garantizado o una educación superior gratuita.
Tomando como punto de partida, las
perspectivas del movimiento de los derechos civiles estaba por transformaciones
y sus líderes portaban ideas radicales. Estados Unidos se encuentra hoy en un
estado deplorable. Pero es cierto, hay más carteles fijados por encima de
los que decían de un lado 'Negro' y, por otro, "Blanco". Por lo
tanto, si uno no se sitúa en la perspectiva de la lucha contra esta forma
específica de segregación racial en los estados del sur, puede estar muy
“orgulloso” de Estados Unidos.
El movimiento de derechos civiles se
almacena cuidadosamente en los libros de historia, su nombre puede ser invocado
por cualquier cosa y por todas las causas. Hoy en día, incluso los banqueros
pueden pretender ser activistas “por los derechos civiles”.
Nosotros, como marxistas, a menudo
decimos que los capitalistas utilizan el marxismo para dividir a la clase
obrera. Como consecuencia del movimiento de los derechos civiles, la clase
dominante ha desarrollado una especie de anti-racismo falso, para dividir a la
clase obrera.
Ellos argumentan que la privatización
de las escuelas y la destrucción de los sindicatos de maestros y maestras,
sería necesarios para que los estudiantes negros accedan a una educación para
todos (“justicia educativa”), luego del sufrimiento de generaciones porque las
escuelas de los guetos estaban sub-dotadas de recursos financieros (¡esto
último exacto!). Incluso un banquero de Goldman Sachs, se pronunció por una
recaudación de fondos, al estilo de un casino, para que las charter
schools (escuelas de gestión privada pero que reciben fondos públicos)
constituyan "el movimiento derechos civiles de mi generación".
La educación pública es uno de los
últimos servicios públicos con acceso universal disponible en Estados Unidos
sin pagar impuestos. Los maestros de las escuelas públicas son, de hecho, la
profesión más sindicalizada (a excepción de los porteros de uniforme o los
sindicatos de las corporaciones policías, muy a la derecha). Los educadores, en
particular los negros, están bajo ataque. Los profesores negros y las
profesoras negras no solamente son una pequeña minoría entre los profesores y
profesoras de Estados Unidos, sino que se concentran en las escuelas cuyos
estudiantes son negros, y que son las primeras escuelas que ser cerradas y
convertidas en charter schools privadas o semi-privadas.
En general, en Estados Unidos, el
sector público es cinco veces más sindicalizado que el sector privado. El
empleo sindicalizado del sector público es una de las conquistas de los
movimientos por los derechos civiles y del Black Power (Poder Negro). Es más
probable que nos encontremos trabajadores negros en el sector público; el
sector postal (en vía de ser desmantelado), fue el mayor empleador de los
afroamericanos.
Para atacar el sector público y
fomentar la privatización, la clase dominante utiliza el cliché según el cual
los trabajadores del sector público son perezosos, ineficientes y
sobre-remunerados. Por lo general, lo hace invocando recurrentemente a la
figura de negro. Nosotros hemos sido testigos de la puesta en práctica de esta
táctica: "cortar los presupuestos, disminuir la calidad de los servicios,
los trabajadores son responsables." En el contexto de Estados Unidos, el
racismo es central para destruir los servicios públicos. Más de medio millón de
empleos en el sector público han sido eliminados durante la última década.
Los blancos también son perdedores de
la nueva economía neoliberal. Todos los miembros de la clase obrera sufren.
Pero, en general, las familias negras sufren más. Entre 2005 y 2009, los
activos netos de los hogares blancos disminuyeron en un 16%, una caída
dramática. Durante el mismo período, según el Pew Research Center, el
patrimonio neto de los hogares negros cayó en un 53%. Para los blancos, es un
desastre; para los negros, una catástrofe. En 2010, la riqueza media de las
familias blancas era $ 124.000 dólares, la de las familias negras era 16.000
dólares.
Los recortes en el sector público no
explican por sí solo el desastre. También hay que tener en cuenta el impacto de
la crisis subprime de 2008. La crisis inmobiliaria de 2008
tuvo un impacto desproporcionado en las familias negras: más de 240.000 negros
han perdido sus hogares. Un economista llamó a esto como la mayor destrucción
de la riqueza negra que se produjo en toda la historia de Estados Unidos.
¿Cómo explicar este impacto
desproporcionado? Bueno, también hay que reconocer el "valor
monetario" del racismo, no sólo su aspecto ideológico. El racismo es
también algo muy rentable.
El banco Wells Fargo, por ejemplo, ha
hecho grandes ganancias con la venta de hipotecas de alto riesgo a los negros
en muchas ciudades (incluyendo Baltimore). En realidad, la ciudad de Baltimore
demandó a Wells Fargo por tener como objetivo a los negros, con el fin de
vender hipotecas de alto riesgo a costos bien altos. Un empleado informó
que el equipo de Wells Fargo hizo referencia a los negros de la siguiente
manera: "la gente de barro", y a los préstamos como "préstamos
gueto". Todo esto se conoció en los tribunales y la compañía acordó pagar
175 millones dólares para llegar a un arreglo.
Ninguna "mano invisible"
opera aquí. Podemos ver las prácticas a plena luz. Es la mano del Estado que
creó la segregación de la vivienda -subvencionando y garantizando millones de
dólares sólo para los blancos después de la Segunda Guerra Mundial-, y es la
mano de las finanzas que aprovechó la oportunidad de explotar a gente
desesperada por acceder a una vivienda, y la que se benefició de la herencia de
la vivienda segregada vendiendo podridos a los negros.
