Chile - Mario Aguilar y Reforma educacional: La ciudadanía no pidió regulaciones, pidió terminar con la educación de mercado
Mario Aguilar y Reforma educacional: La ciudadanía no pidió regulaciones, pidió terminar con la educación de mercado
Esta semana se aprobó en la Cámara de Diputados el proyecto educacional que establece "fin al lucro, selección y copago" en los colegios que reciben aportes del Estado. Muchos celebran estos avances, pero muchos otros aseguran que con esto no se están modificando las estructuras del sistema educativo.
Por Equipo El Desconcierto | 30/01/2015
¿Qué te parece la aprobación del proyecto? A tu parecer, ¿cuáles son las sus aciertos y sus deficiencias?
Me parece un proyecto tibio. Estos tres conceptos que supuestamente se terminan; el fin al lucro, el copago y la selección, en todos los casos es hasta por ahí no más. Más que terminar con la lógica de mercado de la educación, este proyecto establece ciertas regulaciones al mercado educativo. Respecto del fin al lucro, queda abierta la puerta a seguir lucrando con el tema de los arriendos. Estos son mecanismos que por años se han usado para sacar recursos por el lado y se dice que tendrá regulación y restricciones, pero en la práctica se concedió a los sostenedores el resquicio del arriendo con lo cual uno podría augurar que por ahí va a ver una manera solapada, encubierta de lucrar. Fin a la selección: sí, pero los colegios privados pueden seguir seleccionando. Si el concepto de la selección es malo, porque establece una condición de discriminación, que pone a los niños en una situación de tensión y los lleva a una mentalidad competitiva desde pequeños, no se entiende por qué, en el caso del sector privado, el hecho de que una familia pague por el servicio educacional le da derecho a ese colegio a seleccionar a sus alumnos. Es como una legislación específica para una elite y eso es impresentable. Y por otro lado, el fin al copago es extendido en el tiempo, es decir el fin del copago va a terminar en varios años más. Por lo tanto, esta es una reforma superficial. No tiene la profundidad requerida para que haya un efectivo fin al lucro, un efectivo fin a la selección y un efectivo termino del copago, en lo inmediato. Si la gratuidad es un derecho universal que supuestamente se está defendiendo no se entiende porque hay tanta lentitud en que ese derecho social sea efectivo.
El Gobierno ha declarado que este proyecto busca generar inclusión en el sistema educativo, ¿te parece que la reforma avanza en esa dirección?
Yo diría que mejora un poco la inclusión, pero es tibio, no es completamente. Claro, en un sistema tan grotescamente discriminador y tan grotescamente excluyente como el que tenemos, son avances, pero la pregunta es si esa es la profundidad que requiere la reforma al sistema chileno, y yo creo que no. Se está haciendo muy en la medida de lo posible, al modo de la vieja lógica concertacionista, de terminar negociando con los sectores de derecha que no quieren que cambie nada. Uno aprecia que aquí hubo negociaciones que entibiaron el proyecto, lo atenuaron en su impacto para favorecer en definitiva las presiones que hicieron los sectores que quieren mantener esta educación de mercado. Llegaron finalmente a una especie de empate, y eso no es lo que Chile quiere. Chile requiere modificaciones profundas en el sistema educacional. Eso es lo que ha demandado la ciudadanía y es por lo que se ha venido luchando todos estos años.
En su intervención en el Congreso , el diputado Boric dijo que “esta reforma no es por lo que nos hemos movilizado ni la hemos construido los actores que queremos participar en una democratizante reforma de la educación”, que “este proyecto no termina con lo que dice que termina y no construye una alternativa en educación pública”, que “financiamos el mercado con iniciativas que se presentan como el fin del mercado, pero que legitiman una especie de lucro regulado”, entre otras cosas. ¿Concuerdas con estas palabras?
Es justamente lo que mencioné antes, por lo tanto estoy totalmente de acuerdo. Creo que es una definición acertada y coincido bastante con ese punto de vista. Más que terminar con la educación de mercado, estas son regulaciones a la educación de mercado. El problema es que la ciudadanía no pidió regulaciones al mercado, la ciudadanía pidió terminar con la educación de mercado. Por eso esta reforma es superficial. Lo que se ha hecho hasta ahora con esta reforma, es blindar el sistema particular subvencionado, le ha dado las regulaciones correspondientes para asegurar su continuidad y por lo tanto, lo que venga en adelante con educación pública tendrá que ser analizado en su mérito, pero uno puede prever que va a ser diseñada de tal forma que no toque los intereses del sistema particular.
“Lo mínimo es que cuando se quiere resolver un conflicto social, los actores sociales seamos parte”, dijo la presidenta de la Fech, Valentina Saavedra, a un medio nacional. Como dirigentes del gremio docente y representantes de muchos profesores de Chile, ¿crees que la reforma se ha diseñado con los actores sociales que corresponde?
No, esto se ha diseñado al viejo estilo concertacionista, es decir, todo esto se diseña desde espacios tecnocráticos, con supuestos expertos que hacen el diseño y luego se hacen simulaciones de participación; alguna instancia, alguna jornada, con poco espacio para incidir, pero que generar aparente participación. Es un estilo conocido, durante los 20 años de la Concertación que es lo mismo que hay ahora. Con esto reafirmamos que la Nueva Mayoría no tiene nada de nuevo, manifiesta y expresa las mismas viejas prácticas concertacionistas y coincido completamente con lo que dice Valentina.
¿Qué te parece la portada de LUN sobre la tómbola?
Sin perjuicio de que a mi parecer se debió tratar de manera más cuidadosa el tema de la selección con los colegios emblemáticos, porque ahí hay una tradición y reglas del juego en las que esas familias se insertaron y, tal como se tuvo tanto cuidado con los sostenedores, de funcionar muy a la pinta de ellos, perfectamente se pudo tener mayor cuidado con las comunidades de estos colegios que, en definitiva, la mayoría de ellas son familias de clase media o de sectores populares. Es correcto terminar con la selección, pero efectivamente, en tanto no exista un fortalecimiento de la educación pública en su conjunto, de alguna manera los colegios emblemáticos, estrictamente en términos académicos, han suplido los déficit de la educación pública. Diciendo eso, la caricatura que está haciendo la derecha sobre el tema, sosteniendo que estos colegios van a desaparecer, es bastante exagerado y refleja el estilo de ellos; campañas del terror, campañas basadas en falsedades, que presentan una visión reduccionista de los problemas y que es lo que vemos en este caso.
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