Chile - “Damos por asentado que la clase trabajadora no descansará hasta que sean devueltos nuestros derechos”

Por Claudia Moreno Pastenes, periodista Sindicato No.1 de trabajadores de Minera Escondida Ltda., corresponsal de Alternativa Obrera.

La Federación Minera de Chile se encuentra activa ante el reciente debate por la Reforma Laboral impulsada por la Nueva Mayoría. Esta semana se reunirán con el Subsecretario del Trabajo para plantear un documento con 11 puntos frente al envío del proyecto legislativo, agregando dos que actualmente no se quieren discutir: la derogación del Artículo 161, eliminando el goce de despedir trabajadores por “necesidades de la empresa” en cualquier momento, como también por derechos básicos en materia de seguridad laboral (especialmente por altura geográfica a la cual se enfrentan los mineros).

Jorge Schumacher, director del Sindicato No. 1 de trabajadores de Minera Escondida (operada por la gran trasnacional BHP Billiton) y actual director de comunicaciones y relaciones públicas de la Federación Minera de Chile (la cual agrupa a los sindicatos de la gran minería privada), comenta a Izquierda Diario Chile la situación actual de los trabajadores mineros en el país, ante un Chile que cambió por la entrada abrupta de los trabajadores en escena desde hace un par de años atrás, cuestionando la cruda realidad de la explotación y opresión avalada en leyes heredadas de la dictadura militar.

-¿Cuál es la posición de la FMC ante la reforma laboral?

 Como Federación tenemos la firme convicción de que la reforma laboral es absolutamente necesaria, consideramos que esta es un paso importante en devolver parte del equilibrio de justicia y derecho que por largos años ha sido negado a los trabajadores. Pero esto es sólo un paso y trabajaremos en que se logre realizar un nuevo código laboral que asegure justamente, ética, justicia y equidad entre las partes. Estamos organizados como clase trabajadora y nos encontramos educando y concientizando a nuestras bases en la necesidad de defensa de esta reforma. Las y los trabajadores siempre hemos tenido el poder de crear los cambios, no obstante no siempre lo hemos ocupado, ahora es el momento, defender escribiendo nosotros esta reforma frente a quien sea: gobierno de turno, empresarios, políticos y quien sea que usurpe las ganancias y derechos que nos corresponden como clase trabajadora que somos

-¿Qué es lo que necesita Chile en materia de derechos laborales y sindicales?

 Necesita equilibrio y justicia. Las leyes laborales, sindicales y en general todas aquellas leyes que supuestamente defienden al ciudadano común y corrientes, y en especial a la clase trabajadora, fueron dictadas sin ninguna medida de justicia y democracia, sino más bien aprovechándose de un duro momento como país, robaron a punta de fusil la libre expresión y la dignidad como trabajadores. Esa misma clase política y económica empresarial es la que hoy puja en contra de la reforma laboral. Damos por asentado que la clase trabajadora no descansará hasta que sean devueltos nuestros derechos, la justicia aunque sea tardía llega y la clase trabajadora del país la espera y está dispuesta no sólo a esperar si no a luchar por ella. Eso ya se manifiesta en todos los movimientos sociales que han surgido en defensa de derechos ciudadanos y laborales. Al fin nos han quitado tanto que acabaron quitándonos el miedo.

 La politización en Chile asciende, la derecha e izquierda tradicionales se crispan en los debates, ¿es un nuevo ciclo el que vive Chile con la entrada de los trabajadores a las calles?

 Nos hemos dado cuenta que esto es más que una lucha de partidos políticos detrás de todo ese circo, que hay un poder que por años ha robado el trabajo y las riquezas de países en subdesarrollo. Son las transnacionales y el poder económico el que ha trabajado tras el telón de la ignorancia y el temor del pueblo. Hoy en día hay un resurgimiento de la clase trabajadora y descontento generalizado con la clase política que hace que la gente se dé cuenta de la realidad y esté dispuesta a enfrentarla.au así en este mar de irregularidades hay servidores sociales dedicados a la política con intereses netamente sociales y de servicio son pocos pero los hay esto se comenta para no generalizar en el mar de víboras que son los políticos que velan por y para los empresarios en su conjunto.

 Es diametralmente distinto el panorama de sindicalización en la gran minería frente a la tasa de asociación en otros sectores de la producción, ¿qué rol cumplen hoy los trabajadoresmineros dentro de las demandas de derechos y reivindicaciones?

 Humildemente el sector minero genera el 75% del cobre del país, tiene un poder de generación de riquezas para los empresarios enorme. Pero no va por esa línea la fortaleza de sindicalización del sector minero. Va en que la historia y la herencia de lucha del minero desde los años de 1907 en la matanza de santa maría de Iquique más otros resurgimientos sociales del norte, anteriores incluso y posteriores nos han enseñado que la unión como clase nos hace fuertes e invencibles, si los trabajadores no hacen nada dejamos en libertad de acción para que los empresarios abusen como quieran del trabajo del pueblo. Los sindicatos mineros en general han entendido que nadie hará algo por nosotros y recae en nuestras propias manos y mentes la defensa de nuestros derechos. Cuando el trabajador se hace parte activa y reconoce la situación no tiene otro camino más inteligente y próspero que unirse a su compañero y luchar. En esa realidad recae toda la fuerza que han sacado los sindicatos mineros, aún hay mucha tarea por delante con otros sectores productivos incluso con Codelco pero estamos confiados que vamos en bien camino.

-¿Cuál es el panorama que vislumbran respecto al ciclo abierto de movilizaciones, paros y huelgas que ha iniciado hace un par de años la clase trabajadora en Chile? ¿Qué rol jugarán los mineros del sector privado ante el abuso de las grandes patronales?

 Se avecina, creemos y esperamos, un movimiento como clase trabajadora y social que somos que demuestre y deje en claro al empresariado y al gobierno que sea, que el poder de una nación y su productividad es del pueblo, si el pueblo se detiene no hay bolsillos que llenar y no hay crecimiento. La ilusión de gobernabilidad y control de las riquezas que se dejan salir del país como ejemplo es transitorio, hasta que el peso de la fuerza laboral equilibré en justicia las ganancias y devuelva derechos irrenunciables de un país como la justicia en todos sus aspectos, la educación, salud y pensiones dignas. Todos estos derechos permitirán una nación justa y llevadera, solo en ese momento podremos decir que somos un país próspero, solidario y en paz como ciudadanos.