Grecia - Syriza: la batalla electoral y la cuestión de un “gobierno de izquierdas”

Posted by Correo Semanal on viernes, enero 23, 2015


María Bolari *
A l´encontre-La Breche
Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

El ascenso de las esperanzas y de expectativas de los y las asalariadas y de amplias capas populares ofrece la posibilidad de ganar una mayoría absoluta en el plano parlamentario y, por ello, registrar una victoria política mayor para la izquierda radical en Grecia.
Esto representaría (y representará) una respuesta que viene “de abajo” a quienes esperan que Syriza caiga en la trampa de una alianza contra natura en la formación de un gobierno /1, a quienes desarrollan escenarios de “gobierno de unidad nacional”, así como a quienes tienen por proyecto una simple “ruptura momentánea por la izquierda”, el llamado “paréntesis Syriza”.
La ola de las fuerzas sociales que empuja a Syriza se basa en la voluntad de un sector de la clase trabajadora y en la promesa, ampliamente sentida, de poner fin a la austeridad. Pienso que la mayor parte de las capas populares nos reconocen porque nos hemos comprometido a: restablecer el salario mínimo en 751 euros (nivel de antes de 2010); a reinstaurar la 13ª paga de jubilación para los y las jubiladas que disponen de rentas muy bajas; a reintroducir el sistema de convenios colectivos; a suprimir los impuestos directos sobre las rentas anuales inferiores a 12.000 euros, así como los impuestos inmobiliarios (expropiatorios para parados y rentas llamadas modestas); igual para el gasoil doméstico en este período invernal [la prensa informa diariamente de la situación de familias que deben vivir sin agua caliente ni calefacción]. Evidentemente, no subestimo el conjunto de las demás medidas necesarias para hacer frente a la “crisis humanitaria” en la que está hundida una buena parte de la población.
Syriza debe hacer frente a estos compromisos con cuidado y con la táctica adecuada.
Nuestra obligación de poner en marcha el programa anunciado en la Feria Internacional de Tesalónica (septiembre de 2014) es imperativa. Somos nosotros quienes ofrecemos una respuesta a “la bomba” [alusión a las acusaciones delirantes de algunos medios controlados por el capital] del paro y de la destrucción del sistema de seguridad social. La única vía que hay que tomar para alcanzar estos objetivos es la de una radicalización gradual de nuestro programa y de nuestras modalidades políticas para hacerlo, de nuestra táctica. Se trata de adoptar un programa que, en una fórmula, sea “un memorándum al revés” que consista en coger el dinero de los sectores muy ricos de la sociedad y asegurar sus modalidades de transferencia así como de redistribución a fin de cubrir de forma sistemática las necesidades de la amplia mayoría de la sociedad.
Lo que se deriva en el plano político de la fórmula “un gobierno de izquierdas” es de primera importancia. En primer lugar, se trata de comprender que este poder gubernamental es un nuevo comienzo, y no una estación término. Un tal gobierno puede y debe abrir un nuevo período marcado por movilizaciones y luchas para una liberación social de conjunto. Luego, esta concepción de un gobierno de izquierdas debe basarse en una clara concepción de las alianzas sociales a establecer sobre la base de objetivos concretos, en la dinámica existente y estimulada, a fin de asegurar y de reforzar la posición de un gobierno así en el poder. A partir de ahí, Syriza debe estar dispuesta a impulsar las movilizaciones sociales de las masas trabajadoras en su más amplio espectro, desde el día de la constitución del gobierno y no asustarse ante esta perspectiva. De hecho, ¿no es lo que constituye el sentido pleno y entero de la consigna de imponer de nuevo convenios colectivos?
La opción por tal perspectiva determina los límites de las alianzas posibles en el plano político. La expresión liberada de las necesidades de trabajadores y trabajadoras hace imposible una alianza con partidos burgueses, y con toda formación o todo cuadro proveniente de ese origen. Si no obtenemos una mayoría absoluta con ocasión de las elecciones del 25 de enero de 2015, la única solución reside en el apoyo de la “otra izquierda”. Bien directamente estableciendo un gobierno de un “bloque de izquierdas”, bien obteniendo un voto de “tolerancia” [para obtener 151 votos sobre un programa indicando una lista de puntos precisos a poner en marcha]. A partir de ahí, en la situación presente y los días que vienen, no solo Syriza debe hacer frente a responsabilidades históricas. [Alusión a la posición del KKE-PC- que, el 20 de enero, en Tesalónica, en su principal mitin en esa región, no ha dejado de denunciar el (desde su punto de vista) doble voto ilusorio: el favorable a Nueva Democracia y el PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico que está en el gobierno en coalición con la ND de Samaras) y el favorable a Syriza que iba a conducir la misma política de austeridad].
En consecuencia de lo que se indica más arriba, Syriza va a hacer frente a tareas muy importante asegurando el funcionamiento de las estructuras dirigentes /2, organizando a sus miembros, teniendo un funcionamiento democrático y colectivo del conjunto de sus miembros en el marco de las estructuras existentes, por tanto asegurándoles el control sobre las decisiones tomadas por Syriza. La parte más fácil de recorrer es la de las elecciones y la de la batalla electoral. Va a terminarse dentro de poco y todo indica que será positivo. Entonces va a comenzar el trabajo difícil, es decir la transformación de la victoria política en una modificación profunda de las relaciones de fuerzas políticas, en dirección a un nuevo cambio futuro. La historia nos enseña en este terreno que en tales circunstancias, la capacidad de una “intervención” del “pueblo de izquierdas” ha sido siempre crucial para resolver los problemas a los que la mayoría de la población debe hacer frente.

* María Bolari es diputada por Syriza por la primera circunscripción de Atenas. Es candidata para las próximas elecciones. Es miembro de DEA y de Red Network. Artículo publicado en la página Red Network.

Notas
1/ Según la Constitución, el Presidente de la República da como tarea al dirigente del primer partido en términos electorales la formación del gobierno. Si no puede hacerlo, por no disponer de una mayoría absoluta o por imposibilidad de formar una coalición o de tener un apoyo proveniente del parlamento pero sin implicar una participación en el gobierno, el presidente se dirige al segundo partido, en este caso Nueva Democracia; en caso de fracaso hace la misma demanda al tercer partido. Si no se encuentra ninguna solución, se convocan nuevas elecciones en el plazo de un mes. Red. A l´Encontre.
2/ Desde antes del 29 de diciembre de 2014, fecha última para nombrar un nuevo presidente de la República, la “oficina presidencial” de Tsipras ha hecho todo lo posible para bloquear el funcionamiento regular de las instancias de Syriza y el “Congreso electoral” se ha resumido, en sustancia, a un discurso de Alexis Tsipras, lo que ha suscitado numerosas recriminaciones entre los delegados y delegadas. Red. A l´encontre.