El movimiento por los derechos
civiles visibilizó la discriminación ilegal, pero a medida que el movimiento
decayó, la discriminación reapareció en otra forma. Es una cosa excelente que,
ahora, en Estados Unidos, sea ilegal rechazar a un negro para un empleo,
negarle un servicio, impedirle votar, o desconocer cualquier derecho por
motivos racistas.
Sin embargo, una categoría de
personas puede ser, legalmente, discriminada. Pueden negarles un alquiler, un
empleo, préstamos para la educación, rechazarlos del servicio militar e,
incluso, retirarles el voto, para el caso de estar condenados por un delito.
En Estados Unidos, si alguien es
declarado culpable de un delito puede ser, efectivamente, tratado como un
ciudadano de segunda clase. ¿Adivinen quiénes están condenados?
El país de la libertad tiene más
personas en prisión que cualquier otro del planeta. Hay 2,3 millones de
prisioneros en Estados Unidos. Un millón de ellos son negros. Y no es sólo
pasar el tiempo detrás de rejas, también se vive en una “celda invisible"
una vez que se sale de la cárcel. La cantidad de hombres negros que están bajo
vigilancia penal es mayor que los esclavos que había en 1850.
Gracias a la guerra sin fin contra
las drogas, un número récord de personas -especialmente personas de color- son
arrestadas por infracciones contra el llamado “orden público”. Delitos no
violentos, ligados a la droga, que terminan en condenas y pérdida del derecho a
voto. "Menos de dos décadas después de que haya comenzado la guerra contra
las drogas", escribió el jurista y activista Michelle Alexander,
"a escala nacional, un hombre negro de cada siete ha perdido el derecho de
voto, e incluso, un cuarto de los afroamericanos de Estados Unidos conoce el
índice más alto de despojo de sus derechos”.
El nuevo Jim Crow (1) ha constituido,
para la clase dominante, la forma de resolver muchos problemas de una sola una
vez. A finales del siglo XX, la clase dominante ha tenido, bajo sus pies, una
crisis política y social. La población está de pie, inspirada en el movimiento
de los derechos civiles, y motivada a participar en nuevas rebeliones.
Reflexionen un poco: ¿quiénes eran el
sector más consistente y más militante de los sindicatos? ¿Quiénes dirigieron
las huelgas en las fábricas de automóviles? ¿O en las oficinas de correos? En
Vietnam, muchos soldados estadounidenses se negaban de más en más a combatir y
se oponían a la guerra ¿quiénes animaban el movimiento contra la guerra entre
los soldados? Piensen en las formidables acciones en los campus universitarios
de la época, la ocupación de edificios, etc. ¿Quiénes mantenían estas luchas?
El hecho es que los negros, un grupo históricamente despreciado y denigrado,
obtuvieron de repente un prestigio y una gran autoridad moral y política. Los
negros se defendieron y ganaron; muchos eran los blancos que estaban dispuestos
a seguir este camino.
Esta nueva versión de Jim Crow -la
encarcelación en masa- era una manera de revertir esta tendencia. Ella
aterrorizó a la población negra y la credibilidad de los negros a los ojos de
los blancos. A través de campañas mediáticas histéricas, se les enseñó a los
blancos a establecer un signo de igualdad entre los negros, el crimen y la
violencia.
La dinámica política de los años 1960
y 1970 tuvo que ser revertida para que las conquistas sociales de la época
pudieran ser pulverizadas. Mientras que Bill Clinton fue presidente
[1993-2001], el presupuesto nacional para la vivienda pública se redujo en 17
mil millones dólares, mientras que para las cárceles aumentó en 19 mil millones
de dólares. Así, un servicio público -la vivienda, algo que nos beneficia- fue
eliminado y reemplazado por otra forma de "vivienda": las cárceles,
un aparato represivo que los ayuda a ellos.
Mientras que los servicios públicos
van desapareciendo, la policía permanece en su lugar. Resultado: la violencia
policial y los asesinatos de la policía a una escala chocante. Los negros son
asesinados en las calles, en sus autos, en sus hogares, mientras tienen sus
manos levantadas, esposados en el suelo, en los furgones policiales, en las
comisarías. Donde estén, hagan lo que hagan, los negros de Estados Unidos
mueren a manos de la policía en cualquier momento, por cualquier razón.
Los asesinatos policiales, el
racismo, ponen a una nueva generación en las calles. Una nueva generación de
jóvenes -no solamente de negros- que estudian la herencia de la Black Radical
Tradition (Tradición Negra Radical) para obtener ideas sobre cómo luchar.
Un fantasma recorre la clase
dominante de Estados Unidos. Es el fantasma de la rebelión negra que -desde
cuando los africanos fueron secuestrados para construir la
"democracia" en el Nuevo Mundo-, socava la hipocresía estadounidense.
Además, el movimiento negro -ya sea históricamente o actualmente- lleva consigo
el potencial para expandirse en un movimiento general contra la desigualdad y
la injusticia. Una nueva rebelión negra se forja hoy en el corazón de la
bestia. Y eso es muy, muy bueno.
* Brian Jones, educador, activista
afroamericano de Nueva York y militante de la International Socialist Organization
(ISO). El texto que publicamos es su ponencia en el Foro Internacional “El
capitalismo tardío y su fisonomía socio-política en el umbral del siglo XXI”,
en memoria de Ernest Mandel, realizado en Lausanne, Suiza, los días 20-22 de
mayo de 2015.
Nota de A l´encontre
1) Un término que, del siglo XIX al
movimiento de derechos civiles de los años 1950-1970, designa el conjunto de
prácticas e instituciones que mantienen la "separación racial".
0 Responses to "Estados Unidos - Economía política del racismo después del movimiento por los derechos civiles"
Publicar un comentario